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miércoles, 22 de junio de 2022

La educación, en el corazón de las guerras culturales (Nuria Alabao para ctxt.es)

 Artículo de Nuria Alabao para ctxt.es

Ayuso usa el campo educativo para enfrentarse al Gobierno con las armas de las derechas radicales de medio planeta. Su mentora, Esperanza Aguirre, aumentó el fracaso escolar un 30% mientras el gasto por estudiante era el más bajo de España

15/06/2022

Isabel Díaz Ayuso ha tenido que decir con la boca pequeña que sus propios inspectores no han encontrado nada “relevante” en la revisión de los libros escolares a los que había acusado de contener “material sectario” y de “adoctrinar”. Pero como en toda buena guerra cultural, “la verdad no importa, se construye”, dicen las autoras de Spanish neocon: “La lógica de que la verdad no solo no existe, sino que es algo a crear. La producción de verdad es tanto más valiosa cuanto más consenso crea en el nosotros que le sirve de referencia. En consecuencia, producir verdad y gobernar son una misma cosa”. Este es el manual comunicativo de Ayuso, copiado de su jefa Esperanza Aguirre en su etapa neocon, y que hoy forma parte del repertorio de los ultras de medio mundo. No es la primera batalla que lanza contra la educación ni será la última, porque este tema es central para excitar los pánicos morales de los padres y agrupar a los suyos.

Los conceptos que habían provocado el escándalo de Ayuso, como ya es habitual, son los relacionados con la memoria histórica y las cuestiones de género –curiosamente dos de los ejes que Vox utiliza constantemente–, así como otros vinculados a la colonización y el racismo o la ecología. Criticaban el uso de expresiones como “roles de género”, “memoria democrática”, “emergencia climática”, “objetivos de desarrollo sostenible” o “la herencia colonial española”. Una guerra cultural más contra el Gobierno, usada para aumentar su popularidad, cimentada en la confrontación directa y brutal más que en la gestión o el cumplimiento de sus promesas electorales.

Como hemos dicho, tuvo una buena maestra. Esperanza Aguirre ya calificaba la reforma educativa de Zapatero del 2006 y la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía como “un adoctrinamiento”, e incluso se lanzó a decir que la desobedecerían en Madrid. Lanzaba así un guiño a las protestas masivas convocadas por los grupos ultras católicos que batallaban contra el laicismo implícito en la ley. Las movilizaciones estaban convocadas por Hazte Oír y Profesionales por la Ética, pero también por la CONCAPA –Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos–, una de las estructuras con más capacidad de apoyo a las propuestas de la derecha madrileña. La CONCAPA dice representar a tres millones de familias y básicamente se dedica a defender la enseñanza de la religión católica y la escuela concertada –escuela privada financiada con fondos públicos–. Recordemos la anomalía española de la concertada –en Europa solo existe un modelo parecido en Bélgica, y está mayoritariamente en manos de la Iglesia–. Así que defenderla suele coincidir con proteger el poder y la influencia del catolicismo en la enseñanza. Quizás esta capacidad de movilización y de funcionar como grupos de presión de la CONCAPA y grupos similares sea la que explica en parte por qué ningún gobierno –tampoco este– se ha atrevido a tocar la financiación de la escuela concertada.

En cualquier caso, cuando en España empieza una guerra cultural alrededor de la educación, apenas nadie consigue enfocar los verdaderos problemas. En tiempos de Aguirre, el gasto público por estudiante era el más bajo de todo el país mientras aumentaba el fracaso escolar un 30%. Sin embargo, la presidenta desvergonzada convirtió esta cuestión en un problema “de autoridad escolar”, en una recuperación de la obsesión por el 68 de las distintas ramas de las derechas radicales. ¿Os suena lo del marxismo cultural? También eran tiempos de la Púnica, cuando Francisco Granados –que fue vicepresidente de la Comunidad de Madrid– cobraba los favores a constructores y colegios concertados: su trama corrupta ingresaba casi un millón de euros por cada concesión de nueva escuela. Convirtió así una apuesta política por la enseñanza privada –y sus consecuencias segregadoras en el alumnado con menos recursos– en un problema moral, como se relata en Spanish neocon.

Hoy, el modelo del PP en Madrid sigue siendo el mismo: facilidades a los colegios privados, desarrollo de centros concertados mientras se recortan líneas en la pública o se cierran las escuelas infantiles públicas de 3 a 6 años, mientras se dan becas para guarderías privadas de 0 a 3 años –en Madrid no se ha abierto una sola escuela infantil nueva en las últimos dos décadas–. Pero Ayuso no hablará de ninguna de estas cuestiones, sino que criticará la reforma educativa del Gobierno con palabras grandilocuentes como “están dinamitando el armazón en el que se sustenta la convivencia española”. Hablará también de “ideología de género”, o de conceptos adoctrinadores. Curiosamente, dos de los elementos que la ultraderecha usa en medio mundo para tratar de impedir cualquier avance en educación emancipadora o progresista –sobre todo, con aquellos temas como la educación igualitaria o sexual, o la prevención de violencias machistas que provocan más escándalo moral–. Todo ello convenientemente envuelto en un rimbombante discurso acerca de la “libertad de decidir sobre la educación de sus hijos”, el paraguas más habitual. El PP de Madrid, con Ayuso a la cabeza, no está tan lejos de Vox y su pin parental.

Fundamentalismos y extremas derechas contra la educación progresista

La mayor guerra de género reciente sobre estas cuestiones se desató en 2020, a partir de una propuesta de Vox. Esta medida implicaba que todas las actividades complementarias organizadas en horario lectivo tuviesen que estar autorizadas expresamente por los padres. Esto les permitiría impedir que sus hijos asistiesen a talleres de educación sexual o igualitaria, etc. Fue propuesta por el Foro de la Familia –una plataforma civil ultraconservadora– y Vox la recogió y la planteó como condición para apoyar a gobiernos locales conservadores que necesitan de sus votos para gobernar. Este ejemplo ilustra bien, además, cómo las asociaciones pueden servir de punta de lanza para movilizar en la calle y mediante herramientas de tipo “activista”, exigiendo medidas que luego los partidos ultras llevan adelante. Como no tienen que buscar el voto, estas asociaciones pueden ser mucho más radicales en su lenguaje y propuestas que los propios partidos, como explicamos en esta investigación

Las asociaciones sirven para movilizar en la calle, exigiendo medidas que luego los partidos ultras llevan adelante

Se llegó a aprobar en la región de Murcia, lo que generó una gran guerra cultural en el país, con varias manifestaciones a favor y en contra, aunque en la práctica era casi imposible su implementación. El riesgo más importante es la autocensura de profesores y directores de colegios: ante una posible denuncia o un lío en clase, muchos prefieren no tocar temas “espinosos”. En esta misma campaña, los ultras de Hazte Oír habilitaron una web que animaba a denunciar este tipo de actividades escolares. De España a México, el pin parental fue propuesto allí por la plataforma del Frente Nacional por la Familia en alianza con partidos políticos de derecha. 

