lunes, 29 de junio de 2020

Conclusiones de la Asamblea del 25 junio de 2020: "La comunidad educativa debate: Vuelta segura a las aulas. Participación de las familias y estudiantes. Infraestructuras". Asamblea Marea Verde Madrid

Acuerdos de la Asamblea del 25 junio de 2020: "La comunidad educativa debate: Vuelta segura a las aulas. Participación de las familias y estudiantes. Infraestructuras".
  • Apoyar la lucha del colectivo de trabajador@s de Educación Infantil en su vuelta a las clases el 1 de julio. Esto fue también acuerdo de la Asamblea del 19 de junio.
  • Se aceptan la Comisión de Redacción para el documento final que redacte el plan de acción y la Comisión encargada de organizar la asamblea del 29 de junio donde se concretarán propuestas para ese plan y movilizaciones.
  • Se acuerda realizar una Nota de Prensa complementado la que había para la asamblea del 19.
  • Se propone que la hora de la asamblea del 29 sea las 17:45 horas.

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  • Para este profesor en la Universidad de Granada, "la comunidad educativa no entiende por qué a estas alturas aún no hay un horizonte de trabajo para el curso que viene" y reclama más inversión en infraestructuras 

"Tenemos que estar muy orgullosos de la reacción del sistema, y eso incluye a profesores, alumnos y familias", asegura Fernando Trujillo, profesor en la Facultad de Educación de la Universidad de Granada. Trujillo, que acaba de concluir un estudio sobre los efectos del confinamiento en la educación y la visión de las tres partes implicadas en el proceso sobre estos meses, valora cómo prácticamente de un día para otro se pasó de la enseñanza presencial a la enseñanza a distancia, y destaca la capacidad de adaptación del alumnado para autogestionarse.

Este buen funcionamiento generalizado no es óbice para que todos los actores fueran conscientes de que el sistema "no estaba preparado" para lo que pasó. En este sentido, a Trujillo le sorprende que estando prácticamente en julio, con los centros a punto de cerrar, no haya todavía planes concretos para la vuelta al aula en septiembre. Y concluye: va a hacer falta financiación para salir de esta crisis educativa. "Ya sabemos las consecuencias de hacer en modo de bajo coste: más desigualdad, fracaso escolar, la escuela pública perjudicada...".


¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio?

Una primera conclusión es el interesante equilibrio en el profesorado entre la preocupación por la salud de la comunidad educativa y otra vertiente, que no me esperaba. Cuando les preguntamos a los profesores por sus preocupaciones en torno al aprendizaje el próximo curso, en vez de recurrir a una respuesta previsible tipo no se han trabajado tales contenidos, nos hablan de las habilidades sociales, de las emociones, de la motivación de los alumnados. Es una visión de la educación muy ligada a los cuidados, de un profesorado muy preocupado por el alumnado como persona en mitad de la pandemia. Hay que recibir al alumnado, ver cómo están, volver a trabajar la socialización con los pequeños, que la han perdido, volver a trabajar la relación entre familia y escuela.

Profesorado, familias y estudiantes perciben con claridad que no se han hecho previamente las inversiones adecuadas. No solo que los edificios están al límite de ocupabilidad, sino en edispositivos tecnológicos, redes o incluso laboratorios y polideportivos. La crisis de 2008 machacó la inversión en educación, el IVIE habla de un 55% de caída en la inversión en infraestructuras. Y en esas llegó el coronavirus. Un 76,8% del profesorado de la muestra reclama un aumento de la inversión en docencia a distancia: equipo, servicio... Ha sido muy evidente que no estábamos preparados.

Cuando se unen estas dos preocupaciones –las sanitaria y la inversión en infraestructuras– te sale la necesidad de un aumento, aunque sea provisional, de la plantilla. Si hay que fragmentar los grupos es inevitable plantearse un aumento de plantilla. Esto se une a un clamor generalizado entre el profesorado, que viene reclamando que se revise la ratio y las plantillas de la escuela pública.

Ese triángulo de preocupación sanitaria, de infraestructuras y del personal está muy presente en el estudio y configura el punto de arranque del próximo año. Es una obviedad que en esta fecha ya deberíamos tener claros los protocolos sanitarios, si vamos a hacer inversión en infraestructuras y en personal. Y aquí, aunque esto no sale en el estudio sino que es mi visión personal, es fundamental la aportación presupuestaria extra comprometida por el ministerio y la gestión que hagan las comunidades de ese dinero, sobre todo en los tiempos en los que llega.

¿Cómo afronta el profesorado el próximo curso, con tanta incertidumbre?

Les hemos preguntado qué modalidad de enseñanza les parece más adecuada atendiendo a las condiciones sanitarias en el momento que se elaboró el cuestionario (hace un mes), cuando se hablaba de grupos de no más de 15-20 personas en el aula [esos límites han pasado a ser recomendaciones]. El profesorado se divide en dos grandes bloques: el de Infantil y Primaria quiere estar con su alumnado todos los días, y pide alternancia horaria para mantener las medidas; en Secundaria, Bachillerato, FP y adultos la presencia sería con alternancia de días, no de horas.

Con esto se abre un escenario que genera un problema de conciliación familiar, y aquí creo que la comunidad educativa acierta en el diagnóstico y la solución. Familias y profesorado dicen que el problema de la conciliación no lo puede resolver la escuela. La escuela es fundamental en la conciliación en la normalidad, pero como efecto colateral de su labor educativa. La escuela no está para entretener a los hijos de los trabajadores, tiene un sentido propio. Este es un problema, nos dicen, que deberían estar pensando los Ayuntamientos, instituciones del tercer sector, etc. Este debate no se ha abordado aún. Las comunidades tienen que tomar el control y movilizar a los Ayuntamientos, porque algunas respuestas dependen de ellos. Hemos hablado de conciliación, pero podríamos hablar de movilidad, de extraescolares, de campamentos de verano ligados a lo local...

¿Qué efectos ha tenido la enseñanza a distancia sobre el aprendizaje?

Las familias se preguntan si los estudiantes han aprendido más, menos, igual o diferente. Muchas creen que han aprendido cosas diferentes o al menos de una manera diferente. Aquí las dos palabras clave son autonomía y autogestión por parte del alumnado. Es muy interesante, porque son dos destrezas necesarias en el SXXI y las familias han visto a sus hijos trabajar en una plataforma de aprendizaje, conectarse... Eso les parece un valor que habrá que trabajar el año que viene, no podemos perderlo.

La última gran conclusión de familias, estudiantes y profesorado es la sensación de que es necesaria una reestructuración del currículo en profundidad. También la ministra lo dice. Que tenemos un currículo masivo que encaja mal con la docencia en línea. Pero no solo hay que trabajar con los contenidos, los tres grupos hablan de revisar las maneras de enseñar. Los docentes reclaman formación en algo que no han tenido que hacer hasta ahora, que es la enseñanza a distancia.

Se dice con mucha gratuidad que el profesorado no está preparado. Sí lo está. Hay que ser conscientes de que el estado de alarma se promulga el 14 de marzo y el 16 un gran porcentaje estaba trabajando online. No se sabía nada de la situación de alumnos y familias. Cuando pase un tiempo habrá que ver la capacidad de adaptación que ha tenido el sistema y cómo se ha involucrado y sabido manejarse el profesorado. Porque la administración apeló a la autonomía, pero no hizo cosas que podía haber hecho, por ejemplo no se habló de instrucciones –muchas de ellas llegaron con un mes de retraso respecto a la promulgación del estado de alarma–.

La famosa autonomía de los centros. Da la sensación de que las administraciones a veces utilizan ese comodín cuando no saben bien qué hacer.

