Intervenciones de nivel, gran asistencia y participación de los vecinos
El día 19 de noviembre de 2014, a las 17:30, la organización CIDESPU (Ciudadanos en defensa de la Escuela Pública) convocó una mesa de debate que respondía al título Educación y Municipalismo en el Centro de Participación Ciudadana, situado en la calle San Antonio, No. 2, en Móstoles. Asistieron como invitados al evento delegados de Equo, Somos, UVA, IU, CCOO, y Podemos, además de miembros de distintos movimientos sociales. El aforo del local quedó rápidamente cubierto por una ciudadanía que se interesa con más intensidad que nunca en los asuntos políticos y educativos de su localidad.
En representación de CIDESPU, abrió Ángeles el acto, explicando qué es esta organización, qué intereses la animan y qué fines persigue, remitiéndose a las ideas fuerza que sostienen su programa y trabajo:
1ª) Consideramos la educación como un derecho básico, fundamental (recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos), que debe ser garantizado en todo caso, sin ningún tipo de limitación. Por tanto, nunca puede estar condicionado por razones económicas, religiosas, culturales ni ninguna otra.2ª) De lo anterior se deduce que la educación no puede ser objeto de negocio por parte de nadie; por tanto, con su privatización y sometimiento a las leyes del mercado no se garantiza como derecho fundamental. La única forma de que todo el mundo tenga acceso en igualdad de condiciones a este derecho es que sea siempre pública.3ª) La educación es el sistema más potente para garantizar la igualdad de oportunidades a todas las niñas y niños siempre y cuando tengan acceso a la misma sin ningún tipo de limitación, hecho que sólo se consigue si es un servicio público no sometido a criterios de rentabilidad.4ª) El objetivo final de la educación es conseguir que todas las personas desarrollen al máximo todas sus capacidades y potencialidades, independientemente de sus condicionamientos socioeconómicos, culturales, físicos, etc. Para conseguirlo es imprescindible poner a disposición de todas las personas los recursos y ayudas necesarias para desarrollarse al máximo, buscando un efecto compensatorio de las desigualdades de origen.5ª) La educación de la persona se inicia desde el mismo momento del nacimiento. Por tanto los poderes públicos la han de garantizar desde el principio de la vida de las personas. No tiene sentido hablar de “guarderías” como lugares donde se deposita a los bebés para procurarles una seguridad física mientras su familia no puede atenderles; sí hay que hablar de “escuelas infantiles” donde los profesionales sean especialistas en educación y no meros cuidadores. También creemos que, aunque no sea obligatorio el tramo de 0 a 3 años, debe garantizarse una plaza pública y gratuita cuando la familia la demande. En todo caso, entendemos la Educación Infantil de 0 a 6 años como una etapa educativa que debe tener un tratamiento administrativo y organizativo semejante a las demás etapas educativas.6ª) La educación debe basarse a la par que promover los valores democráticos recogidos en la Declaración Universal de los Derechos humanos y los comúnmente aceptados en nuestra propia sociedad. El desarrollo de estos valores en la población escolar depende tanto del currículo establecido para cada etapa como del propio funcionamiento de los centros educativos e incluso del de la ciudad o pueblo donde viven. Por tanto, resulta imprescindible que en los centros se garanticen dos aspectos fundamentales: a) Una gestión democrática que implique la participación de familias y alumnado, además del profesorado, en las decisiones que marcan la vida académica. b) La vivencia diaria de valores como el respeto al medio ambiente, la igualdad de género, la consideración de la diferencia como un elemento valioso y enriquecedor, la resolución pacífica de los conflictos, etc. El aprendizaje de estos valores se produce más cuando se viven y practican en la vida diaria que cuando se imparten como contenidos de aprendizaje dentro del currículo.7ª) La educación debe huir siempre del adoctrinamiento, porque forma personas que no saben pensar por sí mismas. En consecuencia, defendemos una escuela laica, plural, que fomente el espíritu crítico y el pensamiento autónomo.
Con cierta sorna, hacía un llamamiento, puesto que según la propaganda emitida por los Poderes Públicos, Móstoles ya es “Ciudad amiga de la infancia”, a la necesidad de recuperar nuestro pueblo para los niños.
