jueves, 7 de mayo de 2020

Profesionales de educación infantil critican la vuelta a las aulas del 0-6 (Pablo Gutiérrez de Álamo para El Diario de la Educación)

Artículo de Pablo Gutiérrez de Álamo para eldiariodelaeducacion.com
  • A falta de que el Gobierno establezca un aforo, como ha hecho en secundaria, para las escuelas y centros que acogen a niñas y niños de 0-6 años, colectivos y profesionales de la educación infantil no ven clara la vuelta a las aulas de este alumnado.
06/05/2020

No termino de imaginar cómo se hará». Con estas palabras describe Alfredo Hoyuelos, coordinador de Talleres de Expresión de las Escuelas Infantiles Municipales de Pamplona (una, si no la más, potente red de escuelas infantiles del país) y profesor Asociado del Departamento de Psicología y Pedagogía, la posible vuelta a la actividad en las aulas de 0.-3 y 3-6.

«Sorpresa y profunda preocupación» es lo que tienen los colectivos de educación infantil de la Comunidad de Madrid ante el anuncio del Gobierno en relación a la vuelta a las aulas en las próximas semanas. Ameigi, la Junta de Portavoces de las escuelas infantiles y la Plataforma en Defensa de la Educación Infantil 0-6 de Madrid lanzaron hace unos días un comunicado en el que, entre otras cosas, ponían de relieve la falta de criterios claros para esta decisión.

La Plataforma Estatal de Educación Infantil 0-6 (en la que se encuentran representados diferentes territorios: Valencia, Madrid, Navarra, Cantabria, Asturias, Extremadura, Castilla la Mancha, Granada y Illes Balears) ha hecho llegar un escrito con sus razones para que no se lleve a cabo dicha medida a los ministerios de Trabajo, de Igualdad, de Sanidad, a la Vicepresidencia Social y agenda 2030, de Educación y al Secretario de Estado de Educación.

La ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, aseguraba en una entrevista a este periódico, que «en esa fase 2 se abrirán las escuelas infantiles, 0-3 y 3-6, con el fin de ayudar a los padres y madres en la conciliación de la vida laboral y familiar». El objetivo es que puedan usar este servicio las familias que o bien no puedan teletrabajar o que no tengan flexibilidad horaria para conciliar.

Es precisamente este dato, el de la conciliación de la vida familiar y laboral el que, en buena medida, censuran quienes se dedican a la educación infantil. Tanto Hoyuelos como las plataformas madrileña y estatal critican el hecho de que las cuestiones relacionadas con el trabajo sean las que determinen qué pasa con la infancia, dejando a un lado los derechos de niñas y niños.

Hoyuelos explica a este periódico que, tras casi dos meses de estar en sus casas, las criaturas necesitarían un periodo de adaptación similar al que se produce en septiembre, tras las vacaciones de verano. Construir la confianza y los vínculos con las criaturas de 0-3, con las que trabaja en Navarra, puede llevar varias semanas. Y esta relación se construye «cuerpo a cuerpo», afirma.

El experto en el trabajo y la vida de Loris Malaguzzi destaca la importancia del contacto físico en estos periodos (aunque no solo) en los que niñas y niños entran en las escuelas infantiles. Y cómo, principalmente en el 0-3, las profesionales están expuestas constantemente a la saliba, los mocos o las lágrimas de las criaturas. Describe momentos complicados en ese reencuentro tras las vacaciones en los que niñas y niños tienen crisis por la separación de sus familias y cómo la cercanía de las profesionales, así como de las madres y padres, juegan un papel importante en la adaptación. «Tenemos que acogerles», dice. Y este acogimiento, destaca, se hace «cuerpo a cuerpo», incluso «rostro a rostro». «No me imagino con máscara», sentencia.

Los colectivos madrileños se preguntan en su comunicado si niñas y niños, a partir de los 6 años ya pueden quedarse solos en casa, si tienen la madurez suficiente para hacerlo. El alumnado de primaria es, junto a los primeros cursos de la ESO, quien no tendrá opción para volver a las aulas antes del mes de septiembre.

Tanto unos como otros destacan de esta propuesta del Gobierno, el hecho de que se utilice a las escuelas infantiles como un elemento imprescindible para la vuelta al trabajo de madres y padres. De nuevo, primero están las necesidades de la economía, del mundo adulto, frente a los derechos de la infancia. En este sentido Hoyuelos propone que las administraciones den ayudas económicas a las familias o de flexibilización de horarios y de fomento del teletrabajo. «Usar las escuelas como elemento fundamental (frente a la crisis económica, de trabajo o de seguridad) lo veo contrario a las medidas de seguridad» relacionadas con la distancia social.

En este sentido, el escrito de la Plataforma Estatal también destaca algunos de los elementos por los que la vuelta a las aulas de 0-6 de parte del alumnado contravendría las medidas de seguridad. Y para ello, explica a los diferentes ministerios del Gobierno que las criaturas aprenden a base de «observación, manipulación y exploración de objetos y espacios»; algo que hacen en «continuo movimiento, en interacción con los demás».

Se pregunta la Plataforma si se ha tenido en cuenta el impacto negativo emocional que puede suponer que las y los maestros de estas edades atiendan a las criaturas con guantes y mascarillas teniendo en cuenta que la relación que se establece entre ambos es «emocional y afectiva» y se basa «en los gestos que la estructuran: abrazo, contacto físico, lenguaje corporal y expresión facial».
Las y los profesionales

El otro punto de crítica, no menos importante, es la situación en la que se encuentran las y los profesionales de la educación infantil, que en muchos territorios del Estado, dadas sus condiciones laborales, han sufrido ERTE y, como aseguran Ameigi, la Junta de Portavoces y la Plataforma, han visto ninguneada su labor «de educadores y educadoras al ignorar, en la mayoría de territorios, el trabajo online de acompañamiento, sostén y orientación a familias y criaturas, al negar durante el confinamiento esta opción para mantener vínculos necesarios con las
familias».

Algo que también señalan desde la Plataforma Estatal que añade a esto que sus profesionales «tienen derecho a salvaguardar su seguridad personal». Aseguran no entender por qué otros docentes pueden seguir teletrabajando «y a este colectivo se le exija la presencia». «Será, sin duda, -continúa el comunicado- un foco de infección y de propagación a las infancias que además por ende pondrán en riesgo a sus familiares al regresar a sus hogares».

Hoyuelos también se pregunta, en esa relación tan estrecha entre educadoras y criaturas y, principalmente, en las dificultades para retomar los vínculos que pueden tener algunas de las últimas, qué pasará si las profesionales que han de volver al trabajo no son las de referencia del alumnado. Pueden darse casos de baja laboral, o personas que en este momento sean grupo de riesgo y no deban volver a las aulas. La posibilidad de contagios entre educadoras, criaturas y familias está muy presentes.

Se añade a estas cuestiones, como señalan los colectivos, que en muchos sitios, como en Madrid, se han suspendido contratos públicos para la gestión de los centros de infantil, desde el primer día. ¿Cómo harán las empresas? ¿Tendrán que volver a contratar a quienes hace dos meses han despedido o sometido a un ERTE sin siquiera saber cuántas niñas y niños acudirán a los centros?

Hoyuelos resume la situación en la disyuntiva entre los derechos de la infancia y los derechos del mundo adulto. ¿Cuáles están por encima?

«Pedimos -dice la Plataforma Estatal- al Gobierno de la Nación que recapacite sobre esta decisión y retire la propuesta de abrir los centros para los niños y niñas menores de 6 años».

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