Con este tipo de campañas, los ultraconservadores logran incidir sobre las políticas educativas mediante las movilizaciones en los frentes legislativo, judicial o en la movilización de base a través de los grupos de padres. Muchas veces, en estas propuestas confluye el frente moral –contra la laicidad en la escuela– con la mercantilización de la educación. Es decir, las propuestas educativas neoliberales con la pátina conservadora en valores.

De Alemania a América Latina, las asociaciones de padres se han mostrado actores importantes de estas guerras culturales. Por ejemplo, el movimiento “Con mis hijos no te metas”, nacido en Perú contra la educación sexual y que está vinculado al menos a cinco iglesias evangélicas con grandes recursos. Sus campañas se centran en la defensa de la familia tradicional y el ataque a una llamada “ideología de género”. Las políticas conservadoras en educación extienden sus tentáculos para devenir herramientas de poder político. Así, este movimiento participó en una movilización activa en contra del “sí” en el referéndum sobre el Acuerdo de Paz en Colombia –en 2016– y en Uruguay se alineó con el frente contra la nueva ley trans. Este despliegue de distintos focos está relacionado además con una exitosa construcción de alianzas internacionales y transfronterizas entre actores fundamentalistas.

De Alemania a América Latina, las asociaciones de padres se han mostrado actores importantes de estas guerras culturales

Las guerras de género son política por otros medios. En Brasil, la visión ultraconservadora de los contenidos escolares se materializó en la organización Escuela sin Partido, que apoyó a Bolsonaro en su conquista del gobierno. La Escuela sin Partido dice que el profesor se debe limitar a enseñar materias como biología o matemáticas, pero es la familia la que se debe responsabilizar por las bases morales, políticas, sexuales y religiosas de los alumnos. Es decir, se prohibe hablar en clase de temas como el aborto, el embarazo adolescente o el sida, aunque sean problemas reales de los chavales. También implica que la historia se debe enseñar “sin valoraciones”. Un movimiento que ha servido para intentar impulsar el revisionismo histórico, rehabilitando así la historia de la dictadura en ese país. (En España también estamos asistiendo a una guerra para que a los niños no se les explique, de forma profunda, las consecuencias más brutales de la dictadura de Franco). Bolsonaro, apoyado en los sectores políticos evangélicos, prometió convertir esta propuesta en una norma que legalizase además que los estudiantes pudiesen grabar y difundir a los profesores que “ideologizasen” en la enseñanza. Tanto el laicismo como la libertad de cátedra estarían aquí amenazadas. Para Raul Zibechi, esta ofensiva tenía también el objetivo oculto de frenar al movimiento estudiantil y desviar los problemas de las escuelas a la cuestión de la disciplina en el aula y la falta de valores. Nos suena de algo, ¿verdad? Al final, la ley fue detenida en los tribunales por la Corte Suprema, un frente que en Brasil está sirviendo para frenar las peores trapacerías de Bolsonaro. Pero el presidente de extrema derecha no se ha detenido ahí, y su nueva propuesta implica la militarización de las escuelas con el proyecto de implantación de 108 escuelas cívico-militares hasta el año 2023.

El frente educativo es esencial para las extremas derechas de todo el planeta. Como en otras cuestiones –todas las relacionadas con el género–, tiene esa doble función: construir sus bases agitando mediante guerras culturales que provocan adhesión de una parte conservadora o religiosa de la sociedad, y desviar la atención de los problemas educativos reales asociados con la implementación de la óptica neoliberal. Que sean guerras culturales, sin embargo, no implica que no estén tocando temas esenciales para que los jóvenes tengan más herramientas y conocimiento para construirse en libertad. Estas confrontaciones en torno a la educación seguirán. Nos queda defender a capa y espada la laicidad y la libertad de cátedra al tiempo que luchamos para implementar una mayor presencia de cuestiones esenciales como la educación sexo-afectiva en las escuelas.

domingo, 9 de mayo de 2021

'Cara al sol', 'feminazismo' y homofobia: la retórica de la extrema derecha se cuela en las aulas murcianas (Santiago Cabrera Catanesi para eldiario.es)

 Artículo de Santiago Cabrera Catanesi para eldiario.es

La última demoscópica territorial murciana reveló un apoyo del 20,3% de jóvenes entre 18 y 31 años a Vox con el sumatorio de la intención de voto y la simpatía hacia los partidos políticos

8-5-2021

El ideario de la extrema derecha se escucha cada vez más en los pasillos y aulas de los centros educativos murcianos. Estudiantes que niegan la existencia de la pandemia, rechazan el feminismo o entonan cánticos franquistas empiezan a ser una constante a la que se enfrentan docentes, padres y alumnos. La última demoscópica del Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP) advierte de la afinidad de los jóvenes con el discurso de Vox: el sumatorio entre la intención de voto y la simpatía hacia los partidos políticos arroja un 20,3 por ciento de apoyos a la formación de extrema derecha provenientes de votantes de 18 a 31 años. Una cifra que solo supera el Partido Popular, con un 20,9 por ciento en la misma franja de edad. Los datos contrastan con el recuerdo de voto de las últimas elecciones en 2019: un 12,8 por ciento de murcianos entre 18 y 31 años metió la papeleta de Vox en las urnas.

No es un misterio que la Región es el núcleo duro de votos de Vox a nivel nacional: en las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019 fue primera fuerza en la comunidad con 199.440 votos, es decir, el 28 por ciento del total de sufragios emitidos. Un año y medio después, la comunidad educativa da la voz de alarma por cómo ha calado la retórica extremista entre las nuevas generaciones.

