48 mujeres muertas a manos de sus parejas en lo que llevamos de año, 70.000 denuncias sólo en los primeros seis meses de 2013 y en la última década, 700 mujeres asesinadas por “sus hombres”. Los datos son absolutamente demoledores y de máxima alarma como para no volcar todos nuestros recursos, económicos, educativos, policiales y judiciales, para combatir un horror que, de tener otros actores, sería prioridad nacional en cualquier país.
Dice la periodista Aurora Nacarino ( @auroranacarino) en un tuit fechado ayer, "Desde 2003, 700 mujeres han muerto a manos de sus parejas. 15 a manos de ETA ¿Por qué lo segundo nos indigna y lo primero es “normal”?".
La monstruosidad del dato hace que la pregunta sea del todo procedente, porque cualquier país que sufriera cada año una sangría semejante, se encontraría poco menos que en estado de excepción contra la causa de la misma. Lamentablemente parece que no es nuestro caso.
Al socaire de la crisis, estamos asistiendo en nuestro país a una auténtica demolición del estado social, lo que se acentúa en el caso de las políticas de igualdad y contra la violencia machista, que en los últimos años habían convertido a nuestro país, en pionero en estas materias.
Los recortes arbitrados por el gobierno de Mariano Rajoy en esas políticas, han sido una constante. Desde su victoria electoral, el presupuesto en políticas de igualdad ha descendido en nada menos que ¡un 47%! Respecto a la partida de prevención de la violencia machista la reducción presupuestaria ha sido de un 30%.
Si el sentido común apunta a que cuantos más recursos se dediquen a la prevención, menos mujeres sufrirán la violencia machista, parece obvio que al gobierno del PP, no le preocupa en exceso la sangría que sufre la mitad de nuestra sociedad y eso que los datos son tozudos, a la hora de alertar sobre un empeoramiento de la pesadilla.
Con el apogeo de la crisis, durante 2012 se produjeron un 4% menos de denuncias y un 12% de ellas fueron retiradas; una de cada cuatro de las usuarias atendidas por los Centros Municipales de Información a la Mujer es menor de 25 años y la Fiscalía de menores ha alertado del aumento de las causas judiciales por violencia de género en adolescentes de entre 15 y 17 años.
Lamentablemente parece que la protección y el apoyo a las víctimas de esta violencia no está siendo una prioridad de este Gobierno; baste recordar que a los brutales recortes presupuestarios, hay que añadir la supresión de herramientas de apoyo como los mencionados centros de información a la mujer, que en su inmensa mayoría pasarán a mejor vida con la Ley para la Reforma de la Administración local.
Números cantan. El Ministerio de Ana Mato, ha destinado para 2013, un total de 22 millones de euros para estas políticas, frente a los más de 30 del último gobierno de Zapatero. Lo peor, sin embargo, está por venir, ya que para 2014, el presupuesto seguirá descendiendo y apenas superará los 21 millones.
Las matemáticas son tozudas y demuestran como la prueba del algodón que estos recortes son claramente ideológicos y que ni la violencia machista ni la igualdad son prioridades para el PP.
Llama la atención que continuemos sin tener noticias de la Estrategia Nacional para la erradicación de la Violencia de Género 2013-16, anunciada a bombo y platillo por la ministra Ana Mato, con una dotación de 1500 millones de euros, y que, a lo que se ve, ni está, ni se le espera.
Sumen a todo lo anterior la supresión de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, a través de la que se impulsaba la educación en valores de igualdad, o la aprobación de la LOMCE, con el retroceso que supone en los necesarios cambios de los estereotipos sexistas y compondremos un cuadro de lo más preocupante que sólo podrá corregirse si los esfuerzos y medidas para eliminar la violencia machista no se supeditan a la crisis ni a las ideologías.
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