A continuación, pasó a explicar las líneas de articulación del debate, estructurándolo en torno a tres ejes: el primero, ocupado de Escuela Pública y laica frente a escuela concertada y privada; un segundo eje centrado en la Educación Social, y un último, que abarcaría las propuestas educativas alternativas y el programa de CIDESPU. Finalmente, presentó a los vocales de las distintas organizaciones participantes, dando paso a la primera intervención.
Dentro del primero de los ejes (Escuela Pública – Concertada – Laica), Fermín Rodríguez, profesor jubilado de Filosofía y coordinador de educación de la organización sin ánimo de lucro Europa Laica, habló de la realidad de la Escuela Pública, cada vez más deteriorada, y de la necesidad de recuperar el espacio público. La Escuela Pública, nos recuerda aún no es un derecho universal. Tampoco está garantizado que sea laica, algo esencia en el respeto a la libertad de conciencia, más importante aún en el niño que está en periodo de formación. La religión ha de quedar fuera de las escuelas y por supuesto no debe de estar financiada con fondos públicos, porque lo público que se deriva a lo privado no deja de ser una malversación de los fondos públicos.
Fermín Rodríguez también recordó a los asistentes que el gobierno hizo creer a los ciudadanos que la escuela concertada (entidades privadas sufragadas con dinero público) era producto de una situación provisional y coyuntural, y no una situación establecida ya de facto: Nos mintieron contándonos que la concertada era provisional, pero no ha sido así.
Cerró su ponencia destacando que el carácter laico es el medio democrático del espacio común.
Continuó Diego, representante de la organización Aulas en la calle. De una manera didáctica y visual, a través de paneles infográficos, mostró a los asistentes como desde el 2010 se ha ido derivando el dinero público a lo privado, algo que sustentaba su tesis principal: en Educación no se está recortando, se está recortando en Educación Pública. Los datos que aportaba mostraban que, en la actualidad, existen más centros privados que públicos, cuando debería ser al contrario.
En uno de los paneles mostrados, se observa claramente la situación del C.E.I.P. Arcipreste de Hita, de Fuenlabrada —colegio que ha protagonizado uno de los encierros más duros en protesta por la decisión de la DAT Sur de cerrar los aularios, y con ellos las plazas para niños y niñas de 3 años—, rodeado —casi podría decirse asediado— por centros concertados.
El segundo de los ejes, relativo a la Educación Social, fue iniciado por Emilio Delgado, quien recabó los datos y las reflexiones de su intervención de su experiencia directa en la Mesa Local de Absentismo Escolar del Ayuntamiento de Humanes en calidad de educador social.
Narró cómo durante los inicios de su labor se vio desbordado por el altísimo nivel de conflictividad que se encontró en los institutos, con chavales que se agredían continuamente. Semejante situación le llevó a preguntarse el para qué de la escuela, si estos eran los resultados educativos que se obtenían. Si el objetivo era generar gente buena, culta, el marco, la escuela, debería servir para eso. Sin embargo estamos hablando de un lugar donde las relaciones no son horizontales y la jerarquía de la desigualdad está harto presente: el que más puede, el que más saca, el que más se parece al de la tele…, nos decía el ponente. Y este le parecía uno de los aspectos fundamentales a tratar: el marco socioeducativo escolar, que reproducía la feroz competitividad y el afán de segregación de la sociedad que la sustentaba, pero en el que, para colmo, no funcionaban con igual precisión los mecanismos autoreguladores de la violencia.
Otro foco problemático destacado por el ponente tiene relación con lo que llamó el maloliente negocio de los libros de texto, que servía para acentuar incluso más los problemas económicos de unas familias ya muy castigadas en este aspecto dentro de la sociedad en la que viven. A esto hay que añadir que, progresivamente, van perdiendo las ya insuficientes ayudas (o derechos) a las que podían recurrir.
Respondiendo a su propia pregunta, llegó a la conclusión de que la escuela tenía una clara función ideológica y que buscaba un tipo de alumnos concreto, en lugar de formar jóvenes críticos, cultos y buenas personas.
