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miércoles, 22 de junio de 2022

La educación, en el corazón de las guerras culturales (Nuria Alabao para ctxt.es)

 Artículo de Nuria Alabao para ctxt.es

Ayuso usa el campo educativo para enfrentarse al Gobierno con las armas de las derechas radicales de medio planeta. Su mentora, Esperanza Aguirre, aumentó el fracaso escolar un 30% mientras el gasto por estudiante era el más bajo de España

15/06/2022

Isabel Díaz Ayuso ha tenido que decir con la boca pequeña que sus propios inspectores no han encontrado nada “relevante” en la revisión de los libros escolares a los que había acusado de contener “material sectario” y de “adoctrinar”. Pero como en toda buena guerra cultural, “la verdad no importa, se construye”, dicen las autoras de Spanish neocon: “La lógica de que la verdad no solo no existe, sino que es algo a crear. La producción de verdad es tanto más valiosa cuanto más consenso crea en el nosotros que le sirve de referencia. En consecuencia, producir verdad y gobernar son una misma cosa”. Este es el manual comunicativo de Ayuso, copiado de su jefa Esperanza Aguirre en su etapa neocon, y que hoy forma parte del repertorio de los ultras de medio mundo. No es la primera batalla que lanza contra la educación ni será la última, porque este tema es central para excitar los pánicos morales de los padres y agrupar a los suyos.

Los conceptos que habían provocado el escándalo de Ayuso, como ya es habitual, son los relacionados con la memoria histórica y las cuestiones de género –curiosamente dos de los ejes que Vox utiliza constantemente–, así como otros vinculados a la colonización y el racismo o la ecología. Criticaban el uso de expresiones como “roles de género”, “memoria democrática”, “emergencia climática”, “objetivos de desarrollo sostenible” o “la herencia colonial española”. Una guerra cultural más contra el Gobierno, usada para aumentar su popularidad, cimentada en la confrontación directa y brutal más que en la gestión o el cumplimiento de sus promesas electorales.

Como hemos dicho, tuvo una buena maestra. Esperanza Aguirre ya calificaba la reforma educativa de Zapatero del 2006 y la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía como “un adoctrinamiento”, e incluso se lanzó a decir que la desobedecerían en Madrid. Lanzaba así un guiño a las protestas masivas convocadas por los grupos ultras católicos que batallaban contra el laicismo implícito en la ley. Las movilizaciones estaban convocadas por Hazte Oír y Profesionales por la Ética, pero también por la CONCAPA –Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos–, una de las estructuras con más capacidad de apoyo a las propuestas de la derecha madrileña. La CONCAPA dice representar a tres millones de familias y básicamente se dedica a defender la enseñanza de la religión católica y la escuela concertada –escuela privada financiada con fondos públicos–. Recordemos la anomalía española de la concertada –en Europa solo existe un modelo parecido en Bélgica, y está mayoritariamente en manos de la Iglesia–. Así que defenderla suele coincidir con proteger el poder y la influencia del catolicismo en la enseñanza. Quizás esta capacidad de movilización y de funcionar como grupos de presión de la CONCAPA y grupos similares sea la que explica en parte por qué ningún gobierno –tampoco este– se ha atrevido a tocar la financiación de la escuela concertada.

En cualquier caso, cuando en España empieza una guerra cultural alrededor de la educación, apenas nadie consigue enfocar los verdaderos problemas. En tiempos de Aguirre, el gasto público por estudiante era el más bajo de todo el país mientras aumentaba el fracaso escolar un 30%. Sin embargo, la presidenta desvergonzada convirtió esta cuestión en un problema “de autoridad escolar”, en una recuperación de la obsesión por el 68 de las distintas ramas de las derechas radicales. ¿Os suena lo del marxismo cultural? También eran tiempos de la Púnica, cuando Francisco Granados –que fue vicepresidente de la Comunidad de Madrid– cobraba los favores a constructores y colegios concertados: su trama corrupta ingresaba casi un millón de euros por cada concesión de nueva escuela. Convirtió así una apuesta política por la enseñanza privada –y sus consecuencias segregadoras en el alumnado con menos recursos– en un problema moral, como se relata en Spanish neocon.

Hoy, el modelo del PP en Madrid sigue siendo el mismo: facilidades a los colegios privados, desarrollo de centros concertados mientras se recortan líneas en la pública o se cierran las escuelas infantiles públicas de 3 a 6 años, mientras se dan becas para guarderías privadas de 0 a 3 años –en Madrid no se ha abierto una sola escuela infantil nueva en las últimos dos décadas–. Pero Ayuso no hablará de ninguna de estas cuestiones, sino que criticará la reforma educativa del Gobierno con palabras grandilocuentes como “están dinamitando el armazón en el que se sustenta la convivencia española”. Hablará también de “ideología de género”, o de conceptos adoctrinadores. Curiosamente, dos de los elementos que la ultraderecha usa en medio mundo para tratar de impedir cualquier avance en educación emancipadora o progresista –sobre todo, con aquellos temas como la educación igualitaria o sexual, o la prevención de violencias machistas que provocan más escándalo moral–. Todo ello convenientemente envuelto en un rimbombante discurso acerca de la “libertad de decidir sobre la educación de sus hijos”, el paraguas más habitual. El PP de Madrid, con Ayuso a la cabeza, no está tan lejos de Vox y su pin parental.

Fundamentalismos y extremas derechas contra la educación progresista

La mayor guerra de género reciente sobre estas cuestiones se desató en 2020, a partir de una propuesta de Vox. Esta medida implicaba que todas las actividades complementarias organizadas en horario lectivo tuviesen que estar autorizadas expresamente por los padres. Esto les permitiría impedir que sus hijos asistiesen a talleres de educación sexual o igualitaria, etc. Fue propuesta por el Foro de la Familia –una plataforma civil ultraconservadora– y Vox la recogió y la planteó como condición para apoyar a gobiernos locales conservadores que necesitan de sus votos para gobernar. Este ejemplo ilustra bien, además, cómo las asociaciones pueden servir de punta de lanza para movilizar en la calle y mediante herramientas de tipo “activista”, exigiendo medidas que luego los partidos ultras llevan adelante. Como no tienen que buscar el voto, estas asociaciones pueden ser mucho más radicales en su lenguaje y propuestas que los propios partidos, como explicamos en esta investigación

Las asociaciones sirven para movilizar en la calle, exigiendo medidas que luego los partidos ultras llevan adelante

Se llegó a aprobar en la región de Murcia, lo que generó una gran guerra cultural en el país, con varias manifestaciones a favor y en contra, aunque en la práctica era casi imposible su implementación. El riesgo más importante es la autocensura de profesores y directores de colegios: ante una posible denuncia o un lío en clase, muchos prefieren no tocar temas “espinosos”. En esta misma campaña, los ultras de Hazte Oír habilitaron una web que animaba a denunciar este tipo de actividades escolares. De España a México, el pin parental fue propuesto allí por la plataforma del Frente Nacional por la Familia en alianza con partidos políticos de derecha. 

Con este tipo de campañas, los ultraconservadores logran incidir sobre las políticas educativas mediante las movilizaciones en los frentes legislativo, judicial o en la movilización de base a través de los grupos de padres. Muchas veces, en estas propuestas confluye el frente moral –contra la laicidad en la escuela– con la mercantilización de la educación. Es decir, las propuestas educativas neoliberales con la pátina conservadora en valores.

De Alemania a América Latina, las asociaciones de padres se han mostrado actores importantes de estas guerras culturales. Por ejemplo, el movimiento “Con mis hijos no te metas”, nacido en Perú contra la educación sexual y que está vinculado al menos a cinco iglesias evangélicas con grandes recursos. Sus campañas se centran en la defensa de la familia tradicional y el ataque a una llamada “ideología de género”. Las políticas conservadoras en educación extienden sus tentáculos para devenir herramientas de poder político. Así, este movimiento participó en una movilización activa en contra del “sí” en el referéndum sobre el Acuerdo de Paz en Colombia –en 2016– y en Uruguay se alineó con el frente contra la nueva ley trans. Este despliegue de distintos focos está relacionado además con una exitosa construcción de alianzas internacionales y transfronterizas entre actores fundamentalistas.

De Alemania a América Latina, las asociaciones de padres se han mostrado actores importantes de estas guerras culturales

Las guerras de género son política por otros medios. En Brasil, la visión ultraconservadora de los contenidos escolares se materializó en la organización Escuela sin Partido, que apoyó a Bolsonaro en su conquista del gobierno. La Escuela sin Partido dice que el profesor se debe limitar a enseñar materias como biología o matemáticas, pero es la familia la que se debe responsabilizar por las bases morales, políticas, sexuales y religiosas de los alumnos. Es decir, se prohibe hablar en clase de temas como el aborto, el embarazo adolescente o el sida, aunque sean problemas reales de los chavales. También implica que la historia se debe enseñar “sin valoraciones”. Un movimiento que ha servido para intentar impulsar el revisionismo histórico, rehabilitando así la historia de la dictadura en ese país. (En España también estamos asistiendo a una guerra para que a los niños no se les explique, de forma profunda, las consecuencias más brutales de la dictadura de Franco). Bolsonaro, apoyado en los sectores políticos evangélicos, prometió convertir esta propuesta en una norma que legalizase además que los estudiantes pudiesen grabar y difundir a los profesores que “ideologizasen” en la enseñanza. Tanto el laicismo como la libertad de cátedra estarían aquí amenazadas. Para Raul Zibechi, esta ofensiva tenía también el objetivo oculto de frenar al movimiento estudiantil y desviar los problemas de las escuelas a la cuestión de la disciplina en el aula y la falta de valores. Nos suena de algo, ¿verdad? Al final, la ley fue detenida en los tribunales por la Corte Suprema, un frente que en Brasil está sirviendo para frenar las peores trapacerías de Bolsonaro. Pero el presidente de extrema derecha no se ha detenido ahí, y su nueva propuesta implica la militarización de las escuelas con el proyecto de implantación de 108 escuelas cívico-militares hasta el año 2023.

