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Un currículo escolar es un complicado puzle difícil de encajar en mitad de la eterna e irresuelta (tal vez irresoluble) discusión sobre cuál es el bagaje educativo imprescindible para los ciudadanos, en la que cada uno defiende lo suyo como lo más importante o, al menos, más importante de lo que reflejan las horas de clase. El problema es que los días tienen las horas que tienen y no hay más. En este caso, el ministerio que dirige José Ignacio Wert ha apostado por la lengua, las matemáticas y la ciencia (las que se han señalado como competencias básicas, las que mide el informe Pisa de la OCDE), pero también por la historia y la geografía, por lo que parece que la apuesta tiene que también mucho ver por las materias académicas clásicas y ‘duras’ y desechado las que se consideran ‘marías’. El ministro Wert llegó a hablar en unas declaraciones de asignaturas que “distraen”, lo cual levantó muchas ampollas.
El ministerio señala en los documentos explicativos de su propuesta el objetivo de "mejorar el nivel de conocimientos en áreas prioritarias". “Los alumnos españoles tienen más horas de clase en total, pero menos en lectura y matemáticas que sus compañeros de la OCDE. No ocurre lo mismo con las ciencias: precisamente en ciencias España obtiene mejores resultados en PISA que en matemáticas y lectura, aunque sigue por debajo de la media de la OCDE”, decía uno de los primeros textos de la propuesta.
"En momentos en los que el fracaso escolar es alto, el PP mira hacia atrás, aceptando que el remedio es la vuelta a lo básico (back to basics) que impregna a las políticas conservadoras", asegura el catedrático de la Universidad de Valencia José Gimeno Sacristán. "Sabemos que el aumento del horario de las materias como refuerzo no se corresponden con la mejora de los resultados", como demuestran los resultados en PISA, añade. Por ejemplo, en Finlandia se dan menos horas de Matemáticas que en España y sus notas son bastante mejores. Gimeno también cree que con el nuevo currículo "crece el academicismo". "Los contenidos culturales que giran en torno a la sensibilidad, el buen gusto y la distinción (conciertos, practicar con instrumentos musicales, aprecio de las artes, pintura, danza, arte teatro, artes visuales) son muy valorados socialmente. Sin embargo, cuando se introducen como contenidos del currículo para todos y todas se menosprecian, relegándolos a materias de segundo orden", añade el profesor.
Con la nueva configuración para el diseño de las materias, el ministerio se concentrará en fijar todo el contenido en las troncales (serán obligatorias) y las comunidades autónomas (y en su caso los centros) deberán repartir en el espacio que quede todo el montón de asignaturas específicas (optativas). Con los futuros desarrollos de la ley (que establecerán contenidos y horarios) se verá realmente hasta qué punto pierden unas y ganan otras y si la disminución del número de materias de la que empezó hablando el ministerio se queda al final, como parece, en agua de borrajas. De momento, la cuestión luce como sigue:
Enseñanzas artísticas y musicales. Hoy la materia es obligatoria en primaria (de 6 a 12 años), con al menos una hora semanal en cada curso. Con la reforma, pasará a ser optativa en competencia con una segunda lengua extranjera. En cambio, se desdobla la actual asignatura de Conocimiento del Medio en las antiguas Ciencias Sociales y Ciencias Naturales. En la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), también había al menos una hora semanal entre primero y tercero de Música y otra de Plástica. “Y algunas comunidades, incluso, doblaban ese horario”, explica el profesor y miembro del Consejo Superior de Enseñanzas Artísticas Óscar Urralburu. La LOMCE las lleva al capítulo de optativas, lo cual, asegura el docente, es condenarlas, como ya se ha visto en los últimos años cuando ya se convirtieron en optativas en cuarto de la ESO.
