Mostrando entradas con la etiqueta Desplazados. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Desplazados. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de abril de 2017

20-4-17: Asamblea abierta profesores en expectativa de destino, desplazados, cesados... (17:00 h, Sala 1001, C/Lope de Vega 38 1ª Planta. Madrid)

La FREM CC.OO. nos envía esta convocatoria

Asamblea expectativa

Orden del día:

1.- Presentación de asistentes a la asamblea.
2.- Valoración y Análisis de la situación del colectivo.
3- Propuesta de acciones a realizar.
4.- Varios.

sábado, 17 de septiembre de 2016

"La Tristeza y el Colegio" (Jesús Taboada)

Jesús Taboada comparte con nosotros este artículo que ha publicado en su blog Jardín de Encuentro de Jesús Taboada


LA TRISTEZA Y EL COLEGIO



     Septiembre de 1983.
     La imagen permanece nítida en mi memoria. Un joven de 23 años, recién aprobadas las oposiciones a cátedra de instituto, se disponía a ocupar su plaza como profesor en un pueblo de la costa almeriense. Sus ojos apenas acababan de clausurar esa etapa de subordinación y dependencia que son los largos años escolares, desde que entrara muy niño en una escuela de barrio hasta la obtención de un título universitario, más un año de exclusivo e intenso estudio preparando a conciencia una difícil oposición.

Puerto de Adra (Almería). 1984

    Era ingenuo e inexperto en los asuntos de la vida. Porque la vida de un estudiante es una vida interina, en préstamo, irreal. Te atiborra de definiciones, de fórmulas, de datos, de nombres, de fechas, de exámenes, de reválidas; siempre en el interior de ese laboratorio, reformatorio o cuartel, que son las aulas escolares, submundos que recrean una caricatura distorsionada del mundo real. Su objetivo no es potenciar tus cualidades para desarrollarte como persona y como ciudadano del mundo, sino destruir o atrofiar en ti todo aquello que no se adapta a su mundo preconcebido y amañado. No te entregan de buena voluntad el testigo de ese bien universal que es el conocimiento humanístico, acumulado a lo largo de las generaciones, te lo hacen tragar en píldoras amargas para agostar en ti cualquier veleidad de hacer de ese conocimiento un bien personal.
     A pesar de todo, iba radiante de entusiasmo. Desorientado, inseguro, falto de recursos e información, pero cargado de razones y propósitos. Su infancia y adolescencia habían sido un infierno digno del Kafka más truculento, sádicamente administrado primero por oscuras sotanas y luego por togas universitarias, no menos oscuras, rutinarias y prepotentes como viejo engranaje de relojería. Veníamos de un sistema educativo autoritario, represor, clasista y deformante. Aquel joven profesor no sabía bien cómo aplicar sus ideales al marco administrativo de su nuevo trabajo, pero sí sabía perfectamente cómo no quería hacerlo. Y se encontró con que no era el único.

Vista del instituto y el cuartel de la Guardia Civil. Adra (Almería), 1984.

     En aquel primer destino, en un instituto junto al mar, se vio rodeado de muchos otros compañeros que no estaban dispuestos a asumir la vieja rutina academicista y adocenante, que no estaban dispuestos a seguir perpetuando un sistema de trabajo sometido a escalafones autoritarios. Fueron años de intensa y viva actividad. Se ensayaban en el aula nuevas formas de estudio, más participativas, más comprensivas. Se derribaban las barreras que separaban la tarima del pupitre, el aula de los despachos, el instituto de la sociedad. En un pueblo entonces con pocas salidas y menos ofertas de ocio y conocimiento, se organizaban por las tardes talleres de teatro, de cine, de deportes minoritarios, de recuperación de técnicas y artesanías tradicionales, sin remuneración, con entusiasmo. Se organizaban excursiones, viajes, visitas que ampliaran el horizonte intelectual y vital de aquellos adolescentes, nunca como agencia turística, sino como actividad en cuya organización los propios alumnos desarrollaran el sentido de la responsabilidad y del compromiso con el grupo. En aquellos tiempos, no se cobraban dietas ni compensaciones administrativas por aquellas horas de dedicación fuera de todo horario laboral. Todo era voluntad y determinación, confianza en la capacidad de cualquier ser humano para hacer suyo su propio destino.
     Pero quedarse en aquel voluntarismo era claramente insuficiente. El marco legislativo y administrativo seguía siendo estrecho, injusto y asfixiante. Fueron años de lucha en la que todos, o una inmensa mayoría, incluso por encima de escalafones laborales e ideologías políticas, nos sentíamos implicados, porque tanto el catedrático como el interino o el agregado o el administrativo o el personal de limpieza eran miembros fundamentales de ese organismo vivo, el instituto. Si tocaban a uno, nos tocaban a todos.
     Aquellos septiembres de reanudación del curso eran para el joven catedrático de griego principios de alegría, de ilusión, de entrega. Era su vida, era él, la realización de sí mismo en puesto de trabajo que era mucho más que un trabajo.