El frente educativo es esencial para las extremas derechas de todo el planeta. Como en otras cuestiones –todas las relacionadas con el género–, tiene esa doble función: construir sus bases agitando mediante guerras culturales que provocan adhesión de una parte conservadora o religiosa de la sociedad, y desviar la atención de los problemas educativos reales asociados con la implementación de la óptica neoliberal. Que sean guerras culturales, sin embargo, no implica que no estén tocando temas esenciales para que los jóvenes tengan más herramientas y conocimiento para construirse en libertad. Estas confrontaciones en torno a la educación seguirán. Nos queda defender a capa y espada la laicidad y la libertad de cátedra al tiempo que luchamos para implementar una mayor presencia de cuestiones esenciales como la educación sexo-afectiva en las escuelas.

martes, 2 de noviembre de 2021

Las escuelas que segregan por sexo: vínculos con el Opus, millones en conciertos y aferradas al Constitucional (Daniel Sánchez Caballero para ELDIARIO.ES)

 Reproducimos esta noticia de ELDIARIO.ES


Es un negocio millonario, aunque los beneficios después no se cuentan en euros. Decenas de centros privados que segregan a su alumnado por sexo se aprovecharon de la puerta que abrió la Ley Wert (Lomce) del PP para acogerse al sistema de conciertos y beneficiarse de la financiación pública. Gracias a esto, han recibido cientos de millones de euros en subvenciones en los últimos años, especialmente en comunidades como Madrid, Catalunya, donde se han pagado 311 millones de euros a escuelas segregadoras en diez cursos, o Euskadi y Navarra.



Hasta que la Lomloe (Ley Celaá) puso coto y obligó a todos los centros que reciben fondos públicos a practicar la coeducación y no separar a su alumnado. Lo establece así en su disposición adicional vigésima quinta: "Los centros sostenidos parcial o totalmente con fondos públicos desarrollarán el principio de coeducación en todas las etapas educativas (…), y no separarán al alumnado por su género". La financiación pública corría riesgo.



Pero la escuela concertada segregadora se resiste. Peleó y ganó las primeras decisiones al respecto en Catalunya, y ha peleado, y va camino también de ganar, por segunda vez, en el Tribunal Constitucional, que está a punto de proponer que esa disposición de la Lomloe no sea válida y se obligue al Gobierno a financiar la segregación por sexo, tras un recurso de Vox. Ya lo hizo el TC en 2018, cuando rechazó un recurso del PSOE ante varios artículos de la Lomce, entre los que se encontraba precisamente el permiso para concertar este tipo de centros. Un balón de oxígeno para estos colegios, tanto entonces como ahora (si se confirma), que según sus cuentas públicas están perdiendo dinero en los últimos años.


¿Cuáles son estos centros? ¿A quién pertenecen? A falta de un listado oficial, la inmensa mayoría de ellos son del Opus Dei o al menos están muy cercanos a la Obra. La agencia Efe contabilizó cerca de cien colegios que segregaban por sexo hace dos cursos, de los que 67 tenían un concierto. Hay conglomerados de colegios, como el grupo Fomento de Centros de Enseñanza (con centros por toda España y a quien pertenecen un tercio de estos colegios segregadores) o los de la Institució Familiar d'Educació de Catalunya, asentado en esa comunidad, y Baleares; también hay centros sueltos, como es el Colegio Los Tilos, exclusivamente femenino, en Madrid. Su negocio no parece el económico, al menos a decir de las cuentas que recoge infocif.es de alguno de ellos. Este último centro, por ejemplo, registra pérdidas en los dos últimos ejercicios, y los que presentan beneficios pueden considerarse pequeños para la magnitud del grupo.


Guerra abierta en Catalunya

La Generalitat es una de las administraciones que con más fervor ha abrazado la prohibición de concertar colegios que segreguen. O al menos lo ha intentado hasta que, literal, se topó con la Iglesia, que recurrió. En concreto, lo hicieron varios colegios pertenecientes a la Institució Familiar d'Educació, un grupo educativo que cuenta con 13 escuelas entre Catalunya y Baleares a las que acuden casi 8.000 alumnos y donde "el mensaje del Opus Dei es un rasgo nuclear de la identidad" del grupo, según su propia web. No todos los colegios de este grupo segregan, sin embargo: algunos se han fusionado para pasar a ofrecer educación mixta ante la falta de alumnado, como por ejemplo la Institució Igualada, que solo los separa en la ESO (y vuelve a juntar en Bachillerato).


El Govern intentó el curso pasado retirar el concierto a varios de estos centros, pero un recurso de los mismos les dio la razón: el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) argumentó que no se podía retirar la financiación pública porque los colegios perderían ingresos de manera inesperada y además causaría un perjuicio a los niños, que tendrían que cambiar de centro si dejaban de ser gratuitos. No contento con prohibir retirar el concierto, el TSJC obligó a la Generalitat a prorrogarlo seis años más.


Ahora la Generalitat vuelve a la carga. Con la Lomce aún vigente no pudo, pero creen en el Departament d'Educació que ahora la Lomloe les ampara. Y esta semana pasada ha anunciado que no va a renovar el concierto para el próximo curso a las 11 escuelas que siguen segregando, aunque tendrá que mantenerlo en Primaria por el revés judicial del pasado año. Esta decisión también dependerá, al menos en parte, de la decisión del TC respecto al recurso de Vox.


Calcula Educació que con esta medida se va a ahorrar unos 15 millones de euros. Es, echando una cuenta gruesa, casi la mitad cada año de los 311 millones que han pagado el Govern en los diez últimos cursos (31,1 al año) a centros privados que separan a alumnos y alumnas, según datos del Ejecutivo. Algo menos del 50% de este total, 137,8 millones de euros, ha ido a parar a colegios del grupo Institució Familiar d'Educació, que tiene tres centros que han recibido más de 30 millones de euros en este lapso: La Farga, en San Cugat, La Vall, en Sabadell, y la Institució Tarragona. Según el estado de sus cuentas publicado en infocif.es, el grupo se mantiene gracias a estas subvenciones públicas: en 2019 ganaron 126.406 euros y el año anterior habían perdido 267.031 euros.


Sin conflictos en Madrid

La situación en Madrid es exactamente la contraria a la de Catalunya: respaldo de la administración, que se dispone a aprobar una ley educativa autonómica para blindar los conciertos, incluidos los de centros que segregan, y boicotear la Lomloe en la medida de lo posible. La Comunidad destinó entre 2015 y 2020 unos 200 millones de euros a financiar estos colegios privados que separan por sexo (educación diferenciada, les gusta llamarla).


En la comunidad tienen especial presencia el grupo educativo Fomento de Centros de Enseñanza, que también opera fuera de la región. Este gigante tiene 32 centros por toda España, siete de ellos en Madrid, y posee el Centro Universitario Villanueva, que también ha sido agraciado por el Gobierno de la comunidad con una licencia para convertirse en Universidad propia y dejar de depender de la Complutense.


Fomento, como se conoce a este grupo, escolariza a unos 23.000 alumnos, y aunque no lo especifica en la web –a diferencia de otros centros, que nombran a José María Escrivá de Balaguer, fundador de la Obra–, también tiene conexiones con el Opus y utiliza para su ideario toda la terminología típica de este movimiento. A este grupo, que no tiene sus cuentas publicadas para libre acceso, pertenecen centros como Las Tablas-Valverde, que recibió 3,9 millones de euros en subvenciones públicas el curso 2019-2020, según la Cadena Ser, o el Fuenllana, un centro femenino, al que le tocaron 3,8 millones de euros por el concierto.


Además de los de este grupo, Madrid cuenta con colegios individuales, como el Tajamar, inspirado por el propio José María Escrivá de Balaguer o el Retamar, donde estudió el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida y también ligado a la Obra.


Financiar hasta incumpliendo en Navarra

En Navarra, el Departamento de Educación del Gobierno foral estudia retirar el concierto educativo a los colegios privados del Opus Dei Irabia-Izaga y Miravalles-El Redín, que supera los 12,5 millones de euros, después de que los mismos no hayan adaptado en aulas mixtas la totalidad de los niveles educativos este curso escolar como se comprometieron a hacerlo, informa Sol Gragera. De hecho, la dirección de los centros sólo ha mezclado niños y niñas en las aulas de Primaria en un intento de adaptarse progresivamente a la Lomloe y a la disposición de ley foral de 1998 que regula la financiación a estos centros.