Se ha invocado la autonomía de los centros como si fuera la solución mágica. "Los centros son autónomos". ¿Eso qué quiere decir? ¿Que tienen que comprar el gel? Los presupuestos de los centros son exiguos, y soy generoso. Hay que ir a un planteamiento más serio, y la idea de los contratos programa podría ir por ahí. Cada centro define un plan de contingencia, define actuaciones que va a llevar a cabo, las cuantifica, especifica qué y cómo y se lo presenta a la administración. Si la administración no pone los medios, es su responsabilidad. Si un centro no los utiliza o no rinde cuentas, es responsabilidad del centro. Si dices "autonomía", pero no das recursos, el centro que no tenga recursos no puede dar soluciones. ¿Y dónde coincide que no hay recursos? En los centros con alumnado con situaciones problemáticas, que siempre tienen su presupuesto más comprometido y van a tener menos margen de maniobra. Ahí es donde la administración y la sociedad tienen que poner los presupuestos.

¿Qué más preocupa a la comunidad educativa?

Hay que pensar las cuestiones como las guías de actuación o los protocolos sanitarios. ¿Las van a hacer los equipos directivos o un profesional? En una refinería de petróleo, ¿le pueden pedir al contable que haga los protocolos? Digo yo que no. Pues en los centros educativos estamos haciendo esto, le pedimos a la jefa de estudios, que puede ser profesora de lengua, que haga un protocolo sanitario. Lo tendrán que hacer técnicos de la comunidad o del ayuntamiento (volvemos a lo local).

La conclusión final con la que me quedo tras el estudio es que hay mucho que pensar y el tiempo se agota: nos acercamos a septiembre. Se nos ha acabado el curso, se van a entregar los boletines de notas y los equipos directivos no saben qué decirles a las familias. Es preocupante y le resta credibilidad al sistema. Hay preocupación en la comunidad educativa, pero no se está haciendo nada. Y por otro lado está la esperanza de que si fuéramos capaces de ponernos a pensar, el resultado educativo podría ser diferente. Por ejemplo, la digitalización: ya debería estar arreglado, pero no hemos querido verlo. Pero también lo sanitario. La presencia de enfermeras en los centros, por ejemplo. Hay muchas cuestiones pendientes. Va a ser mucho más barato planificar bien el curso que viene que ampliar las camas en UCI en caso de un brote en centros educativos.

Al final siempre acabamos hablando de dinero. ¿Hay solución sin financiación?

Nadie quiere ponerle el cascabel al gato porque el cascabel cuesta dinero. Existe la sensación que es más rentable y que ayuda más a la economía ayudar a otros sectores que a la educación. La comunidad educativa ha visto con sorpresa que al sector del automóvil se le han destinado más de 3.000 millones de euros y a ellos 2.000 millones. Es importante invertir en automoción, claro, pero hay que explicar por qué no invertimos en Educación. Hay que hacer una reflexión a largo plazo: ¿queremos pasar esta crisis educativa en modo low cost? Las consecuencias no son difíciles de predecir: más desigualdad, la escuela pública sale más perjudicada que la privada, probablemente más fracaso escolar...

Se ha hablado mucho estos meses de confinamiento de Infantil, Primaria, Secundaria y el acceso a la universidad, pero da la sensación de que se ha 'olvidado' todo lo demás. ¿Nos hemos olvidado de la FP, educación especial, etc.?


Es que no existe. Los problemas en los conservatorios, en los centros de educación especial... En la FP la preocupación es extrema. Los docentes están preocupados por la matriculación el año que viene, pero no acabamos de escuchar un plan para reactivarlo. Todos estos problemas son como mínimo igual de graves que en la enseñanza reglada, pero no vemos planes de actuación para el año próximo. Tenemos noticias a veces, alguna evidencia de grupos de trabajo preparando cosas... Pero estamos a finales de junio y la crisis arranca en marzo. Es cierto que es una crisis que tienen un cierto componente de imprevisibilidad, pero desde marzo todos sabemos los factores clave: el virus no va a desaparecer, no existe vacuna de momento y cuando vuelva el contacto cabe la posibilidad de un rebrote. Trabajemos con ese horizonte. La comunidad educativa no entiende por qué a estas alturas del curso aún no hay un horizonte de trabajo para el próximo curso. Cualquier pequeña pyme hoy está planificando el año que viene, previendo ingresos, facturación o cómo está su nicho de mercado.

El curso escolar en Italia empezará en septiembre con medidas de seguridad (ELDIARIO.ES)

ELDIARIO.ES publica esta información


Las escuelas italianas reabrirán el próximo 14 de septiembre, con medidas de seguridad para evitar contagios, después de que el curso actual haya concluido con lecciones y exámenes a distancia por el coronavirus. La ministra de Educación, Lucia Azzolina, ha explicado que la fecha se adelantará al para aquellos alumnos que necesiten clases de recuperación.

En las nuevas clases se aplicarán medidas de seguridad. Además de haber desinfectantes, se tendrá que organizar un sistema de entradas controladas y diferenciadas y también garantizar la separación entre los alumnos, ha explicado Azzolina.

También ha dicho que "hay que reducir el número de alumnos por clase" y para ello se optará por levantar instalaciones y se han recuperado unos 3.000 edificios escolares que no se estaban usando.

Además, el Gobierno pretende ofrecer unos 50.000 contratos temporales a profesores y a otras formas de personal del sistema educativo y durante el verano habrá contrataciones indefinidas en las plazas que queden vacantes por las jubilaciones.

Con información de EFE.

domingo, 28 de junio de 2020

29-6-2020: Asamblea "Plan de Acción para una vuelta segura a las aulas” (17:45 h, en zoom). ¡Vuelve la Marea Verde!


Anunciamos medidas de respuesta frente a una situación inadmisible, que ha sido analizada en las dos primeras asambleas, y que seguiremos analizando en las sucesivas asambleas con el objetivo de coordinar un plan de acción conjunto. 

Vamos a trabajar por la unidad de acción, y en ese sentido se sitúa la asamblea del 29 de junio, propuesta en la asamblea del 19 de junio y ratificada en la del 25 por las plataformas, sindicatos, asociaciones, colectivos, AMPA, familias, estudiantes y docentes a título individual que estuvieron presentes en las asambleas: “La comunidad educativa debate: Vuelta segura a las aulas”.

Propuesta de Orden del día:

1.    Plan de comunicación.
2.    Plan de acción. Líneas rojas. Propuestas de movilización.
3.    Otros.

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Desconfianzas ante el nuevo curso académico (Manuel Menor)

Publicamos el artículo que nos manda el compañero Manuel Menor

El camino  no va a ser fácil, pero hay que andarlo. Todas las fuerzas harán falta, y vendrá bien remar todos en la misma dirección.

Los datos demoscópicos parecen apuntar en la doble dirección; por un lado, una tendencia esperanzada de recuperación, mientras por otro son visibles bastantes miedos y reticencias. Las noticias sobre control de esta COVID-19 también tienen doble vertiente: sabemos más acerca de cómo funciona y parece que tengamos más cerca una posible vacuna, pero también es verdad que nadie es capaz de infundir calma suficiente ante los posibles brotes que resurgen en unos y otros puntos.

