Desde Marea Verde Madrid queremos indicar que el inicio de curso está siendo un verdadero despropósito del que la Consejería de Educación que dirige Ossorio no quiere saber nada y es absolutamente responsable. Y lo estamos sufriendo el conjunto de la Comunidad Educativa, tal y como se puso de manifiesto en la pasada Asamblea Monográfica de Familias de Marea Verde Madrid celebrada el pasado 16 de septiembre.
Se van sumando a los problemas detectados, una serie de cuestiones muy preocupantes como las recogidas en la que la Guía de Familias que ha publicado la Comunidad de Madrid. Para el Gobierno de Díaz Ayuso, lo último es el derecho a la Educación. No se preocupa de las condiciones en las que la Comunidad Educativa va a participar. Simplemente enumera una serie de instrucciones imperativas, no muy diferentes de las que ya conocíamos y sin capacidad de reacción ante los ya numerosos casos de unidades en cuarentena. Y para ello se escuda en que lo único es terminar con el virus. Pero lo más grave es que se carga de un plumazo la participación y la democracia enajenando el derecho constitucional que tienen las familias, creemos que no hace falta recordar el artículo 27, por ejemplo en sus puntos 5 y 7, a participar en la gestión y a ejercer control en los centros educativos. Aprovechando la pandemia, la Consejería de Ossorio transgrede e ignora esos puntos de la Constitución, declarando a las familias como parte ajena a un colegio o a un instituto. Nos parece absolutamente inadmisible.
En este sentido, el introducir por la puerta de atrás la jornada continua, saltándose todos los procedimientos legales para este supuesto, la no participación de las familias en la elaboración de los protocolos COVID, el silencio impuesto por la escasa celebración de Consejos Escolares y sus comisiones para consensuar las medidas de manera coordinada, son ejemplos de cómo la afirmación de que las familias son ajenas a los centros educativos públicos va cobrando forma.
Se suma a esto que la situación en los centros no parece en absoluto encauzada. No existe seguridad, no existe dirección por parte de la Consejería y en el conjunto de las familias se vive una gran incertidumbre. Además se añade la amenaza del consejero de incoar expedientes de absentismo instando a la Fiscalía para ello, si alguna familia decide ejercer la patria potestad por la que debe proteger a sus hijas e hijos. En cambio, no se apesadumbra de que en algunas unidades haya 23 escolares cuando el máximo permitido en este momento en la Comunidad de Madrid no puede pasar de 6 en terrazas y en domicilios particulares. La bajada de ratio que la Consejería de Ossorio ha aplicado no solo es insuficiente sino que además es peligrosa y temeraria. La incompetencia del gobierno de Isabel Natividad Díaz Ayuso es manifiesta.
Pasamos a enumerar las medidas ejecutadas, de las que se habló en la asamblea del pasado 16, que preocupan enormemente a las familias: La semipresencialidad impuesta en ESO, Bachillerato y FP, que lejos de reforzar un inicio de curso marcado por el pasado confinamiento con el consiguiente cierre de los centros, aboca al alumnado a perder la mitad del horario lectivo. A lo que se suma la desigualdad que puede suponer que en determinados centros privados-concertados y en algunos públicos, sí se pueda ofrecer una presencialidad total, generando una suerte de discriminación real.
La mezcla de grupos de diferentes cursos en Primaria, defendido por Ossorio con el argumento de que en la Escuela Rural “se hace”, para no disminuir la ratio y, por consiguiente, no contratar más docentes, pone de ejemplo lo que en determinados municipios se realiza con muchos menos alumnos y alumnas. Dificulta enormemente para esos grupos no solo el propio desarrollo de las clases, sino que sobrecarga de esfuerzo a docentes por una situación generada por la Consejería que fácilmente se hubiera resuelto con más dotación presupuestaria. Aquella que, por ejemplo, ha recibido desde los fondos europeos.
En estas circunstancias, es evidente que las adaptaciones y modificaciones de currículum pedidas desde marzo por el conjunto de la Comunidad Educativa resultan claramente perjudicadas y más difíciles de realizar. Las decisiones de la Consejería van en dirección contraria, no solo de la eficacia, sino también del sentido común.
La planificación del acogimiento matutino, el comedor o las actividades extraescolares quedan en manos, en numerosos casos, de las AMPA las cuales no tienen capacidad y recursos para reproducir de manera segura el mantenimiento de los famosos grupos burbuja. Desde todos los puntos de vista, el ataque al sector de las familias de la Educación Pública es evidente por el gobierno de Díaz Ayuso.
Sumamos, por si fuera poco, que no se cumple el compromiso anunciado por la Consejería de dotar de material sanitario al alumnado. Numerosos equipos directivos conminan a las familias a equipar a sus hijas e hijos con el material sanitario para pasar la jornada lectiva. Usted se comprometió, Sr. Ossorio, a que esto iba a correr a cargo del Gobierno de la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso. Gravan a las familias con nuevos cargos que no les corresponden.
La indecente política de infraestructuras que a lo largo de estos años ha desarrollado la Comunidad de Madrid, como con los recortes en Sanidad Pública, muestran ahora su peor cara. Unas infraestructuras educativas insuficientes que obligan a nuestros hijos e hijas a dar clases en pasillos, rellanos, comedores, bibliotecas…salas de profesores. Y la solución mágica para el Consejero de Educación es construir barracones, con lo que implica y que conocemos de otras partes donde han aflorado. Pero además, se anuncia su instalación para noviembre.
Otro problema que se trató en la Asamblea fue el de la instalación de las cámaras en las aulas. Tanto por el derecho a la intimidad del alumnado, como al de la conculcación del derecho de Libertad de Cátedra, la Consejería se salta a la torera varios derechos fundamentales. Realmente, y desde hace mucho tiempo, los anti-sistema no están en las calles protestando. Están en el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
La preocupación por el nulo esfuerzo por parte del Sr. Ossorio (no caeremos en la tentación de llamarle vago como él hizo con los docentes) de introducir personal sanitario en estos momentos, por la nula efectividad en las sustituciones de docentes y sus condiciones contractuales que no auguran ninguna previsión ni seguridad, no hace más que incrementar la incertidumbre de las familias a las que Ossorio deja fuera de los centros, mientras que sus hijas e hijos acuden a una suerte de sálvese quien pueda. Pero no nos extrañamos ya que la presidenta de la Comunidad de Madrid ya auguró “que se iban a contagiar todos”.
El derecho al juego que queda cercenado por las restricciones, el mal funcionamiento de Internet en determinados centros, la pésima organización, a pesar de los esfuerzos de numerosos equipos directivos, derivada de no tener información ni planes previstos en el caso de confinamiento de unidades. La falta de información que reciben las familias desde determinados equipos directivos. Todos ellos disfunciones generadas por las contradicciones e incompetencia de un gobierno sin nadie al volante.
Por todo ello, desde Marea Verde Madrid exigimos a la Consejería que asuma sus competencias, que las tiene, y dé soluciones y confianza. No solo basta con pedírsela a las familias a las que menosprecia, hay que tomar medidas eficaces. Y si no son capaces o no quieren por puro sectarismo contra la Educación Pública, simplemente, Sr. Ossorio y Sra. Díaz Ayuso no merecen dirigirla. No son ustedes competentes para gestionar la Educación de las madrileñas y los madrileños.
Marea Verde Madrid
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