Los cuatro colegios cuentan con cerca de 4.500 alumnos y 350 docentes. Miravalles-El Redín es del grupo Fomento de Centros de Enseñanza, mientras que Irabia-Izaga es obra corporativa del Opus Dei. Los cuatro están unidos jurídicamente en dos para cumplir el requisito de la ley foral de 1998 para recibir conciertos. De producirse la extinción del concierto el 31 de agosto de 2022, el Gobierno de Navarra analizará seguir pagando a los centros por medio de un "acuerdo motivado", como permite una disposición adicional de la Ley foral 11/1998, y "a los solos efectos de garantizar la continuidad del alumnado actualmente matriculado, hasta la finalización de las etapas educativas obligatorias que están cursando", según explicó el titular de Educación. Es decir, valorará seguir pagándoles aunque se demuestre que han incumplido la ley.


En torno al Opus en Euskadi

En Euskadi son seis los centros con concierto que separan por sexo a su alumnado: Arangoya en Bilbao, Gaztelueta en Leioa, Ayalde y Munabe en Loiu, Eskibel en Donostia y Erain en Irún. Todos ellos son del Opus Dei o pertenecen a la patronal COAS, próxima a la prelatura. El Gobierno vasco pagó 11,5 millones de euros a estos colegios el curso pasado, incluido el Gaztelueta, célebre estos pasados meses por haber amparado y defendido a un profesor que abusó de un alumno y fue finalmente condenado a dos años de cárcel.


El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, afirmó el pasado año que Euskadi aplicará la medida para dejar de financiar a estos colegios que introdujo la Lomloe. "En ese sentido, nosotros lo que haremos será cumplir la ley. Es una ley orgánica, es una ley básica. Y siendo un Gobierno, además, que siempre entendemos que tenemos que trabajar en profundizar en la igualdad de género, en un equilibrio entre sexos, en la verdadera igualdad entre alumnos y alumnas", explicó, en lo que supondría un giro de 180º respecto a la postura de su predecesora, también del PNV, quien defendía que "la enseñanza disgregada por sexos no es discriminatoria".


Estos son algunos de los principales grupos o colegios que separan a su alumnado por sexo y que además tienen un concierto. Fuera de esta categoría por no tener concierto, pero que también segrega por sexo, merece mención especial el grupo Attendis, también vinculado al Opus Dei y que opera principalmente en Andalucía y Extremadura, con 21 centros.



La ponencia del Constitucional da la razón a Vox y pide obligar al Gobierno a sufragar colegios que segregan por sexo (Gonzalo Cortizo / Daniel Sánchez Caballero para ELDIARIO.ES)

 ELDIARIO.ES publica esta noticia


En pleno proceso de renovación, el Tribunal Constitucional tiene sobre la mesa un borrador de sentencia que anticipa un nuevo éxito para Vox, en su intento de alterar algunas de las decisiones más importantes adoptadas por el Gobierno del Partido Socialista y Unidas Podemos. El magistrado Ricardo Enríquez, uno de los candidatos a hacerse con la presidencia del órgano de garantías, ha sido el encargado de redactar una ponencia de sentencia que, en caso de ser aprobada en su redacción actual, obligaría al ejecutivo de Pedro Sánchez a reactivar la financiación de los colegios que segregan por sexo, suspendida por la Ley Celáa. Algunas comunidades como Catalunya ya han anunciado que dejarán de financiar a este tipo de centros a partir del próximo curso. La sentencia, en caso de prosperar el texto del magistrado ponente, frenaría esos planes en seco.

El texto, cuyo debate está previsto para el próximo 26 de octubre, responde a un recurso presentado por Vox contra la Lomloe, la ley educativa conocida como Ley Celaá. El ponente propone una estimación parcial del recurso planteado por la formación de extrema derecha que declare inconstitucional la prohibición de financiar con fondos públicos a los colegios que organizan a los niños y niñas en aulas separadas.

El borrador de sentencia redactado por Enríquez argumenta que el principio de libertad de educación y el criterio de los padres están por encima de los planes del Gobierno en el diseño de aquellos modelos educativos susceptibles de ser subvencionados. De prosperar la propuesta de sentencia, los conciertos públicos deberán extenderse obligatoriamente a cualquier colegio al margen de su proyecto educativo, incluso si optan por separar a niños y niñas en las aulas. Así las cosas, los centros que segregan por sexo podrán reclamar su derecho a subvención sin que el ministerio de Educación pueda hacer nada para evitarlo.


No es la primera vez que el TC aborda el asunto de los colegios que segregan por sexo. Lo hizo en 2018, dando su apoyo a la Ley Wert de 2013 y a la puerta abierta que ese texto dejaba para financiar a ese tipo de centros. En aquel momento el PSOE presentó un recurso pero el tribunal sentenció que la decisión no planteaba conflictos constitucionales. Los socialistas perdieron.


La diferencia ahora es que la ponencia del Constitucional que resuelve el recurso de Vox pretende dar un paso más: ya no se trata de decir que pagar a centros que segregan es constitucional sino que se afirma que no hacerlo, como establece la ley Celáa, está fuera de la Constitución. Según fuentes de la institución, la sentencia propuesta a debate obligará a este Gobierno y a los que vengan detrás a seguir pagando a instituciones dependientes de organismos como el Opus Dei que apuestan por la educación diferenciada


La ley Celaá, actualmente en vigor, prohíbe expresamente que los centros que tienen un concierto separen a su alumnado en función del género. Su disposición adicional vigésima quinta, aprobada durante su tramitación parlamentaria,establece: “Los centros sostenidos parcial o totalmente con fondos públicos desarrollarán el principio de coeducación en todas las etapas educativas (…), y no separarán al alumnado por su género”. Esa parte incorporada a la ley es la que el magistrado Ricardo Enríquez quiere declarar inconstitucional.


Catalunya en la vanguardia

La comunidad autónoma más beligerante con la subvención de modelos educativos como el que plantea el Opus Dei es Catalunya. Antes de la Ley Celáa ya trató de retirar el concierto a 11 centros que segregaban por sexo a su alumnado de Primaria, pero el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad obligó a la Generalitat a mantener los conciertos e incluso a ampliarlos durante seis años porque podría suponer una merma en sus ingresos y para no perjudicar -argumentaba- a los menores, que se verían obligados a cambiar de colegio y adaptarse al nuevo centro.


Con la ley Celáa como amparo el gobierno de Pere Aragonés ha vuelto a la carga y esta misma semana ha decidido no renovar el concierto a las 11 escuelas que siguen segregando en la comunidad, aunque solo podrá hacerlo en las etapas de Infantil, Secundaria y Bachillerato tras la anterior decisión del TSJC. El Departamento de Educación cree que ahora, con la Lomloe, están más “armados” jurídicamente. Ese parapeto está a punto de saltar por los aires si prospera el proyecto de sentencia que ha redactado su actual ponente.


Efectos de la renovación

Pero en medio de todo esto se cruza el proceso en marcha para renovar el TC en virtud del acuerdo que acaban de alcanzar PSOE y PP y que determinará una nueva composición, todavía por conocer del órgano de garantías. Quien firma el borrador de sentencia, Ricardo Enríquez, es uno de los más firmes candidatos para hacerse con la presidencia de la institución, en la que seguirá habiendo una mayoría conservadora a corto plazo. La deliberación sobre la Ley Celáa está prevista para el próximo 26 de octubre y el pleno ya está convocado. Un día antes, el 25, el Congreso tiene previsto impulsar el nombramiento de los nuevos magistrados. Según fuentes del tribunal, los cambios no afectan al contenido de la ponencia pero sí al calendario: es más que probable que el pleno previsto para abordar la cuestión tenga que ser aplazado y sea una nueva mayoría la que afronte el debate.


Para entonces, habrá un nuevo presidente y un nuevo equilibrio: Del ocho a tres actual (incluyendo a Encarnación Roca, últimamente alineada con las propuestas de Vox), el nuevo reparto quedaría con siete magistrados en el bloque conservador, frente a cinco en el progresista. Con ese nuevo escenario es posible que la propuesta de Enríquez tenga que superar cierta suerte de debate que en los últimos plenos apenas se ha producido, tal y como señalan a esta redacción fuentes del tribunal. Si las dudas afloran, el ponente podría ser encomendado para elaborar una nuevo texto. El que está redactado y sigue sobre la mesa del tribunal dispone obligar al Gobierno a pagar a los colegios que separan a sus alumnos por sexos.


