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En España, la historia literaria tal y como se ha
enseñado y se sigue enseñando es extremadamente positivista: anclada en las
fechas, en el biografismo…
En Verbo, a través de Cervantes hago crítica a la educación. Tengo la impresión que
tengo muchos años de educación malgastada porque, en general, no se cuestionó
el porqué se enseña una determinada cosa y que sentido tiene para los jóvenes;
en la educación, es necesario crear una identificación para poder luego crear
una pasión. Posteriormente vienen las fechas, los estilos o la técnica, pero
antes el alumno tiene que poder decir que aquello que aprende le está hablando
a él. Cuando me propusieron hacer Los mundos sutiles, necesité un tiempo: el recuerdo que yo tenía de
Machado era de la EGB, tenía el recuerdo de un autor muy “viejuno”. Antes de
contestar a la propuesta, tuve que volver a leerlo y fue entonces cuando me
atrapó, pero en la EGB, cuando estudiaba a Machado, no tenía esta misma
percepción, no sentía que la poesía me hablara a mí. En el fondo, el cometido
de la literatura es enriquecer tu humanidad y tu relación con la vida.
Tanto en Verbo como en Los
mundos sutiles, la protagonista es una joven que se acerca al arte; en
ambas obras, se entrevé la necesidad de comunicar con los jóvenes para poder
transmitir el arte, la poesía o la literatura.
Yo lo siento como una herida personal, he tenido que
buscar yo solo esas respuestas que te marcan. Cuando empiezas a conectar con tu
ser poético y crees en él, empiezas a ver como una brújula que te orienta y
creo que esto es lo que falla en la educación.
[...]
Al referirte a Los mundos posibles hablabas
de la relación de anacronismo y vigencia de los poemas y del pensamiento de
Machado (durante la República fue miembro del Patronato de las Misiones
Pedagógicas). Seguramente, sus reflexiones acerca de la educación son
extremadamente vigentes hoy en día.
La República hizo un gran esfuerzo en temas de
educación, creando 14.000 escuelas. Machado siempre estuvo interesado en la
educación, sin formar parte de ningún partido político. Pese a defender a la
República, Machado decía abiertamente que él no era comunista, que no creía en
el socialismo que hablaba del hombre masa, pues concebía el hombre como
individualidad. Crítico con el marxismo materialista, basado en el capital,
Machado miraba al hombre desde una perspectiva más espiritual. Es impresionante
su metafísica sobre Dios y Cristo, muy moderna, nada institucional,
sorprendería a muchos progres reactivos ante lo espiritual.
[...]
Anna Maria Iglesia
Puedes leer la entrevista completa en revistadeletras.net
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