martes, 23 de octubre de 2012

¿Hemos estudiado por encima de las necesidades del mercado? (Cecilia Salazar)


La semana del 15 al 19 se ha celebrado en el Estado español la semana de lucha en defensa de la educación. A esta convocatoria, realizada por el Sindicato de Estudiantes y salpicada por el escándalo habitual que rodea a todo lo que tiene que ver con ese gran mago de la comunicación que es J. I. Wert, se ha sumado la convocatoria de huelga para el día 18 realizada por la mayor Federación de asociaciones de madres y padres (CEAPA). Esta adhesión ha otorgado a la jornada del pasado jueves el rango de convocatoria histórica, no solo por el seguimiento masivo, sino también por ser la primera vez que se convoca a los padres a la realización de una huelga.

En esta ocasión, han sido los padres y los alumnos quienes han tomado el relevo al profesorado de secundaria que inició el movimiento en defensa de la enseñanza pública el curso pasado.

Las protestas durante esta semana a las que se han sumado numerosos colectivos, sindicatos y asociaciones giran en torno a dos ejes: el rechazo a los recortes en educación y la petición de retirada de la ley educativa propuesta por el ministerio de educación: LOMCE /1.

Ambas cosas remiten al mismo fin: reajustar la realidad educativa a las nuevas necesidades del mercado, convirtiendo la educación en un nuevo nicho de negocio y a la escuela en una fábrica de capital humano para el consumo de las grandes empresas.

Sobre el primer eje de las protestas: los recortes en educación hay que señalar que:

1) En primer lugar los recortes afectan a financiación de etapas educativas como educación infantil, formación profesional y universidad, provocando subidas en las matrículas en estos tramos que les hace competir, e incluso estar en desventaja, con los negocios privados que imparten formación en estos niveles. Si bien la universidad pública ya sufrió este proceso de mercantilización anterior con el Plan Bolonia, se trata ahora de ahogarla económicamente de forma que sea necesaria una subida de tasas que cumple una doble función: preservar los conocimientos impartidos en las universidades, y por tanto los empleos de alta cualificación, a una élite económicamente poderosa; y ponerla en situación de competir con las universidades privadas.

2) Otro aspecto que queda, si no completamente eliminado, sí seriamente mutilado con los recortes educativos son los refuerzos, apoyos y programas específicos para alumnos con dificultades en las etapas de primaria y secundaria. Esta medida supone, nuevamente, una equiparación de los centros públicos de educación (que eran los que principalmente tenían estos programas) a los negocios educativos privados; pero también abre las puertas a lo que Nico Hirt /2 llama“venta lucrativa de saber”, es decir a un amplísimo mercado de material educativo y formación online que las grandes empresas y editoriales están sacando al mercado y que los padres se verán en la obligación de adquirir para completar la educación de sus hijos.

3) La masificación en las aulas, el retraso en el nombramiento de profesores que suplen bajas, el hecho de que las bajas de menos de 15 días no se cubran, son elementos que inciden en la pérdida de calidad del sistema público de educación y desvía a los padres hacia los negocios privados educativos financiados con fondos públicos.

4) La cara más amarga de los recortes en educación se la lleva la drástica reducción de las becas de comedor y de material escolar que vulnera el principio de igualdad prescrito en la Ley de Educación vigente y fomenta la desigualdad y la polarización social.

Pero los cambios en educación no se limitan a estos “recortes” que abren paso a los negocios educativos sino que aspiran a adaptar la educación a las nuevas necesidades de los mercados. Y ese es, principalmente, el sentido de la nueva Ley de educación /3 que vertebra el segundo eje de las reivindicaciones exigencias de los convocantes de la huelga.

Como señala Nico Hirt los cambios sufridos en el mercado laboral en las últimas décadas requieren una adaptación los sistemas educativos vigentes hasta el momento. Desde hace décadas diversos informes sobre el empleo en los EEUU llevan señalando cuáles serán los trabajos con mayor demanda a principios del XXI “Entre ellos se encuentran puestos de vendedores, de guardas, de auxiliares sanitarios, de personal de mantenimiento, de recepcionistas, de conductores de camión o incluso “reponedores de máquinas expendedoras de bebidas y alimentos”/4. Salta a la vista que la cualificación profesional requerida para el conjunto de empleos citado es mínima. En ese sentido se entiende que existe, en el actual sistema educativo un, llamémosle “exceso de formación del trabajador”. Hay un excedente de conocimiento que, necesariamente, ha de ser corregido para evitar un desequilibrio entre la inversión educativa (a la que la ley denomina input) y la salida que este producto (el alumno) tiene en mercado laboral. 

Al parecer no solo hemos vivido por encima de nuestras posibilidades sino que, además, hemos estudiado por encima de las necesidades del mercado.