¿Qué se puede hacer desde el Municipalismo?, preguntaba al auditorio. La modificación del artículo 135 de la Constitución ha afectado grandemente para toda persona que se haya hecho alguna vez semejante pregunta; a partir del del acoso y derribo a los Ayuntamientos, desde 1996 y con una cierta acentuación en medidas progresivamente centralizadoras, los Ayuntamientos van quedando como informadores a la Comunidad o como ejecutantes de las decisiones de la Comunidad Autónoma en la que se enmarquen. En este sentido, un Ayuntamiento tiene una escasa capacidad decisoria para aplicar políticas de Educación, y aun en el caso de querer llevarlas a cabo, están infraabastecidos económicamente por una serie de medidas que empezó con la quita de las competencias en el cobro del I.A.E. Por ello, Emilio Delgado aseguró que el objetivo de toda iniciativa que pretenda modificar y mejorar la Escuela Pública, ha de poner sus miras en la conquista política de las Comunidades Autónomas, aunque pueda parecer paradójico partiendo de una visión municipalista. Claro que esto no quiere decir que se descarten los Ayuntamientos, que deben intervenir socialmente y educativamente, preparar programas para los expulsados, preventivos, de ocio, etc.
Víctor López Escobar, educador, con mucha experiencia educativa en países de América Latina fue el siguiente ponente en la Mesa de debate. Incide en que solo hay una realidad capaz de transformar: la Educación. Igual que su compañero precedente, también confesó haberse hecho la misma pregunta: ¿para qué vamos a la escuela? Dada su experiencia de calle y lucha en distintos países sudamericanos aboga por otras pedagogías más libres y activas, lo que venimos llamando Educación Libre y destacando proyectos como por ejemplo el del Colegio-cooperativa Trabenco, en el Pozo del Tío Raimundo.
Para López Escobar la participación de la ciudadanía en la Educación es fundamental y se pregunta cómo vamos a ser participativos si desde los cuatro años nos dicen lo que tenemos que estudiar. Cree que se está castrando a los niños, cortándoles las alas, y denuncia que en los municipios ya no hay espacios ni para que jueguen, y que hablamos mucho de libertad pero que hemos olvidado del todo la fraternidad. Insiste en que no podemos convertirnos en los nuevos opresores y que para ello tenemos que llevar a los barrios nuestros proyectos, que todo se debata en la calle. Aboga por hacer esa pedagogía social y mostremos a la gente como la política afecta a sus vidas.
Pide también la destrucción de ciertos mitos educativos, como la omnisciencia del profesor, porque el profesor a veces no lo sabe todo y debería ser más una figura que guiara y ayudara a sus alumnos a investigar. La Educación no solo está en la escuela —explica— y eso es lo que podemos hacer en los municipios: pedagogía social, ser ejemplo de nosotros mismos y el cambio que queremos ver en el mundo.
Con esa intervención se llegaba al tercero de los apartados, titulado Propuestas educativas alternativas y el programa de CIDESPU.
Daniel, miembro de CGT Enseñanza Madrid, abre su intervención con el conocido proverbio africano que dice que "Para educar a un niño hace falta toda la tribu". Destaca que el itinerario curricular con el que contamos no se acerca ni al barrio ni al alumnado, algo esencial dentro de la pedagogía libertaria en la que se enmarca su colectivo. Además, la escuela, que es un espacio físico, debería ser utilizada como bien común, y no aislada y cerrada a cal y canto cuando acaban las clases. Cerrada a sus alumnos por un lado, que no pueden convertir el lugar en el centro de sus actividades (sino que más bien es para ellos una prisión de la que hay que huir cuanto más lejos mejor una vez se acaban las clases) y cerrada a los vecinos, que no pueden participar en ella ni ser parte de la educación de sus hijos. Se pregunta ¿por qué no puede ir CIDESPU a un colegio a proponer? ¿O estar en un Consejo Escolar? Afirma que tenemos una escuela muy cobarde y que, por el contrario, tenemos la necesidad democrática de otra que sea más autónoma. ¿Por qué no podemos estudiar los movimientos sociales y tenemos que conocer la Unión Europea —se interroga— si lo primero está mucho más cercano a nosotros, nos importa más, nos interesa más, nos afecta más?. Concluye insistiendo en que es necesaria una escuela más valiente, para que sea Escuela, igual que el barrio es barrio.
Terminó las ponencias Alfonso, de CIDESPU, señalando que esta asociación se caracteriza entre otras cosas por estar en la calle, presentando a continuación las propuestas transversales de la organización, que promete que pronto serán llevadas a nuestro Ayuntamiento.
Por último se abrió un turno de preguntas y debate, con muchos aportes y siempre enriquecedor. El acto, por su profundidad y calado, se extendió durante más de tres horas; los asistentes, sin embargo, permanecieron en la sala sin dar muestras de cansancio o de impaciencia, sin duda muy interesados por el alto nivel de aquello que se estaba debatiendo.
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