Consensos/disensos
En nuestro plano político más cercano, y al margen de la exuberancia expresiva de las hipérboles que cada cual esté dispuesto a oír en esta precampaña electoral del País Vasco y Galicia, tres asuntos merecen especial atención. Ante todo, el acuerdo alcanzado en el Congreso para el decreto que regule el final de la desescalada, el más amplio de los logrados por esta coalición gubernamental: al menos, ha aliviado las gesticulaciones hoscas que tanto daño hacen a la convivencia; lo acordado respecto a la Sanidad va también en esa dirección, la más adecuada para salir adelante. Sin embargo, los muertos han vuelto a volar por los aires; no son los mismos los de unos y los de otros, y por mucho que estemos en democracia parecen querer dominar la escena de la convivencia por encima de los vivos. Defendiendo su memoria a pedradas, al estilo ancestral prejuiciado de raíz, ni algunas escenas de las vividas estos días en Euskadi, ni las protagonizadas en el Congreso y alrededores, han estado a la altura de lo que exige el sentido de su memoria. En tercer lugar, en bastantes barrios es notoria la desescalada de aplausos y caceroladas, gesticulaciones ambas poco propicias  para gestionar la normalidad, si es que a esto en que estamos entrando puede llamarse normalidad.

Nuevos paisajes sonoros
En la calle, en las plazas y en las playas, se ve y oye de todo. Ansiedades, insatisfacciones, urgencias, despreocupaciones, movimientos corales impacientes y  urgentes, conviviendo con escenas calmas, pacientes y bien humoradas por más que, a veces, se casen muy mal. A la inseguridad que genera el no saber bien si ponerse o quitarse la mascarilla o tener que aprender de nuevo para moverse, lavarse y distanciarse, como si se fuera un infante, se sobrepone la ansiedad demostrativa de estar por encima del bien y del mal, la muy interesada fórmula para sacar provecho, o el ruidoso encuentro que en cinco minutos de elevar la voz para no aburrirse por no saber qué hacer, puede terminar en follón de narcisismos desarbolados.

Las aceras, las playas y los cafés son en este momento espacios de gran aprendizaje social para todos, de necesaria expansión de la personalidad de cada cual, de buen negocio para algunos  y de gran desesperación para muchos, a quienes parece que los demás hacen o no hacen lo que habría que hacer. Viejísima es, de las tablillas cuneiformes, la constatación de que los mayores miran con ojos prevenidos y malhumorados los nodos adolescentes. Las interacciones en que todos estamos empezando a movernos de nuevo darán pie –como siempre, pero en un ambiente de aparente novedad- para múltiples reacciones que hemos de aprender a controlar otra vez.

Afrontar un nuevo curso
El “abandono” de la educación pública lo describió hace unos días Guadalupe Jover: “Nuestras administraciones educativas se han lavado las manos. No sabían qué hacer y han optado por la dejación de funciones”. La sempiterna desigualdad de trato ha saltado estos días más a las claras; las deficiencias ancestrales –anteriores que existiera ninguna de las tropecientas leyes, decretos, órdenes  y resoluciones ministeriales- han sido más evidentes. El capital cultural, social y económico de las familias es radicalmente distinto, y no se arreglará por mucho ordenador que se facilite a los niños; tampoco las escuelas e institutos con infraestructuras obsoletas, organizaciones internas que son un contrasentido. De cara al próximo curso, por mucho que las explicaciones queden aparentes, existen múltiples agujeros cuya responsabilidad de arreglar va a corresponder –como casi siempre- a la muy “noble” “vocación” de los enseñantes, tan halagada en el BOE como mal soportada en un reconocimiento efectivo. En momentos de crisis, cuando no hay trayectoria de fondo, todo el mundo echa balones fuera; no parece que sea el momento para que la sociedad en general, y la Administración en particular, demuestren querer que sus maestros y profesores sobrepasen el nivel del peonaje. Si alguien entiende que tratarles con la seriedad que merece un profesional cualificado, se arregla cualquier día con una gran manifestación de aplausos, se encontrará con reclamaciones –algunas muy viejas-  como las que acaban de hacer los sanitarios, cansados de que no les den lo que en justicia merecen. No es cuestión de gremialismo medieval, sino de dignidad de una sociedad democrática.

Unos días antes, Francisco Delgado también llamaba la atención  sobre lo alejados que andaban todos –a doce semanas de que empiece el nuevo curso- para que el gran objetivo para el que nació la enseñanza pública pueda cumplirse: la compensación de las desigualdades en el conocimiento y las habilidades culturales, para que todos los ciudadanos sean iguales. Demasiados condicionantes a superar –incluidas tradiciones asentadas de desigualdad- para que pueda salir bien la intencionalidad que la ministra Celáa pregona para su ley. En este momento -tal como la COVID-19 ha dejado al aire la fragilidad y desigualdad que tiene el sistema educativo-, es puro voluntarismo cuando cada autonomía parece circular por “una autopista diferente”, y cuando los Acuerdos de 1979  con el Vaticano  sostienen una estructura educativa más de 1851 que de 2020. En ese panorama, según Delgado, los 2.000 millones que el Gobierno acaba de habilitar –“erróneamente, de forma lineal”- acabarán nutriendo en gran medida a la escuela privada religiosa, “la de los sectores más acomodados, esa que el Estado, a través de la LOE y la LOMCE, se ha empeñado, en considerar como pública”.

Poco hay que añadir salvo que, o la nueva normalidad trae una nueva exigencia de ética colectiva en el trato a la escuela pública o, en el curso próximo, el sistema educativo se colapsará más por donde menos falta hace. El ejemplo de lo acontecido con las residencias geriátricas y con los propios hospitales públicos en estos tres meses pasados, debiera servirnos de preaviso. ¡Atentos!

Manuel Menor Currás
Madrid, 28.06.2020

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sábado, 27 de junio de 2020

Conclusiones de la Asamblea del 19 de junio de 2020: "La comunidad educativa debate: Vuelta segura a las aulas. Profesorado, PAS y organización de los centros". Asamblea Marea Verde Madrid

En la Asamblea del 19 de junio, convocada por Asamblea Marea Verde Madrid, se establecen por consenso los siguientes acuerdos:
  • Apoyo a la huelga de EOI.
  • Apoyo a los colectivos de infantil en la asamblea que están celebrando en ese momento y, si están de acuerdo, hacer una campaña específica en redes para apoyar su decisión el día de la vuelta de las docentes de infantil al aula.
  • Creación de una Comisión de redacción abierta a la participación de los asistentes que recoja todas las propuestas realizadas para la vuelta segura en septiembre. Un documento amplio que cuando esté terminado y consensuado irá firmado por todas las organizaciones y colectivos que lo asuman.
  • Creación de una Comisión abierta para organizar la asamblea del 29 de junio a las 17.30h. “El Plan de Acción para una vuelta segura a las aulas”.
Se debate sobre la necesidad de empezar a actuar lo más rápido posible, ya que los cupos se cerrarán, como muy tarde, en la primera quincena de julio y sabemos, por otras ocasiones, que después es más difícil revertir la situación.

Se acuerda convocarnos en próxima asamblea para el día 29 de junio a las 17.30h, con el objetivo de diseñar y articular un plan de acción para garantizar una vuelta segura las aulas en septiembre, que pueda coordinar la acción cuanto antes, que garantice también una vuelta con condiciones dignas para l@s trabajadoras y trabajadores de la enseñanza (técnicos especialistas III, PAS, limpiadoras, docentes…) y que sea coordinada con el resto de la comunidad educativa, llevando la propuesta de la asamblea del 29 a la próxima asamblea de AMV de 25 de junio y transmitiendo, como línea roja, la vuelta con condiciones laborales dignas y seguras. Este plan de acción debe buscar la unidad de acción desde el respeto de cada parte de la comunidad educativa.

Se plantea la necesidad de coordinarse con otros colectivos en defensa de los Servicios Públicos, como Marea Blanca, COESPE... Igualmente se verá la manera de encajar propuestas de movilización estatal, como la de Mareas por la Educación Pública de una movilización estatal en octubre en Madrid, en el plan de acción.