Según datos de 2018, en España hay 87 centros que separan a niños y niñas, la mayoría de ellos en Madrid, Catalunya y la Comunitat Valenciana.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Enseñar valores en la escuela como forma de "educar para la vida" frente a la acusación de adoctrinamiento del PP (Marta Borraz para ELDIARIO.ES)

 Publicamos este artículo de ELDIARIO.ES



Ante la polémica reavivada por la derecha tras conocerse los planes del Gobierno con la Educación Primaria, voces expertas ven "crucial" transmitir en las aulas estos contenidos: "La escuela es el lugar para educar en conocimientos científicos y en los valores cívicos y universales que responden a los derechos humanos"


La polémica ya está servida cuando falta poco para que arranque el curso escolar. Los planes del Gobierno de fomentar "una educación en valores" en la etapa de Educación Primaria con la aplicación de la LOMLOE, la nueva ley educativa, han hecho salir en tromba a los sectores más conservadores con su acusación estrella: el "adoctrinamiento" en las aulas. El Partido Popular, que lidera esta oposición, considera que la nueva asignatura de Valores Cívicos y Éticos y el resto de contenidos relacionados que el Ministerio de Educación prevé incorporar en diferentes asignaturas a partir de 2022, son una forma "de introducir ideología en las aulas" y que "la única intención" del Ejecutivo es "apoderarse de la educación", han dicho varios de sus líderes.



No es algo nuevo. Se trata de una acusación esgrimida por la derecha que tiene su reflejo en la promoción por parte de Vox del veto parental, pero que ha emergido con fuerza estos días a raíz de conocerse el borrador del Real Decreto de ordenación y enseñanzas mínimas de Educación Primaria, adelantado por El Mundo. El documento ya está en poder de las comunidades, pero no es definitivo todavía porque deben hacer aportaciones. Algunas como la Comunidad de Madrid o la Región de Murcia ya han advertido públicamente de su firme oposición e incluso han señalado que desafiarán la ley. "En Madrid, haremos todo lo que esté en nuestra mano para evitarlo", avisó el consejero de Educación del Gobierno de Isabel Díaz-Ayuso, Enrique Ossorio.

Voces expertas en educación y pedagogía insisten, sin embargo, en que la educación debe ir más allá de la enseñanza puramente académica y ven "crucial" que en las aulas se integren contenidos vinculados "a valores fundamentales" como "la empatía, la solidaridad o la igualdad", aquellos "que nos representan como sociedad", explica Pilar Gargallo, presidenta de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Catalunya. "Sin ello no podrían impartirse los contenidos, si no trabajamos estos valores en las aulas, lo demás no entra. Claro que lo académico es importante, pero ¿cómo lo das si entre el alumnado no hay un clima de respeto y de convivencia? La escuela debe mostrar cómo vivir en sociedad, una sociedad que es plural y diversa", completa la experta.

Niños en el hall del colegio Alameda de Osuna en el primer día del curso escolar 2020-2021, en Madrid Jesús Hellín / Europa Press

La propuesta del Ministerio de Educación y Formación Profesional, ahora dirigido por Pilar Alegría, hace una clara apuesta por incorporar en los currículos contenidos relacionados con el respeto por la diversidad, la igualdad de género de forma transversal, "la armonía con los demás" o la educación emocional. Así, la nueva asignatura de Valores Cívicos y Éticos, obligatoria para el tercer ciclo de Primaria y que ha hecho renacer los argumentos usados contra la Educación para la Ciudadanía impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero, prevé fomentar en los más pequeños "el autonoconocimiento y desarrollo de la autonomía personal", "la comprensión del marco social de convivencia", las "actitudes compatibles con la sostenibilidad y el entorno" y "la educación de las emociones".

En la actualización de los currículos gana peso "el respeto por las minorías y las identidades étnico-culturales y de género", la realidad LGTBI, el "multiculturalismo", la "cultura de paz y no violencia", las conductas orientadas al "respeto" o la "empatía" y las vinculadas al autoconocimiento, el consumo responsable o la educación para la salud, con un impulso fuerte de la educación afectivo-sexual. Todo ello con el objetivo de que el alumnado "adopte un compromiso activo con los principios y normas que articulan la convivencia democrática".

Además de ejercitar el cuerpo y fomentar la actividad deportiva, la asignatura de Educación Física prevé poner énfasis en la propia autoestima o la alimentación saludable, y Conocimiento del Medio en el respeto por el entorno o la importancia de ser "agentes de cambio ecosocial" con el objetivo de "construir un mundo más justo, solidario, igualitario o sostenible". La perspectiva de género o la adquisición de "destrezas emocionales" en el aprendizaje de Matemáticas ha sido una de las ideas más ridiculizadas por los sectores conservadores, pero reclamada desde hace años por las científicas con el objetivo de impulsar estas vocaciones en las niñas.

"Impulsar una sociedad del mañana mejor"

Para Enrique Díez, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León, estos contenidos son claves para la apuesta educativa: "La vida y la educación no pueden ser dos mundos ajenos. La finalidad fundamental del sistema educativo es el desarrollo como personas y miembros de la comunidad, y educar para la vida significa avanzar en la construcción de un mundo más justo y mejor, cuidando de los seres humanos y del planeta. Mucho más importante que las puntuaciones en matemáticas y en ciencia en las evaluaciones de PISA es la implicación de la generación siguiente en el mantenimiento de una democracia real y en la construcción de una sociedad más justa. Si no enseñamos esto, ¿para qué sirve realmente la educación?", se pregunta. Coincide Gargallo, que define el aula, junto a la familia, como "el centro neurálgico y un foco de socialización entre iguales y de aprendizaje para la vida".

Por su parte, el Partido Popular ha respondido a las propuestas con la promesa de impulsar una nueva ley educativa contra "el adoctrinamiento". Su alternativa se basa, según han publicitado estos últimos días, en "la libertad de elección de centro", "el castellano como lengua vehicular" y una "erradiación de la ingeniería social educativa de la izquierda". Esta batería de puntos es la que varios líderes del PP, entre ellos Pablo Casado, han difundido en Twitter. Otros dirigentes populares, como Enrique López, consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, han insistido en que los valores que debe "defender" la escuela son "los que establece la Constitución" y lo demás "es querer introducir la ideología en las aulas".
El nuevo currículo descarga la excesiva cantidad de contenidos de las leyes anteriores y se centra en los aprendizajes esenciales, que de no alcanzarse sitúan a un estudiante en riesgo de exclusión social. EFE/Eliseo Trigo/Archivo EFE/Eliseo Trigo/Archivo


Lo que opinan las voces expertas consultadas es que es precisamente del articulado de la propia Carta Magna o de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las que derivan los contenidos propuestos y difícilmente podrá hablarse de igualdad o equidad sin hacer referencia a las diferentes discriminaciones que aún siguen operando en la sociedad. "Estos valores deben ayudar a nuestros niños, niñas y jóvenes a integrarse en una sociedad que debe ser rica en valores, en la que se debe respetar la diversidad sexual y de género, racial o étnica", cree Cynthia Martínez Garrido, profesora de Métodos de Investigación y Evaluación en Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. El objetivo, explica la experta, es doble: por un lado, "combatir" la segregación que todavía existe en la escuela, por otro "impulsar una sociedad del mañana mejor".

También Díez, docente en la Universidad de León, apunta a lo mismo: "La escuela es el lugar para educar en conocimientos científicos y en los valores cívicos y universales que responden a los derechos humanos. Y la igualdad entre hombres y mujeres, el cuidado de los seres y del planeta, la convivencia y empatía emocional con el diferente o el respeto a la diversidad forman parte de esos derechos humanos".



Nada nuevo: un debate que es "ruido" político

Coinciden las expertas también en que las leyes vigentes en España ya obligan al fomento de estos conocimientos y valores, aunque ahora se busque reforzarlos, pues "se trata de valores universales que se vienen incluyendo en el currículo desde hace tiempo", aclara Díez. "No estamos hablando de nada nuevo", añade Martínez, que reclama frente a las acusaciones de "adoctrinamiento" que la sociedad "confíe en la labor del profesorado". A lo mismo apunta Gargallo, de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Catalunya, que pide "confianza en la profesionalidad docente y el compromiso ético que tenemos como profesionales" y lamenta que el debate esté siendo "político" y no "pedagógico", lo que, asegura, "no nos lleva a ninguna parte". "Tiene más que ver con el ruido político que otra cosa", complementa Martínez.

Sobre todo, porque mecanismos para impedir el "adoctrinamiento" o la mala praxis en las aulas ya existen, insisten las expertas. "Puede que haya algún sitio en el que alguien quiera marcar su doctrina y su dogma, pero eso el propio sistema ya lo impide", explica Gargallo. Estas vías son la detección por parte de la propia comunidad educativa a través del Consejo Escolar, la Inspección Educativa, en la que se pueden plantear denuncias, o los propios proyectos educativos del centro, enumera la experta. "Parece que quienes se oponen a esto lo que quieren es marcar una única línea y apuestan por la uniformidad, pero España es muy plural y no es uniforme. Y eso hay que vivirlo, compartirlo y respetarlo. También en las aulas", concluye.

domingo, 9 de mayo de 2021

'Cara al sol', 'feminazismo' y homofobia: la retórica de la extrema derecha se cuela en las aulas murcianas (Santiago Cabrera Catanesi para eldiario.es)

 Artículo de Santiago Cabrera Catanesi para eldiario.es

La última demoscópica territorial murciana reveló un apoyo del 20,3% de jóvenes entre 18 y 31 años a Vox con el sumatorio de la intención de voto y la simpatía hacia los partidos políticos

8-5-2021

El ideario de la extrema derecha se escucha cada vez más en los pasillos y aulas de los centros educativos murcianos. Estudiantes que niegan la existencia de la pandemia, rechazan el feminismo o entonan cánticos franquistas empiezan a ser una constante a la que se enfrentan docentes, padres y alumnos. La última demoscópica del Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP) advierte de la afinidad de los jóvenes con el discurso de Vox: el sumatorio entre la intención de voto y la simpatía hacia los partidos políticos arroja un 20,3 por ciento de apoyos a la formación de extrema derecha provenientes de votantes de 18 a 31 años. Una cifra que solo supera el Partido Popular, con un 20,9 por ciento en la misma franja de edad. Los datos contrastan con el recuerdo de voto de las últimas elecciones en 2019: un 12,8 por ciento de murcianos entre 18 y 31 años metió la papeleta de Vox en las urnas.