La moción de censura fallida impulsada por PSOE y Ciudadanos contra el Partido Popular propició que una de los tres diputados díscolos de Vox, Mabel Campuzano, asumiera las competencias de la Consejería de Educación y Cultura a cambio de su apoyo para tumbar dicha moción. Una decisión plagada de críticas desde el sector cultural y educativo murciano. Docentes de la Región llegaron a calificar el documento con las "líneas maestras" de Campuzano: "sentimos comunicarle que no aprueba". Aun fuera de Vox, la consejera se ha mostrado abiertamente favorable al discurso de la extrema derecha: se ha autoproclamado 'preguntacionista' –ha asegurado que no se vacunará contra la COVID-19– y es defensora del veto parental y de las teorías conspirativas del 11M. Su inclusión dentro del Gobierno de Murcia ayuda a legitimar los postulados de Vox.

"O estás con ellos o contra ellos"

El hijo de Sergio (nombre cambiado), de trece años, llegó un día a casa y le contó a su padre que sus compañeros solían cantar de pie el himno falangista 'Cara al sol' en la clase de historia. "Había enfrentamiento entre los críos, y la profesora no hacía nada por pararlos", indica el progenitor. Chistes homófobos o cánticos franquistas eran situaciones habituales que la docente no intentaba acallar. Varios padres decidieron hablar con el jefe de estudios del centro educativo, que aseguró no saber nada de lo que sucedía, aunque reconoció que había escuchado por los pasillos del colegio gritos de "¡Viva España!" o "¡Viva Franco!": "Lo cortó de cuajo y no volvimos a tener problemas", asegura el padre.

Esther (nombre cambiado), docente de un centro concertado de Cartagena, lleva más de quince años dando clases y ha percibido en los últimos tres un cambio de comportamiento entre los adolescentes, algunos con "actitudes totalmente franquistas". "Defienden de forma agresiva los ideales de Vox: antiinmigración, antimujer, antipolíticas de igualdad", lamenta la profesora. No solo es el discurso en donde percibe el cambio entre el alumnado desde segundo de la ESO, sino en la forma de defenderlo: "No entienden que en democracia hay diversidad de opiniones. O estás con ellos o contra ellos". La docente asegura que en segundo de Bachillerato hay estudiantes que se identifican abiertamente con el ideario franquista. En un proyecto que se hizo en el centro sobre personajes de la historia, varios alumnos optaron por interpretar al dictador Francisco Franco o a Primo de Rivera por afinidad ideológica. "Desde que comencé como profesora he visto un cambio en la forma de debatir: antes los estudiantes eran de izquierdas o de derechas, pero eran más dialogantes".

"Son mensajes llenos de machismo, racismo o antiinmigración"

Javier es un estudiante de 17 años que va a un colegio de Murcia. Por las tardes, al volver de las clases es habitual que prepare información con sus padres para contrarrestar el argumentario de extrema derecha que sus compañeros y amigos le predican. "A veces los convenzo", reconoce Javier, que admite que a algunos los argumentos se les quedan "cortos" y se niegan a rectificar. "Por ejemplo, muchos creían que el número de vacunaciones dependía del Gobierno central, y les hice ver que no, que era una competencia de la comunidad", narra el alumno.

Su madre percibe, a través de las experiencias de su hijo, la importancia que tienen las redes sociales a la hora de calar el discurso de partidos como Vox en las nuevas generaciones: "Son mensajes muy simplistas, llenos de machismo, racismo o antiinmigración". La progenitora ve que en su adolescencia lo que se entendía por ser "revolucionario" se asociaba a pensamientos de izquierda, mientras que ahora la rebeldía juvenil se está identificando en la extrema derecha.

Otra profesora de un instituto de Archena, Elena (nombre cambiado), que da clases a un grupo de FP Básica, cuenta que un grupo de unos doce alumnos no distingue entre los términos machismo, hembrismo y feminismo. "Usan la expresión 'feminazi', típico de la extrema derecha, critican las manifestaciones feministas y niegan cualquier tipo de explicación", lamenta. A su aula acuden jóvenes de entre 15 y 18 años, señala que los estudiantes conflictivos suelen venir de familias desestructuradas y que las discusiones surgen a raíz de comentarios machistas que profieren algunos de sus alumnos. Elena es profesora desde 2005 y ha percibido un cambio fuerte en la actitud de los estudiantes a raíz de la pandemia, que reclaman su libertad individual frente a la salud pública. Una situación que ha "crispado" el debate político, y señala a Vox como uno de los precursores de la polarización. "Incluso tuve un grupo de estudiantes de cuarto de la ESO negacionistas de la COVID", cuenta resignada la profesora, aunque señala que consiguió hacerlos "recapacitar".

Banderas de España y cantos legionarios

Los alumnos de Silvia (nombre cambiado), otra profesora de primero y segundo de la ESO, se registran en una app educativa con nombres como 'Vox' o 'Santiago Abascal', o se ponen la bandera de España. "Lo hacen de forma inocente, pero es bastante curioso: ¿qué los lleva a hacer algo así?", se pregunta la docente. También recuerda que el año pasado, antes del comienzo del estado de alarma, fueron a pie a una excursión y por el camino sus estudiantes decidieron cantar el 'Cara al sol' para pasar el rato. "Les llamamos la atención y les explicamos que lo que hacían estaba fuera de lugar, pero lo que nos sorprendió es que sabían la letra mejor que nosotras", narra Silvia.

La última situación que recuerda la docente fue a principios de año, cuando propusieron a sus alumnos decorar un espacio de estudio. Un grupo de cuarto de la ESO apareció con una bandera gigante de España y la "colgaron en la pared". Más tarde, se encontraron con varios de esos estudiantes sacando pecho y con una mano en el corazón mientras cantaban 'El novio de la muerte', himno oficioso de la Legión Española. En ese momento una compañera de Silvia sugirió a los estudiantes que debían informarse por el origen de la canción antes de cantarla.