Otros aspectos recogidos que también se plantearon:
  • Información y concienciación a la ciudadanía de la situación de la educación pública.
  • La aportación económica europea y del gobierno central que sale de las arcas públicas debe revertirse en la Educación Pública. El dinero público, para la Educación Pública. Por lo tanto, no a los cheques bachillerato y a todas las formas que ha encontrado la Consejería de la Comunidad de Madrid para desviar fondos públicos y de la pública.
  • Publicación de una nota de prensa para que todo el mundo difunda desde sus colectivos, con el título “Vuelve Marea verde, por una vuelta segura a las aulas”, señalando de forma contundente que l@s trabajadoras y trabajadores de la Educación Pública no vamos a permitir una vuelta a las clases sin seguridad y que vamos a seguir luchando por nuestras condiciones laborales. En ella se anunciarán las asambleas del 25 de junio a las 18.00h y del 29 de junio a las 17.30h.
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viernes, 26 de junio de 2020

¡Vuelve la Marea Verde! Nota de prensa de las Asambleas “La comunidad educativa debate: Vuelta segura a las aulas” realizadas el 19 y el 25 de junio de 2020


Conocedoras del trabajo de la comunidad educativa, del compromiso del profesorado de la pública, e indignad@s por el papel de la Comunidad de Madrid, la Marea Verde anuncia protestas y movilizaciones. 

Plataformas, sindicatos, asociaciones, colectivos, AMPA, familias, estudiantes y docentes a título individual estuvieron presentes en las asambleas: “La comunidad educativa debate: Vuelta segura a las aulas” celebradas el 19 y 25 de junio. 

En estas asambleas se denuncia que en la actualidad el gobierno de la Comunidad no está facilitando una vuelta a clase segura en la desescalada en Madrid. 

Una vez más se ponen por delante los intereses económicos, frente al gran damnificado de toda esta situación que es el alumnado, a la salud de las personas y, ante la falta de diligencia de la Comunidad de Madrid, exigimos un plan de incorporación a las aulas que publique la Consejería de Educación antes del cierre de curso, para poder diseñar una vuelta a las aulas segura. 

Anunciamos medidas de respuesta frente a una situación inadmisible, que ha sido analizada en las dos primeras asambleas, y que seguiremos analizando en las sucesivas asambleas con el objetivo de coordinar un plan de acción conjunto. 

Vamos a trabajar por la unidad de acción, y en ese sentido se sitúa la asamblea del 29 de junio, propuesta en la asamblea del 19 de junio y ratificada en la del 25. 

La comunidad educativa de la Escuela Pública ha hecho un esfuerzo sobrehumano para llegar a final de curso, cuidando que nadie se quede en el camino, a pesar de las incongruencias y la falta de sensibilidad de la Comunidad de Madrid. Se ha hecho con los medios y recursos de cada centro; ha sido un “sálvese quien pueda”, puede que, a pesar del esfuerzo, se nos hayan quedado alumn@s en el camino y no vamos a consentir que esto se repita el curso que viene. 

Aún no estamos recuperados de los estragos emocionales, ya que han sido unos momentos muy duros, y por ello queremos aprovechar para felicitar a la comunidad educativa madrileña por este esfuerzo y por la solidaridad puesta en marcha en los centros educativos públicos que han resuelto los problemas derivados de las decisiones incompetentes de la Comunidad de Madrid. Se debe ser muy consciente de que el confinamiento ha agravado las situaciones de desventaja y segregación ya presentes en nuestro sistema educativo. 

Tras el análisis de este último trimestre, denunciamos que en la actualidad no se dan las condiciones necesarias para una vuelta segura a clase desde el punto de vista de salud laboral, porque la fase de desescalada no cumple con estos requisitos para el personal que se incorporó desde la fase 2, y esta situación es especialmente lamentable para el personal de Educación Infantil a cuyas trabajadoras se les exige incorporarse el día 1 de julio. 

Son los centros educativos sobre los que recae la responsabilidad de diseñar y financiar por sus medios la implementación de medidas de seguridad, cuando es el deber de la Consejería de Educación, que es además la responsable de las medidas de seguridad e higiene de sus trabajadoras y trabajadores, así como de la del alumnado y familias en los centros educativos públicos. 

Exigimos que el dinero público se invierta en la Educación Pública y que se tomen las medidas organizativas imprescindibles, considerando prioritario: el descenso de ratios, aumento de cupos, la disminución de los periodos lectivos, la contratación de docentes y diferentes perfiles de profesionales en los centros, el refuerzo de la orientación educativa pública aumentando sus medios y personal, establecer la adaptación adecuada de los contenidos curriculares así como dotar de los medios técnicos necesarios a familias y docentes. Un protocolo sanitario y la financiación son una exigencia mínima cuya concreción corresponde a la Comunidad de Madrid, ya que tiene la mayoría de las competencias en Educación. 

Llamamos a toda la comunidad educativa a participar en la asamblea abierta del 29 de junio en la que se concretará un plan de acción conjunto. 

En Madrid, a 26 de junio de 2020 

Participantes en las Asambleas “La comunidad educativa debate: Vuelta segura a las aulas” 
del 19 y 25 de junio de 2020

Puedes descargar la Nota de prensa en .pdf y en .jpg.

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jueves, 25 de junio de 2020

Orden EFP/561/2020, de 20 de junio, por la que se publican Acuerdos de la Conferencia Sectorial de Educación, para el inicio y el desarrollo del curso 2020-2021. (BOE 24-6-2020)

Puedes consultar esta orden completa aquí


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Educación recomienda mantener las clases presenciales de los menores de 14 si hay que priorizar en la vuelta al colegio (Daniel Sánchez Caballero para ELDIARIO.ES)

ELDIARIO.ES publica este artículo

El Ministerio de Educación ha enviado a las comunidades autónomas el documento definitivo con sus recomendaciones sanitarias y medidas de seguridad para el próximo curso. El texto surge de la última conferencia sectorial, cuando el departamento de Isabel Celaá presentó su borrador e instó a las consejerías autonómicas a realizar sus aportaciones, que ya ha recibido e incluido (algunas) en el documento.

Educación recuerda que, con carácter general, existe "la obligación" de mantener la distancia de seguridad de metro y medio entre personas. Esta es la única cuestión que puede imponer el Gobierno central porque así aparece en el decreto que regula la llamada nueva normalidad. El resto de medidas no pasan de la categoría de "recomendación", dado que las comunidades tienen las competencias en Educación y Moncloa no puede obligar a nada.

Bajo esta premisa, Educación explica que para las etapas de Infantil y Primaria "se puede optar por la alternativa de establecer grupos de convivencia estables de entre 15 y 20 alumnos" que no necesitarán mantener la distancia, pero tendrán que evitar el contacto con otros grupos. Al no estar explícitamente regulado, los Gobiernos regionales podrán elevar el número de alumnos de estas unidades de convivencia hasta los 25 alumnos que establecen las ratios como el máximo por clase. Para las etapas superiores, Secundaria obligatoria y postobligatoria, el máximo de alumnos por aula será el que permita la distancia de seguridad.

Los ministerios de Educación y Sanidad, que también ha participado en la elaboración del texto, introducen una novedad entre las recomendaciones. Pese a que el documento afirma que "se garantizará la asistencia presencial diaria de todo el alumnado", prevé que esto no pueda ser posible "por la evolución epidemiológica o la falta de espacios", en cuyo caso se podrá contemplar "una modalidad mixta (combinación de educación presencial y a distancia)".