No es un misterio que la Región es el núcleo duro de votos de Vox a nivel nacional: en las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019 fue primera fuerza en la comunidad con 199.440 votos, es decir, el 28 por ciento del total de sufragios emitidos. Un año y medio después, la comunidad educativa da la voz de alarma por cómo ha calado la retórica extremista entre las nuevas generaciones.

La moción de censura fallida impulsada por PSOE y Ciudadanos contra el Partido Popular propició que una de los tres diputados díscolos de Vox, Mabel Campuzano, asumiera las competencias de la Consejería de Educación y Cultura a cambio de su apoyo para tumbar dicha moción. Una decisión plagada de críticas desde el sector cultural y educativo murciano. Docentes de la Región llegaron a calificar el documento con las "líneas maestras" de Campuzano: "sentimos comunicarle que no aprueba". Aun fuera de Vox, la consejera se ha mostrado abiertamente favorable al discurso de la extrema derecha: se ha autoproclamado 'preguntacionista' –ha asegurado que no se vacunará contra la COVID-19– y es defensora del veto parental y de las teorías conspirativas del 11M. Su inclusión dentro del Gobierno de Murcia ayuda a legitimar los postulados de Vox.

"O estás con ellos o contra ellos"

El hijo de Sergio (nombre cambiado), de trece años, llegó un día a casa y le contó a su padre que sus compañeros solían cantar de pie el himno falangista 'Cara al sol' en la clase de historia. "Había enfrentamiento entre los críos, y la profesora no hacía nada por pararlos", indica el progenitor. Chistes homófobos o cánticos franquistas eran situaciones habituales que la docente no intentaba acallar. Varios padres decidieron hablar con el jefe de estudios del centro educativo, que aseguró no saber nada de lo que sucedía, aunque reconoció que había escuchado por los pasillos del colegio gritos de "¡Viva España!" o "¡Viva Franco!": "Lo cortó de cuajo y no volvimos a tener problemas", asegura el padre.

Esther (nombre cambiado), docente de un centro concertado de Cartagena, lleva más de quince años dando clases y ha percibido en los últimos tres un cambio de comportamiento entre los adolescentes, algunos con "actitudes totalmente franquistas". "Defienden de forma agresiva los ideales de Vox: antiinmigración, antimujer, antipolíticas de igualdad", lamenta la profesora. No solo es el discurso en donde percibe el cambio entre el alumnado desde segundo de la ESO, sino en la forma de defenderlo: "No entienden que en democracia hay diversidad de opiniones. O estás con ellos o contra ellos". La docente asegura que en segundo de Bachillerato hay estudiantes que se identifican abiertamente con el ideario franquista. En un proyecto que se hizo en el centro sobre personajes de la historia, varios alumnos optaron por interpretar al dictador Francisco Franco o a Primo de Rivera por afinidad ideológica. "Desde que comencé como profesora he visto un cambio en la forma de debatir: antes los estudiantes eran de izquierdas o de derechas, pero eran más dialogantes".

"Son mensajes llenos de machismo, racismo o antiinmigración"

Javier es un estudiante de 17 años que va a un colegio de Murcia. Por las tardes, al volver de las clases es habitual que prepare información con sus padres para contrarrestar el argumentario de extrema derecha que sus compañeros y amigos le predican. "A veces los convenzo", reconoce Javier, que admite que a algunos los argumentos se les quedan "cortos" y se niegan a rectificar. "Por ejemplo, muchos creían que el número de vacunaciones dependía del Gobierno central, y les hice ver que no, que era una competencia de la comunidad", narra el alumno.

Su madre percibe, a través de las experiencias de su hijo, la importancia que tienen las redes sociales a la hora de calar el discurso de partidos como Vox en las nuevas generaciones: "Son mensajes muy simplistas, llenos de machismo, racismo o antiinmigración". La progenitora ve que en su adolescencia lo que se entendía por ser "revolucionario" se asociaba a pensamientos de izquierda, mientras que ahora la rebeldía juvenil se está identificando en la extrema derecha.

Otra profesora de un instituto de Archena, Elena (nombre cambiado), que da clases a un grupo de FP Básica, cuenta que un grupo de unos doce alumnos no distingue entre los términos machismo, hembrismo y feminismo. "Usan la expresión 'feminazi', típico de la extrema derecha, critican las manifestaciones feministas y niegan cualquier tipo de explicación", lamenta. A su aula acuden jóvenes de entre 15 y 18 años, señala que los estudiantes conflictivos suelen venir de familias desestructuradas y que las discusiones surgen a raíz de comentarios machistas que profieren algunos de sus alumnos. Elena es profesora desde 2005 y ha percibido un cambio fuerte en la actitud de los estudiantes a raíz de la pandemia, que reclaman su libertad individual frente a la salud pública. Una situación que ha "crispado" el debate político, y señala a Vox como uno de los precursores de la polarización. "Incluso tuve un grupo de estudiantes de cuarto de la ESO negacionistas de la COVID", cuenta resignada la profesora, aunque señala que consiguió hacerlos "recapacitar".

Banderas de España y cantos legionarios

Los alumnos de Silvia (nombre cambiado), otra profesora de primero y segundo de la ESO, se registran en una app educativa con nombres como 'Vox' o 'Santiago Abascal', o se ponen la bandera de España. "Lo hacen de forma inocente, pero es bastante curioso: ¿qué los lleva a hacer algo así?", se pregunta la docente. También recuerda que el año pasado, antes del comienzo del estado de alarma, fueron a pie a una excursión y por el camino sus estudiantes decidieron cantar el 'Cara al sol' para pasar el rato. "Les llamamos la atención y les explicamos que lo que hacían estaba fuera de lugar, pero lo que nos sorprendió es que sabían la letra mejor que nosotras", narra Silvia.

La última situación que recuerda la docente fue a principios de año, cuando propusieron a sus alumnos decorar un espacio de estudio. Un grupo de cuarto de la ESO apareció con una bandera gigante de España y la "colgaron en la pared". Más tarde, se encontraron con varios de esos estudiantes sacando pecho y con una mano en el corazón mientras cantaban 'El novio de la muerte', himno oficioso de la Legión Española. En ese momento una compañera de Silvia sugirió a los estudiantes que debían informarse por el origen de la canción antes de cantarla.

El toque de atención valió para que al día siguiente el grupo de alumnos apareciera con enseñas de España atadas a los hombros a modo de protesta. "No teníamos problema con la bandera colgada en la pared. De hecho, sigue ahí a día de hoy", indica la docente, que asegura que ni siquiera los padres veían "problema alguno" en lo que habían hecho sus hijos. La solución pasó por que la profesora de Historia les profundizara en una clase sobre la dictadura franquista. "Parece que lo entendieron porque desde entonces no ha habido problemas". Silvia se muestra preocupada por cómo las nuevas generaciones asumen la retórica de la extrema derecha: "La interiorizan y la naturalizan desde la inocencia".

lunes, 3 de mayo de 2021

¿Libertad? ¿Qué libertad? (Manuel Menor)

 Publicamos este artículo del compañero Manuel Menor:


Significa poco si no va acompañada de gestos solidarios; su propaganda puede ser una distracción que no libera de nada.

 

En septiembre de 2021, hará cien años del nacimiento de Paulo Freire en Recife (Brasil). En muchas colectividades, grupos de trabajo, sindicatos de trabajadores y docentes, se ha empezado a celebrar el centenario del autor de Pedagogía del oprimido (1970).

 

Educación liberadora

 

Antes, ya había escrito La educación como práctica de la libertad (1967), además de una reflexión crítica sobre La educación y la realidad brasileña (1959) y sobre su actividad educadora inmediata en  La alfabetización y la conciencia (1963). De ese núcleo central, en que educación, liberación de la palabra de los pobres y sociedad, emergería una importante y extensa obra hasta entrado este siglo, de gran influencia en muchos educadores del mundo y, en particular, en cuantos han tenido que ver con la educación pública y la “cultura popular”. En España, su teoría de la “bancarización del conocimiento” y sus formas innovadoras de educar la mirada y la reflexión, tuvieron gran difusión en los movimientos renovadores de los años setenta, las escuelas de verano y en quienes pugnaron por una  “alternativa democrática” a lo que había sido la educación nacionalcatólica del franquismo; él inspiró, en buena medida, a los más optimistas incluso después de que, tras el acuerdo del art. 27CE, se reinterpretara la libertad de educar como algo cerrado y casi exclusivo.  Cuantos han seguido urgiendo la construcción de un sistema abierto para todos, con una estructura y métodos de trabajo sin privilegios para selectos de nacimiento, fortuna familiar, creencia o condición cultural, son deudores en alguna medida de Freire, como lo son de Dewey, Freinet, la ILE (Institución Libre de Enseñanza) y otros como Lorenzo Luzuriaga quien, ya en 1921, reclamaba una “escuela única” y una “escuela nueva”, coeducadora y laica.