El toque de atención valió para que al día siguiente el grupo de alumnos apareciera con enseñas de España atadas a los hombros a modo de protesta. "No teníamos problema con la bandera colgada en la pared. De hecho, sigue ahí a día de hoy", indica la docente, que asegura que ni siquiera los padres veían "problema alguno" en lo que habían hecho sus hijos. La solución pasó por que la profesora de Historia les profundizara en una clase sobre la dictadura franquista. "Parece que lo entendieron porque desde entonces no ha habido problemas". Silvia se muestra preocupada por cómo las nuevas generaciones asumen la retórica de la extrema derecha: "La interiorizan y la naturalizan desde la inocencia".

martes, 30 de marzo de 2021

El Gobierno se prepara para llevar a los tribunales el nuevo intento de Vox y el PP de poner en marcha el veto parental (Daniel Sánchez Caballero para ELDIARIO.ES)

 Reproducimos esta noticia de ELDIARIO.ES


El Ministerio de Educación recurrirá la implantación del veto parental en Murcia si se aprueba (cuando se apruebe). Como ya hiciera tras el primer intento del Gobierno del PP de imponer el llamado pin parental el pasado curso, el departamento que dirige Isabel Celaá acudirá a la Justicia para frenar esta medida, según informan fuentes del ministerio.

"Ante todo está el derecho de los menores a la educación integral, que incluye la educación afectivo-sexual, la igualdad y la prevención de la violencia de género. Esas cosas que a algunos no les gustan", explica una portavoz de Educación. El Ministerio asegura que el veto parental, al menos en la versión conocida hasta ahora, va contra varias leyes españolas y contra varios tratados internacionales (que también son ley) suscritos por España porque atenta contra el derecho a la educación de los menores, y este derecho asiste a los hijos, no a sus padres. Además, recuerda el Ministerio, este año está vigente la nueva ley educativa, la LOMLOE, que devuelve voz y sobre todo voto a las familias dentro de los consejos escolares de los centros, y estos son los únicos que pueden decidir sobre las actividades complementarias que serán objeto del veto.

Este va a ser el segundo intento del PP de implantar en Murcia una de las propuestas estrellas de Vox. El pasado curso escolar, el Ejecutivo murciano, formado entonces por populares y ciudadanos pero necesitado del apoyo de la formación ultra para sumar mayorías, llegó a enviar a los centros escolares unas indicaciones en las que explicaba que "aquellas [actividades] que vayan a ser impartidas por personas ajenas al claustro del centro educativo se dará conocimiento a las familias (...) al inicio del curso escolar con objeto de que puedan manifestar su conformidad o disconformidad con la participación de sus hijos menores en dichas actividades".

Las "actividades" a las que se referían estas instrucciones son las llamadas actividades complementarias que se realizan en los centros. La Junta de Andalucía (no difieren mucho en el resto de comunidades) las define como "las organizadas por el centro durante el horario escolar, de acuerdo con el proyecto curricular, y que tienen un carácter diferenciado de las propiamente lectivas por el momento, espacios o recursos que utilizan. La asistencia a estas actividades será obligatoria, igual que a las demás actividades lectivas".

En concreto, a Vox le molestan las destinadas a educar al alumnado en la diversidad sexual y la igualdad de género, que en el partido de Abascal califican de "juegos eróticos" y sitúan "cerca de la corrupción de menores". Un ejemplo de estas podría ser el programa navarro Skolae, en el punto de mira de los sectores más conservadores desde su implantación y que incluso ha sido denunciado por la asociación de AMPAs católicas Concapa (con poco éxito). La realidad es que el programa ha recibido varios premios, entre ellos uno internacional de la UNESCO llamado 'Educación a mujeres y niñas 2019'.

A la espera de conocer la redacción específica que tendrá el veto parental en esta ocasión, el anterior intento planteaba el 'no' a las actividades complementarias como posición estándar de las familias. Esto es, si los padres, madres o tutores legales no entregan en el centro educativo el documento con el permiso explícito para realizar una actividad "se entenderá que muestran disconformidad con la participación del menor en tales actividades". Un olvido y alumno descartado.

Pandemia y olvido

La medida estuvo vigente bajo el radar y cuando se hizo público que se habían enviado estas instrucciones el Ministerio de Educación recurrió la decisión. El Tribunal Superior de Justicia de Murcia suspendió cautelarmente la aplicación del veto mientras resolvía la situación. Era enero de 2020. Antes de que al tribunal le diera tiempo a entrar en la cuestión, estalló la pandemia y la emergencia educativa a corto plazo dejó el veto parental aparcado. Llegó julio, se acabó el curso y el TSJM decidió archivar el caso sin resolverlo porque el objeto en disputa había desaparecido del mapa.

El pasado verano, probablemente por las mismas razones de emergencia educativa, ni se habló del tema. Hasta la moción de censura de la semana pasada, cuando se supo tras el fracaso de la misma que el PP había propuesto a algunos diputados expulsados de Vox no solo implantar el veto parental, sino ejecutarlo: el presidente López Miras le ha ofrecido a Vox la Consejería de Educación. El presidente murciano afirmó este pasado lunes que él no habla de "pin parental" porque no sabe "lo que significa exactamente eso", pero que apoyará "todos los mecanismos que garantizan dar plena libertad a los padres para decidir la educación de sus hijos, siempre que sean legales y que respeten la libertad de cátedra y de la profesionalidad de los docentes de la Región de Murcia". Si la máxima de que comportamientos pasados predicen actuaciones futuras se cumple, los murcianos pueden dar por hecho que habrá veto parental en Murcia.

O al menos lo intentarán y la situación parece abocada a resolverse en un tribunal. El Ministerio está convencido de que le asiste la razón y recurrirá en cuanto se apruebe la medida, según explica una portavoz. A la espera de los detalles, que tendrán que ajustarse a la manera en que se plantee el veto parental, el recurso se basará en el derecho a la educación y todas las normas, nacionales e internacionales, que lo respaldan.

Un derecho recogido en varias leyes

Empezando por el escalón más alto de la pirámide normativa, la igualdad de sexos está amparada como un derecho fundamental en el artículo 14 de la Constitución (el que atañe a la igualdad de los españoles ante la ley y que tanto le gusta citar a la derecha a la hora de defender la libertad educativa). En el siguiente peldaño, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Convenio Europeo y la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño (tres tratados internacionales ratificados por España y que normativamente solo están por debajo de la Carta Magna) defienden el derecho a la educación en igualdad, sostiene Educación.

