miércoles, 26 de diciembre de 2012

En España "la privatización de la educación y de la sanidad es obvia", según el catedrático Jesús de Miguel


EL COMERCIO.ES: «Wert permite al PP mantener a la ultraderecha dentro del partido» 


Los españoles no confían en sus políticos, pero sí en su democracia. Así lo asegura Jesús de Miguel, catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona, a quien los ajustes no le preocupan tanto como los cambios que desde el Gobierno de Rajoy se están introduciendo, al amparo de la crisis económica, en sistemas públicos como el educativo. El que fuera docente en Harvard y es hermano del también sociólogo Amando de Miguel, colaborador habitual de diversos medios de comunicación, estuvo a mediados de mes en Oviedo. No quiso perderse la entrega del Premio Fundación Banco Herrero a Emilio Castilla, antiguo alumno y actual colega. Asegura que el PP seguirá ganando eleciones si consigue que la ultraderecha no se desgaje del partido.
-Los últimos datos del CIS reflejan de nuevo que los españoles valoran de forma muy negativa a los políticos.
-La población no está contenta con los políticos y tampoco tiene confianza en la autoridad, algo que creo que es positivo. No esperamos a un salvador de la patria, sino que decidimos resolver los problemas por nosotros mismos. Pero pese a que la gente no confía en los políticos sí lo hace en la democracia. Los ciudadanos tampoco creen en los partidos políticos porque son organizaciones desfasadas, del siglo pasado.
-Sin embargo, la misma encuesta del CIS muestra un descontento creciente con la democracia.
-No, con la democracia no creo. Cuando hablamos de gente descontenta con la democracia española nos referimos a personas descontentas con la política tal y como se está llevando, ya sea desde el gobierno o desde la oposición. Los partidos son organizaciones pasadas de moda, como los sindicatos. Y lo más llamativo es que no existe democracia sin partidos políticos, pero estos son organizaciones muy poco democráticas. La democracia española está muy bien, en el índice de democracia del Economist Intelligence Unit, de Londres, en el número 21 de 167 países.

[...]
-¿Contribuye la austeridad a que aumente la precariedad?
-Las medidas de austeridad no están ayudando nada, están destruyendo el país, pero no sabemos si hay alguna otra solución.

-¿Podría estar la respuesta en el grado de austeridad?
-Es muy difícil saber si te pasas o te quedas corto. Y hay que tener en cuenta que no tenemos confianza en los economistas. Ni en el señor De Guindos ni en nadie. Junto con los constructores de casas nos han llevado a la ruina. ¿Cómo vamos a confiar en ellos? Yo no creo que nos vaya a salvar el Ministerio de Economía, nos tiene que salvar el Ministerio de Sanidad y el de Educación. Wert no está tomando la decisión adecuada, tenemos que invertir mucho más en educación. En momentos de crisis no hay nada como seguir estudiando.

-Muchos jóvenes se van al extranjero para esquivar la crisis.
-Los que se van son muy pocos, porque los españoles no saben idiomas. Tampoco podemos tener un interés malsano en que todos los españoles inteligentes se queden aquí, porque se van a convertir en no inteligentes. El sistema educativo español es penoso y no inventamos, entre otras cosas, por una falta de inversión. No hay duda de que los españoles tenemos que cambiar nuestro modelo económico y hacer otras cosas, tecnología, por ejemplo. Pero en ese mercado no se entra fácilmente, hay que competir con Taiwan, Singapur o Alemania. ¿Cómo consigues que la gente que antes se dedicaba al ladrillo ahora fabrique computadoras? No va a ocurrir. Así que seguramente vamos a tener una o dos décadas más de recesión económica.
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-¿Quedan lineas rojas traspasables?
-Eso de las líneas rojas es una tontería. Entre todos tenemos que averiguar cómo sacar el país adelante.
-¿Sanidad y educación serán objeto de más recortes? 
-No me preocupan tanto los ajustes como el viraje que está dando la política española hacia el conservadurismo. ¿No hay dinero para educación? Pues aprovecho para volver a poner la asignatura de religión. ¿Que la sanidad tiene problemas? Aprovecho para favorecer a mis amigos que tienen clínicas privadas. Por ejemplo, el 95% de los abortos se hacen en sanidad privada. Si se ha admitido constitucionalmente el aborto bajo ciertos criterios, entonces se tendría que legalizar que lo haga la sanidad pública.
-¿Vamos a una privatización encubierta? 
-De encubierta, nada. La privatización de la educación y de la sanidad es obvia. Somos uno de los países del mundo con más educación privada, que aquí llamamos concertada. En España no ha tenido educación universal de verdad nunca. Sanidad, sin embargo, sí. Ahora hay un gran deseo de hacer negocio con la sanidad, porque hacer negocio del sufrimiento humano es muy fácil. Aprovechar la crisis para derechizar el país me parece una equivocación. Bueno, es una opción política, pero la toman porque el PP triunfará muchos años en tanto en cuanto los ultraderechistas sigan dentro del partido. Si partidos más radicales se desagajan del PP, este se quedaría sin ganar las elecciones.
-Si, claro. Bueno, podrían ser ultra o semiultra. Y quitarían muchos votos al PP. El ministro Wert permite que la ultraderecha no se vaya fuera. El PP está muy contento de seguir teniendo a la ultraderecha dentro. En cambio, la izquierda está más dividida y así la derecha puede estar ganando elecciones años y años.
-El PP no quería reducir las pensiones, pero ha tenido que hacerlo. Es la última opción, porque los votos de las personas mayores son muy importantes. Pero las pensiones me preocupan menos que la falta de políticas a favor de los jóvenes.

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