 

Luchas por la libertad

 

El afán de libertad venía de lejos. En España, el Madrid del dos de mayo vio cómo Goya la pintaba muchas veces; en la Puerta del Sol, en sus Cuadernos, Caprichos y Desastres, y de modo especial en Los fusilamientos del dos de mayo,  rinde un cumplido homenaje al afán de libertad democrática. También un dos de mayo, de 1879 en este caso, según reza en la fachada de una taberna cerca de Sol, “careciendo los trabajadores de libertad para reunirse y asociarse se fundó clandestinamente el Partido Socialista Obrero Español”. La pobreza que generaban los malos salarios en los trabajadores, para quienes no había legislación protectora de ningún género, campaba por las calles, afectaba a la inmensa mayoría de la población  -desescolarizada en gran medida y sin derecho de voto- y, cuando tenían alguna enfermedad, quedaban lisiados por algún accidente laboral o se adentraban en la vejez, estaban condenados, en el mejor de los casos, al limosneo. Quienes se arriesgaron a luchar porque el panorama cambiara, hubiera libertad de voto y una sociedad más justa, fueron acusados de causar “la cuestión social”, los condenaron a la cárcel por cuestionar el orden y fueron masacrados con frecuencia, como pintó, por ejemplo, Ramón Casas en 1899 en La Carga.

 

La pelea moderna por la libertad venía de antes; muchos otros habían peleado ya por ella. De  manera muy significativa –y como referencia de otros conflictos, logros y retrocesos, en que la libertad ha sido el emblema-,  la Revolución Francesa de 1789 y su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano es un hito valioso en que fue esgrimida para el logro de la dignidad de iguales que conllevaba   el hecho de haber nacido.  Sin embargo, al lado del estertor de una larguísima época feudal, pronto las fuerzas conservadoras se agremiaron para que la preciada libertad no prendiera en cuantos hasta entonces eran “el común” del estrato social más bajo, el del “Tercer Estado”. Trabajadores, criados, siervos y dependientes de los señores -seculares y eclesiásticos- que habían tenido siempre privilegios legales, judiciales, económicos y sociales, fueron vistos en adelante como peligrosos para sus ventajismos; y en 1871, en la masacre de la Comuna, la clase trabajadora se sintió traicionada por quienes cantaban la Marsellesa y se acogieron a La Internacional. De esa ambigüedad del término “LIBERTAD”, palmaria en las peleas que han seguido, vienen las muy distantes maneras de hablar de ella hoy, tan contrapuestas que parece una palabra “insignificante”, ambivalente incluso cuando es pura fachada publicitaria de cualquier marca comercial.

 

Lo bello no es fácil

 

Por si fuera poco este trajín con la diversidad semántica -y operativa- de una de las palabras más importantes de la historia de la humanidad, Emilio Lledó ha recordado en Fidelidad a Grecia (Taurus, 2020) cómo Aristóteles en su análisis de las estructuras reales e ideales del “animal que habla” –como calificaba el Estagirita al ser humano- construyó el edifico básico de la Lógica, la Psicología, la Física, la Retórica, la Poética, la Metafísica y la Ética para construir el edificio de la Política, es decir, de los saberes  concernientes al bien del individuo y de la ciudad; en realidad, eran el mismo: “pues aunque el bien del individuo y el de la ciudad sean el mismo, es evidente que será mucho más grande y más perfecto alcanzar y preservar el bien de la ciudad…: es más hermoso y sublime lograrlo para un pueblo y las ciudades” (Ética a Nicómaco, I, 2).

 

Ese sendero, en que la reflexión  motivadora de la acción del hombre por su bien y el de su comunidad se inicia en la Grecia anterior al siglo IV a.C. , no tiene, de todos modos, garantía alguna de durabilidad si no está soportado en la reflexión, el conocimiento y la cuidadosa educación. También Lledó recuerda cómo Diotima,  en El Banqute de Platón,  explica que ni los dioses filosofan –porque “ya tienen el saber”- ni los ignorantes, porque la ignorancia les impide añorar el saber como forma incesante de apego al verdadero conocimiento. “La ignorancia –afirma- es el castigo supremo de los hombres y su reino es el de la oscuridad”; con las palabras -coherentes o mentirosas con nuestras propias ideas-- establecemos la comprensión del universo, la identificación del bien y la belleza, la verdad y la justicia que queremos construir. Y no cabe duda de que, en los tiempos que corren, palabras como “libertad”, “belleza”, “justicia” o “verdad”, vuelven a ser difíciles de entender; a veces, como en los duros años 30, producen miedo según quién las pronuncie.

 

Manuel Menor Currás

Madrid, 02.05.1944

sábado, 24 de abril de 2021

Odiar el odio (Ruth Toledano para eldiario.es)

 Artículo de Ruth Toledano para eldiario.es

viernes, 23 de abril de 2021

Ni menor ni inmigrante ni en España: la foto del cartel de Vox se la hizo un joven a un amigo en Bangladesh (Álvaro Piélago para eldiario.es)

 Artículo de Álvaro Piélago (IK Press) para eldiario.es

  • Ahnaf Piash, autor de la imagen, tiene 20 años y estudia en Canadá: "Me resulta doloroso que la imagen se use para faltar al respeto a los niños migrantes"
22-4-2021

La fotografía que Vox ha utilizado en sus carteles estaba en un banco de imágenes gratuitas. Ahnaf Piash

La fotografía del supuesto menor no acompañado (MENA) que Vox ha utilizado en los carteles que la Fiscalía ha pedido retirar porque pueden ser constitutivos de un delito de odio (y que el juez de guardia ha decidido mantener de momento en su sitio) no pertenece a un menor, ni tampoco se trata de una persona extranjera y mucho menos se ha tomado en España. Es un retrato extraído de un banco de imágenes gratuito; una foto tomada en Bangladesh por Ahnaf Piash a un amigo suyo.

El autor de esa imagen, un joven bangladesí de 20 años que estudia la carrera de Informática en la Universidad de Manitoba en Winnipeg, Canadá, no tenía idea de que su fotografía estuviera siendo usada en la campaña xenófoba del partido de Santiago Abascal, que manipula datos para cargar contra los menores migrantes tutelados. "El modelo es mi amigo. Por motivos de confidencialidad no puedo revelar el nombre, pero la persona que aparece en la foto no es un inmigrante", explica. De hecho, cuenta que la instantánea se tomó en el distrito de Faridpur, en Bangladesh, hace unos meses y aclara que nunca ha estado en España ni conoce a nadie que viva aquí.

Piash, aficionado a la fotografía desde 2015, realiza principalmente retratos y fotos de paisajes, como puede verse en su perfil de Instagram. "Trabajo muy duro en cada fotografía y las pongo en línea completamente libres de derechos para que la gente pueda disfrutar del arte. Si alguien las utiliza para burlarse de niños migrantes y faltarles al respeto, me resulta muy doloroso porque yo mismo soy un inmigrante en otro país", explica por email desde Canadá.

"Mi intención con la fotografía era únicamente crear una obra artística de un hombre con una camiseta y capucha", sostiene Ahnaf Piash, "muy enfadado" porque se utilice para una campaña política racista como las que pudo ver en los Estados Unidos de Donald Trump. "Tengo pocos conocimientos sobre política, pero cualquiera que genere discursos racistas y populistas para ganar unas elecciones no es un verdadero líder, y, por lo tanto, no representa las demandas de su población", opina.

El retrato que Piash hizo a su amigo, con unos ligeros retoques que el mismo autor revela en su Instagram, mostrando el antes y el después, lo subió al banco de imágenes Unsplash junto con muchas otras de sus fotos. El sitio web cuenta con más de 200.000 fotógrafos colaboradores y dos millones de imágenes con una licencia equivalente a la de dominio público. En muchas ocasiones los bancos de imágenes obligan a quienes usan sus fotografías a citar al autor o a la propia página desde la que se ha obtenido el contenido. Este no es el caso: Unsplash permite reproducirlas para fines comerciales o no comerciales sin necesidad de hacer referencia a su creador.

El doble rasero ante la migración y la pobreza

Del racismo en Estados Unidos Piash sí puede hablar, ya que reconoce haberse enfrentado a él cuando visitó el país en 2016. En cambio, asegura que en Canadá, donde estudia desde abril de 2020, jamás ha sufrido un episodio racista. El estudiante de Informática y fotógrafo en sus ratos libres es consciente de que su color de piel y su procedencia serían diana segura de los ataques de Vox. Pero también reconoce que el estatus socioeconómico es fundamental en una ecuación en la que los menores no acompañados son el eslabón más débil: solos y desamparados en un país que no es el suyo. "Por mi experiencia, puedo asegurar que casi nadie será racista contigo por ser inmigrante si tienes suficiente dinero", sostiene.