El tercer nivel lo conforman las leyes orgánicas españolas. Las de Educación, Igualdad o Violencia de Género instan a "comprender y respetar la igualdad de sexos", "fomentar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres", "evitar comportamientos sexistas", "la promoción de una visión de la sexualidad en términos de igualdad", "el reconocimiento y aceptación de la diversidad sexual" o "el desarrollo armónico de la sexualidad acorde con las características de las personas jóvenes".

Hay más. Estas generalidades –podría aducir alguien– se concretan por ejemplo en la ley del aborto, que especifica que "los poderes públicos apoyarán a la comunidad educativa en la realización de actividades formativas relacionadas con la educación afectivo-sexual". También la nueva ley de Educación, la LOMLOE, entra en la cuestión. El artículo 121 habla del proyecto educativo de un centro, y especifica que "incluirá un tratamiento transversal de la educación en valores, del desarrollo sostenible, de la igualdad entre mujeres y hombres, de la igualdad de trato y no discriminación y de la prevención de la violencia contra las niñas y las mujeres, del acoso y del ciberacoso escolar, así como la cultura de paz y los derechos humanos". Además, explican fuentes de Educación, la nueva ley devuelve a los consejos escolares de los centros el voto que le quitó la LOMCE, de manera que las familias, presentes en este órgano, vuelven a ser un actor a la hora de decidir las actividades.

Por último, recuerdan desde el Ministerio, las familias no pueden aducir que no conocen las actividades complementarias que va a desarrollar su colegio, otro de los argumentos que suele utilizar Vox. Según la normativa, las actividades complementarias que se van a realizar durante un curso aparecen incorporadas en el plan general anual del colegio, donde se recogen las programaciones, y en el proyecto educativo del centro, que debe ser aprobado por el consejo escolar antes de que empiece el curso.

La ministra Celaá se reunió este pasado miércoles con varias organizaciones que le pidieron que defienda el derecho de la infancia a la educación igualitaria y al conocimiento en diversidad afectivo-sexual, familiar y de género. La presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), Uge Sangil, le pidió a Celaá medidas concretas contra el veto parental; el de la Fundación Triángulo, Raúl González, recordó que "el sistema educativo tiene la obligación de proteger a la infancia ante cualquier tipo de violencia" y la de Chrysallis, Ana Valenzuela, incidió en que "la educación en igualdad no es un privilegio de las familias (...) sino una obligada responsabilidad de los poderes públicos".

viernes, 12 de marzo de 2021

Adoctrinamientos (Manuel Menor)

 Adoctrinamiento y “verdad objetiva” andan en liza 

Nos habían enseñado que para tener alguna “veracidad” en lo que decimos era imprescindible romper con nuestros prejuicios previos. 

Parece que no, como proclaman acontecimientos relacionados con el 8-M y partidarios de la la verdad “objetiva”, que estos días tienen defensores, dispuestos a hacer valer lo que sea. Por ejemplo, en la Casa de Windsor, gracias a las confesiones de Harry y su esposa, nietos de la reina, se acogen a que no tienen “iguales recuerdos”. Más cerca, en la calle Génova, testigos implicados en el pasado del PP se han acogido a la doctrina de no contestar a preguntas que tengan que ver con ese tiempo histórico, cuando arrecian las dudas. Unos y otros están en su derecho, a cambio de quedarse sin presente entre cuantos prefieren la autenticidad sobre la impostura. 

La doctrina del Adoctrinamiento 

La novedad más reciente es la teoría del“adoctrinamiento” que, para tapar un episodio no menos chusco, ha lanzado el alcalde madrileño, y afecta a las políticas educativas. La reserva de Almeida respecto a la posible asistencia de un personaje político a un centro público, para que le preguntaran sobre cuestiones de género, se parece al minucioso afán de los equipos modestos para embarrar un encuentro cuando los visita uno de los grandes: sus jugadores exhiben todo tipo de tretas, más o menos reglamentarias, para que ninguna jugada salga adelante: los italianos fueron artistas en tácticas del catenaccio, invento futbolero de los años 30. Habilidades como la de este alcalde portavoz de los sofismas de su partido son, además, jaleadas enseguida por una amplia hinchada mediática, verdaderos árbitros de las ciencias morales de la verdad y el bien públicos. ADOCTRINAMIENTO está a punto de pasar en este momento al Ficcionario de la sinrazón política, partidaria de que el disentimiento sea el sistema ordinario de cuanto nos afecta y, por supuesto, de cuanto haya podido acontecer, puesto que lo que importa es ir improvisando y saliendo de los barullos como se pueda. 

El problema es que el pasado casi nunca ha pasado del todo y sigue estando ahí, por mucho que lo escondamos. Si aplicamos la doctrina Almeida a la mayoría de los defectos que tenga nuestro sistema educativo, nos encontraremos con que los pactos originarios, que de algún modo acoge el art. 27 de la CE78, y las propuestas de nuevos pactos más precisos que desde los años noventa han sido un clamor para cuantos veían en la dinámica del consenso una necesidad urgente e incontrovertida –como todavía trató de promover Méndez de Vigo-, se verá que son imposibles, y todos los ciudadanos se cansarán al no ver modo de cambiar lo improcedente. La doctrina del “adoctrinamiento” enseguida recorre las filas de unas y otras trincheras de la verdad y, como en la I Guerra Mundial, los adeptos a la guerra de posiciones se estancan en la creencia de que tienen la verdad y toda la verdad: no les hace falta para nada contar con los otros para que se pudran los problemas reales. Maquiavelo, aunque nunca dijo que “el fin justifica los medios”,  hilaba más fino en las situaciones de desencuentro y, al menos, introdujo en 1513 más elegancia y finura en las tácticas políticas para moverse ante un supuesto bien que todos dicen perseguir. 

Adoctrinamientos varios 

Tienen un problema con la memoria; Almeida y sus hinchas tal vez debieran pensarlo mejor y no que sus adversarios den en someter el BOE, la CE78  e incluso los Acuerdos con el Vaticano de 1977-79 –sucesores de los Concordatos de 1851 y 1953- a este criterio del “adoctrinamiento”. De repente, habrían de suprimir la mayor parte de la historia educativa española, especialmente la que más gusta a su bancada –empezando por los libros de texto que la han acompañado- y cuanto todavía persiste en “adoctrinar” a todo tipo de ciudadanos, de diverso modo y con variable intensidad. En fin, que esto del cristal con que se miran estos asuntos desde este Madrid que, con el confinamiento, quiere parecerse a la aldea gala de Ásterix y Óbelix, empieza a rezumar crecientemente sabores de poblachón acordes con lo que dicen los terraplanistas, los negacionistas y los partidarios del PIN parental; estos sabores y saberes a la carta, que no sobrepasen la asepsia instruccional y lo que contaba el “sentido común” y su abuela la pereza mental, quedan muy epatantes en los territorios twiteros y similares, pero destruyen el esfuerzo de conocimiento acumulado desde nuestra tatarabuela Lucy cuando decidió ser bípeda hace 3,2 millones de años en el Rift etíope. 

