Clases de Religión
Reflexiones y propuestas
Fijándonos en los datos ofrecidos desde la misma Delegacion Diocesana de Enseñanza de Madrid en cuanto a porcentaje de alumnado que elige las clases de Religión, su propia definición de la asignatura y sin entrar en más consideraciones, como aquellas que afectan a la conveniencia de avanzar hacia la laicidad de la Escuela Pública, nuestra opinión es que esta asignatura debería desaparecer tal y cómo está actualmente concebida en el currículo.
Como muestran los datos, el porcentaje de alumnado que la elige según avanza la vida académica va reduciéndose, por lo que la elección de la asignatura, a nuestro humilde parecer, no se correspondería con una elección de las familias por dicho tipo de enseñanza desde unos criterios de principios y libertades en la formación religiosa de sus hijos e hijas.
En primaria, pensamos que la elección viene dada por el hecho de que la alternativa desde el punto de vista legal, pasa por no poder avanzar curricularmente, haciendo otro tipo de actividades para completar ese tiempo y que las familias no tienen claro en qué consiste (dependiendo del centro y del profesorado la elección de esas actividades) por lo que ante esta situación, antes que no hacer nada, las familias eligen religión. En este tramo, además, queda clara la segregación del alumnado desde el punto de vista de las "creencias religiosas" en los momentos de la semana dedicados a esta asignatura, aspecto éste que para los alumnos y alumnas es difícil de comprender en el día a día, al igual que para cualquier adulto respetuoso con la lógica de la no discriminación.
En secundaria la alternativa es Medidas de Atención Educativa, un espacio curricular sin contenido legal, con implicaciones nada despreciables en lo que se refiere a la organización del horario del profesorado del centro en función de esta asiganturaasí como de las ratios de los grupos de Religión tanto para formar grupo como en número de alumnos por grupo atendidos por el profesor de Religión, muy por debajo que en otras asignaturas. Esto hace que en muchas ocasiones la relación de este profesorado, más allá de la valía personal y como docente de estos compañer@s,se vea enrarecida con respecto al resto del claustro.
Nos es difícil, pese al empeño de remarcarlo desde la Iglesia, diferenciar entre lo que se hace en estas clases y lo que sería la catequesis y pensamos que la propia definición que hacen es contradictoria en este sentido:
"Una presentación concreta de la fe católica, impartida desde una actitud creyente y garantizada por la Iglesia" "Una explicación de los contenidos fundamentales de la fe..".
Para nosotros esta propuesta de los contenidos propios de la fe, sea cual sea la confesión religiosa, debe hacerse en sus propios lugares de culto y reunión (parroquias, mezquitas....)
Sin embargo entendemos que, pese a todo esto, es necesario e importante una alfabetización en la cultura del hecho religioso y su importancia a lo largo de la Historia y en la Sociedad. Nuestra propuesta estaría en consonancia con la que ya han hecho otros colectivos de Cristian@s de la Iglesia de Base, o sindicatos de profesores de Religión como Feper y teólogos de la educación y que pasaría por asumir que TODO EL ALUMNADO OBLIGATORIAMENTE debería recibir estos contenidos culturales acerca del hecho religioso, incluídos, preferentemente, en lo que sería el estudio de las Ciencias Sociales. Un rechazo a todo lo que suena a Religión, ha desprestigiado también la posibilidad de esta perspectiva, y el resultado pensamos que ha hecho que nuestro alumnado desconozca contenidos básicos de la cultura religiosa que han influído e influyen en el arte, la ciencia, la forma de organizar las sociedades....y que deberían conocer por la relevancia que tienen.
(Podría darse también que, en caso de querer profundizar en ellos desde la filosofía, antropología,......y tras haber sido conocidos por todo el alumnado a lo largo de su vida académica, pudieran incluirse como asignatura optativa (a modo de la Cultura Clásica) en el última tramo de la enseñanza secundaria o del Bachillerato, a elegir por dichos alumnos tal y como sucede con otras disciplinas del conocimiento).
Por lo tanto, estamos totalmente en desacuerdo con la consideración que desde la LOMCE se pretende hacer de esta asignatura de Religión confesional y su alternativa, evaluables ambas, así como en la participación de la Iglesia o las correspondientes instituciones religiosas en su diseño, implantación y desarrollo.Creemos que la Iglesia, tratándose de la Religión Católica,debería renunciar a este privilegio amparado por el Tratado de los acuerdos Iglesia-Estado.
Obviamente, si se aceptase por parte de las autoridades educativas este tipo de propuesta, debería existir una voluntad en la gestión de este cambio de modelo en el estudio de las religiones que diese salida a la realidad laboral de los cientos de profesores de la Escuela Pública que actualmente imparten esta asignatura, considerando su experiencia en la docencia, su formación y titulación académica. Tampoco se debería obviar el que la Iglesia pudiera ofrecer las clases de Religión confesional en las parroquias (o en los propios centros fuera del horario lectivo de manera temporal hasta estabilizar la situación) manteniendo la relación contractual con esos trabajadores.
Para terminar queremos, no obstante, destacar nuestra preocupación por lo que llamaríamos las competencias trascendetes o espirituales del alumnado, cuyo cultivo no tendría nada que ver con las clases de Religión y que consideramos están presentes en cualquier persona, independientemente de cuál sea su credo o ausencia de éste. Para nosotros, esta dimensión de la persona no debería olvidarse en una educación integral del alumnado, por muchas dudas que se le puedan poner desde una concepción de la educación meramente materialista y cientificista. En la línea de profundizar e investigar en cómo se podría llevar a cabo el desarrollo de estas competencias en el marco de un Escuela Pública comprometida, como decimos, con el desarrollo integral de la persona desde sus múltiples inteligencias, es en lo que trabajaremos en nuestros próximos encuentros.
Colectivo de Profesores Cristianos por la Escuela Pública
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