sábado, 29 de junio de 2013

"Pedagogía" (Agustín Moreno)

Reproducimos la columna escrita por Agustín Moreno que publica ESCUELA en su número 3.990:

Pedagogía
En los últimos tiempos se han levantado voces contra los pedagogos y psicólogos, aduciendo que son los responsables de los malos pasos de la educación en España. Si alguien cuestionase por qué un ingeniero tiene que asesorar en la resistencia de materiales de un puente, lo tomarían por ignorante o provocador. No ocurre igual cuando los expertos en educación aportan sus ideas.

Estos ataques a la pedagogía tienen que ver con el giro que se ha dado al concepto de educación,
últimamente, en textos como la Lomce. En el origen de esta ley no existen los expertos en educación, sino en economía. Manda el mundo de la empresa y sus intereses, a pesar de los cambios cosméticos realizados en su prólogo. Ya no importan valores, actitudes y procedimientos, solo los contenidos y su evaluación. La cuenta de resultados en el lenguaje neocon.

La pedagogía descubrió hace tiempo que la educación no era lo mismo que la instrucción. Esta
última suena más a la disciplina que debe de haber en un ejército que se prepara para combatir-
competir contra el enemigo. Desde hace más de cien años, el concepto de educación de la
escuela moderna habla de conducir, mostrar, educar para la vida, que no es lo mismo que para el
mercado. Es mucho más moderno el pasado y más rancia la ley Wert.

Ignorar a Montessori. Decroly, Freinet, Piaget, Dewey, Rogers, Vigostky y tantos otros pedagogos
y psicólogos que han marcado camino con nuevas experiencias, y han demostrado eficazmente su
valor, es volver al pasado del yo hablo, tú escuchas y te examinas luego. Para esto no hacen falta
tantas leyes y cambios. Ignorar a la comunidad científica internacional es, sencillamente, una barbaridad.

Decía Paulo Freire que solo hay dos tipos de educación: la bancaria y la liberadora. La primera
considera al alumno como un depósito en el que se van acumulando datos y contenidos propuestos
por una clase dominante. La educación liberadora ayuda a descubrir, a comprender y analizar el mundo y su pasado, con una visión crítica y científica, que tiene como objetivo una acción  transformadora para crear un mundo más justo para todos. ¿Instruir o educar? Ese es el debate. Ahí sí que radica la calidad y la excelencia.

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