Taller de teatro. Instituto de Adra (Almería), 1985


























     Hoy lleva más de treinta años de docencia a sus espaldas, casi los mismos durante los cuales nuestros dirigentes políticos, de uno u otro signo, han despreciado o destruido aquel potencial transformador, obsesionados primero con maniatar, dividir, difamar, debilitar y desestructurar a esos díscolos profesores, que se empeñan en saber de educación más que el ministro correspondiente (aunque el ministro en cuestión sera un dudoso economista o una marquesa o un mero tertuliano televisivo). Si la dictadura transformó las ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza en una herramienta de adoctrinamiento y represión política, los tahúres de la democracia han ido haciendo de la educación un arma de destrucción partidista, un coto de amiguismo, cuando no un lucrativo negocio, destruyéndola minuciosamente, con alevosía y ruindad.
     Bien minado el terreno a lo largo de los años, la falsa crisis económica que estalló en 2008 les dio la excusa para asfixiar hasta lo imposible el sistema educativo español: recortes de presupuesto, masificación en las aulas, aumento de la carga laboral, supresión de elementos clave como la orientación o la atención a la diversidad, etc. etc. etc. La gran estafa nacional de la educación venía preparándose de antiguo, no se aplicó de la noche a la mañana. En silencio, paso a paso, se habían ido preparando las premisas oportunas, privatizaciones más o menos encubiertas, clientelismo corrosivo, desacreditación de la figura del profesor, acaparamiento de la toma de decisiones, control cada vez más absolutista sobre los elementos de promoción académica y laboral.


     Aquel joven catedrático, hoy camino ya de la vejez, lleva ahora casi nueve años desplazado. Un mes de julio recibió una llamada de teléfono para comunicarle que, después de más de veinte años como docente en un instituto madrileño, debía solicitar urgentemente una plaza provisional para el próximo curso; su plaza seguía siendo nominalmente suya, pero con insuficientes horas en su materia (sin tener en cuenta los talleres y otras actividades desarrolladas en el mismo, había que reducir personal, simplemente). Desde entonces, espera cada septiembre para ver a qué nuevo instituto será asignado, si impartirá su materia o alguna otra de la que no es especialista (los alumnos, pobres ignorantes, ni lo notarán). Ya no podrá hacer un seguimiento del proceso de aprendizaje de sus alumnos, nuevos cada curso, sin completar ciclos naturales. No puede organizar proyectos educativos a largo plazo, pues nunca sabe dónde trabajará el curso siguiente. Escucha los lamentos de sus compañeros, lógicamente nuevos cada año, pero en sus lamentos no escucha indignación sino renuncia y resignación. El progresivo aumento de horas lectivas le impide prepara su actividad docente más allá de lo estrictamente académico, y siempre con premuras, entre un creciente lodazal burocrático; una hora de clase, si se es honesto, no es una hora de reloj, son por lo menos tres, entre su preparación y su seguimiento, y el día tiene sólo veinticuatro.

