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viernes, 18 de abril de 2014

Sobre la LOMCE: "las normas nunca modifican la realidad educativa"; para eso es necesario cambiar la formación, la organización de los centros y la cantidad de recursos (entrevista al Decano de la UMA)

LA OPINIÓN DE MÁLAGA.ES: ´La ley Wert se pensó para meter bajo la alfombra a los alumnos más necesitados´

El decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA es muy crítico con la reforma educativa del Gobierno

Entrevista reaizada por Lucas Martín

En la carrera periodística existen muy pocas, raras y señeras oportunidades en las que se puede y se debe preludiar la entrevista a un desconocido con un abrazo. La excepción con José Francisco Murillo viene marcada por las pocas horas transcurridas desde la machada del Atlético en Champions y el momento en el que abre la puerta de su despacho y se produce el reconocimiento inevitable, que siempre es como el de dos escritores rusos preparando el samovar en la larga tarde del exilio americano. En su caso, además, con todas las galas del colchonero irreductible en una tarea irreductible, la de reconducir la educación, situada actualmente en España en algún punto intermedio entre la quimera, la indignación y el desastre.

España parece haberse abonado al tirón de orejas anual del informe PISA. Da la sensación de que la escasa puntuación pronto podrá digerirse, junto a los toros y al vermú, como una costumbre más del casticismo. O al menos, como un rapapolvo crónico e infalible.
Para medir la calidad de la enseñanza lo primero que hay que tener claro es que la educación desborda al informe PISA. Ninguna prueba de evaluación es lo suficientemente importante y consistente como para valorar la educación de un país. Y mucho menos para que los resultados condicionen su funcionamiento. Muchas veces las diferencias que arrojan las pruebas son nimias y traducidas a otras escalas es como decir que los británicos miden 1,74 y los españoles 1,69. Se pone el grito en el cielo, pero ojalá la distancia fuera similar en registros como el empleo o la economía.

Lo malo es que esos cinco centímetros nunca se dan a favor de España.
Depende el baremo al que se atienda. En la diferencia entre los alumnos con mejores calificaciones y los que menos España suele figurar entre los mejores. Y eso habla de un sistema educativo equitativo, lo cual no es nada despreciable. En cualquier caso, no debemos pasar por alto que se tratan de pruebas de lápiz y papel, que miden una serie de competencias que es difícil que puedan ponderarse de ese modo de una manera objetiva; especialmente en los casos en los que se intenta acotar la creatividad.

El informe precisamente deja esta vez muy mal parados a los alumnos españoles en lo que respecta a la resolución creativa de problemas básicos y cotidianos.
Sí, y aunque, insisto, los resultados no pueden interpretarse como un indicador plenamente incontestable, lo cierto es que dejan muchos temas sobre los que reflexionar. Me parece un despropósito, por ejemplo, la valoración cínica que está haciendo el Gobierno. Entre otras cosas, porque los fallos a los que alude el informe PISA apuntan directamente al modelo que la administración española está tratando de reforzar, que es la apuesta por el currículum academicista y el conocimiento entendido como una mera suma de porciones de información. Es justamente este sistema, cargado de conceptos que se enseñan para ser aplicados en una situación de examen, el que origina la diferencia con otros países en cuanto a la adopción de soluciones creativas.

Los educadores parecen coincidir en reivindicar un modelo basado más en la reflexión que en la acumulación de datos. Sin embargo, España parece enraizada en la cultura de la memorieta.
Ese es el gran problema. Y lo más grave es que se agudizará con los planteamientos de la LOMCE, que introducen sucesivas reválidas centradas en promover el conocimiento memorístico y fragmentado cuando lo que deberíamos es avanzar, y ese es el reto de la educación, en aquello que nos permite interpretar el mundo en el que vivimos, el más próximo y el lejano, para aprender a pensar y a actuar con autonomía.

¿Cuáles son los obstáculos que impiden mejorar en esa línea? ¿Es todo una cuestión de economía?
La clave está en la calidad del docente. O visto de otro modo, en su grado de autonomía. En España tenemos un currículum muy cerrado y las administraciones entienden que transformar el sistema educativo consiste simplemente en cambiar la ley y el manual del estante del profesor. Y esta es una de las grandes diferencias con sistemas tan bien calibrados como el de Finlandia, donde se cree realmente en el profesorado y se reconoce su trabajo. En la facultad se transmiten los rudimentos básicos, pero el docente no se hace docente hasta que llega al aula y tiene que reflexionar y asumir soluciones. Y para eso tiene que tener autonomía, que es lo contrario de lo que ocurre ahora.

Una de las propuestas es elevar la nota de corte para que los futuros maestros partan con un perfil más alto a nivel académico.
En Málaga últimamente contamos con un alumnado con muy buen expediente. La nota media de los que entran por la vía de selectividad está por encima del ocho, mucho más alta que la de algunas de las especialidades de mayor prestigio social. Pero, personalmente, soy de los que dudan de que los mejores alumnos y los mejores profesores se correspondan ciegamente con los que obtienen mejores calificaciones. Educar, repito, se aprende en el aula, enfrentándote a un grupo y decidiendo si lo que quieres es ser un técnico y limitarte al material que aporta la administración o un intelectual en permanente reflexión sobre su trabajo, capaz de tomar decisiones y por lo tanto responsable de sus éxitos y fracasos, sin poder adjudicar la culpa ni siquiera a la política educativa de turno. Esa forma de asumir la labor del docente es la manera en la que el docente crece profesionalmente.

Su departamento intenta desarrollar junto a la Universidad de Sevilla un nuevo grado de educación especial basado en las prácticas y las tecnologías. ¿Cuándo estará listo el proyecto?
Efectivamente. Es un grado que hemos diseñado al amparo del campus Andalucía Tech, que promueve la alianza entre ambas universidades. Tenemos incluso una red de centros muy potentes en el ámbito de las nuevas tecnologías. Lo que ocurre es que hemos tropezado con una serie de dificultades administrativas y organizativas que esperamos que se resuelvan lo antes posible. Sobre todo, porque es un proyecto que podría marcar una diferencia en la comunidad universitaria de Málaga; es más, al día siguiente a la presentación hubo padres y alumnos que colapsaron las centralitas intentando averiguar cuándo podían matricularse.

El interés por reformar el sistema educativo alcanza ribetes casi patológicos en este país. No hay ningún gobierno que acceda al poder que rehúse al menos a intentarlo. ¿Tan difícil es alcanzar un acuerdo?
El problema es que de todas las reformas posibles es siempre una de las más tentadoras; permite a los gobiernos dar la impresión de que están transformando algo importante. Y, además, a coste cero, porque las leyes de educación nunca nacen acompañadas de presupuesto. Es una gran mentira, porque las normas nunca modifican la realidad educativa; para eso es necesario cambiar aspectos como la formación, el acceso a la función pública docente, la organización de los centros y, por supuesto, la cantidad de recursos que se destina.

En España se ha puesto de moda cargar las tintas contra el proyecto de Wert. Hay quienes dicen que es una ley excesivamente ideológica.
Precisamente ese es otro de los motivos que explican el interés en reformar la educación. Me refiero a la carga ideológica, que es insoslayable, además de una tentación a la que pocos gobiernos se sustraen. La LOMCE, en ese aspecto, es especialmente nociva e ideológica. Es una ley que, como el propio Wert señala, no se centra en el fracaso escolar. Y que a todas luces está pensada precisamente para marginar al que fracasa, una norma que segrega, que trata de esconder bajo la alfombra a los que tienen más necesidad de educación. El proyecto está provisto de numerosas reválidas aparentemente científicas y objetivas que lo que hacen es avalar la exclusión e intentar convencer al excluido de que su fracaso no se debe al sistema, sino a su propia y exclusiva reponsabilidad.