Especifica el texto que, de darse esta situación "se mantendrá la presencialidad en los niveles y etapas inferiores (hasta los 14 años)", pero está por ver cómo interpretan las comunidades, que al final tienen las competencias, la posibilidad de que los alumnos de 3º y 4º de la ESO y Bachillerato (que son los mayores de 14 años y por tanto los que no acudirían a los centros en caso de que hubiera que priorizar la docencia presencial) puedan no acudir a los centros a diario "por falta de espacio". Esta circunstancia (la falta de espacios) se va a dar con una certeza de casi el 100%, dado que muchos colegios e institutos albergan alumnos muy por encima de sus posibilidades y no tienen espacios para habilitarlos como aulas.

El ministerio especifica también que "se procurará reducir al mínimo los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro", por lo que recomienda "que sean los profesores quienes acudan al aula de referencia". Respecto a la gestión de espacios, también propone la administración realizar "la entrada y salida escalonada del centro educativo" o, habilitar distintos espacios para entrar y salir, de manera que se eviten las aglomeraciones.

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La Comunidad de Madrid duplica los fondos públicos para becar a alumnos de Bachillerato en centros privados (Daniel Sánchez Caballero / Fátima Caballero para ELDIARIO.ES)

ELDIARIO.ES publica esta noticia



Cuando salió en prensa el pasado febrero, el Ejecutivo regional lo achacó a un error que sería subsanado. Pero la Comunidad de Madrid no solo no ha modificado el programa por el que financia con fondos públicos plazas de Bachillerato en centros privados, sino que lo extiende y duplica para el curso que viene, según publicó el Boletín Oficial de la Comunidad la semana pasada.

Así, la Consejería de Educación destinará nueve millones de euros el próximo curso al programa por el que concede una ayuda directa de 3.000 euros a estudiantes que quieran cursar el Bachillerato en centros privados. La cifra es el doble que el curso anterior porque a partir de septiembre se aplicará a los alumnos que ya han sido beneficiarios este año para el 2º curso y además se extiende a la promoción que entra en Bachillerato en el próximo curso.

La medida se vendió como un plan para sufragar la enseñanza Secundaria postobligatoria a alumnos que quisieran seguir estudiando en sus centros concertados dado que esta etapa, al no ser obligatoria, no tiene ayudas públicas. Sin embargo, acabó financiando también a estudiantes de escuelas privadas pese a que la Comunidad aseguró que el dinero sería para centros con concierto, según adelantó El País.

El Ejecutivo regional pagó al menos 200.000 euros a estos colegios privados, según esa información, pese a que algunos de ellos ni siquiera tienen concierto en Secundaria, por lo que difícilmente podían encajar en el espíritu de la iniciativa, pensada, según la Comunidad, para que los alumnos no tuvieran que cambiar de centro al pasar a Bachillerato. Solo el Liceo Villa Fontana, en Móstoles y privado desde infantil, recibió 57.000 euros hasta febrero, según el desglose de la ejecución del programa.

La Comunidad calcula –lo explicita el texto del BOCM– que "un mínimo de 1.000 alumnos matriculados en 1º de Bachillerato en centros privados [para el curso que viene] obtendrá la beca en la convocatoria" y "un mínimo de 1.400 alumnos recibirán la beca de 2º curso de Bachillerato" [los que la han disfrutado este año].
"Es una de las medidas más injustas"

Oposición y sindicatos critican la medida con dureza bajo parecidos argumentos. Desde el PSOE consideran que se trata de una beca "injusta" porque solo va dirigida a los alumnos de centros privados y concertados y deja fuera a los estudiantes de la pública que quisieran cursar bachillerato en centros privados. "Es una de las medidas más injustas que ha aprobado la Comunidad de Madrid porque solo dan opción a solicitar la beca a los que provienen de centros privados y concertados, como poco tendrían que abrir las becas a cualquier alumno", sostiene la diputada Marta Bernardo, a la vez que recuerda el "recorte de 25 millones de euros" a las becas de la educación pública.

María Pastor, portavoz de Educación de Más Madrid, lamenta que el gobierno de Ayuso "apruebe en pleno Estado de Alarma aumentar la financiación con dinero público a los centros concertados y privados para estudiar bachillerato, una etapa no obligatoria, mientras se niegan a aumentar la inversión para reducir ratios, ampliar espacios o aumentar la plantilla en centros públicos para garantizar la vuelta a clase en condiciones de seguridad".

Para Jacinto Morano, portavoz de educación en Unidas Podemos, el Gobierno regional "está financiando a becas para la educación privada con el dinero que no han destinado a la pública durante la crisis". Afirma Morano que esta es la "única partida" de educación que se incrementa desde que empezó la crisis sanitaria por el coronavirus después de que se haya recortado en la infantil y en la primaria: "Ese es el modelo del PP de Madrid, incentivar la educación privada".

En una línea parecida se manifiesta Isabel Galvín, secretaria general del sector de Educación de CCOO Madrid. "Siguen con su agenda independientemente de pandemia, que consiste en recortar en la educación pública para derivar fondos a la educación privada. En definitiva privatizar, una vieja receta que ha hecho de Madrid una campeona europea de la desigualdad y los desequilibrios", afirma. Y añade que la Consejería ha suprimido 106 unidades públicas en Bachillerato que ofertaban 3.710 plazas, según un informe de su sindicato. CCOO Madrid tiene recurrida esta partida de ayudas desde el año pasado.

Un portavoz de la Consejería explica a este diario que la Comunidad dejará de dar el cheque a alumnos que pasen de un centro privado con concierto a uno sin concierto, pero para los nuevos becados. Tampoco a quien pase de 4º de la ESO a 1º de Bachillerato en un centro que nunca tuvo concierto. Los que disfrutaron de la ayuda el presente curso sí seguirán teniéndola, sin embargo, porque "no se puede cambiar a mitad de etapa, los que están becados deben continuar. Si entraron [en el programa de becas] y en el segundo año no la tienen se tendría que ir a mitad de etapa a otro centro justo el año de la Evau [la selectividad]. Nosotros valoramos el bien superior del alumno".

"El objetivo ayudar a los alumnos que lo deseen a que puedan seguir los estudios en el mismo centro que llevan desde pequeños con los mismos compañeros", explica el portavoz. "Así evitamos el abandono de los estudios que puede ocurrir si a un alumno le obligamos a ir por ejemplo a un centro público porque sus padres ya no puedan pagar un concertado. Debe mantenerse la libertad de elección de centro".
"Consolidar la libre elección"

En febrero, cuando se conoció que el programa estaba financiando centros privados sin concierto, la Consejería que dirige Enrique Ossorio había explicó que "la idea es restringir el programa solo a concertados, excluyendo a privados puros". Pero tendrá que esperar un curso más, según aclara la publicación en el BOCM del Plan Estratégico de Subvenciones para el curso 2020-2021, en materia de becas, y confirman fuentes de la Consejería.

La Comunidad pretende "garantizar, por un lado, la continuidad de la beca recibida en 1º de Bachillerato y, por otro, que los nuevos alumnos puedan estudiar 1º de Bachillerato en el mismo centro privado-concertado de la Comunidad de Madrid en el que están realizando 4º de la ESO", se lee como único punto del texto.

Por si esto fuera ambiguo, el anexo especifica entre sus objetivos "garantizar la continuidad de la beca (...) percibida en el curso 2019-20", "garantizar el acceso a los estudios de Bachillerato en centros privados de su propia elección a las familias con menos recursos económicos" y "consolidar la libre elección de centro educativo de las familias de los alumnos beneficiarios de las becas de Bachillerato".