     Como cada año, este septiembre ha tomado posesión de su nuevo puesto de trabajo. El panorama es cada curso más opresivo, más escalofriante. Cada septiembre, comprueba cómo lo que parecía que ya no podía ser más malo siempre es susceptible de convertirse en algo peor. Desde que nuestros amados políticos se encargaron de hacer de las directivas no unos representantes de la educación ante la administración, sino representantes de la administración contra la educación, cargos venales, con dogal, se rompió todo diálogo, sólo resta acatamiento. Con la tremenda estafa que supuso este fullero y nefasto bilingüismo, impuesto por motivos puramente electoralistas, una gran cantidad de los nuevos compañeros con los que se encuentra ahora son esos jóvenes "de última generación", "la generación más preparada", jóvenes adocenados de titulitis, individualistas e insolidarios, serviles con el pesebre, sumisos hasta la depravación. Se encuentra con que el número de alumnos por aula aumenta cada año hasta niveles completamente irracionales, con horarios de pesadilla para poder dar cabida a las fruslerías de una reforma educativa urdida en las cavernas del negocio particular para someter a los estudiantes a la ley de la selva mercantil. Se encuentra con asignaturas irresponsablemente eliminadas para poder cuadrar grupos y horarios con el parco personal asignado. Se encuentra con claustros y reuniones puramente informativas, unidireccionales, que duran hasta más allá de las nueve y media de la noche, en las que ni se menciona al alumnado, como si éste no fuera el auténtico objeto de nuestra labor y atención. Se encuentra con el empecinamiento electoralista en comenzar el curso cuanto antes, aunque sea imposible su organización en los plazos previstos, y por ello estaremos una semana en clase con alumnos que no serán nuestros alumnos, simplemente para entretenerlos y que sus padres no se irriten por tener que soportarlos en casa. Se encuentra con compañeros de su edad que, acorralados bajo esa presión incesante y cada día más desproporcionada, más despótica, sólo cuentan los años, los meses y los días para la jubilación. Abandonar el barco que se hunde. Sí, puede que en las actuales circunstancias sea la única solución, piensa.
     De regreso a casa, recuerda aquel septiembre del 83, el entusiasmo, las expectativas. Cada septiembre era un comienzo, un nacimiento. Este septiembre de 2016 ha asistido a un funeral. Encerrado en su cuarto, aquel joven de 23 años, hoy camino de la vejez, siente que la tristeza lo abate, se le echa encima, aplastante, como una losa, como una tumba. Está llorando. Llorando de rabia, pero sobre todo de impotencia. Son lágrimas de verdad, no poéticas, de las que escuecen.


En el taller de teatro. Adra (Almería), 1985.


     Y, entre tanto, la señora Cifuentes, nuestra superguay presidenta de la Comunidad de Madrid, con sonrisa profiláctica y maquillaje satinado, anuncia alegremente con una mano "medidas para arreglar" el sistema educativo, mera fontanería política, mientras con la otra mano aprieta las tuercas de este garrote vil al que ha sido condenado nuestro sistema nacional de educación pública. Pues no son "medidas" lo que la educación española necesita. ¿De qué le sirve una tirita al enfermo terminal de cáncer?


lunes, 7 de septiembre de 2015

COMUNICADO PÚBLICO DE LA ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE ALCALÁ: El comienzo desastroso de otro curso lleno, sin embargo, de esperanza

Este lunes en muchos centros se celebrarán los claustros de inicio del curso, y en ellos haremos valer nuestra voz a favor de nuestros compañeros víctimas de la LOMCE y de esta política de despropósitos que emana de la consejería y de los gobiernos de la nación y de nuestra comunidad; por eso, la APAH ha llamado a todos los profesores de Alcalá a expresarse en ellos a favor de una política educativa y de unas formas de gobernar que restituyan la dignidad a la Escuela Pública y especialmente a los compañeros desplazados, vapuleados, subcontratados y humillados por este gobierno.

Un año más, esperemos que sea el último, los maestros y profesores de la Escuela Pública, trataremos, junto con los padres y con el resto de la comunidad educativa, de subsanar en lo que podamos los desmanes de nuestras autoridades. Sobre nuestro compromiso recae esta tarea de defensa de lo público y de resistencia, que, como en los pasados cursos, se traducirá en iniciativas y propuestas llenas de vitalidad y creatividad, que paradójicamente están fortaleciendo y avivando el entramado entero de la Marea Verde, que no es otra cosa que los padres, los estudiantes, los ciudadanos y los profesores puestos en marcha y luchando por una verdadera escuela de todos y para todos. En la lucha nos hemos fortalecido y nos reafirmamos.

Por eso, y a pesar de todo, deseamos un feliz comienzo de curso a todos. Seguro que será el último bajo la losa insoportable y estéril de la LOMCE.

APAH

martes, 9 de septiembre de 2014

"Un nuevo curso, la misma lucha" (Agustín Moreno)

Agustín Moreno nos envía su último artículo publicado en cuartopoder.es/laespumaylamarea:

Comienza el curso escolar con más alumnos en las aulas, menos profesores y recursos, y la aplicación de la LOMCE: la tormenta perfecta para desmontar la educación pública. Eso si les dejamos, claro está. La educación se verá afectada por los recortes y sus consecuencias, la entrada en vigor de una ley segregadora y por un impulso privatizador que se manifestará de dos formas: deteriorando el servicio público y desviando alumnado y dinero público hacia la enseñanza privada.