Los críticos aseguran que la norma trastoca el sistema compensatorio de igualdad de oportunidades.
Es un torpedo a la línea de flotación de esa igualdad. Con la puesta en práctica de ese tipo de meritocracia se favorece a los que tienen acceso a los bienes culturales y se perjudica a los que no. No sé si se han planteado por qué en barrios como el Cerrado de Calderón el fracaso escolar es casi inexistente y en puntos más desfavorecidos como Palma-Palmilla está cerca del 90 por ciento. ¿Qué ocurre? ¿Es que el buen Dios hace nacer a los listos en unos barrios determinados? ¿Hay que otorgar al buen Dios esa capacidad de organización o es que esto tiene que ver con la posibilidades culturales de quienes nacen en unos estratos y en otros y lo que hace el sistema es sancionar las diferencias sin ayudar a paliarlas? El sistema no esta para eso, sino para educar y dedicar más recursos a los que están en riesgo de estar excluidos.

Los recursos, sin embargo, menguan. ¿Es ya una quimera romper con el determinismo económico? ¿Un cuento de hadas salir de la marginación?
Todavía es posible hacerlo. Pero no precisamente a través de la escuela, sino a pesar de ella. En los entornos conservadores siempre se alude a ejemplos de alumnos que obtienen notas brillantes procediendo de ambientes muy desventajosos. Pero esto es la excepción y cuando se da es a costa de pelear contra un sistema estructurado precisamente para lo contario. Ligado a esto hay muchos argumentos consabidos, como que es tan digno ser fontanero que abogado. Y estoy de acuerdo. Pero no es una cuestión de dignidad, sino de que aspirar a ser una cosa u otra venga predeterminado por el lugar en el que se nace. A los que defienden este tipo de planteamientos lo que no les he oído nunca es decir que lo que más desean en esta vida es que su hijo sea fontanero o electricista. Y eso es bastante elocuente.

Con la aplicación de la LOMCE asignaturas como Filosofía perderán peso en la formación de los alumnos. ¿Se pagará cara la decisión en las futuras generaciones?
Es grave. Y no sólo concierne a la filosofía. Todas las asignaturas, como las artísticas, que promueven un pensamiento autónomo, creativo, divergente, están siendo arrinconadas. Y, además, con un argumentario falaz, como si la productividad y la eficiencia fueran responsabilidad únicamente de otras áreas de conocimiento. Me parece un error monumental, porque el pensamiento creativo, heurístico, es tan importante o más que el algorítmico. Los grandes descubrimientos han tenido muchas veces más que ver con un planteamiento frente a los problemas imaginativo, reflexivo y relacionado con los enfoques y habilidades que potencian materias como las artísticas y la filosofía.

Los futuros profesores se enfrentan a un panorama fuertemente condicionado por las restricciones económicas y de escasa perspectiva laboral. ¿Cómo hacen en la facultad para que no cunda el desánimo? ¿Apelando, como el Cholo, a lo romántico?
A los nuevos alumnos siempre les digo que su elección ha sido magnífica; y no es mercadotecnia, realmente lo creo. Y más en un momento como el actual, en el que las dificultades nos sitúan frente a un reto apasionante y en el que está todo por hacer y rehacer. Asumir ese reto es apasionante. Merece la pena. El valor que su trabajo puede aportar a la sociedad es mayúscula. Y las expectativas laborales no son peores que las de otras profesiones.

«La catequesis no debería formar parte del sistema educativo»

Los albores de la LOMCE estuvieron marcados por el debate en torno a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Por un momento, parecía que era lo mejor o lo más aberrante que le había pasado a la enseñanza en España en medio siglo. ¿No perdimos un poco todos el norte con este asunto?
A mí nunca me pareció una cuestión de enorme relevancia. Estoy de acuerdo con el catedrático Jurjo Torres, que utiliza el concepto de currículum para turistas, un cajón al que es probable que pudiera adscribirse esta asignatura. Lo digo en el sentido de que no es el tipo de materia al que los alumnos dan prioridad ni los padres le dedican mucha atención a la hora de examinar el expediente académico de su hijo. Ciertamente hay buenos profesores que aprovechan para profundizar en una cuestión importantísima, en los valores ligados a cómo entendemos el mundo y viajamos por él. Pero si hubo tanta polémica me parece que es más por la actitud de ciertos sectores extraordinariamente reaccionarios, que comenzaron a decir barbaridades. Aunque al mismo también es culpa de los sectores más progresistas, que entraron al trapo.

¿También lo hicieron con la controversia sobre la permanencia en las aulas de símbolos religiosos?
A mí eso me parece bastante más serio. No tanto por los símbolos. Que una religión se esté impartiendo en el sistema educativo público de un estado aconfesional me parece enormemente preocupante. Estoy plenamente de acuerdo en el que la religión forma parte de la cultura y que resulta fundamental conocer la historia de las religiones, incluida la católica. Pero eso debería abordarse en Historia. Entiendo desde el respeto que me merece el catolicismo, y precisamente por eso, que la catequesis no debería formar parte del sistema educativo público.

Telebasura, canción ligera y políticos de escasa consistencia intelectual e, incluso, académica. ¿De verdad que estamos frente a la generación mejor preparada de la historia?
No me cabe la menor duda. A pesar de todos sus errores, las reformas educativas han ido posibilitando una mayor inclusión en el sistema. Es normal que los sectores más conservadores planteen dudas sobre la eficacia de un sistema que permite la permanencia y el acceso de personas a las que antes se les negaba. Y en relación a la clase política, el problema es de otro orden, más relacionado con su propia estructura y funcionamiento. Estoy convenio de que en los partidos también existen honrosas excepciones, personas muy bien formadas y comprometidas, pero desgraciadamente el engranaje de las organizaciones no les permite llegar a puestos de dirección.

jueves, 10 de abril de 2014

Wert cree que los recortes no afectan a los resultados de los alumnos en el informe PISA y carga las culpas a un sistema "excesivamente memorístico, repetitivo y a veces aburrido"

EL ECONOMISTA.ES: Wert niega que los malos resultados en PISA 2012 tengan que ver con los recortes


El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha recordado hoy que los últimos resultados del informe PISA sobre el nivel de los alumnos de 15 años para resolver problemas de la vida cotidiana son de 2012, por lo que corresponden a una fecha anterior a los recortes que hayan podido adoptar las comunidades.

Wert ha hecho estas declaraciones en el pleno del Senado, donde ha querido aclarar "ciertos equívocos" suscitados los pasados días ante los malos resultados de los estudiantes españoles respecto a otros países de la OCDE.

Ha criticado "aquellos comentarios" que se han centrado en que los malos resultados de los estudiantes españoles tenían que ver con los recortes pues, según el ministro, no se puede perder de vista la fecha en que se realizó este estudio, 2012, "muy anterior a cualquier decisión en ese sentido que se haya adoptado por las comunidades autónomas".

Sobre esos malos resultados de los alumnos españoles a la hora de enfrentarse a problemas cotidianos, Wert ha comentado que puede deberse a que el sistema educativo es "excesivamente memorístico, repetitivo y a veces aburrido para el alumno", que no tiene capacidad para trasladar esos conocimientos a la vida diaria.

Ha asegurado que la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) procura distintas medidas orientadas a facilitar que el alumnos adquieran las capacidades que le permitan convertirse en un ciudadano "crítico y constructivo".

Preguntado por el senador socialista Andrés Gil sobre las medidas que la Lomce fija para asegurar un sistema de préstamo gratuito de libros de texto y material curricular para el próximo curso, Wert ha comentado que al Gobierno no le toca asegurarlo sino "promoverlo".

Para ello, ha comentado que en las reuniones sectoriales con las autonomías el Ministerio puede coordinar este tema y que, dentro de los 250 millones de euros reservados para becas el curso próximo, se incluye una cantidad dedicada para libros.

