domingo, 23 de junio de 2013

Rouco y CEAPA piden por motivos muy diferentes que no haya que elegir año tras año si los alumnos estudian una asignatura que está perdiendo en número de matriculaciones: Religión

EL PAÍS.COM: Rouco pide que no haya que elegir cada año si se estudia religión


El arzobispo de Madrid, Antonio Rouco Varela, ha reivindicado en el Fórum Europa que no se deba especificar cada año al matricularse si se quiere estudiar la fe católica o bien su alternativa. Rouco ha pedido al Gobierno que acabe con el "referéndum" que supone para los padres la inscripción "año tras año" de sus hijos en la asignatura de religión; una "exigencia" que "dificulta" el ejercicio de este derecho, en su opinión.

La Confederación laica de Padres de Alumnos (Ceapa) también se opone a la pregunta, pero no porque dificulte el acceso a la asignatura, como defienden los obispos. La asociación considera inconstitucional que cada curso se cuestione a los alumnos si quieren estudiar religión. A su entender, se está vulnerando el artículo 16.2 de la Constitución Española que establece que “nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias”. Esta asociación, partidaria de que la asignatura desaparezca del horario lectivo, considera que debe ser el alumno o los padres quienes acudan a la dirección del centro y soliciten su enseñanza. “Debe prevalecer el derecho constitucional de no declarar la identidad política y religiosa”, explica por teléfono Jesús María Sánchez, presidente de CEAPA. “Es inadmisible que se deba especificar en un documento público si se quiere estudiar religión”.

La Conferencia Episcopal, por su parte, antepone el Concordato firmado entre el Estado español y el Vaticano que establece que se garantizará “la enseñanza de la Religión Católica como materia ordinaria y obligatoria en todos los centros docentes, sean estatales o no estatales, de cualquier orden o grado”. La Conferencia Episcopal no ha querido hacer declaraciones a este periódico y se ha remitido a las palabras de Rouco, que considera una "exigencia desconocida en toda Europa" el hecho de preguntar cada curso si se quiere estudiar la asignatura.

El Ministerio de Educación ha estado presionado por la Conferencia Episcopal durante la elaboración de la LOMCE para que acabara con la asignatura de educación para la ciudadanía y que la nota de religión volviera a contar para la media, algo que no ocurría desde 1990. El peso que debe tener  esta asignatura en el colegio ha estado en el centro del debate educativo desde la Transición, sufriendo importantes modificaciones a medida que se alternaban Gobiernos de distinta ideología. La ley educativa que aprobó el PP en 2002, llamada LOCE, también preveía para la religión un estatus muy similar al que establece la actual reforma, pero apenas llegó a entrar en vigor porque el Gobierno socialista la paralizó al llegar al poder en 2004.

Según los datos del Ministerio de Educación, entre el curso 2000-2001 y el 2009-2010 se registró un descenso de más de ocho puntos en el número de alumnos matriculados en la asignatura de religión. En primaria, se pasó en una década del 83,32% de matriculados al 74,19%. En secundaria, del 63,71% al 54,39%. Y del 47,68% al 41,14% en Bachillerato.

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