Los recortes han sido brutales: 7.000 millones de euros en los últimos cinco años. El porcentaje del PIB destinado a educación ha bajado hasta el 4,37%. La reducción de la inversión educativa ya empezó con el PSOE en 2009 y Rajoy ha fijado ante la Unión Europea el objetivo de llegar al  3,9% el año próximo. Hay que recordar que la media europea es del 5,25% y que los países punteros se sitúan en torno al 7% del PIB. Las consecuencias son evidentes en todos los terrenos: reducción de 32.801 profesores de enero de 2012 a julio de 2013 , aulas abarrotadas, supresión de medidas de atención a la diversidad, recortes o supresión de becas al estudio, de libros, de comedor, de transporte, etc. En fin, una penuria que no tiene peores efectos por el compromiso de las familias y el profesorado para evitar un retroceso en la educación pública. La indignación se dispara si se comparan, por ejemplo, los recortes educativos con los dineros públicos empleados en el rescate a la banca española.

Este curso lo que entra en vigor de la LOMCE son la Formación Profesional básica y los nuevos currículos en 1º, 3º y 5º de primaria. Como ya se ha analizado, la LOMCE fomenta el darwinismo escolar al servicio del darwinismo social, económico y político. Tan es así que la CEAPA afirma que la ley da “cobertura legal” a las “situaciones de injusticia social y desigualdades” que se han producido en los centros educativos españoles desde que comenzó la crisis. Por ello pide que se derogue la reforma y recomiendan a las familias que “no se matriculen en la FP básica y dejen a sus hijos en secundaria” por los problemas en la implantación “acelerada” del modelo. Lo cierto es que la improvisación, la saturación de las aulas (con el doble de alumnos que los antiguos PCPI) y el hecho de que, en principio, no se pueda titular en la ESO va a convertir la FP básica en una chapuza y una vía muerta para el alumnado. El otro problema es el derivado del cambio de libros de texto, sin que se haya contado con las familias, en los cursos de primaria en los que entra en vigor la modificación del currículo, la organización, objetivos, promoción y evaluaciones.

En relación al impulso privatizador hay que reseñar como al tiempo que se reducen los presupuestos educativos generales, aumentan los recursos para los conciertos con la enseñanza privada, incluida aquella que segrega por sexos. Y en cuanto al deterioro, se produce por múltiples vías. La principal es saturando las aulas para restar conscientemente calidad educativa, hasta al punto de que aumentar la participación del alumnado se convierte en una decisión pedagógica y política casi revolucionaria cuando en las clases hay entre 30 y 40 alumnos. También lo hacen con determinadas prácticas: despidiendo a miles de profesores interinos a fecha 30 de junio que no pueden examinar en septiembre; negando comisiones de servicio en centros de difícil desempeño y disolviendo con ello equipos de mediación y proyectos educativos; sin dar destino a los profesores desplazados, de expectativa e interinos que llegan a los centros con los horarios y grupos ya repartidos en los departamentos; estas chapuzas las realiza la consejería de educación de Madrid, pero no creo que sean muy distintas de otras gestionadas por el PP.

Es muy escandaloso cómo se olvidan de la libre elección de centro cuando las familias los escogen públicos. Niegan la apertura de nuevas aulas públicas aunque haya matrícula para ello, como es el caso del colegio Arcipreste de Hita de Fuenlabrada cuyas familias llevan 75 días de encierro por ello. También tenemos institutos en Vallecas donde las clases de 1º de bachillerato están a 37 alumnos y habiendo decenas de alumnos más en lista de espera, la administración no autorizan la formación de nuevos grupos para no quitarles alumnado a la concertada del barrio. Por cierto, la ratio de alumnado de bachillerato en los centros privados es menor que en los públicos.

Hay que hacer frente a este panorama que busca dinamitar la educación pública. Aumentando el compromiso y la cooperación de toda la comunidad educativa en los centros; implicando a la ciudadanía del entorno; recuperando la movilización durante el curso y en este sentido es muy interesante la iniciativa 12 meses, 12 luchas por la Educación Pública de la Marea Verdes; votando en consecuencia en el decisivo año electoral 2015 para aprovechar la ocasión de cambiar las cosas. En definitiva, conjurándonos para que no acaben con el bien público fundamental que supone la educación.

No podemos olvidar que, como dijo Ítalo Calvino en 1974, “un país que destruye su Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, las Artes o las Culturas, está ya gobernado por aquellos que solo tienen algo que perder con la difusión del saber”. Y es evidente que cuando no hay educación, cuando el saber no se socializa, no hay manera de romper el círculo vicioso de la sumisión.