“Ministerio de la verdad”

Siempre hay personas dispuestas a lo que sea con tal de ir tirando, pero, incluso contando con los dificultados para encontrar trabajo, va a ser tarea imposible encontrar ese tipo de docentes que sepan enseñar de modo tan neutralmente “objetivo”, “natural” y “como Dios manda”, que no se contaminen  nunca de subjetividad alguna, y que, además, no se sientan objeto, de una u otra forma, de la censura aleatoria de un distópico Ministerio de la Verdad. El propio  Almeida, por más que desde el siglo XVIII sea barato confesarse de restricción mental -el gran subterfugio para mentir sin remordimiento alguno-, debiera examinarse seriamente antes de seguirse aproximando al extremo derecho del campo de juego, no sea que la viga que lleva en el ojo le cause un buen descalabro: los métodos de la depuración de disidentes son imparables cuando se ponen en marcha. Por otro lado, quiéralo o no, en su posición de portavoz y alcalde hace Pedagogía social y, como tal, está obligado a dar ejemplo a los ciudadanos; embarrando el campo de juego se resta a sí mismo credibilidad y razón ilustrada. Actuar permanentemente pro domo sua se nota mucho cuando los ciudadanos solo se satisfacen si ven buen deporte, no zancadillas continuas a su convivencia inteligente y democrática. 

Manuel Menor Currás

Madrid, 10.03.2021

domingo, 7 de marzo de 2021

Ayuso rectifica y apoya ahora el veto parental que pide Vox: "Habrá padres que no quieran que sus hijos estén en talleres sobre LGTBI" (Fátima Caballero para eldiario.es)

 Artículo de Fátima Caballero para eldiario.es

  • Ciudadanos responde a la cesión de la presidenta madrileña ante el veto parental de Vox anunciando por sorpresa una ley de Igualdad
4 de marzo de 2021

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, da un giro de 180 grados para defender ahora el veto parental que exige Vox a cambio de apoyar los presupuestos regionales de 2021. Ayuso ha asegurado este jueves durante el Pleno regional que entiende que "haya padres que no quieran que sus hijos estén en talleres sobre LGTBI", en referencia a las actividades extraescolares. La presidenta madrileña ha insistido sobre esta cuestión en que dará más información a los padres para que puedan elegir.

La dirigente del PP ha hecho así un guiño al partido de extrema derecha del que depende para sacar las cuentas. La sintonía se ha materializado después con un desayuno en la cafetería de la Asamblea de Madrid entre la presidenta madrileña y la portavoz de Vox en el parlamento madrileño, Rocío Monasterio. Ayuso ha asegurado que los Presupuestos regionales para 2021 estarán listos "pronto".

"Entiendo que las familias se preocupen y no pienso criticar a Vox como hacen ustedes", respondía sobre el veto parental a la intervención del portavoz de Más Madrid, Pablo Gómez Perpinyà. "Opino que hay una serie de asignaturas que no se pueden modificar pero sí se puede dar más información a los padres para que decidan si quieren que estén en ese colegio o no", ha señalado.

Ayuso iba un paso más allá en cuanto a las actividades extraescolares, y se ha mostrado partidaria de que los padres puedan vetarlas: "Si hay padres que quieren llevar a sus hijos a talleres donde se hable de conceptos LGTBI y contra el acoso me parece oportuno, pero habrá otros que decidan que no es así", ha asegurado, asumiendo los postulados de la extrema derecha.

Hace tan solo dos días, Ayuso aseguró que en las aulas de la región "no hay adoctrinamiento" y que "ninguna familia había presentado una sola queja" relacionada con este tema. De hecho, la presidenta madrileña ha insistido este jueves durante el Pleno regional en que no hay quejas de los padres, aunque ha reculado y ha defendido que entiende "que las familias se preocupen" y no piensa "criticar a Vox".

El cambio de giro de la presidenta choca con los posicionamientos del otro socio de Gobierno: Ciudadanos. El vicepresidente regional, Ignacio Aguado, aseguró este lunes que "mientras sea vicepresidente no va a haber en Madrid pin parental, ni tampoco recortes que tengan que ver con la lucha contra la violencia de género ni que afecten al colectivo LGTB".

De hecho, Ciudadanos ha respondido a la cesión de Ayuso ante el veto parental de Vox anunciaba por sorpresa una ley de Igualdad. El consejero de Políticas Sociales, Javier Luengo, informaba de la ley durante el Pleno. Fuentes cercanas a la presidenta madrileña aseguran que el PP lo desconocía y no se pronuncian sobre si la apoyarán hasta que no la estudien.

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domingo, 23 de febrero de 2020

El Gobierno lleva el 'veto parental' a los tribunales ante la negativa de Murcia de retirarlo de las aulas (Marta Borraz para ELDIARIO.ES)

Reproducimos esta noticia de ELDIARIO.ES

El Ministerio de Educación presenta el recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Murcia y exige de urgencia su suspensión como medida cautelar

Los profesionales de las charlas a las que ataca el veto parental: "Estos talleres pueden cambiar la vida de los alumnos"


El Gobierno acaba de presentar ante el Tribunal Superior de Justicia de Murcia un recurso contra el 'veto parental' implantado en la comunidad y ha solicitado, como medida cautelar y con carácter de urgencia, su suspensión. Lo hace un día después de que venciera el plazo que dio el Ministerio de Educación y Formación Profesional a la Consejería de la comunidad autónoma para retirar la medida por considerar que incurre en una "ilegalidad". Entonces, el departamento dirigido por Isabel Celaá dio el primer paso del procedimiento y envió un requerimiento que el Gobierno autonómico, de PP y Ciudadanos, ha desoído. 
El veto parental, una de las medidas exigidas por Vox para aprobar los presupuestos de la región, permite a los progenitores impedir a sus hijos e hijas que acudan a actividades en los colegios que cuestionan sus convicciones morales, ideológicas o religiosas. En el centro de la diana están las charlas y formaciones vinculadas a la educación afectivo sexual y LGTBI. El veto está vigente en Murcia desde principios de curso en forma de instrucciones a los centros educativos, que es exactamente lo que ha llevado a la justicia Educación, pero el pasado enero el Gobierno de coalición acordó blindarlo por decreto.


