Actualmente tengo 17 años y estoy cursando 2º de Bachillerato en este alocado torbellino de recortes y huelgas en que se ha transformado la educación pública. Esperanza Aguirre, que ha dimitido recientemente, ha provocado con sus recortes que muchos de mis amigos estén en clases de 39-40 alumnos, que los profesores dispongan cada vez de menos tiempo para dedicarnos, que no haya becas de comedor ni de libros… Por eso, horas que antes los profesores dedicaban a corregir exámenes, limpiar laboratorios, preparar clases teóricas y prácticas han desaparecido al aumentar su horario lectivo. Y con la disminución del número de profesores han desaparecido también desdobles y atenciones especiales para aquellos compañeros que lo necesitaban.
En general la calidad de nuestra educación ha disminuido notoriamente. Pero ese no es el mayor logro de la ya expresidenta, su mayor logro ha sido hacer que la culpa parezca de los profesores. Con declaraciones plagadas de ambigüedades intencionadas e imprecisiones, ha creado la imagen de un profesor que trabaja poco y disfruta de excesivos privilegios. A mí y a muchos en el instituto nos quema ver como se marcha de la presidencia de la Comunidad en calidad de suprema defensora de la educación y promotora del bilingüismo cuando entre ella, Lucía Figar y José Ignacio Wert están reduciendo a despojos la que fue una de las educaciones públicas mejores y más igualitarias del mundo.— Ignacio del Amo.
Publicado en elpais.com
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