Y asegura que le parece intolerable utilizar una fotografía tomada por una persona que ha migrado para atacar y difamar a otras personas migrantes: "Si vas a un cementerio y eliges la tumba de cualquier persona al azar, tendrán todas el mismo tamaño. Quiero decir que no eliges tu color de piel, ni tu lugar de nacimiento, así que deberíamos ayudarnos unos a otros y hacer frente al racismo". Él, por su parte, intenta apoyar a todos los artistas de su entorno, tanto de Bangladesh como de Canadá, "porque todas las formas de arte son importantes". 

Los carteles de la campaña de Vox en el metro de Madrid.

"El racismo es totalmente inaceptable. Con el debido respeto, creo que el Gobierno de España debería tomar las medidas adecuadas para proteger a todas las personas que lo sufren", asegura Piash. En cuanto al cartel de Vox, el joven termina la conversación con un mensaje para las personas que pasan delante de su imagen, enfrentada a la de una supuesta pensionista, en el metro de Madrid: "Mi consejo al pueblo es que piense, piense y piense de nuevo antes de apoyar a alguien que no respeta a todos por igual".

lunes, 12 de abril de 2021

Apagarle el micro a Vox (Antonio Maestre para eldiario.es)

 Artículo de Antonio Maestre para eldiario.es

Los mismos medios españoles que alabaron la actitud de la CNN y la Fox interrumpiendo los discursos de Trump cuando su derrota ya se había dado tienen que ser coherentes y ejercer ese hábito halagado con Vox
10-4-2021

José Castillejo Duarte fue uno de los grandes hombres de nuestra historia, por eso poca gente lo conoce. "Un gran español que murió en el exilio", dice su lápida en un cementerio Hendon Park Cementery Mill Hill de Londres, adonde huyó en 1936 por la persecución ideológica que se desató, una ignominia que en el caso de Castillejo fue cometida por la UGT y el fascismo y muestra lo que ocurre cuando el odio ya está desatado. Depurado por el franquismo en 1939, fue en palabras de Serrano Suñer "el hombre más terriblemente funesto que había visto nacer España" porque promulgó la enseñanza en libertad para crear una ciudadanía crítica que ejerciera su actividad política de forma comprometida a través de la Institución Libre de Enseñanza, enseñar antes que instruir, en definitiva. En 1943 en la BBC dejó una frase que define su pensamiento: "La voluntad del pueblo es soberana en una democracia, pero esa soberanía puede ser sensata o insensata y es insensata si cree que un pueblo puede vivir cada día de las reglas que se le dicten la víspera".

José Castillejo sería uno de esos hombres con los que yo no estaría de acuerdo en sus planteamientos políticos pero al que admiraría por su profundo conocimiento y por la búsqueda constante de la verdad desde sus posiciones liberales y en contra de las posiciones esencialistas. Era un defensor radical de la democracia y el respeto al diferente y sabía cuál era el enemigo contemporáneo de su época. Era considerado un miembro de esa entelequia llamada "Tercera España" que se instrumentaliza para intentar transmitir que en nuestro tiempo, hoy, el problema para la democracia viene de igual modo desde ambos polos ideológicos. No, en nuestro tiempo el único peligro que tienen las democracias liberales viene de los posfascismos, y cualquier defensor de los preceptos democráticos contemporáneos no puede establecer una dicotomía imaginaria entre ultraizquierda y ultraderecha para querer presentarse como un miembro de esa tercera España que hoy es solo propia de los tibios, colaboracionistas y cobardes. No hay peligro de revoluciones bolcheviques en Europa, si es lo que temen, no presenten peligros imaginarios para convencernos de que lo que son solo sus miedos burgueses son en realidad un pensamiento elevado de seres superiores.

En 'La caída de los dioses', la película de Luchino Visconti, un empresario liberal de la industria siderometalúrgica que tras el incendio del Reichstag es perseguido por los nazis da la clave: "La culpa es solo nuestra. De todos nosotros, incluso mía. No sirve levantar la voz cuando ya es demasiado tarde, ni basta con salvar las apariencias. Solo hemos dado a Alemania una democracia enferma. El miedo a una revolución proletaria que llevara al país a la izquierda era demasiado grande, y ahora no lo podemos defender más. El nazismo es nuestra creación. Nació en nuestras fábricas, se alimentó con nuestro dinero". El miedo a la izquierda es el mismo, pero ahora no hay peligro de una revolución proletaria, solo de que les suban los impuestos. Tan necios son. El único peligro contemporáneo para la democracia viene de los populismos de extrema derecha. Es hora de afrontarlo por parte de esos que dicen ser parte de la tercera España antes de que se den las condiciones para que tengan que huir como el empresario alemán de Visconti. O pueden ponerse ya el brazalete, que lo están deseando.

Apagarle el micrófono a Vox es una urgencia democrática por parte de todos aquellos medios y periodistas que crean en los valores fundamentales de la democracia y la Constitución. Los mismos medios españoles que alabaron la actitud de la CNN y la Fox interrumpiendo los discursos presidenciales de Donald Trump cuando su derrota ya se había dado tienen que ser coherentes y ejercer ese hábito halagado con Vox en vez de construir las condiciones para que lleguen al poder. El periodismo con perspectiva antifascista es imprescindible en democracia, del mismo modo que lo es el que tiene perspectiva de género y que tendría que estar en todos los libros de estilo de los medios de comunicación. Porque unas ideas que consideran que hay que deportar a un ciudadano español por ser negro merecen ser silenciadas y repudiadas. No hay espacio para la ambigüedad con una ideología del odio.

sábado, 3 de abril de 2021

Se confirma la entrada de la extrema derecha en la Consejería de Educación de Murcia (ELDIARIODELAEDUCACION.COM)

 Publicamos esta noticia de Redacción de ELDIARIODELAEDUCACION.COM

  • A pesar de las críticas de buena parte de la comunidad educativa murciana, las negociaciones entre el PP y los tres diputados expulsados de Vox han dado sus frutos. Se confirma que Mabel Campuzano será la consejera de Educación de la Región.
Todavía se desconocen los detalles concretos del acuerdo al que han llegado el PP y los tres diputados expulsados del partido de extrema derecha. Hasta donde se conoce, Mabel Campuzano ha hecho declaraciones en las últimas semanas que apuntan a la puesta en marcha del veto parental sobre los contenidos que se enseñan en las escuelas, el cheque escolar y la apuesta por la escuela concertada frente a la pública.

De poco han servido los intentos y declaraciones realizados por sindicatos y familias de la educación pública de la Región para que el presidente regional no cumpliese con la posibilidad de que cediera la Consejería de Educación a la extrema derecha. La comunidad educativa de la pública ha criticado con dureza el «mercadeo» que ha supuesto la negociación con los diputados expulsados de Vox para que dieran su apoyo al PP para evitar su salida del Gobierno tras la moción de censura de hace un par de semanas.

Ahora queda conocer los detalles del acuerdo al que han llegado los negociadores. Sobre la mesa, la puesta en marcha del cheque escolar, el veto parental sobre los contenidos educativos y la apuesta por la educación concertada en una comunidad en la que, en la última década, se ha invertido más en esta que en la pública, porcentualmente.

El presidente regional ha hecho oídos sordos a las protestas de la Plataforma por la Educación Pública de Murcia que se concentraron ante el palacio de San Esteban, en Cartagena, y ante la Asamblea en la capital, Murcia. Unas protestas que, presumiblemente irán a más en los próximos días.

Educación había asumido algunos de los postulados de la extrema derecha en relación al veto parental en las instrucciones de inicio de curso publicadas en 2020. El Ministerio dirigido por Isabel Celaá anunció que acudiría a los tribunales en lo que pensaba un ataque a la normativa estatal en relación al currículo educativo.

"Es una regresión al franquismo": figuras de la Cultura y la Educación en Murcia, contra la designación de una exdiputada de Vox como consejera (Elisa M. Almagro)

 Reproducimos esta noticia de ELDIARIO.ES


Tumbar una moción de censura cuesta una consejería de Educación y Cultura. Es el precio que el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, ha asumido a fin de mantener más de un cuarto de siglo del gobierno del Partido Popular en la Región. Con la cesión de esta cartera, Miras contenta a sus nuevos socios de gobierno, los tres diputados expulsados de Vox que le ayudaron a poner fin a la moción de censura presentada por PSOE y Ciudadanos.

Las reacciones tras el anuncio de que una de los díscolos de Vox, Mabel Campuzano, asumirá la consejería de Educación y Cultura en la Región de Murcia no se han hecho esperar. El secretario general de enseñanza de Comisiones Obreras, Nacho Tornel, denuncia que "Miras ha utilizado esta Consejería con el único interés de asegurarse, no un Gobierno sólido, sino su Ley del Presidente para poder seguir presentándose a las siguientes elecciones.

"Murcia está siendo el laboratorio de pruebas de la ultraderecha y esta es la primera ocasión en la que una consejería de Cultura y Educación cae en manos de una ultraderechista", lamenta el escritor y profesor de secundaria Jerónimo Tristante.