Para solicitar este cheque escolar, el alumno debe estar matriculado o tener reserva de plaza para el curso que viene en 1º de Bachillerato (o pasar a 2º los beneficiarios de este año) en un centro privado. Los solicitantes no deben haber repetido 1º y la familia no puede superar una renta per cápita de 10.000 euros anuales. Esto es, para una familia de cuatro miembros el tope son 40.000 euros de renta anual.

La FAMPA Aranjuez solicita que la EvAU se celebre en Aranjuez


Nota de prensa de la Plataforma por la Escuela Pública de Aranjuez



    Plataforma por la Escuela Pública en Aranjuez
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Resumen de la reunión de la Plataforma por la Escuela Pública de Vallecas del 17 de junio de 2020


martes, 23 de junio de 2020

Entrevista a Elena Martín: “La escuela es fundamental, sin ella hay determinados aprendizajes que no se van a producir” (Daniel Sánchez Caballero para ELDIARIODELAEDUCACION.COM)

Reproducimos esta entrevista publicada en ELDIARIODELAEDUCACION.COM


Catedrática en Psicología Evolutiva de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, Elena Martín ve en el cierre de las escuelas y las lecciones aprendidas durante estos meses una oportunidad para darle una vuelta al modelo educativo. “Esta pandemia nos da la oportunidad de hacer la innovación que ya sabíamos que teníamos que hacer, solo que ahora lo hemos visto más claro”, reflexiona. Martín cree que no hay que dramatizar excesivamente sobre los meses de clases presenciales perdidos (“casi nada es irreversible en Educación”), pero sí aprovechar, todos, para hacer una reflexión, desde el Ministerio hasta las familias, sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje. Una reflexión activa y dirigida, especifica. Si no, no pasará. Hablamos con esta experta sobre cómo ha afectado el confinamiento a los más pequeños y qué lecciones podemos sacar de la situación excepcional que hemos vivido estos meses.

¿Cómo afecta a los más pequeños estar seis meses sin pisar un colegio?
Creo que debemos ser prudentes y saber que no lo sabemos. No se puede hacer afirmaciones categóricas. Hay estudios interesantes y que dicen algunas cosas, por ejemplo, el de Bonal sobre las desigualdades. Bonal explica cómo se ha puesto de manifiesto la desigualdad, de manera que no podemos afirmar que para todos ha supuesto lo mismo. Para unos ha significado más dificultades que para otros en esta etapa. Una dificultad que tiene que ver con el nivel sociocultural en el acceso a trabajar online. Pero no solo eso, la dificultad de seguir las clases es más obvia. El nivel sociocultural de la familia marca diferencias significativas respecto a las horas que han estado conectados, el tipo de extraescolares o no que han mantenido… Es decir, lo que ya sabíamos: no es solo lo socioeconómico, también lo sociocultural (se medía el nivel de estudios de la madre) es una variable que influye muchísimo en el aprovechamiento educativo de los hijos.

¿Es irreversible lo que se ha perdido estos meses?
Más allá de lo que los estudios, ahora más coyunturales, han puesto de manifiesto, desde la psicología del desarrollo se pueden resolver algunas cuestiones. Lo que sabemos es que la plasticidad del aprendizaje del alumnado apunta siempre a que casi nada es irreversible. No ha pasado nada que un alumno no pueda retomar. Es importante señalar esto, porque hay algunos titulares de “La generación de la Covid-19”, como si fueran a estar negativamente marcados. No hay nada irreversible, pero tenemos que saber que si se han producido algunos desfases en aprendizajes concretos deberemos compensarlo. También sabemos que lo que sí ha pasado es que estas circunstancias han puesto de manifiesto que la escuela es fundamental. Es importante destacarlo porque había voces que decían –con datos detrás– que había otros escenarios educativos que estaban empezando a cobrar importancia. Y es cierto, pero eso no niega que sin escuela hay determinados aprendizajes, determinados aspectos del desarrollo que no se van a producir. Uno aprende a hablar fuera de la escuela, pero no a leer y escribir fuera de ella. Y la alfabetización cambia la mente. Hay partes del desarrollo garantizadas por vivir en sociedad, por la crianza, pero también hay determinados aspectos que solo se aprenden porque hay una instrucción intencional y creo que esto se ha puesto de manifiesto ahora. La escuela tiene una función epistémica. Es decir, la escuela coge la realidad y la trae para hacerla objeto de reflexión. En la escuela no se cocina para comer, se cocina porque al cocinar entendemos la química, las cantidades, que necesitamos el comercio… Esta función epistémica en la que no hacemos cosas para resolver problemas sino para entender el mundo y por qué actuamos como actuamos es absolutamente peculiar y es la función que justifica que tengamos que obligar a los alumnos a ir a la escuela, porque es un derecho. De no hacerlo estamos socavando la igualdad de oportunidades. Y eso convierte en deber para la sociedad ofrecer la escuela con igualdad de oportunidades para todos.


Uno aprende a hablar fuera de la escuela, pero no a leer y escribir fuera de ella. Y la alfabetización cambia la mente

¿Qué hemos aprendido a nivel educativo durante el confinamiento?
Además de que la escuela es imprescindible, también hemos aprendido algunas cosas específicas del alumnado. Lo que tenemos que hacer es utilizarlo para dos grandes metas: en unos casos para compensar, pero en otros para aprovechar lo que hemos visto de distinto. Se está destacando en exceso la idea de que hay alumnos vulnerables que necesitan ser compensados. También hemos descubierto que son capaces de aprender de otra manera, hemos descubierto competencias que desconocíamos de ellos, la importancia de lo emocional… Hemos de aprovechar lo aprendido sobre cómo aprenden nuestros alumnos para no volver a enseñarles igual, sino enseñarles mejor.

Hemos aprendido –ya lo sabíamos, pero ahora se ha visto de manifiesto– que los alumnos son distintos y hay que atender a la diversidad. Hemos tenido que hacer tutorías diferenciadas para cada uno. Eso, que parecía imposible y que no lo hacíamos porque teníamos todo el grupo delante, hemos podido comprobar que hay que hacerlo de manera diferenciada. La atención a la diversidad no es solo para alumnos con discapacidad. Todo ser humano es diferente de otro y aprende de manera distinta. Está comprobado, y tiene consecuencias para el futuro esenciales. Hay que reforzar la acción tutorial (los centros lo están haciendo ya), quién necesita que reforcemos y quién está al nivel que queríamos para empezar. Esta atención individualizada es fundamental, y hemos aprendido además que las TIC nos pueden ayudar no para grabar clases, justo para lo contrario: para individualizar la enseñanza.

También hemos descubierto la importancia de lo emocional. Todos los profesores hemos comprobado que lo que les estaba pasando a los alumnos estaba influyendo en su aprendizaje, aunque tampoco hacía falta una pandemia para entender que el estado emocional del alumnado siempre influye en su aprendizaje.

Hemos aprendido que un alumno ahora nos parece otro alumno. Hemos descubierto cosas de ellos que el aula tradicional no permitía ver. He oído a muchos docentes sorprenderse por lo bien que se organizaba algún alumno por sí solo. Claro, no se veía porque se le daba todo organizado, pero ahora se ha visto quién podía y quién no. Esta es una idea esencial. Las personas no somos, estamos. Una misma persona puede comportarse de maneras distintas en distintos contextos. Un alumno en una clase de Lengua puede no estar motivado, pero lo ves en un taller de teatro hablar, escribir… Y ahora hemos visto a los alumnos en distintos contextos, que se les ha ocurrido hacer tareas que la escuela nunca plantea, pero que ellos en un contexto más abierto, con su familia o con otros medios de aprendizaje, han aprendido. Necesitamos actividades más abiertas, no tan academicistas, y que alumnos con distintos estilos encuentren espacios para aprender de otras maneras.