Además, ha señalado que su departamento está trabajando "intensamente" con todas las comunidades para establecer recursos digitales en abierto que pueden ser utilizados en lugar de los libros de texto.

jueves, 3 de abril de 2014

Los profesores tachan de "cínica" a Gomendio por cargar sobre ellos el cambio de modelo educativo

EL DIARIO.ES"No se puede cambiar el sistema educativo despidiendo profesores y recortando la formación"

"Habló como si no fuera de este país". Los sindicatos de profesores no dan crédito con el discurso que pronunció el martes la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, sobre el futuro de la educación y el rol que deben jugar los docentes. O, por ser más preciso, sobre cómo aborda la cuestión el ministerio, más allá del debate de fondo.
La número dos de Educación aseveró con contundencia durante la presentación de los resultados de España en resolución de problemas de PISA –que deja a España por debajo de la media de la OCDE– que "hace falta un cambio radical en la metodología de enseñanza".
El razonamiento de Educación es el siguiente: si los alumnos españoles sacaron en esta prueba, que mide la capacidad de aplicar los conocimientos a problemas nuevos, peor resultado de lo que predecían las notas previas obtenidas en Matemáticas, Ciencias y Lengua es que el sistema es erróneo porque no prepara para resolver problemas. La metodología, afirma Gomendio, está anticuada porque se basa sólo en la memorización de contenidos. La LOMCE resolverá este problema, sostuvo la número dos. Y los docentes tienen "la responsabilidad última" en cambiar el método, añadió.
"La LOMCE no aborda cambios de metodología", replica Nicolás Fernández, responsable del sindicato ANPE. "Son dos contradicciones como poco que demuestran la desfachatez de Gomendio. Ella y el PP han hecho todo lo posible por dificultar la tarea a profesores y centros", tercia con más dureza el secretario general de Educación de CCOO, Paco García. "Primero presenta la LOMCE como solución a todos los problemas, como si no fuera suya o no la hubiera leído. Y, segundo, situar la responsabilidad en el profesorado es un acto de cinismo porque luego Educación hace todo lo contrario de lo que dice que hay que hacer", se explica.
Cuando habla de contradicción García habla de recortes, claro. Según datos de CCOO, España ha perdido durante la crisis al menos un 12% del gasto educativo, unos 6.300 millones de euros. Aplicadas a los maestros, estas cifras se traducen en 33.000 profesores menos en el último año y medio (algunas fuentes como el sindicato ANPE lo cifran en 55.000 desde el comienzo de la crisis), pérdida de poder adquisitivo para los docentes de entre un 44% y un 63% en cinco años y en función del cuerpo docente al que pertenezcan... "No se puede cambiar el sistema educativo despidiendo profesores y recortando la formación", resume. 
Y las pérdidas económicas no son las únicas que sufren los maestros, aseguran. Aumento de las horas lectivas, de las ratios alumno profesor en el aula, no se cubren las bajas, desaparición de desdobles y programas de refuerzo derivado de los despidos de profesores y menos horas de biblioteca son otras consecuencias de los recortes, dicen los sindicatos, que dificultan en buena medida la atención personalizada necesaria para que cada alumno llegue al máximo que pueda llegar.

La solución del ministerio: una plataforma online

Ocurre algo similar con los centros de formación del profesorado, los encargados de la formación continua de los maestros. Han cerrado a decenas en los últimos años. En Madrid, por ejemplo, había 25 y ahora hay 5. El ministerio pide a los maestros que renueven los métodos pero recorta la formación. A cambio, Gomendio habló este martes de crear una plataforma digital de Ministerio y Comunidades Autónomas para ofrecer cursos de formación a los profesores y que éstos compartan experiencias didácticas.
Fernández cree además que el nivel de implicación del profesorado "está fuera de toda duda". Para ANPE el problema es que "hace falta una reforma que lo abarque todo, los centros, el método, la autonomía... y los profesores". El famoso estatuto del docente, atascado desde hace años antes de llegar a la mesa de negociación, incluso. Fernández cree contradictorio pedir a los docentes un cambio en el sistema de enseñanza sin darles antes los instrumentos para ello. "Hablan de una plataforma...", ni siquiera termina la frase.
"Necesitamos desarrollar el acceso, atraer a los mejores, decidir qué formación se les da, cómo se desarrolla la carrera profesional a partir de ahí", empieza. García coincide con este planteamiento. El estatuto del docente es una de las ambiciones de los sindicatos de la docencia, pero la situación no tiene visos de resolverse a corto plazo. "Gomendio tiene en su mano sentarnos a hablar del estatuto, de la docencia, pero no lo hace. Parece que no hay nada que pueda hacer y es la segunda responsable de educación del país", lamentan en CCOO.
"Todo esto requiere unos planteamientos más profundos que los que se obtienen de una prueba [PISA] que no me creo, sólo la pasan unos 2.000 alumnos en España", zanja Fernández. Con esta referencia, el persidente de ANPE saca a colación otro asunto del que se habla últimamente, sobre la conveniencia o no de fiarlo (casi) todo, educativamente hablando, a lo que diga esta prueba que realiza la OCDE. Hay varias voces discrepantes del uso que se hace de la información que provee PISA, aunque ese es otro debate.
Para ANPE "sí era necesaria una reforma, pero no ésta ni del modo en que se ha concebido", señala Fernández. García, de CCOO, ahonda en esta línea. "Presentan la LOMCE como la ley de la enseñanza personalizada. No se la habrán leído. Es la ley que niega la atención a la diversidad, que reconoce a los talentos (para que busquen la excelencia), lo que significa que también reconocerá los no talentos y les dejará de lado", argumenta.
En lo que sí coinciden ambos es en que el profesorado es la clave del sistema. "Cualquier cambio educativo tiene que contar con ellos, son los que están todos los días en las aulas y lo van a llevar a cabo", resume García el sentir general.

¿Rinden peor los más ricos?

Uno de los aspectos que llama la atención a algunos analistas sobre los exámenes PISA es que aparentemente los estudiantes de mayor nivel socioeconómico riden comparativamente peor que los que provienen de clases sociales más bajas.
Es un hecho demostrado en la educación que el nivel socioeconómico y cultural de las familias (el nivel de estudios y económico de los padres) tiene una fuerte influencia en el rendimiento que darán los hijos en la escuela. Cuánto más letradas están (y generalmente por extensión más desahogados económicamente) las familias, mejor rendimiento. Corregir estas diferencias es en parte la labor de un sistema educativo equitativo y que ofrece igualdad de oportunidades a sus estudiantes. Y por eso en las evaluaciones tipo PISA se tiene en cuenta este factor, que se pondera a la hora de analizar los resultados.
En España ocurre, según expertos como José Saturnino Martínez, doctor en Sociología de la Universidad de La Laguna, que mientras los estudiantes de más bajo nivel familiar rinden igual o mejor que sus pares europeos, los de más alto nivel no alcanzan las cotas de excelencia de sus iguales.
Para Fernández, de ANPE, es méramente anecdótico. "Los rendimientos educativos dependen de cosas muy complejas. Esto que se dice quizá esté relacionado con la sobreprotección (a los más adinerados)", minimiza. Para él, "depende de las familias. Si se implican normalmente va a haber un buen resultado", zanja.
García cree que PISA permite sacar "muchas conclusiones", y simplifica en que "el reto de un sistema es combinar calidad con equidad. No es bueno que haya muchas diferencias entre los que más saben y los que menos, pero tampoco que no haya mayores cotas de excelencia", opina. Lo que sí tiene más claro es que "se trata de que cada alumno alcance el máximo al que pueda llegar, y para eso hay que individualizar la atención. Y la LOMCE no lo hace, da café para todos. No sé si mejoraremos en calidad, pero perderemos en equidad seguro", augura.