Entonces, el ministerio ya había anunciado que ponía en marcha la maquinaria para acudir a la vía judicial al entender que "vulnera los derechos de los alumnos y alumnas" y excede las competencias que tienen atribuidos los centros educativos. Celaá recordó al explicar el requerimiento enviado que se trata de actividades obligatorias para el alumnado y permitir su veto sería una especie de "objeción de conciencia encubierta que va en contra de la legislación española" y de los derechos fundamentales del alumnado.
El Gobierno de Murcia ha reiterado en varias ocasiones que mantendrá la medida a menos que ordene su retirada una instancia judicial porque considera que "cuenta con el aval suficiente del informe jurídico y el de inspección educativa que le dan soporte", señaló este lunes el consejero de Presidencia y Hacienda, Javier Celdrán.
Por su parte, el Ministerio de Educación apunta a que la medida confronta con buena parte de la normativa española en vigor. Desde convenios internacionales ratificados por España a leyes estatales como la Ley Integral contra la Violencia de Género, la ley del Aborto, que señala que los poderes públicos apoyarán a la comunidad educativa en "la realización de actividades formativas relacionadas con la educación afectivo sexual" o las leyes LGTBI autonómicas, que profundizan en la necesidad de incluir la educación en diversidad por orientación sexual e identidad de género en las aulas.

Los bulos difundidos por Vox

Desde las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo Vox presiona para que las diferentes comunidades en las que la derecha gobierna gracias a su apoyo introduzcan el 'veto parental'. En Madrid, Isabel Díaz Ayuso ha defendido en varias ocasiones que "no hay adoctrinamiento" en las aulas madrileñas, pero, tras la polémica, el Gobierno que preside la popular ha ordenado a los centros educativos publicar sus programaciones anuales para allanar el voto de Vox a los presupuestos.
Para justificar la supuesta necesidad de una medida que en realidad nunca se ha tratado en los debates de política educativa, el Consejo Escolar o la inspección, el partido de extrema derecha han difundido bulos y manipulaciones sobre este tipo de charlas y actividades.
Uno de los más sonados fue el de "proteger a los niños" de "los juegos eróticos" que, según afirmó el líder del partido, Santiago Abascal, se les están enseñando en algunos colegios. La referencia está sacada de contexto y pertenece al programa de educación afectivo sexual Skolae, vigente en Navarra desde 2017, un plan que pretende educar a los niños y niñas en igualdad, prevenir el abuso sexual infantil y fomentar el autoconocimiento sin tabúes. Skolae fue premiado por la UNESCO el pasado verano.

Una oposición contundente

El 'veto parental' ha desatado una gran oposición por parte de la comunidad educativa y, en concreto, de los y las profesionales que se dedican a impartir este tipo de formaciones. "Estos talleres pueden cambiar la vida de los alumnos", sostenía Lolo López, coordinador de Educación del colectivo LGTBI sevillano DeFrente. Hace unos días, se ha convertido en viral el vídeo de Diego Reina, un profesor murciano que se ha declarado objetor del 'veto parental', que ha calificado de "censura encubierta".
La misma idea, pero desde el otro lado, sostienen muchos chicos y chicas que han asistido a estas actividades y reconocen haber sido de utilidad: "Los que me insultaban cambiaron de mentalidad y me llegaron a pedir perdón por el daño causado", comentaba Airan, un joven al que le hicieron bullying homófobo en clase.
Colectivos LGTBI y de educación también han mostrado su rechazo a las instrucciones aprobadas por la región de Murcia. La Plataforma Estatal por la Educación Pública, integrada por familias, estudiantes y sindicatos de enseñanza, ha denunciado que es una "intromisión educativa" que "vulnera el derecho a la educación integral de nuestros niños y niñas". La organización incide en que los centros ya cuentan con los mecanismos adecuados para que los progenitores ejerzan el control correspondiente sobre los contenidos que se imparten en las aulas.
Por su parte, los colectivos LGTBI y feministas señalan la necesidad de que la formación en diversidad afectivo sexual no solo no se reduzca, sino que se generalice aún más porque permitir el veto de los progenitores priva a los chicos y chicas de "su derecho a conocer la realidad" y "deja desprotegida en las aulas a la infancia LGTBI", anuncia la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB).

sábado, 22 de febrero de 2020

La maestra (murciana) enfurecida que incendia las redes contra el veto parental: "Están dinamitando la escuela pública, es una campaña de acoso y derribo" (Erena Calvo para ELDIARIO.ES)

Pulicamosestanoticia de ELDIARIO.ES

Compagina su maternidad y las horas que echa dentro y fuera del aula en su labor docente con el ciberactivismo. Lo de esta maestra murciana es pura vocación. Hace un par de años, animada por el debate del veto parental –que se encontraba todavía en pañales– decidió darle vida en Twitter a Maestra Enfurecida, que ha ido arañando seguidores poco a poco hasta reunir a 10.500 personas en este rincón de las redes sociales donde da rienda suelta a su defensa de la escuela pública, comparte argumentos e intenta remover conciencias: "La escuela pública la están dinamitando, es algo que va más allá del veto parental, es una campaña de acoso y derribo", cuenta a eldiario.es Región de Murcia con una pasión que no puede contener.
Para la Maestra Enfurecida, "si los mensajes llegan aunque sea a un pequeño porcentaje de personas, ya merece la pena la esfuerzo". Muchos de sus tuits, con un estilo directo y mordaz, se han hecho virales. No tiene intención de desvelar su verdadera identidad: "Alguna vez me han amenazado con investigar dónde trabajo y hacer que me echen".

