- El esfuerzo de la inversión pública en educación se reducirá del 4,9% al 3,9% del PIB.
- “El Gobierno va a reaccionar no haciendo caso”, madre de un alumno en el Instituto San Isidro.
En el Instituto de San Isidro, en el céntrico barrio madrileño de La Latina, la huelga ha tomado hoy forma de cadena humana. Una protesta organizada a las 11.30 horas, y significativa para la institución pública afectada por los recortes que el gobierno de Rajoy ha llevado a cabo. Pola, tesorera de la Asociación de Padres, se ve afectada por la política del tijeretazo por dos lados: trabaja en sanidad y es madre de un alumno del centro.
El hijo de Pola cursa Bachiller se ve afectado por los recortes, tiene muchas horas perdidas, aunque haya decidido suplirlo estudiando más. “Se esta viendo muy afectado como todos, por la cantidad de clases que pierden”, relata su madre Pola sobre el asunto. “Vamos a hacer una cadena humana alrededor del colegio como protesta. La protesta va a ser nuestra forma de huelga”, continua entusiasmada Pola. A pesar de no esperar “nada de la huelga, por lo menos que nos oigan”. Las intenciones que mueven a los padres del centro son simples: “A ver si reflexionan los dirigentes, a ver si nos vale la pena”. Concluye imaginando que “el Gobierno va a reaccionar haciendo ni caso. Debería parar de hacer estas cosas tan malas que hace”.
POLÍTICA EDUCATIVA DE WERT
La cadena humana en el Instituto de San Isidro es una demostración de descontento. La educación española se enfrenta a unos recortes inigualables. El Gobierno prevé que entre 2010 y 2015 el esfuerzo de la inversión pública en educación se reduzca del 4,9% al 3,9% del PIB, según el documento de ajustes enviado a Bruselas por el Ejecutivo. Y España ya se encontraba por debajo del PIB medio europeo. La bajada es del mismo paño a la pérdida de unos 10.000 millones de euros en cinco años.
Con el inicio del nuevo curso se comenzará a notar las consecuencias de la rebaja en los presupuestos educativos desde 2010 , que suponen más de 3.000 millones, y de los otros 3.000 millones extra que busca reducir el decreto aprobado el pasado juevespor el Gobierno. Unas consecuencias precarias, pues dependerán de la asfixia económica y las prioridades de cada autonomía.
En la última semana el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha defendido el decreto, que fija un mínimo de recortes y ofrece nuevas herramientas legales. Consisten en el aumento del número máximo de alumnos por aula y las horas de clase que dan los profesores, para reducir en unos 40.000 la plantilla, según los sindicatos muchos más, pues las medidas perturban también a los colegios concertados y a la Universidad. Según Wert, no queda más remedio que recortar, aunque las medidas apenas afectarán a la calidad del sistema, sí se está pidiendo a los profesores un esfuerzo en estos críticos tiempos con medidas dolorosas.
MEDIDAS DOLOROSAMENTE UNIVERSITARIAS
Estas también incluyen la posibilidad de aumentar unos 500 euros de las matrículas universitarias, lo que sería una media de 1.000 al año, mientras se fortalecen las condiciones para acceder a las becas. Daniel, estudiante de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la asamblea de su facultad, explica dos razones suficientes para acudir a la manifestación, los recortes en Sanidad y Educación. “Lo que antes eran servicios públicos ahora lo están privatizando, y aunque hayan rectificado con el Hospital de la Princesa hemos sido ignorados totalmente”, atestigua Daniel. Y añade que "si no lo paramos los estudiantes va a hacer que sólo puedan estudiar un sector pequeño de la población”.
“Me va a afectar mucho, porque si el precio ya es abusivo no me quiero imaginar el año que viene”, relata Daniel. La solución es muy confusa, pero considera que “los recortes en esta sociedad son inimaginables, y más cuando están salvando bancos y sus dueños son las fortunas más altas, y siguen aumentando. Lo que se pretende es dar más fuerza al Estado de Bienestar”.
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