“Todos los estudios realizados demuestran que la educación musical mejora la concentración, la memoria, la coordinación, la expresión, la capacidad de síntesis, la empatía o el trabajo en equipo y, sobre todo, contribuye al desarrollo cognitivo”, ha escrito en este periódico la presidenta de la Asociación de Docentes de Música de Secundaria de Galicia (ASOMUSICA), Beatriz Alonso Pérez-Ávila. “La creatividad es un elemento medular de la naturaleza del ser humano y una característica esencial de su intelecto y sus emociones. El aprendizaje de las artes en sí y el aprendizaje por intermedio de éstas –la educación artística y las artes en la educación– puede contribuir a reforzar cuatro factores de la calidad de la educación: un aprendizaje dinámico; un plan de estudios pertinente que suscite el interés y entusiasmo de los alumnos; un conocimiento de la comunidad, la cultura y el contexto local de los educandos, así como un compromiso con todos esos elementos; y un conjunto de docentes formados y motivados”, se puede leer entre la documentación de la Unesco sobre este tipo de enseñanzas.
Tecnología. Al igual que la plástica y la música, la asignatura de Tecnologías es hoy obligatoria en los tres primeros cursos de ESO, e incluso con más horas de clase que las anteriores. Con la reforma también pasa al montón de las optativas. “Para acceder al Bachillerato de Ciencias (hasta ahora de Ciencia y Tecnología), los alumnos deberán cursar la vía académica en 4º de la ESO, en la que no aparece la materia de Tecnología, lo que demuestra el nulo conocimiento de los que han asesorado a Wert, por no entender el valor añadido que supone la Tecnología. La estructura diseñada para 4º curso, es un volver al pasado, porque hay que elegir entre la vía académica o la profesional. Ya se sabe que la vía profesional de 4º ESO, da acceso a la FP e impide a los alumnos acceder al Bachillerato. La Educación Tecnológica como concepto integrador de saberes y de utilidad social, cuyas experiencias adquiridas por los alumnos a través de la resolución de problemas tecnológicos reales, y de metodologías propias como la de proyectos y de análisis de objetos y sistemas, lleva funcionando en este país desde hace 25 años. Durante todos estos años, afortunadamente se han hecho importantes inversiones económicas, en formación del profesorado, en infraestructuras y dotaciones de aulas y talleres en todos los Institutos de Secundaria. Por estos motivos, hay que recuperar su importancia en una sociedad que ha estado de espaldas a la Tecnología”, dice un reciente manifiesto contra la LOMCE de las asociaciones de profesores de tecnología.
Filosofía. Todos los expertos en las anteriores asignaturas mencionadas hablan de la importancia de tener un itinerario, un ciclo formativo a través de las etapas y los cursos. Eso mismo reclama para la Filosofía Antonio Campillo, de la Red Española de Filosofía, pues se trata de un área “que no se puede ver en un año solo”, asegura. Con la LOMCE se elimina la asignatura obligatoria de Ética de cuarto de la ESO, que hoy tiene el apellido de “y Ciudadanía”, pero existe desde los años noventa y el Gobierno del PP ni siquiera amagó con quitarlo cuando aprobó su anterior reforma educativa en 2002 (LOCE). Además, también se convierte en optativa Historia de la Filosofía de 2º de bachillerato, hoy obligatoria. Con lo cual, la filosofía se quedará reducida a una materia obligatoria en primero de bachiller, “y quien abandone antes o vaya a la FP no la habrá visto en ningún momento”, se queja Campilllo. “Es un ataque en toda regla; han preferido primar la Historia de España [seguirá siendo obligatoria en segundo de bachillerato] por razones ideológicas”, añade.
Ciudadanía y Ciencias para el Mundo contemporáneo. Pero Campillo coloca el principio de ese itinerario relacionado con el pensamiento abstracto, el pensamiento lógico, la reflexión ordenada en la actual Educación para la Ciudadanía, que la reforma elimina completamente del currículo en primaria, secundaria y bachiller. La Ética, como antes de los años noventa, pasará ser la materia alternativa a la de Religión bajo el nombre de Valores Sociales. Al igual que Ciudadanía, se elimina otra materia nació con la ley educativa de 2006 (LOCE): Ciencias para el Mundo Contemporáneo. La idea era la de ofrecer una cultura científica básica a los alumnos de las vías de bachillerato de letras. La federación católica de padres de alumnos Concapa, mayoritaria en la escuela concertada, dijo en una nota en septiembre de 2012 que esta asignatura podía llegar a ser “más dañina aún que Educación para la Ciudadanía para la libertad de conciencia”, porque se ofrece desde posiciones bioéticas “muy definidas”.
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