domingo, 16 de abril de 2017

Mis recuerdos (Valentín Huerta Martínez)


Tengo una idea confusa de lo que era el colegio en aquella época en el pueblo. Había uno para los que lo podían pagar y otro, montado por un cura, y atendido por un profesor con muchos alumnos de diferentes edades. Los pequeños nos pasábamos el día haciendo rayas y curvas, tratando de configurar letras. Su tiempo se lo dedicaba a los mayores.

La clase de las chicas la daban unas monjitas, que les enseñaban a coser, bordar, guisar y ser buenas madres y amas de casa. El resto de asignaturas (Matemáticas, Geografía, Historia…. (Salvo la de algún santo…) se quedaban para los chicos, que eran los que las iban a necesitar.

A este desmadre puso fin el Programa Educativo de la República, y que después costó la vida, cárcel y marginación a grandes maestros y maestras.

Los que ya tenemos una edad avanzada, aún tenemos una deuda de gratitud con esos maestros y maestras de la República.

Así lo manifiesta con infinito orgullo…..

El abuelito Valentín

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