Helena López | 17 de marzo de 2013 12:26 |
Sacar a la luz los resultados de una oposición dos años después de producirse tiene que tener alguna razón. Cuando se realiza de forma sesgada, parcial, y encima a la prensa, esa razón se vuelve oscura, pretenciosa y con fines claramente manipuladores. Está clara su intención, echarnos mierda. Colectivo al que le han bajado el sueldo, le han aumentado las horas, y por supuesto, los niños por aula. Nos habéis quitado el cobro del verano, la paga de navidad, y sin embargo, los interinos, hemos seguido trabajando para la comunidad cuándo y dónde se nos ha necesitado, sin rechistar, citándote de un día para otro.
A nadie se le ocurriría comparar los títulos conseguidos de un equipo con el presupuesto del real Madrid y otro más austero, se me viene a la mente el real Ávila club de futbol (castellano leonés, por supuesto). Pues ese mismo agravio comparativo se produce cuando se comparan los resultados escolares de otros países europeos con los nuestros. Si se gastaran aquí lo que se gastan en Finlandia, otro gallo cantaría (Gallus gallus domesticus es una subespecie doméstica de ave del género Gallus perteneciente a la familia Phasianidae. Su nombre común es gallo para el macho y gallina para la hembra).
Hace poco el CIS anunció que la opinión pública tiene en buena consideración a los médicos, maestros, profesores, etc. Les debió doler mucho observar lo mal vista que está la clase política: la crisis mundial, la pésima gestión , el gasto desmesurado de dinero en infraestructuras inútiles , los salvajes recortes de los servicios públicos, la privatización de la sanidad, la sangrante corrupción y su total impunidad ayudan bastante. Me pregunto cuántos políticos habrían pasado ese examen. Exigen a un maestro raso ser bilingüe y todo un presidente del gobierno no tiene ni papa de inglés.
Que no os engañen. Todo esto viene dado porque quieren cambiar la normativa que regula la contratación de interinos. Hasta ahora la experiencia primaba sobre la nota del examen. Pero ahora quieren que la experiencia de años no valga prácticamente nada y se juegue todo a la carta del examen.¿ Ustedes querrían un cirujano con un diez en un examen pero que no haya tenido un paciente en su vida encima de la mesa de operaciones? Seguramente no. Pero a la administración le sale más barato el sueldo de un maestro recién salido del horno que uno que lleva años dedicándose a la docencia, y por tanto, tiene antigüedad en su contrato (trienios, sexenios).
No quieren a los mejores profesores. Quieren a los más baratos. Y si pueden cargarse el sistema y meter a la gente a dedo, mejor que mejor. Hablando de meter a la gente a dedo, señora Isabel Durán, yo preferiría como maestro de mi hijo a una persona que se ha presentado a un examen de oposición entre miles de aspirantes, que a un enchufado. Probablemente suspendería la oposición para ser maestro en la pública( se cobra más dinero) y de rebote llegó a la concertada. En la privada no admiten a niños con dificultades de aprendizaje, ni pobres, ni extranjeros sin el idioma, con la mitad de niños por clase…así la estadística mejora considerablemente.
Todo esto lo dice una persona que anoche viendo el programa del gran debate se sintió francamente mal. Porque en la era de las tecnologías, cualquiera puede acceder a la información al instante. Un maestro tiene que formar personas autónomas, capaces de desenvolverse en el mundo, independientes, con unos principios morales y cívicos que le integren en la sociedad. No enciclopedias andantes. Se trata de transmitir conocimientos y valores, no de almacenar información sin más.
¿Quién lo dice? Lo dicen los manuales de pedagogía, y lo digo yo, que fui una de las pocas afortunadas que aprobó ese examen. No me considero para nada mejor profesional que otros compañeros que no lo hicieron. Saber enseñar, motivar, y llevar a buen puerto una clase no se aprende en la universidad (se aprende más en el mes de prácticas que en los cuatro años de carrera). No intentéis hacernos ver que los profesores somos tontos. Que no se os pase por la cabeza que habéis conseguido desprestigiarnos. No se puede tapar el sol con un dedo. Y la luz que tienen mis niños en la cara todas las mañanas cuando les doy los buenos días en la fila, no es porque ese día aprobara un examen de marras, no se equivoquen.
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