domingo, 13 de mayo de 2018

El libro de El artículo 27 de la Constitución: Cuaderno de quejas (Manuel Menor Currás)

Manuel Menor Currás


Un análisis historiográfico para entender las políticas educativas sin trampantojos

El ensayo titulado El artículo 27 de la Constitución: Cuaderno de quejas, será presentado por Ediciones Morata el próximo día 16 (en la Fundación Francisco Giner de los Ríos, c/Martínez Campos, 14. Madrid) a las 19,30 hs.

Se puede escribir o hablar de Historia de muchas maneras y sin ser historiador. Hasta se puede ser profesor de Historia sin serlo. No exige haber investigado y, si concurre una formación inicial como la que emanaba de algún catedrático universitario de los años setenta, que había comandado en plena guerra civil una patrulla que aterrorizó a sus vecinos quemando libros en la plaza mayor –acto de que dan fe las hemerotecas-, se advertirá el por qué de especies invasoras en las redes escolares como la que se alimenta de libros de texto de los alumnos.

Este libro no es para quienes aleguen que en Historia solo pueden decirse cosas subjetivas, el pretexto de cuantos se alteran ante divergencias de sus convicciones. Menos gustará a los amantes de historias e historietas ejemplarizantes, el filón ciceroniano en que fue maestro Valerio Máximo y sus Hechos y dichos memorables (siglo I d. C.). Va dirigida, más bien, a lectores agradecidos con lo diverso –pocos cuando de historia educativa se trata-, a condición de que dejen en suspenso vivencias de aleatorios aprendizajes de que hayan podido apropiarse en su periplo académico.

Lo primero, pues, a señalar es que lo neurálgico de este trabajo está hecho por historiadores. La perspectiva historiográfica, si es rigurosa, ilumina las cuestiones en que el presente sigue muy atenazado por su pasado. Aquí corre a cargo de docentes investigadores de gran crédito, con publicaciones de impacto en el  amplio corpus académico que abarca la historia de las políticas educativas. Y, además, su propósito no es otro sino elevar la dignidad de la conversación democrática sobre la educación de todos que hace falta.

El artículo 27 de la Constitución
Es este un libro muy oportuno. Al conectar la actualidad con su genealogía, toca de lleno la propuesta de “pacto educativo” que Méndez de Vigo pretendió que diera sentido a su paso por Educación desde que relevó a Wert en junio de 2015. Si se apropiaba su alto valor simbólico parecería virtud lo que ha sido trampantojo para no enmendar una trayectoria de la educación española que las “mejoras” de la LOMCE han encarrilado hacia el siglo XIX, en vez de responder a las exigencias del XXI. Este ensayo deja al desnudo, ante todo, esa falacia oportunista de distracción y propone al lector un documentado recorrido, que incita a contrastar cuanto se dice acerca de los partidismos que, al redactarse el artículo 27 de la Constitución, no pactaron su interpretación y, entendiéndolo sus principales firmantes lo entendieron a conveniencia, desperdiciaron los tiempos propicios para acordar lo importante  y los necesarios para desacordar lo retrógrado.

En síntesis, este análisis de lo acontecido al sistema educativo desde 1978 a 2018  -tras los duros antecedentes que arrastraba desde 1808- permite hacerse cargo de que buena parte de los atávicos problemas con que ha topado la Subcomisión parlamentaria para un pacto en terreno tan importante han estado ahí como algo “natural” durante estos 40 años. Y, de añadido, que para atajar de raíz los más serios –vetados una vez más- solo cosmética habrá mientras no se revise a fondo la redacción del art. 27 CE.

Cuaderno de quejas

Entre las gratas sorpresas de esta obra, no es la menor la de poder encontrar, por primera vez, una exhaustiva secuencia de cómo el PP abortó en mayo de 2010 el proyecto de pacto que Ángel Gabilondo proponía entre las críticas de diversos sectores. Cabría señalar, además, que no es fácil hallar una propuesta de lectura sobre cuestiones tan entrecruzadas de conflictivos particularismos como las de la enseñanza, en que vayan parejas las voces de catedráticos universitarios de prestigio, profesores de Secundaria y, sobre todo, de representantes de la comunidad educativa. Esta vertiente es la que más justifica la segunda parte del título: Cuaderno de quejas, que recuerda las encuestas de incumplimientos que precedían en el Antiguo Régimen a la celebración de los Estados Generales, particularmente en Francia. Solo cada lector podrá refrendar si la reflexión que se vaya haciendo a medida que vaya leyendo estas páginas, tiene algo que ver con el poso que su experiencia escolar le haya dejado en medio de las sucesivas crisis a que haya sido sometida por su propia vida.

Manuel Menor Currás
Madrid, 12.05.2018

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