También hemos aprendido la importancia de las familias. Un alumno es diverso entre otras cosas por la familia que tiene. No podemos mandarle los mismos deberes. Contaremos con un apoyo que hay que exprimir al máximo y no poner topes al aprendizaje. Hay que saber que el contexto familiar es una fuente de recursos. A veces de ausencia de recursos también, pero tenemos que actuar con cada uno dependiendo de las familias. La familia también nos ha conocido mejor a nosotros, han visto la escuela de manera más descarnada y se han dado cuenta de lo terriblemente aburridas que son algunas de las tareas que se encargan. Puede servir esto para colaborar más con las familias también.


Hemos de aprovechar lo aprendido sobre cómo aprenden nuestros alumnos para no volver a enseñarles igual, sino enseñarles mejor

¿Cómo sacar provecho de estos aprendizajes?
Todas estas cosas no se van a convertir por sí mismas en aprendizajes a no ser que nosotros reflexionemos sobre ellas. Esto tiene una doble función: los docentes deben reflexionar sobre esto para adaptar su enseñanza a una mejor enseñanza. No podemos seguir enseñando igual que antes porque hemos tenido oportunidad de aprender nuevos elementos que siempre han estado en el aprendizaje, aunque no los veíamos. Pero es igualmente importante hacer reflexionar al alumnado sobre lo que ha pasado estos meses con su forma de aprender. Se dice, y yo lo comparto, que la competencia por excelencia que la escuela debe enseñar es “aprender a aprender”. Debemos garantizar que al acabar la etapa obligatoria toda persona va a ser capaz de seguir aprendiendo. Para que alguien pueda aprender a aprender tiene que haber reflexionado sobre qué es aprender y sobre cómo es él o ella como aprendiz. Por eso enseñar a aprender a aprender no es solo que los alumnos aprendan a aprender, también que piensen cómo aprenden. Ahora los alumnos han tenido experiencias reales de aprender de otra manera. La gente dice: “La escuela tiene que hacer aprendizajes con actividades auténticas”. Pues toma autenticidad. Ahora han tenido que aprender con actividades en casa, cosas nuevas. Muchos niños han hecho cosas de música en sus balcones o les han escrito a sus abuelos. Eso es autenticidad. Pero tienen que darse cuenta de que al hacer eso igual han aprendido mejor. Han visto que servía para algo, que los demás les felicitaban… Se han sentido competentes para hacer cosas que antes no hacían. Yo he hablado con padres que me decían que sus hijos no se consideraban grandes estudiantes en la escuela, pero se han leído no sé cuantos libros durante la pandemia o han escrito cosas para sus amigas. La oportunidad ahora es hacer actividades que les lleven a ellos a tomar conciencia de cómo han aprendido, cómo se han sentido al aprender así, cómo se han sentido al ver que lo que en la escuela no les motiva pero en su casa, de otra manera, sí. Esta reflexión es esencial para aprender a aprender. Esto se tiene que programar –los docentes proponemos momentos en septiembre que les permitan, planificada e intencionalmente, reflexionar– .

El problema es que luego los profesores apenas dan para sacar las clases adelante, igual no les da tiempo a dedicar ratos a reflexionar. ¿Crees que se aprovecharán estas enseñanzas?
Lo urgente no debe comerse lo importante. Es comprensible que ahora las urgencias estén en imaginarse al menos cómo va a ser la vuelta desde el punto de vista de la organización de ratios, espacios, calendario… Pero espero y confío –y creo que la ministra es consciente– en que el Ministerio tenga una responsabilidad de crear una línea de discurso. Esta es la tarea desde el punto de vista educativo. Cuando se da dinero para programas de cooperación territorial se puede marcar la finalidad [algo que finalmente no ha pasado con los 2.000 millones de euros del fondos europeos para la Educación]. El Ministerio tendría la responsabilidad de marcar y aunar el discurso a las comunidades, pero luego estas deben seguirlo. La siguiente pieza son los equipos directivos. Yo estoy trabajando con algunos y noto claramente la diferencia entre quién está solo en “voy a usar el gimnasio” –que hay que estar en esto–, y quien además está pensando en aprovechar la ocasión para empezar a trabajar por ámbitos y no por materias, empezar con la docencia compartida, un plan de acción tutorial… Alguien que ha recuperado parte de este discurso. En los planes que se les pide a los centros para comienzo de curso, además de estas medidas sanitarias, ratios, etc. debe haber un proyecto que haga hincapié en las líneas pedagógicas que van a seguir.

Has mencionado las tutorías antes, la oportunidad para darles una vuelta. ¿Son una herramienta a la que se podría sacar más partido, quizá individualizarlas?

El seguimiento de la acción tutorial tiene por una parte la exigencia de que cuando se esté en clase enseñando se utilicen unas metodología ajustadas (por ejemplo, si están trabajando en grupos voy pasando para ver qué necesita cada uno). Pero, además de este ajuste durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, tenemos horas de acción tutorial. Lo que pasa es que no siempre se utilizan bien. Hay que trabajar esta idea de cómo vamos, cómo aprendemos. Hay centros con tutorías individualizadas, aunque es difícil meterlo en horarios. Además está la idea de montar un PROA en el que luego por la tarde o en los recreos pueda atender de manera más individualizada a alumnos con niveles de aprendizaje distintos… Son espacios de individualización. A veces las familias han venido haciendo este acompañamiento, pero otras no. Hay muchas maneras de individualizar. Estos planes de los que hablamos, desde metodologías más individualizadas a programas más individualizados. La tutoría individual sería maravillosa.

lunes, 22 de junio de 2020

29-6-20: Encuentro online de Acción Educativa "El respeto a la infancia y la adolescencia en tiempos de pandemia" (videoconferencia de 18:00 a 19:30 h) h


El miedo al coronavirus reaviva las peticiones de reglar la educación en casa, que el ministerio descarta: "La escuela es insustituible" (Marina Estévez Torreblanca para ELDIARIO.ES)

ELDIARIO.ES publica esta noticia


La educación en casa se ha generalizado de manera abrupta e involuntaria en toda España en el tercer trimestre de este año debido a la pandemia de la COVID–19. El cierre de los colegios desde el pasado marzo ha obligado a centros y familias a adaptarse a una especie de homeschooling (una práctica conocida también con este término en inglés), pero sin los medios y la preparación necesarias en la inmensa mayoría de los casos.
"El homeschooling obligado ha despertado el interés y una mirada más amable sobre esta opción, aunque veremos cómo se traduce esto en cifras reales", explica Carlota Sala, presidenta de la Coordinadora Catalana Educar en Familia, que agrupa a unos 400 hogares. Afirma que desde hace alrededor de un mes les están llegando"muchas más consultas" de las habituales sobre aspecto prácticos, logísticos y legales de la educación en casa, en parte por el miedo a los posibles brotes infecciosos a partir de septiembre en los colegios.