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Gracias a  leemos esta entrada en el blog LA MANO IZQUIERDA DE DIOS


Hay momentos en los que la autojustificación es divertida. 
Contemplar como algún adolescente bordea el ridículo para explicar sus regresos etílicos a altas horas de la madrugada o como un adulto se enfanga en un laberinto de explicaciones en una defensa numantina de un acto indefendible puede hasta resultar gracioso y si no que se lo pregunten a los guionistas holliwoodienses de comedias románticas. Pero hay otros momentos en los que simplemente resulta bochornoso. 
Cuando un responsable político que lleva varios años al frente del sistema educativo echa balones fuera y pretende justificar unos resultados con la defensa Burt Simpsom de "yo no he sido, nadie me ha visto, no hay pruebas", la sonrisa se te congela en los labios y se torna en mueca como mínimo de desdén.
Y eso es lo que ha hecho y está haciendo Montserrat Gomendio, la número dos del ínclito ministro Wert, con los últimos resultados de ese famoso Informe Pisa que la educación española tiene clavado desde hace años en la planta del pie y no consigue arrancarse.
El rendimiento medio de los alumnos españoles en «resolución de problemas» en PISA 2012 es de 477 puntos, 23 puntos por debajo de la media de la OCDE (500 puntos). España ocupa el puesto 29 entre los 44 países que han realizado esta prueba y el 23 entre los 28 de los que pertenecen a la OCDE.
Y ¿qué significa esto? Pues muy sencillo. Que los alumnos españoles son casi incapaces de aplicar los conocimientos obtenidos a la vida diaria. Tienen problemas para moverse en el metro, para programar los aparatos electrónicos y hasta para utilizar la aspiradora.
En realidad todo esto no va de profesores y de centros docentes. En realidad todo esto va de adolescentes sobreprotegidos, llevados a todas partes en coche por sus padres, que no son obligados a participar en las labores domésticas -sean chicos o chicas, no empecemos con lo del machismo, por favor-, a los que se les solucionan los problemas desde su más tierna infancia para que no molesten llorando, quejándose o montándola parda en el suelo del salón mientras hay visitas.
Pero como es un informe educativo, Gomendio cree que tiene que echarle la culpa a alguien y como no va a ser ella la culpable -¡Dios nos libre!- arremete contra el profesorado.
Y les acusa de tener metodologías inadecuadas basadas en la memorización de contenidos, de no adaptar los contenidos a las nuevas tecnologías, de ser los culpables de que los adolescentes españoles no aprovechen al máximo las posibilidades de su reproductor mp3 o de su IPhone.
Y ella se sienta toda estupenda y trascendental en la mesa de una rueda de prensa y carga contra un sistema educativo que ella dirige, que ella ha podido cambiar en el tiempo que lleva como Secretaria de Estado de Educación. Como si fuera de otro ministerio, como si fuera de otro país, como si fuera de otro universo.
Como ha decidido que el profesorado, las direcciones de los centros, los rectorados universitarios y todos los que han protestado contra sus reformas y recortes son el enemigo y pertenece a la rama más recalcitrante del Partido Popular, esa que tiene como lema heráldico eso de "al enemigo ni agua", les echa la culpa del fiasco adaptativo del alumnado español.
Son los profesores y su forma de dar clase los que han provocado este fiasco. Porque en lugar de enseñar tablas de logaritmos deberían explicar el manual del IPhone, porque en lugar de dar clases de música, armonía o composición deberían enseñar a sus alumnos a descargar, convertir y programar música en mp3, porque en lugar de enseñar los mapas de movimientos de tropas en las guerras mundiales o Europa física deberían explicar el plano del metro con sus correspondencias, trasbordos y cambios de línea.
"Manifiestense menos y hagan mejor su trabajo" puede leerse en la frente fruncida de Gomendio mientras dice otras palabras.
Porque en realidad este exabrupto, este momento de autojustificación propia que arroja a los leones a todo el resto de la comunidad educativa, va de eso. De charle la culpa a aquellos que tienen que ser los culpables porque están en su contra, en contra de sus decisiones. En contra de su Reforma Educativa.
Y en ese punto es cuando la autojustificación ridícula que podría generar una sonrisa condescendiente se transforma en propaganda manipuladora que solamente mueve a la arcada y la repugnancia.
"La Lomce -su ley- resolverá este problema y los docentes tienen la responsabilidad última en cambiar el método", dice Gomendio, demostrando que lo único que ha buscado todo el tiempo es vender el humo de su reforma, es justificar sus actos.
Y es lógico que la Lomce solucione todos estos problemas.
Porque todo el mundo sabe que San Pablo en su carta los gálatas explica claramente cómo programar el IPhone y por eso la religión se hace contar en la media, porque de todos es sabido que no hace falta memorizar contenidos para pasar una reválida que te deja fuera del sistema educativo si la suspendes, porque todo el mundo conoce la realidad de que son los "nacionalismos excluyentes" los que complican sobremanera el mapa del metro de las principales ciudades españolas y por eso hay que estudiarlos en esos términos.
Porque seguro que la aplicación de la Lomce compensa el hecho de que se hayan cerrado aulas de informática en colegios e institutos públicos por los recortes presupuestarios de su ministerio, es probable que compense de los ordenadores rotos o desfasados que no se reponen, de las horas de formación que se les han quitado a los docentes para que asuman clases masificadas, de los centros de formación del profesorado que se han cerrado uno detrás de otro en el suicidio falsamente austero que ha emprendido el actual gobierno del país de la Educación Pública..
Y sobre todo es seguro que la aplicación de la Lomce compensará que la comunidad educativa española haya perdido durante la crisis al menos un 12% del gasto educativo, unos 6.300 millones de euros. Que su ministerio haya eliminado 33.000 profesores en el último año y medio y 55.000 desde el comienzo de la crisis.
Si hay que echarle la culpa a alguien, que no sean unos padres exageradamente protectores y una sociedad occidental atlántica que pretende vivir por siempre en una adolescencia de Peter Pan y Campanilla, del fiasco en la adaptación cotidiana de nuestros jóvenes es a esos recortes que impiden avanzar y evolucionar al sistema educativo. 
Y eso no lo va a solucionar la Reforma Educativa de Wert y Gomendio, que no incluye en todo su texto y desarrollo ni un solo párrafo de reforma metodológica que no sea el recurso a modos y maneras previos a La Restauración.
Gomendio lo sabe, nosotros lo sabemos y todo el mundo lo sabe. Aunque no sepamos programar el IPhone para que nos avise de los tuits de nuestros colegas. Pero ella tiene que decirlo, tiene que intentarlo. Por si cuela.
Pues se siente, señora Gomendio, no ha colado. Vuelva a intentarlo.

miércoles, 2 de abril de 2014

Los sindicatos replican a Gomendio que no se puede innovar en Educación con una ley como la LOMCE y con recortes que no cesan

LEVANTE-EMV.COM: Los docentes advierten que es difícil innovar si no cesan los recortes en educación


Diversos sindicatos de docentes aseguraron ayer que hasta que no cesen los recortes en educación, que han provocado el aumento de alumnos por clase, el número de horas que imparten o la no sustitución de los profesores de baja, difícilmente se conseguirá innovar en los métodos pedagógicos. El presidente del sindicato independiente ANPE, Nicolás Fernández Guisado, contestó así a las declaraciones de la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, que sentenció que España necesita «un cambio radical» de metodología docente. El líder de ANPE destaca que el sistema educativo lleva «cuatro años sufriendo recortes y congelación de plantillas, por lo que así es difícil innovar».
Por su parte, el secretario general de la Federación de la Enseñanza de CC OO, Francisco García, considera que la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), a diferencia de lo que sostiene Educación, «no va a cambiar» la metodología pedagógica del aula. Para García, esta ley «pone el énfasis en los contenidos», es «una vuelta a aprenderse el nombre de los ríos» y no ayuda a una educación del siglo XXI.
El portavoz del PSOE de Educación, Mario Bedera, asegura que «no hay nada en la LOMCE» que mejore las habilidades de la vida cotidiana como las que evalúa el informe PISA». efe/e. Pressvalencia

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Gomendio culpa a los docentes de los resultados en las pruebas de PISA ajenas al currículo y cree que la contrarreforma de Wert modernizará las prácticas pedagógicas

PÚBLICO.ESLos jóvenes españoles suspenden en elegir el billete de tren adecuado y programar el aire acondicionado