Para el creador de la saga de libros de Víctor Ros, el nombramiento es el resultado del "espectáculo de transfuguismo que hemos visto, constituyendo un gobierno en el que la mitad de los miembros son tránsfugas. Y peor, tránsfugas frikis, en una maniobra que ha llevado a cabo Teodoro García, no para salvar Murcia, sino para salvar su cabeza y la del propio Casado".

Desde los colectivos culturales y educativos comparten la sensación de haber sido utilizados como una "transacción para salvar la moción de censura": "Es una decisión muy desafortunada, para Miras no somos más que una moneda de cambio", lamenta el director de escena Antonio Saura, que junto a otros 140 miembros de la escena cultural presentaron una carta al jefe del ejecutivo regional, Fernando López Miras, en contra de la entrada de Vox en el gobierno de la Región de Murcia.

Desde la asociación en defensa de la educación Docentes Unidos coinciden con Saura: "Pensábamos que nuestra situación no podía empeorar, pero vemos que el PP muestra su total menosprecio a la educación en la Región porque mercadea con nuestra Consejería para tumbar una moción de censura".

Docentes Unidos muestra una preocupación especial por las propuestas que ha anunciado la futura consejera de Educación y Cultura: "El cheque escolar es una manera de desviar los fondos que vienen de la educación pública a la concertada/privada. Llevamos muchos años sin ampliar colegios públicos", denuncian desde la asociación.

"Lo que deja entrever –amplía Tornel desde CCOO– es la privatización del sistema educativo público: dejar en manos de las empresas privadas el servicio educativo a cambio de subvencionarles el servicio, con lo cual nos costará más caro. Hay que pagar a los docentes, hay que mantener los centros y hay que asumir el beneficio empresarial. ¿Cómo puedes ganar en ese beneficio empresarial? Bajando los sueldos a los docentes y bajando los gastos para mantenimiento de centro y recortando la inversión en aquellas etapas educativas más necesarias".

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos recuerda que se trata de una medida que llevaron, junto al ministerio de Educación, a los tribunales: "No dudaremos en volver a hacerlo", aseguran desde la Federación. CCOO, por su parte, advierte que "el pin parental, a estas alturas, es un trampantojo que ya sabemos que no es ni pin ni parental: es una censura que viene fomentada por una serie de lobbies ideológicos y políticos que quieren utilizar la educación como su campo de batalla".

Campuzano aún no ha enumerado las medidas que tomará una vez asuma su cargo, pero Tristante vaticina que "el tema cultural creo que va a ser aún peor. Ella va a nombrar sus propio personal, nos podemos imaginar el concepto de cultura que tiene esta gente. Una regresión al franquismo".

jueves, 1 de abril de 2021

"Tabúes" (Manuel Menor)

 Publicamos el nuevo artículo de nuestro compañero Manuel Menor


Ni “los buenos” son todos buenos, ni “los malos” tampoco.

 

Un signo de modernidad social y política es admitir que la realidad no es tan maniquea como algunas versiones quieren establecer estos días. 

 

Es difícil moverse con optimismo realista cuando en nuestro entorno cultural se promueven tabúes profundos, incrustados en nuestra vida con sistémicos métodos de educación retrógrada, y referencias constantes de los medios a supuestos valores sagrados.

 

Tabúes

Qué sean los tabúes y cómo pesen en nuestras vidas lo ha recordado recientemente Juan Soto Ivars, a partir del recuerdo de una definición de Wundt, en que lo sagrado y lo impuro están íntimamente unidos; esta coincidencia limita nuestra capacidad de razonamiento, nos coarta y autocensura, y nos lleva a decisiones frecuentemente irracionales. El miedo y la consiguiente parálisis de la libertad casi siempre andan por medio y nos enredan en un juego en que siempre perdemos en nuestra capacidad de autonomía.

 

El recurso al tabú siempre ha andado suelto en la historia de la humanidad, pero en los tiempos que corren, tan aptos para las perspectivas apocalípticas que suelen acompañar a todos los miedos –como estudió Delumeau-, corremos el riesgo de que se acentúe la parálisis que esta pandemia ha traído consigo. Ciñéndonos estrictamente a lo que las elecciones a la Comunidad de Madrid están propagando en un momento tan enigmático, es sorprendente que nadie en el entorno de la candidata del PP se oponga a ese eslogan viejuno que pretende que quienes tengan la facultad de votar  elijan entre “libertad o socialismo”.

 

El publicista de esta mujer pretende que la veamos como una especie de Juana de Arco o Agustina de Aragón dispuesta a defender y ampliar ese preciado bien, mientras sus oponentes, socialistas y gentes de izquierdas, serían sus redomados enemigos, capaces de destruirlo o vilipendiarlo todo. Desde la revolución parisina de 1830, en que Delacroix pintó la Libertad guiando al pueblo, ha pasado un tiempo; pero en este relato que ha empezado a prodigarse desde el mismo anuncio del anticipo electoral, la realidad de lo que acontece parece no importar nada. Les sobra con que la gente que se guía por los medios se crea el cuento, mientras  ponen en marcha los sutiles caminos propagandísticos de otrora, de más de ochenta años de existencia, en que los republicanos de entonces eran presentados como unos vendepatrias, encomendados al taimado complot judeomasónico para deshacer las sagradas esencias de la patria, anteriores incluso a la reina castellana Isabel la Católica, que erigieron además, en sostén y modelo de feminidad a punto de llegar a los altares, como consta en el archivo catedralicio de Valladolid.

 

Los nuestros

En la pelea dialéctica actual, la España de “los nuestros” y “los otros” sigue viva; sigue implícito en el relato neoconservador que los demás no parecen desear para la colectividad ningún bien sino el mal, mientras que lo poco o mucho que se haya enriquecido en el transcurso de los años se debe exclusivamente a “los nuestros”, incluida la propia “libertad democrática”; en esta historieta, ni las peleas antifranquistas han existido, ni las transacciones y pactos de la Transición. “Los nuestros”, herederos de la Victoria proclamada el 04.04.1939, son los únicos detentadores del bien y la verdad e, independientemente de las tergiversaciones, engaños y zorrerías zafias en  que puedan haber andado, siguen siendo los buenos; “Los otros”, por naturaleza, son siempre los malos.

 

Los madrileños se encuentran ahora con un gran problema antes de decidir votar a esta hipotética heroína rediviva. Por un lado, tienen este soniquete de “los buenos”, recibido por herencia familiar o por el impacto de la partitura que entonan los beneficiados por el caprichoso uso de la libertad de mercado. Por otro, las alusiones que en la calle se pueden oír de continuo, acerca del trato lesivo  que los gestores de esta libertad agresiva han dado a la Sanidad, la Educación de los hijos o a la la tercera edad. Para reconsiderar la veracidad de estos otros relatos que, al parecer propagan “los malos”, todos los oyentes y opinantes  debieran considerar los datos que en esta Comunidad de Madrid se están generando, cuando andamos en los inicios de la cuarta ola, respecto a la gestión de la pandemia de la Covid-19. Para calibrar mejor la calidad de unos u otros relatos y no caer en esquizofrenia, basta repasar qué no han hecho estos “buenos” de ahora y cómo, pese a ello, piden responsabilidades a otros para que suplan lo que no han hecho en el transcurso de este año pasado; por ejemplo, en el descontrol de la contención de movimientos de los ciudadanos mientras la muerte no era tenida en cuenta, como si de una variable independiente se tratara. Y, tampoco debieran obviarse los datos relativos al empleo que hayan hecho de la supuesta libertad para dañar los intereses comunes, ni torcerse la memoria sistemáticamente cuando los hechos reales indican poco aprecio por la democracia; por mucho que se quiera presumir de ella en exclusiva -sin acuerdos con los demás-, se sobrepasan sus frágiles líneas rojas.

 

Bailando con lobos

Se ha de recordar, en fin, que cuando no había libertad, los que iban a la cárcel o padecían en carne propia el autoritarismo franquista nunca tuvieron a gala presumir, en nombre de la libertad, de su esforzada oposición a quienes les impedían su ejercicio; su pelea les llevó a la carecer de ella mientras que quienes ahora presumen de lo que no había, les echan en cara aquel afán, tan duro y costoso. Sería de agradecer un mínimo respeto y veracidad en la pelea política por el poder, además de alguna consciencia de que jugar con las trampas de los tabúes acarrea amargas experiencias.

 

La versión publicitaria de Díaz Ayuso recuerda al Fraga enfadado vendiendo a los gallegos la posibilidad de que, si no le votaban a él, les quitarían la vaca… Aunque hayan pasado más de 40 años, la alta misión que se arrogan quienes estos días  dividen el mundo entre partidarios de la libertad y del socialismo, no puede ocultar que entre los que ellos llaman malos hay muchísima gente buena, ni que entre los que suponen buenos sucede exactamente lo contrario. Hasta en las películas del Oeste era perceptible la falsa divisoria cuando la película era de pacotilla; el guión de esta, ni de lejos se parece a Bailando con lobos, en que Kevin Costner se sentía más a gusto entre los indios sioux que entre los de su propia estirpe. Pues eso.

 


Manuel Menor Currás

Madrid, 27.03.2021