En España, la Ley Orgánica de Educación dice que todos los niños y niñas deben estar escolarizados obligatoriamente de los 6 a los 16 años y una sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 determinó que los padres no tienen libertad para elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización.
Aún así, más de 2.000 familias educan a sus hijos en casa en España, invocando el artículo 27.1 de la Constitución Española que reconoce la libertad de enseñanza y garantiza el derecho de los progenitores de que sus hijos reciban una formación que esté de acuerdo con sus propias convicciones."Somos muchas las familias que objetamos ante el cumplimiento de una ley que nos parece injusta y, en general, se nos está permitiendo hacerlo, si bien es cierto que algunas familias tienen problemas cuando sacan a sus hijos del sistema educativo, o cuando, no habiendo sido escolarizados nunca, tienen algún otro asunto en el que intervienen los Servicios Sociales o simplemente son detectadas por la administración", explica la Asociación por la Libre Educación (ALE).
De cara al próximo curso, fuentes del Ministerio de Educación explican, en declaraciones a este medio, que no se plantean ninguna regulación sobre enseñanza en el hogar y que trabajan en una vuelta a las aulas en las mejores condiciones de seguridad sanitarias posibles.
"La escuela es insustituible. Es la mejor herramienta contra las desigualdades de origen", subrayan. Destacan que el cierre de los centros ha puesto de manifiesto precisamente su importancia, y que lo importante no es la brecha digital (en referencia a la ausencia de medios técnicos en muchos hogares para poder seguir educación a distancia) sino la brecha social, que es"mucho más difícil de resolver".
Los servicios sociales (normalmente en manos de los ayuntamientos) actúan si detectan una situación de absentismo en menores en edad escolar. Se insta a los padres a escolarizar a los hijos, y en caso de que no lo hagan, se envía el caso a fiscalía, explican fuentes de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, según las asociaciones homeschoolers, cuando observan que los niños están bien atendidos y siguiendo una educación en casa, no suele haber una denuncia.
"Saben que existimos, pero no hay persecución, entienden que somos diferentes a los absentistas", recalca la portavoz de la asociación catalana. En el peor de los casos les obligan a escolarizar al menor tras un proceso por la vía administrativa, aseguran. Pero también ha habido sentencias judiciales. En 2012, por ejemplo, la Audiencia Provincial de Granada dictaminó que el hijo de una pareja de maestros que recibía clases en su casa debía incorporarse a "un centro oficial". El magistrado aludía en el auto a la jurisprudencia del TC y también a una sentencia reciente en Alicante, que concluyó que la escolarización es obligatoria "aunque el menor no se encuentre en situación de abandono o aislamiento que implique una perturbación dañosa", como ocurre en la mayoría de estos casos.
Al respecto, fuentes del departamento de Educación de la Generalitat explican que consideran necesario amparar estas situaciones, como pasa en otros países, para no vulnerar el derecho a la educación, como puede ocurrir en algún caso. Aunque la educación se regula por Ley orgánica estatal, las comunidades son las encargadas de la gestión educativa.
La falta de respaldo legal al modelo es un impedimento para Julia, madre de un niño de seis años que en septiembre empezará la educación obligatoria en Madrid, a pesar de que desearía no tener que llevarle al colegio."Me da miedo que mi hijo se contagie y acabe pegándoselo a mis padres, que viven muy cerca de nosotros. Me gustaría tener la opción de que se quedara en casa y contar con docentes de apoyo, como en otros países". Pero afirma que no quiere arriesgarse a vivir en una situación de alegalidad, con la posibilidad de que le envíen a casa una inspección.

"Falso homeschooling"

Lo que se ha vivido en los hogares con chicos en edad escolar en los tres últimos meses (familias sin herramientas pedagógicas o materiales y sin espacio ni tiempo para dar clases a sus hijos en condiciones, mientras docentes y centros hacía lo que podían por adaptarse al estado de alarma) tiene poco que ver con lo que propugnan las asociaciones de defensa de la educación fuera de los centros de enseñanza.
Carlota Sala es madre de cuatro hijos de 12, 10, 7 y 2 años a los que educa en casa, junto a su pareja, aunque admite que ella está más implicada."No es verdad que esto sea solo para clases pudientes. También puedes adaptar tu nivel de vida para poner en el centro la educación de tus hijos", defiende. Ellos viven en un pequeño pueblo de montaña, en la comarca del Moianès.
No es posible ofrecer una enseñanza en casa sin un adulto atendiendo a los niños, para lo que normalmente es necesario o no trabajar o hacerlo de forma flexible y autónoma. Por eso, una de las críticas a esta práctica se refiere a que solo con un nivel económico alto es posible plantearla, ya que uno de los miembros de la pareja, a menudo las mujeres, probablemente van a tener que dejar de trabajar.
En el caso de Carlota, ella es profesora de yoga e imparte talleres y charlas de educación consciente, mientras su pareja trabaja en proyectos de gestión cultural. Acompañan a los niños para un aprendizaje según competencias: "seguimos sus intereses personales para enseñarles lectoescritura, ciencia, matemáticas básicas...", relata.
Según su criterio, el homeschooling del confinamiento no ha sido real, porque ha faltado la preparación necesaria para abordarlo."No hay una única manera de enseñar a los niños, cada familia debe hacer una reflexión sobre si va a dar una enseñanza curricular estricta, clases, con o sin horarios, material…"
El camino que se suele seguir, añade, es acabar matriculando en un centro a los alumnos en cuarto de la ESO para que puedan obtener un título homologado y continuar con estudios universitarios si lo desean. Durante el desarrollo educativo recomiendan apuntar a los menores a actividades extraescolares y comunitarias para integrarse y socializar con otros niños del entorno.
La falta de referentes externos y de contacto con otras realidades diferentes a las de la propia familia se suele citar a menudo como otro de los problemas del homeschooling. "El valor de la socialización, que se relacionen con otros iguales, que conozcan las normas que vienen de la sociedad, no solo de su casa, y figuras de autoridad diferentes a sus padres les abre a mundo, a la realidad", defiende la maestra de infantil y primaria Sonia García Gómez, secretaria de comunicación del sindicato de profesores de enseñanza pública ANPE.
A su juicio, la educación presencial es "primordial", sobre todo en las primeras etapas educativas. "El profesorado está cualificado, es especialista y tiene una formación didáctica y pedagógica fundamental para hacer un seguimiento del alumno en su proceso de aprendizaje", sostiene. Recalca además que lo que más se valora en el currículum educativo ahora son las competencias (en tecnología, desarrollo lógico-matemático...) y éstas se adquieren, sobre todo, a través del trabajo en equipo.

Casi prohibición alemana, flexibilidad estadounidense

Si se observa el panorama internacional, la educación en casa varía entre la casi prohibición en Alemania, cuya Constitución Federal de 1949 establece que "todo el sistema escolar debe estar bajo la supervisión del Estado", salvo casos en los que la asistencia a la escuela produzca un daño al menor (una novedad reciente), y el sistema estadounidense, uno de los países donde es más habitual, a menudo vinculada a cuestiones religiosas o de conciencia de las comunidades, y donde a veces se practican opciones mixtas en las que se puede asistir solo parcialmente a centros educativos. Esta opción flexible también es posible en Reino Unido.
La profesora de Derecho Civil en la Universidad del País Vasco Madalen Goiria recalca en su blog "La opción de educar en casa" que más de dos docenas de países prohíben la práctica del homeschooling (como Grecia, Lituania, Andorra o Brasil). Otros países lo permiten, aunque su legislación a menudo se acompaña de medidas restrictivas (caso de Alemania; Islandia, donde solo permitido si los padres están titulados como docentes; Luxemburgo, solo legal para primaria, o Países Bajos, solo legal para los padres que objetan el sistema escolar por motivos religiosos).
También, con medidas de control, es legal en Austria (la instrucción debe ser la equivalente a la escuela pública); Bélgica (con evaluaciones a los 8, 10, 12 y 14 años); Canadá (cada provincia y territorio tiene su propia normativa con distintos niveles de regulación); Dinamarca; Finlandia (son obligatorios exámenes orales y escritos para monitorizar el progreso académico); Francia (con inspecciones obligatorias) o Portugal. En total, más de 30 países a los que, por el momento, España no tiene intención de sumarse.