Manejar el mando a distancia del aire acondicionado de un hotel, escoger la mejor combinación de metro o tren para llegar a otro punto de una ciudad que no se conoce, sentar a unos invitados para que se cumplan sus preferencias de con quién estar juntos y con quienes no, o hacer funcionar un robot de limpieza. Los expertos en educación llaman a estas tareas "problemas de la vida real" y también en eso —como en las pruebas de Matemáticas, Lectura y Ciencias— los alumnos españoles de 15 años están por debajo de la media europea.
Según la última Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA 2012), España obtiene 477 puntos en habilidades para solucionar problemas cotidianos, lejos de la media (500) y del país europeo con mejor nota, Finlandia (523). 
Los alumnos españoles ocupan el puesto 29º entre todos los participantes de estas pruebas (44) y el 23º si se tiene en cuenta sólo a los 28 países de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación (OCDE). España está cerca de Polonia (481), Eslovaquia (483), Eslovenia (476), Serbia (473) y Croacia (466), aunque por debajo de Suecia (491), Portugal (494), Alemania (509), Italia (510) y Francia (511).
En las antípodas de la clasificación, los países mejor parados en estas pruebas fueron Singapur y Corea del Sur, seguidos de Canadá, Australia, Finlandia, Inglaterra, Estonia, Francia, Países Bajos, Italia, la República Checa, Alemania, EEUU y Bélgica.
"Los resultados son aún peores que en matemáticas, ciencia y lengua", ha reconocido la secretaria de Estado de Educación,Montserrat Gomendio, quien ha indicado también que, a diferencia de otros países, en España no influye en los resultados el nivel socio-académico de los padres. "Los mediocres resultados de España no están sectorizados, es un problema que afecta a diferentes colegios y a un perfil muy amplio de alumnado", ha remarcado. Otra diferencia con el resto de países es que en España los altos conocimientos no van asociados tampoco a la capacidad de resolver problemas cotidianos.
La secretaria de Estado ha achacado los "pobres" resultados de los alumnos españoles a la "metodología anticuada" de los centros, que únicamente pone énfasis "en el aspecto memorístico" y no en la "resolución de problemas, el trabajo en equipo o el espíritu crítico". Gomendio ha aprovechado una vez más la presentación del informe europeo para justificar la entrada en vigor de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), que implicará un "cambio radical" en este sentido, ha dicho. Los nuevos criterios de evaluación y los estándares de aprendizaje que ya constan en los currículos aprobados para Primaria supondrán la "modernización" de las prácticas pedagógicas, un cambio que los profesores deben afrontar, según Gomendio, como un "reto atractivo".
El responsable de educación de la OCDE, conocido como el padre de PISA, Andreas Schleicher, le ha dado la razón y ha puesto el ejemplo de Japón, donde la transformación de las prácticas pedagógicas ha hecho mejorar sus resultados.
Gomendio ha insisitido una vez más en la necesidad de "flexibilizar" el sistema educativo de manera que la equidad no se base, como hasta ahora, en que todos los alumnos sean capaces de obtener los mismo resultados —que suelen ser mediocres", ha señalado—, sino que desarrollen al máximo sus capacidades (independientemente de su contezto socio-económico)  auqneu no sean parecidos.

El Informe PISA desvela que los alumnos de 15 años de nuestro país se desenvuelven peor que otros en problemas cotidianos

EL PAÍS.COMSuspenso en la vida real

En la era de Google ya no es tan relevante saberse la lista de los reyes godos (si es que alguna vez lo fue). Lo que se necesita, además, es conocer estrategias para encontrar, entre los 500.000 resultados que muestra el buscador, cuáles son las fuentes fiables sobre ese o cualquier otro conocimiento. La escuela debe enseñar a discriminar entre la ingente cantidad de información disponible y a desenvolverse en nuevos escenarios, y parece que la española está bastante lejos de hacerlo. El informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha puesto de manifiesto que los alumnos españoles están aún peor preparados para enfrentarse a la vida diaria de lo que revelan sus ya mediocres resultados en matemáticas, ciencias o capacidad lectora. Y los tiempos requieren otras destrezas. “La economía mundial no se centra en lo que se sabe, sino en lo que se puede hacer con lo que se sabe”, aseguró ayer el responsable de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, en la presentación de los resultados del informe. “El siglo XXI requiere un enfoque distinto de la enseñanza”, advirtió.

Los estudiantes españoles de 15 años están 23 puntos por debajo de la media de los países desarrollados en la resolución de problemas cotidianos, como programar un aparato de aire acondicionado, escoger la mejor combinación de metro para llegar a otro punto en una ciudad que no se conoce o predecir el comportamiento de un robot de limpieza en una habitación. El estudio, elaborado con 85.000 jóvenes de 44 países —en España participaron 2.709 estudiantes— les puso frente a simulaciones de esas situaciones de la vida real, cotidiana. Y el 28% de los españoles no llega al nivel mínimo para afrontar un problema, frente al 21% de la media de la OCDE. España, con 477 puntos (500 es la media utilizada), se coloca entre la posición 27 y 31 de un total de 44 países, que lideran Singapur y Corea del Sur (con 562 y 561 puntos). Los españoles están a la altura de Polonia, Eslovenia o Serbia, pero más de 30 puntos por debajo de Alemania, Italia o Francia.
Curiosamente, no hay diferencias de cualificaciones por sexo (como ocurre en otras competencias), y a igual nivel de conocimientos en las pruebas tradicionales de PISA, los niños inmigrantes sacan más partido que los españoles a la hora de resolver problemas. Hasta casi 20 puntos más. “Quizá porque han tenido que pasar un periodo de adaptación al llegar a España”, razona Ángel Pérez, de la editorial SM. En España, los muchos repetidores —el 40% ha repetido al menos una vez al cumplir 15 años—, también lastran la media, pues sin ellos se alcanzarían los 512 puntos.
Los resultados de los españoles están por debajo de lo esperable dado su rendimiento en matemáticas, ciencia y lectura, o sea, no saben aplicar lo aprendido. “Hace falta un cambio radical en la metodología de la enseñanza”, sugirió la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, en la presentación de los resultados. Un cambio en una enseñanza “anticuada”, basada solo en la memorización de contenidos.
“Lo que reflejan los datos es que en España la educación no da la oportunidad a los alumnos de ser creativos”, apunta, en la misma línea, el analista de la OCDE Pablo Zoido. “Hace falta una transformación de todo el sistema más acorde con el tipo de competencias actuales. Los mercados laborales demandan pensamiento crítico, creatividad, intuición, trabajo en grupo...”, razona.
LEE EL ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ

EL DIARIO.ES: Uno de cada tres estudiantes tiene dificultades para resolver estos problemas de PISA, ¿y tú?

