- La marea verde pide al Gobierno que acabe con los recortes y apueste por la educación pública
Con silbidos, gritos y mucha indignación así se han manifestado esta mañana el colectivo de apoyo a la enseñanza publica, La marea verde. Su marcha se iniciaba desde la Consejería de Educación en la calle de Alcalá hasta la Plaza de Colón. Ahí, el presidente de la juventud de España, Ricardo Ibarra, ha leído un manifiesto a favor de la enseñanza pública, en contra de los recortes del Gobierno y las reformas del ministro Wert.
Sindicatos de diversos colectivos educativos, padres, madres, profesores y abuelos se han sumado a la marcha verde. Francisco Martínez, 67 años, ha asistido con toda su familia a la manifestación. "Ésta es mi nieta Eloísa. Tiene 4 años y quiero para ella la educación que yo nunca tuve. Quiero una educación pública e igualitaria y nada de ir con el tupper al colegio. ¡A comer lentejas como los demás niños!", comenta mientras la niña le pide que la coja en brazos.
A propósito de ir con la tartera al colegio, Mario, un niño de seis años, que acompañaba a su madre, docente de infantil, lo tenía muy claro: "yo quiero comer lo mismo que mis amigos. Además la comida del cole está más rica que la de mi madre!", reconoce mientras la mira de reojo.
Miles de personas han caminado al son de diferentes lemas, aunque uno clamaba por encima de todos: ¡Basta ya de recortes!. En el caso de la marea verde, muchos de los presentes pedían no solo una enseñanza pública de calidad, sino también que el Gobierno reconsiderase lo que significa la educación para una sociedad y las futuras generaciones. Algunos correaban: "más profesores, menos asesores".
Maria Luisa, lleva 47 años dedicándose a la docencia. "Soy profesora de bachillerato. Este año tengo a mi cargo 32 alumnos en mi clase. Lidiar todos los días con esa jauría de chavales...ya me gustaría ver al ministro Wert. Además revindico algo que se ha perdido y es la figura del maestro", comenta con gran indignación.
Durante las aproximadas cinco hora que ha durado la marcha se podía observar a mucha gente de diferentes nacionales y edades. Purificación García, jubilada y exprofesora de universidad, comentaba que "estar hoy aquí, no es una cuestión de partidos políticos. Da igual que seas de derechas o izquierdas. Aquí estamos por la educación. Sin ella no hay futuro y sin futuro no somos nadie".
A partir de la una de la tarde el ambiente estaba más calmado. Algunos manifestantes ya se estaban retirando hacía las terrazas para el aperitivo, sin embargo otros se indignaban aún más delante de los antidisturbios, en la calle Génova, por impedirles el paso para llegar a la sede del PP y poder alzar sus pancartas reivindicativas contra las políticas de austeridad del Gobierno.
Publicado en elpais.com
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