La prehistoria del 'pin' parental

"El primer fregado en que me metí, en marzo de 2018, fue en el del 'pin' parental; la cuenta tenía solo dos meses y, a pesar de que no tenía muchos seguidores, el tuit generó mucho impacto". Alentada por el Foro de la Familia, ya entonces se quiso establecer la autorización parental para algunas actividades complementarias referentes a la educación afectivo sexual. Según Maestra Enfurecida, en aquel momento hasta la propia exconsejera de Educación (PP) Adela Martínez Cachá reconocía que era "ilegal" y que no se iba a poder pedir el consentimiento.
"Fue un poco cómico y en un principio se vio que no había encaje legal y que, mientras las actividades estuviesen en la Programación General Anual (PGA), no se podía pedir el consentimiento". Se terminó el curso y al inicio del siguiente llegaron las instrucciones actuales. Para aquel entonces, recuerda, "nadie me hacía mucho caso porque era un debate que se movía sobre todo en el entorno del Foro y lo que luego ha sido Vox".

Un profesorado adormecido

Maestra Enfurecida no tiene pelos en la lengua e ironiza con su propio colectivo. "Dentro del mundo de los docentes está el 'wonderfulismo', son los maestros que lo ven todo precioso y te dicen 'mira qué cosas hago con mis chavales y todo es magnífico'; y el extremo opuesto de aquellos que siempre están enfadados y lo ven todo negativo".
En su opinión, lo que pasa es que el profesorado –en general– está "adormecido" y con el tema del veto parental, por ejemplo, las movilizaciones y manifestaciones no han sido realmente de los docentes, sino de los sindicatos y otras plataformas. "A muchos se les olvida que somos funcionarios, no como un premio a lo bien que lo hemos hecho, sino porque la educación es un servicio que debe protegerse de cualquier desmán del Gobierno de turno".
Dice que es la crónica de una muerte anunciada: "Estamos dejando morir a la pública". Los colectivos que están detrás del veto parental, argumenta, no suelen llevar a sus hijos a los colegios públicos, sino a católicos concertados. "Por eso es un mero ataque a la pública porque consideran que estamos adoctrinando a nuestros hijos; ellos tienen muy bien controlado al profesorado y el mensaje que lanzan es que somos un peligro y que la escuela pública cría niños 'asalvajados' y 'homosexualizados'.
En Murcia estamos empezando a sufrir ya los delirios de la ultraderecha. El pin parental pretende aislar a sus hijos de poder desarrollar ideas propias, de conocer algo más allá de sus estrechos postulados. Queremos una sociedad diversa, tolerante y respetuosa.
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La consejera de Educación (PP), Esperanza Moreno, "está escondida". Lo dice, en parte, por el plantón que le dio este viernes a la ministra Isabel Celaá para abordar el requirimiento del Ejecutivo central en el que se le pide paralizar las instrucciones de principios de curso y cuyo plazo se cumple este lunes. "No recibe a nadie, está  escondida hasta que pase el chaparrón".
Y lanza una alerta: "Los de Vox están señalando ya a profesores de forma particular en las redes sociales como adoctrinadores, lo han empezado ya a hacer también aquí en Murcia". Las autorizaciones para las charlas son "la punta del iceberg". El objetivo es controlar la pública tanto como la concertada "y ya lo han conseguido en la medida en que el profesorado no quiere tener problemas y se autocensura". Y enumera que primero empiezan con las charlas afectivo sexuales y luego siguen con la violencia de género para rematar con el cambio climático, "que para algunos sectores también es mentira". Algunos profesores, considera, "tienen miedo al mensaje de la ultraderecha, porque si ven que la Consejería ha estado dispuesta a mover todo esto, cómo van a meterse ellos en líos por su cuenta".
Hoy quiero deciros algo por lo que me van a caer hostias como panes de mis compañeros docentes. Pero tengo que decirlo porque para algo soy la Maestra Enfurecida y aquí hemos venido a jugar.
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Los guetos de la desigualdad, el Kevin y la Yessi

Hay muchos temas de los que la gente no habla: "Uno de ellos, el de la desigualdad, lo impregna todo, en la escuela y la sociedad". Lo explica así en un tuit: "A todos nos han contado que el Kevin y la Yessi pueden aprender tanto y tan bien en la escuela como Cayetana y Pelayo pero tú y yo sabemos que eso no es del todo así. Que poniendo billetaje de por medio la cosa va mucho mejor".
Y habla también del impulso de la concertada frente al sistema público: "Aquí en Murcia es algo que se hace abiertamente". Y mientras los colegios concertados cada vez tienen más líneas, "pasa lo contrario con los públicos, que en algunos sitios se están convirtiendo en guetos".
Os voy a contar por qué lo que aprenda tu hijo en su educación obligatoria depende solo un 40% de lo q hagamos los docentes y un 60% el entorno y los padres. Estos % no tienen base científica ninguna pero esto es Twitter y una se puede inventar los porcentajes q le de la gana.
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Tengo un alumno que falta bastante sin justificación. De su padre no sé nada, nunca lo he visto y no sé siquiera si vive en su casa porque nunca habla de él. Su madre trabaja en almacenes de fruta. Por si no conocéis el sector esto significa que cuando llega la temporada de...
9.856 personas están hablando de esto

A sacar tajada del pastel de la pública

Otra cuestión que preocupa a la Maestra Enfurecida "es cómo cada vez hay más empresas privadas que se están intentando meter en la escuela pública, y no son precisamente una ONG". Cuando tienen tanto interés –reflexiona– "no es porque tengan pretensión de mejorar la escuela, es porque quieren pillar tajada y que todo sea privado concertado; es un pastel al que muchos quieren hincar el diente". Para ciertas empresas, como la iglesia, "además está el lado de control ideológico".
Por enésima vez me ha saltado un tuit patrocinado por BBVA y el País con el título Aprendemos Juntos. Esta vez el que habla es Jorge Ruiz, músico y maestro de Audición y Lenguaje, el cantante de Maldita Nerea.
Estoy hasta el moño d estos anuncios. Os explico por que´...
1.855 personas están hablando de esto

La Maestra Enfurecida promete seguir dando caña en las redes para defender los males de la escuela pública en Murcia y, aunque dice entender que las familias no vean algunas de estas cuestiones, "que no lo vea el profesorado no es comprensible". Aquí, dice, "está cada loco con su tema, y siempre estamos dispuestos a quejarnos los mismos folloneros de siempre: no sé hasta qué punto tenemos que llegar para que la gente se mueva".