A los alumnos y alumnas españoles les cuesta aplicar los conocimientos que adquieren en clase a los problemas cotidianos. Y así lo revelan los resultados de una parte del informe PISA 2012, que evalúa la capacidad de 85.000 jóvenes de 15 años de 44 países para enfrentarse a situaciones propias de la vida diaria.
La mayoría de los estudiantes tienen facilidad para encontrar la ruta más corta en un mapa de carreteras, comprar un billete en el metro en una ciudad en la que nunca han estado o buscar el mejor punto de encuentro para tres personas que viven en lugares diferentes; pero encontrarían dificultades para comprar el ticket de metro más barato o para aprender a utilizar aparatos electrónicos como un mp3, un robot aspiradora o el termostato del aire acondicionado.
La puntuación media obtenida en España, donde han participado 2.709 estudiantes, se corresponde con el nivel 2 de competencias de los 6 establecidos en PISA, lo que coloca a nuestro país entre el puesto 27 y 31 de los 44 estados (28 de la OCDE) que han participado en las pruebas. Traduciendo las cifras, los alumnos pueden abordar situaciones fuera del ámbito familiar pero necesitan algún tipo de orientación para dar con la solución.
El ranking lo lideran Singapur y Corea del Sur, con 562 y 561 puntos, respectivamente; España, con 447, obtiene una posición peor de la esperada, lo que revela que los alumnos tienen más problemas para resolver cuestiones cotidianas que para enfrentarse a un ejercicio de ciencias, matemáticas o lectura; pruebas cuyos resultados tampoco eran para sacar pecho. Según los datos, el porcentaje de alumnos rezagados en la competencia de resolución de problemas se sitúa en el 28,5% mientras que tan sólo el 7,8% logra estar entre los alumnos "excelentes".
"La economía mundial no se centra en lo que se sabe, sino en lo que se puede hacer con lo que se sabe", ha dicho el responsable de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, que se ha desplazado a España para presentar los resultados de la evaluación. Junto a él ha estado Montserrat Gomendio, la secretaria de Estado de Educación, que ha llamado a un cambio en la enseñanza basada en la memorización. "La responsabilidad última es de ellos", ha subrayado lanúmero dos del ministerio refiriéndose a los profesores como agentes únicos de esa transformación.
Las cuestiones planteadas en esta edición de la prueba son variadas y miden, entre otras, destrezas de organización, observación, razonamiento y reflexión. Muchos chicos y chicas no pudieron dar salida a los problemas del día a día que se les presentaron. Y tú, ¿sabrías hacerlo?
Ejemplo de las pruebas de PISA 2012: Billetes de metro.
Ejemplo de las pruebas de PISA 2012: Billetes de metro.
En este caso, los estudiantes tienen que enfrentarse con una máquina desconocida, como es la dispensadora de tickets del metro, y usarla para lo que necesitan. Comprar un billete normal (nivel 3) no supone un problema para el 43% de los participantes, pero cuando se introduce una nueva exigencia, que el ticket sea el más barato (nivel 5), los resultados cambian: solo el 14% de los chicos y chicas supieron salvar este ejercicio en España, frente a la media del 27% en el resto de países.
Ejercicio de resolución de problemas de PISA: compra el billete más barato.
Ejercicio de resolución de problemas de PISA: compra el billete más barato.
La interpretación de un mapa es otro de los retos que se propone a los adolescentes. Encontrar la ruta más corta entre dos puntos (nivel 1) entre cuatro opciones a elegir fue pan comido para la mayoría (un 84% de los participantes en España), aunque el problema se complica cuando tienen que calcular cuál el camino más rápido entre dos poblaciones distantes en el mapa y se introduce un requisito más: que la ruta no sea superior a 31 minutos.
Resultado de uno de los problemas de tráfico en PISA.
Uno de los problemas de tráfico en PISA.
En el nivel de esta última pregunta están la media de los participantes españoles según los datos del informe.
Ejercicio de la prueba PISA 2012: ¿cómo organizar a los invitados de un cumpleaños?
Ejercicio de la prueba PISA 2012: ¿cómo organizar a los invitados de un cumpleaños?
Colocar a los invitados de una fiesta de cumpleaños en una mesa puede ser un asunto de organización complejo. Y más cuando el problema presenta hasta nueve requisitos para disponer los sitios. La cuestión, que sólo se incluyó en la prueba piloto, fue resuelta con éxito por el 43% de los estudiantes; un 54% salió del atolladero sólo parcialmente, es decir, únicamente logró ubicar a algunos de los invitados en el lugar correcto.
Programar un termostato en casa o predecir el funcionamiento de un robot aspiradora son otras de las aptitudes que midió la prueba. En la versión piloto también se incluyó una pregunta relacionada con algo tan cotidiano para los nativos digitales como el uso de un nuevo aparato mp3.


A TRAVÉS DE PÚBLICO.ES ACCEDEMOS A MÁS PRUEBAS: ¿Sabríamos responder a la prueba de PISA sobre resolución de problemas?

sábado, 14 de diciembre de 2013

Suma peligrosa (editorial de El País)

Los ajustes no deben impedir que se aborden las carencias del sistema educativo


Mientras algunos indicadores permiten constatar que el ciclo económico está cambiando, los presupuestos del Ministerio de Educación y las diferentes comunidades autónomas para 2014 certifican nuevos recortes. Contando con estas previsiones —aunque el ajuste va a ser menor que en el pasado reciente— las Administraciones con competencias en enseñanza habrán reducido sus presupuestos en 7.298 millones de euros entre 2010 y 2014. Cuando se acaban de conocer los resultados del último Informe PISA, que registran un estancamiento en las pruebas de evaluación de competencias de los estudiantes, un informe sindical eleva hasta el 16,7% la merma de los presupuestos en lo que llevamos de crisis. A la cabeza están Castilla-La Mancha (-31,1%), Cataluña (-24,1%) y Castilla y León (-20,4).
A esto hay que añadir la reducción aplicada por Educación en sus partidas. El conjunto del sistema tiene ahora un 35% menos de recursos que hace 10 años, mientras han aumentado las necesidades por el incremento del número de escolares. En las aulas hay ahora medio millón más de alumnos que en 2009 y por lo menos 20.000 docentes menos. Pese a los anuncios ministeriales sobre aumentos en determinadas partidas y a la previsión de un incremento del 10,5% en becas, la reducción durante la crisis redundará en una pérdida de calidad. Y las consecuencias perdurarán durante años en uno de los facores más sensibles de competitividad de un país, el educativo.
La escasez presupuestaria impide incidir sobre las carencias ya identificadas como las principales causas de los mediocres resultados obtenidos en el Informe PISA. Con medidas, por ejemplo, que mejoren la calidad docente e incentiven la formación continuada del profesorado. O que sirvan para dotar adecuadamente los dispositivos de refuerzo de los alumnos con necesidades especiales. En los últimos años, el sistema educativo español ha recibido un importante contingente de niños extranjeros, muchos de los cuales con carencias de escolarización. En algunos casos ni siquiera conocían la lengua en que se impartían las clases, lo que hace bajar los promedios. La misma falta de recursos afecta a los alumnos con mayores capacidades. El Informe PISA indica que en España no se alcanzan los porcentajes de excelencia que serían esperables, lo cual significa que el sistema es incapaz de hacer aflorar potencialidades que podrían desarrollarse.
En estas circunstancias sería todavía más doloroso que el Gobierno aplicara hasta el final el compromiso asumido en 2012 ante Bruselas de recortar un punto del PIB el presupuesto educativo (del 4,9% al 3,9%), lo que implicaría restar aún otros 2.700 millones de euros. Es indudable que los objetivos de déficit deben ser respetados, pero también lo es que la educación necesita ser preservada porque de ella depende la futura capacidad productiva del país.

Editoriales anteriores

Educación estancada (03/12/2013)

Ocasión perdida (11/10/2013)

Educación versus ajustes (27/09/2013)

Publicado en elpais.com

viernes, 13 de diciembre de 2013

Los recortes en educación empiezan a dar sus frutos (Cristóbal Espinosa)

Los informes sobre la situación de la educación en los países de la OCDE, cada año hacen una instantánea, no solamente de los respectivos sistemas educativos, sino también de la sociedad de cada país. Así, países que destacan por sus resultados en las matemáticas, las ciencias, los idiomas y la lectura, son también los países que destacan por sus niveles de investigación, por la calidad de sus ingenieros, por las innovaciones tecnológicas y por el nivel de sus científicos y de sus intelectuales.

Todo ello es el fruto de una sociedad que apoya, apuesta e invierte en esas áreas de desarrollo humano y económico. A excepción de EE.UU. que tiene unos resultados más bajo que nosotros, pero que sus empresas y gobierno apuestan más por la investigación, la correlación es exacta en todos los demás países. Y en EE. UU el alto nivel de científicos, ingenieros y otros profesionales, se debe a que se nutre de la buena formación y alto nivel de científicos de otros países que emigran hacía allí, debido a las facilidades y altos sueldos que los atraen.

Pero no es este el tema que centrará esta reflexión sino la parte del último informe PISA que se ha hecho público, que hace referencia a la disminución de la capacidad integradora de la educación española, lo mismo entre regiones que entre clases sociales diferentes. Tradicionalmente, los resultados obtenidos por los escolares españoles nos colocaban en unos puestos discretos, que muchos calificaban como malos, en matemáticas, ciencias, idiomas y comprensión lectora, pero en cambio nos ubicaban en los primeros puestos en cuanto a la capacidad de compensación de las diferencias de origen entre el alumnado, del sistema educativo español. Este año, aunque las mejoras, como venía viéndose en el pasado eran lentas pero continuadas, el informe asegura que se ha empeorado la capacidad de inclusión y de compensación de las diferencias de origen entre las distintas clases sociales y comunidades del país.