Las medidas que propone la ley de cara a rentabilizar la inversión, reducir el gasto y, por ende, maximizar el beneficio son las que dicta la lógica mas elemental:

1) En primer lugar establecer cribas desde casi el comienzo del proceso educativo que permitan establecer diferentes itinerarios ajustados a la cualificación del trabajador que demande el mercado laboral. Las evaluaciones externas que vienen prescritas por la LOMCE buscan promover un proceso eficaz que determine qué parte del alumnado será desviado a una educación de baja cualificación y qué parte podrá continuar los estudios superiores, siempre dependiendo de la demanda del mercado.

Los programas de “mejora” y “refuerzo” y la “formación profesional básica” propuestos en la Ley Wert cumplen la misión de ir desviando a los alumnos, dentro aún de la enseñanza obligatoria, hacia el mínimo de formación que necesite el trabajador que el mercado demanda.

2) Esto nos lleva a la segunda medida propuesta en la LOMCE. La lógica del mercado que debe dirigir la educación obliga a rentabilizar al máximo la inversión seleccionando las materias que se impartirán en este nuevo paradigma educativo. La enseñanza de la música y de las artes en general se hallan fuera de contexto en este marco. Otras materias como Educación ético cívica, historia contemporánea, ciencias del Mundo contemporáneo o economía no solo resultan inútiles sino potencialmente peligrosas en la medida en que puedan mostrar que la participación de una persona en la sociedad no se limita al desempeño de un trabajo.
El énfasis en las “materias instrumentales” que propone la LOMCE busca la eficacia, la adaptabilidad del futuro trabajador a una oferta laboral cambiante que en el mes de febrero Monti /5 describía. Impartir contenidos ante esta nueva situación resulta inútil y por lo tanto excesivamente gravoso para los fines que se persiguen. Lo único necesario es aprender los rudimentos básicos, destrezas, competencias que ayuden, no a comprender el mundo para poder intervenir en el, sino a resolver los problemas que puedan surgir en su trabajo. Son suficientes los conocimientos en matemáticas, lengua, inglés y manejarse con un ordenador para adentrarse en el nuevo mercado laboral .

3) En este nuevo contexto educativo en el que es el mercado quien establece la demanda y determina la oferta que la escuela debe poner sobre la mesa para satisfacerla, resulta, cuando menos irrisorio, hablar de democracia en el seno de los centros educativos. La LOMCE elimina, de un plumazo, la capacidad decisoria de los consejos escolares en los que estaban representados los diferentes agentes de la comunidad educativa.

El único órgano de decisión a partir de la aprobación de la LOMCE será el director quien es, a su vez, nombrado por la administración.

Pero, además, las competencias del director se amplían significativamente y, supuestamente, en aras de la “autonomía del centro educativo”, tendrá potestad para diseñar el currículum de su centro y, por tanto, los profesionales adecuados para impartirlo. Un mercado en continuo cambio necesita de una escuela flexible que adapte los contenidos a las demandas que puedan surgir.

Desde luego sobran las razones para la huelga. Asumir pasivamente estos cambios que se producen en la educación es asumir plenamente el sometimiento a la dictadura de los mercados. El desmantelamiento de la educación pública no es más que una pieza en este inmenso golpe de estado global del que somos víctimas; pero una pieza fundamental porque configura el tejido social con el que nos encontraremos en las próximas décadas.

Y si bien es cierto que la función de la educación ha sido, desde sus comienzos, reproducir la ideología dominante y legitimar las diferencias sociales, también es el medio que nos permite comprender el mundo y, por tanto, que nos dota de instrumentos para transformarlo.

“Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo." (Eduardo Galeano)
20/10/2012

Cecilia Salazar-Alonso es profesora de Filosofía

Notas:
/1:http://www.sindicatodeestudiantes.net/index.php?option=com_content&view=article&id=1246:ceapa-se-suma-a-la-semana-de-lucha-convocada-por-el-sindicato-de-estudiantes-y-convoca-a-la-huelga-a-los-padres-y-madres-para-el-jueves-18-de-octubre-&catid=59&Itemid=85

/2 Hirt Nico, Los nuevos amos de la escuela, pág.16: 
  http://es.scribd.com/doc/56078174/Los-Nuevos-Amos-de-La-Escuela

/3 Para un análisis detallado:
http://www.vientosur.info/spip/IMG/pdf/1-1_Analisis_anteproyecto_LOMCE.pdf

/4 Los tres ejes de la mercantilización escolar, Nico Hirt, pág. 6:
 http://www.stes.es/socio/nico/3ejes.pdf

/5 http://www.publico.es/internacional/420011/monti-digamos-la-verdad-que-monotonia-el-puesto-de-trabajo-fijo

Publicado en vientosur.info

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