He escuchado en los medios de comunicación que los políticos no encuentran explicación a este hecho. Yo creo que lo que realmente sucede es que no quieren reconocer la verdad de por qué está sucediendo esto, que es diferente.

Y esto sucede como consecuencia de los recortes que se han producido en educación. Si el sistema educativo español era altamente eficaz en conseguir que alumnos que procedía de niveles socioeconómicos más desfavorecidos y deprimidos, tuviesen una posibilidad de acceder en igualdad de oportunidades a la hora avanzar en sus estudios, los recortes han conseguido que en lo único que realmente destacaba el sistema educativo español empiece a ser otro elemento de fracaso y decepción. Un sistema educativo que no es capaz de superar las desigualdades de origen de su alumnado, es un sistema clasista y poco efectivo, pues no ofrece al alumnado, en general, aquellos recursos y respuestas educativas que estos necesitan para su adecuado desarrollo y formación. Por lo tanto, nuestro sistema educativo está, ahora sí, peor que nunca, pues aunque no destacábamos en resultados académicos, si lo hacíamos en resultados sociales y humanos. Pero ahora en lo único que podemos destacar es en la incapacidad de las estructuras organizativas del país para conseguir una sociedad más desarrollada y justa.

Los recortes y la nueva política educativa van a ahondar en impedir la inclusión y la igualdad de oportunidades de todos los miembros de la sociedad, aunque tengan cualidades y capacidades para destacar. Se perderán muchos talentos y muchos de los talentos saldrán del país en busca de lo que aquí se les niega. Una sociedad extremadamente clasista e injusta, es el resultado de lo que se nos viene encima y sino el tiempo lo dirá.

El sistema educativo no es un elemento aislado de la sociedad y de las estructuras del Estado. Un país sin una estructura científica, intelectual, y cultural adecuada, no puede pretender alcanzar los mejores puestos en los resultados académicos del conjunto de países que forman parte del estudio. Es un muy ingenuo pensar que los resultados en los informes PISA del futuro inmediato van a mejorar solamente con cambiar la Ley educativa. No es cuestión de cambiar leyes, sino de valorar la educación en su importancia real, para en transformarla en el instrumento de cambio social (no solamente en el sentido de promoción social, sino también en el de desarrollo de valores y competencias que requieren la época en la que vivimos), que la encauce hacia niveles de producción científica, tecnológica, cultural e intelectual de importancia.

Al menos una generación educada en esas premisas generaría un cambio de mentalidad que transforme la escala de valores de nuestra sociedad y que sustituya el valor de la especulación, el dinero fácil del pelotazo o que la mayoría de los alumnos aspiren a ser un as del deporte, cosa que se puede llegar a ser sin que ello sea incompatible con aspirar a tener una buena formación académica y humana, como sucede en el resto de la mayoría de los países de la OCDE.

Cristóbal Espinosa es pedagogo

Publicado en rebelion.org

jueves, 12 de diciembre de 2013

La brecha escolar que divide España

—¿Quién sabe lo que es PISA?
 Varios alumnos de cuarto de la ESO (15 años) se atropellan, pero se alza sobre las demás la voz de un chaval hacia el fondo de la clase en el instituto público Andrés Laguna de Segovia:
—Es una prueba que mide el nivel cultural de los jóvenes.
—¿Y sabéis cómo ha salido Castilla y León?
—El mejor en ciencias.
—Bueno, sí, pero ¿por qué?
—Porque estoy yo —se apresura a terciar, entre risas, una muchacha—. E interviene por fin el profesor de matemáticas, César Hernando:
—Estela, ¿no podéis contestar en serio, aunque sea una vez?
En realidad, ni en broma ni en serio: parando la vista en el día a día de un instituto, charlando con alumnos y profesores, viendo esfuerzos y frustraciones compartidos, es muy difícil encontrar la raíz de las diferencias de resultados en el Informe PISA 2012 de la OCDE (que mide las destrezas de los chicos de 15 años de 65 países del mundo en matemáticas, lectura y ciencias) entre, pongamos, Castilla y León (de los mejores de España, por encima de la media de la OCDE, y al nivel de países como Austria o Australia, muy cerca de Alemania) y Andalucía (por debajo de la media de la OCDE y la UE). Unas diferencias que, ampliando el foco, se pueden trasladar a las comunidades del norte de la Península y las del sur, separadas por una brecha educativa que este informe internacional ha vuelto a dejar en evidencia, a pesar de compartir un mismo marco normativo y haber tenido Gobiernos de varios colores políticos. Unas diferencias que, a pesar de los cambios arriba y abajo que muestra PISA (este año, entre las autonomías que han decidido tener datos propios del examen, es ligeramente mayor en matemáticas y ciencias, no así en lectura, que en 2009), muchos especialistas aseguran que se han ido reduciendo poco a poco en las últimas décadas, y que son menores que, por ejemplo, en Italia.
Javier Gil Flores, catedrático de Educación de la Universidad de Sevilla, apunta hacia donde miran la mayoría de los investigadores para explicar las distancias (incluidos la OCDE y el Ministerio de Educación): a las razones socioeconómicas. El PIB por habitante de Andalucía en 2012, cuando se celebraron las pruebas, era de 16.960 euros. El de Castilla y León, 22.289 euros, 483 euros menos que la media del país. “La influencia del contexto socioeconómico no es algo nuevo. En los años sesenta el Informe Coleman ya lo apuntaba”, indica.
Si se comparan los resultados en la prueba de matemáticas de PISA y el PIB per capita, la cosa cuadra bastante: las comunidades más ricas (País Vasco, Madrid, Navarra, La Rioja, Aragón) están por encima de la media de la OCDE (Cataluña la roza, está a punto). Mientras que las tres más pobres (Andalucía, Murcia y Extremadura) ocupan los últimos puestos en el examen.
Sin embargo, en ese gráfico hay elementos discordantes que no encajan del todo en la teoría. Baleares, para mal; y Asturias y, sobre todo, Castilla y León, que ocupan un puesto más alto de lo que su riqueza pronosticaría. ¿Qué pasa aquí? Cuando en PISA se habla del nivel socioeconómico se añade “y cultural”. Una de las diferencias más importantes de resultados (más altas que entre la mayoría de países, muchísimo más que entre autonomías) se da entre los alumnos que tienen menos de 10 libros en casa y los que tienen más de 200: un abismo de 124 puntos (sobre una media de 500) en España y 126 en la OCDE.
El sociólogo de la Universidad de La Laguna José Saturnino Martínez opina que las diferencias entre autonomías no se pueden achacar a la calidad del sistema educativo. Echa mano al índice de alfabetización por autonomías hace 153 años: las primeras eran (con entre el 35% y el 50% de la población) Madrid, Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Navarra y País Vasco; y las últimas, con menos del 25%, Extremadura, Galicia, Andalucía, Baleares y Murcia. Aunque tampoco del todo, cuadra tanto como el cruce de datos con el PIB per capita. Y el sociólogo se aventura, además, con una hipótesis: “la estructura de propiedad de la tierra”. “Hay zonas con estructura de latifundio, en las que no compensaba estudiar porque no había perspectiva de aprovechamiento. Pero en otras de pequeños agricultores quizá la merecía aunque solo fuera para llevar las cuentas”, señala.
“Yo creo que son las familias y la importancia que le den a la educación”, dice la profesora Pilar Garrido, del Andrés Laguna de Segovia.
Entonces, ¿la culpa es de las familias? No se trata, insisten los expertos, de culpabilizar a nadie, sino de buscar razones. Y el responsable del gabinete de estudios de la Federación de Enseñanza de CCOO, Miguel Recio, explica que “en comunidades volcadas en el sector servicios, en la restauración, es más fácil conseguir un empleo sin cualificación, así que es lógico que sea más difícil retener a los jóvenes en la escuela”. Esto explicaría la disonante situación de Baleares. Y, en parte, también las notas andaluzas.
“Estamos mejor. Tenemos peores resultados, sí, pero estamos todos”. El profesor Manuel Gotor habla con 37 años de experiencia docente a sus espaldas. Ahora da clases en el instituto público Bellavista, ubicado en una barriada obrera de Sevilla capital. En sus aulas estudian 400 chicos cuyas familias han sido golpeadas por el desempleo en demasiados casos. “En España no estamos tan mal, estamos en el pelotón. Andalucía entra ahora resoplando en ese pelotón”, resume Gotor.
Juan Manuel de Pablos Pons, catedrático de Didáctica de la Universidad de Sevilla, cree que Andalucía tiene “dificultades estructurales”, como el tamaño del sistema, con 1,8 millones de estudiantes en la enseñanza no universitaria. Castilla y León tiene 360.000. Andalucía ganó 172.000 estudiantes (un 12%) desde el año 2000; en ese tiempo, Castilla y León perdió 15.000, un 4%. La cuestión es que ese punto de partida de unos y de otros —“en los años sesenta había importantes manchas de analfabetismo en España; y en Andalucía eran mayores”, dice Pons—, no es un lastre abstracto, un etéreo intangible intrafamiliar, sino que ha condicionado las políticas de las últimas décadas. Mientras unos tenían que dedicar sus esfuerzos en aumentar el sistema (recursos humanos para atender a todos, edificios...), otros han podido dirigirlos más a los planes de calidad o la formación docente.
“Las condiciones socioeconómicas no pueden ser la excusa de todo”, asegura Fernando Sánchez-Pascuala. El director general de Política Educativa Escolar de Castilla y León insiste en que el contexto de su comunidad tampoco es fácil —con una dispersión enorme en un vasto territorio donde el 35% del alumnado es rural, lo que exige un enorme esfuerzo en mucho profesorado para pocos estudiantes— y defiende las medidas de los Gobiernos del PP en la región desde que recibió todas las competencias escolares en 2000. “Cuando había trabajo en la construcción, también lo había aquí, pero los chicos no se iban”, asegura. Señala que fueron la primera autonomía en universalizar la educación infantil de tres años gratuita —concertando escuelas privadas—, habla de una distribución equitativa entre pública y concertada (esta recibe al 35% del alumnado), de exigencia (el nivel de repetición a los 15 años es del 41,5%, casi dos puntos por encima de la media) y de iniciativas de mejora como el plan de éxito (clases de refuerzo) y el reconvertido plan PROA (también de refuerzos) que el ministerio ha dejado de financiar, pero Castilla y León mantiene con su dinero.
Desde el PP se suele hacer sangre con la estadística de gasto por alumno en la escuela pública, que dejaba en 2010 a Andalucía en último lugar: 5.311 euros, frente a una media de 6.433. Sin embargo, el esfuerzo andaluz en educación es de los mayores de toda España (un 4,89% en 2010), pero claro, con un PIB menor y más alumnos. Además, 2010 fue el año en el que empezaron los enormes recortes que han segado varios miles de millones de euros a los presupuestos públicos de escuelas y universidades. ¿Qué ha pasado desde entonces? Castilla y León en 2014 tendrá 452 millones menos (-20%) que en 2010; Andalucía, 913 millones menos (un 12%).
Tras la presentación el martes de PISA 2012, muchos han achacado el aumento de la distancia entre comunidades en matemáticas a la descentralización educativa: la diferencia entre la mejor nota (Navarra) y la peor (Extremadura) era mayor que en 2009 (56 puntos, cuatro más). Sin embargo, como era la primera vez que Extremadura tenía datos propios en PISA, quizá esas diferencias ya estaban allí antes, pero no se conocían.
En todo, caso, hay distancias que se acortan. El Informe PISA resalta la evolución positiva de Andalucía: “Es especialmente llamativa la reducción de dichas diferencias entre los alumnos andaluces y los residentes en Castilla y León, Aragón, Galicia y Cantabria. [...] Las diferencias entre Castilla y León y Andalucía pasan de más de 53 puntos en 2009 a menos de 38”. Aunque también es cierto que ha habido tanto una ligera mejora andaluza como un leve descenso castellanoleonés, PISA achaca la reducción “casi en su totalidad a unas menores diferencias en el impacto de las variables explicativas del rendimiento académico”, es decir, en la mejora del contexto que rodea al alumno: la condición de inmigrante, si es repetidor, la educación y el trabajo de los padres, los recursos educativos del hogar, el tiempo que asistió a la escuela infantil…
Y, en cuanto a las otras: “Las comunidades españolas que peor están en PISA 2012, en general Extremadura y Murcia, están mejor que varias regiones del sur de Italia, como Sicilia, Cerdeña, Calabria y Campania. Se trata de dos países con una amplia distancia geográfica, económica y social norte-sur”, apunta el catedrático de Sociología de la Complutense Mariano Fernández Enguita. De hecho, las distancias entre las regiones italianas (con un sistema centralista en cuanto a las competencias educativas) son mayores que en España: 94 puntos le sacan en matemáticas los alumnos de Trento a los de Calabria.
Las cifras de PISA
La distancia. Las diferencias máximas entre comunidades han sido en PISA 2012 en matemáticas, donde se han contabilizado 56 puntos (cuatro más que 2009), entre Navarra y Extremadura; en lectura, de 54 puntos (dos menos en 2009) entre Madrid y Extremadura; y en ciencias, de 60 puntos (cinco más que en 2009) entre Castilla y León y Murcia.
Andalucía y Castilla y León. Tomando el ejemplo de estas dos comunidades, Castilla y León ha obtenido 509 puntos en matemáticas, la segunda nota más alta entre las autonomías, por debajo de Navarra, y 15 puntos por encima de la media de la OCDE. Andalucía obtuvo 472 puntos, solamente por encima de Murcia y Extremadura. En el caso de las competencias en compresión lectora, los alumnos andaluces lograron de media 477 puntos, 28 menos que los castellanoleoneses, que ocupan el tercer puesto español en esta tabla tras Madrid y Navarra. En ciencias, Andalucía está la cuarta por la cola con 486 puntos (por delante de Murcia, Extremadura y Baleares). En este caso, en Castilla y León figuran los primeros, con 519 puntos, 18 por encima de la media de la OCDE.
“Los docentes estamos bien tratados”

J. A. A. / M. P., SEGOVIA / SEVILLA

Una y otra vez el Informe PISA (y buena parte de los análisis que de él se han hecho) dice que la clave del funcionamiento de un sistema educativo es su profesorado. Y cuando se le pregunta a Santiago Pinto, director del instituto Andrés Laguna de Segovia, por los buenos resultados de Castilla y León en la evaluación de la OCDE, asegura: “Los profesores aquí estamos bien tratados”. Pinto menciona a algún compañero de otras comunidades que así se lo confirma.

Por ejemplo, en medio de los recortes, en su centro las ratios de alumno por profesor no han subido mucho, asegura. Dentro del decreto de recortes que aprobó el Ministerio de Educación el año pasado estaba el de aumentar hasta 20 las horas lectivas en secundaria (el número de clases que ha de dar a la semana un docente de secundaria) para poder reducir las plantillas en la pública. De momento, hay unos 20.000 profesores menos en toda España. Sin embargo, en Castilla y León se ha incluido dentro de esas horas lectivas una para cosas que no son clase directa como tutorías, refuerzos, etcétera, explica Pinto. Y esto no lo han hecho en la mayoría de comunidades.

En Andalucía, por ejemplo, no lo han hecho así. Sin embargo, el descenso de docentes el curso pasado con respecto al anterior en las escuelas públicas castellanoleonesas ha sido mayor (4,7%, según los datos de Educación) que en Andalucía (3,7%).

En el curso 2012-2013, las clases comenzaron en el sistema público andaluz con 4.500 profesores menos, lo que supuso que la plantilla se redujera hasta niveles similares a los de 2007. La Junta culpó al ministerio de ese recorte, que afectó casi exclusivamente a los institutos, por el decreto de recortes. Pero varios colectivos y sindicatos han acusado a la Junta de no haber aplicado medidas para evitar la salida de tantos docentes. Este curso la plantilla andaluza se ha incrementado en 850 docentes, una subida que no compensa el recorte anterior.

Publicado en elpais.com