29-4-2020
El capitalismo es mucho más que una estructura económica, es un sistema que está dando forma permanentemente al mundo y a la forma de pensar de sus gentes, también está alterando las creencias profundas de la sociedad. El capitalismo en curso cambia sus modos, sus leyes y sus imágenes continuamente, en realidad funciona alimentando su propio circuito cultural (medios de comunicación, fundaciones, instituciones, agencias, consultoras, escuelas de negocios, academias etc.) Este circuito tiene como objetivo la creación de opinión pública y también su control. Su nueva cara y negocio se denomina filantrocapitalismo; es la cara oculta de una nueva fase de expansión del capital bajo el disfraz de las instituciones de caridad. La situación es más peligrosa aún porque reemplaza la justicia social y la igualdad por un falso humanitarismo. Las viejas-nuevas ideas filantrópicas-caritativas están ocupando el lugar de las antiguas y descreditadas herramientas de la globalización. En una era en la que la propaganda y el espectáculo han tomado por lo general el lugar del pensamiento y la memoria, y solo prospera la publicidad revestida de información, una estrategia como esta promovida a golpe de talonario solo puede triunfar.
Para nadie es un secreto que la extensión del COVID 19, como otros desastres que se han producido en la historia reciente de la humanidad, iba a ser aprovechada para adelantar dos, tres o diez páginas de golpe en la agenda del capitalismo global, sería una ingenuidad pensar que la crisis actual y sus consecuencias iban a traducirse en un mundo más justo ni más sostenible; por el contrario no es difícil presagiar que de esta saldremos con un capitalismo más reforzado y que habrá encontrado nuevos caminos para engordar a costa del sufrimiento y la miseria de tantos en el planeta.
Uno de estos caminos de enriquecimiento además de la sanidad será la educación. Ya antes de la crisis se estaba convirtiendo merced a la privatización y a la cesión de capital público a manos privadas en uno, sino el mayor, de los negocios más lucrativos del mundo, con unos beneficios astronómicos que debían ascender para el año 2025 a ocho trillones de dólares (según las previsiones de las principales consultoras). Buena parte de los cuales debían proceder del llamado e-learning (educación a distancia o vía dispositivos electrónicos), es decir, condenar a los sistemas educativos de todo el mundo no solo a un devastador consumo de aparatos electrónicos sino también de herramientas y energía, con un resultado sumamente incierto. La educación, mediante esta estrategia, se suma así al también lucrativo negocio de la venta y compra de datos.[1]
Sin embargo, pese a los esfuerzos y la inversión hecha por la amplia y compleja red de fundaciones, empresas y organismos pro-negocio, las cosas no iban tan deprisa como querían. La penetración del nuevo modelo tropezaba con un fuerte rechazo. En nuestro país la presión de los padres había hecho fracasar parcialmente las pruebas de diagnóstico, por ejemplo. El Ministerio de Educación, poco antes de iniciarse la pandemia había propuesto ya un nuevo borrador de Ley Educativa, un calco de la anterior en muchos sentidos. La educación en su conjunto se resistía un tanto a los cambios introducidos, cambios siempre muy veloces y solapándose unos con otros en una espiral a la que es imposible verle más sentido que el del negocio. La vaga promesa de un futuro en el que para triunfar todos los niños y niñas debían de haber crecido pegados a un ordenador haciendo actividades tipo test, no había sido lo suficientemente convincente, y la intuición (o sea lo intelectualmente comprendido sin verbalizar) dictaba que no había absolutamente ninguna certeza, ni evaluación seria y no interesada, de que la introducción masiva de los artefactos, plataformas didácticas y programas electrónicos hubieran proporcionado ninguna mejora significativa en las aulas. Más bien las encontramos en sentido contrario: enfermedades oculares por las horas frente al ordenador. Además de ojo seco, visión borrosa, irritaciones etc.[2] Podemos leer estudios rigurosos que plantean los riesgos para la salud de la exposición a la luz led de las pantallas. Por no mencionar otros trastornos mucho más complejos relativos al comportamiento y al aprendizaje; no es este el lugar pero baste con remitirnos a lo que el eminente neuropsiquiatra alemán Dr Manfred Spitzer resume en su trabajo de divulgación “Demencia digital”[3] en el que reiteradamente expone que la utilización de estos dispositivos dentro del sistema educativo no tiene más que una explicación puramente económica, y que muy contrariamente a lo que se nos quiere hacer creer estos aparatos dificultan seriamente el aprendizaje y pueden derivar en problemas más serios como el de dificultades cognitivas, déficit de atención o un aumento de la agresividad. En el mismo sentido el profesor Robert Gajewski de la universidad de tecnología de Varsovia termina concluyendo en uno de sus trabajos: “Todas estas trampas y trucos de la e-educación nos llevan a concluir que en absoluto es este el remedio a los problemas de la educación”[4]. Naturalmente podemos seguir desechando argumentos y estudios racionales y sustituirlos por la propaganda o por los estudios financiados por las empresas interesadas en la promoción del e-learning, pero ¿realmente queremos exponer a nuestros niños y jóvenes a estos riesgos?
Naturalmente esta promoción de lo electrónico y la educación a distancia tiene una explicación económica. Las grandes empresas tecnológicas se veían expuestas a algo más que una seria crisis debido al estallido de la burbuja que ellas mismas venían creando. Durante más de una década todas las grandes de las Tic con Microsoft, Google, Facebook, al frente han solicitado créditos para recomprar sus acciones y poder repartir dividendos, una espiral que no puede parar y que estaba a punto de estallar. En otras palabras, pedían créditos para comprarse ellas mismas acciones y hacer que estas subieran para ganar una cantidad exorbitante de dinero y poder repartir beneficios. Están endeudadas hasta las pestañas:
Eran numerosos los medios que se preguntaban si la burbuja de las grandes tecnológicas, de nuevo, no estaría a punto de estallar.
Parece que se ha encontrado una solución al menos provisional, la extensión a escala planetaria de la educación on line pretende asegurar el retorno de las ganancias al sector de las TIC. El modelo experimentado durante el confinamiento es visto por las grandes compañías como un ensayo a gran escala para que ante las previsiones de futuras pandemias se convierta en el modelo educativo triunfante (no es extraño que Bill Gates sea el principal vocero de pandemias mundiales, véase su experimento “Event 201 Pandemic Exercise” , publicado el 4 de noviembre de 2019 por el Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins y realizado el 18 de octubre de 2019[5]). Hoy, con el 91,2 % de los estudiantes en casa según las estadísticas de la Unesco y con cincuenta millones de profesores y profesoras que a las alturas del 28 de marzo se habían descargado ya la aplicación didáctica propuesta por Google[6], según informaba la propia empresa, se están cubriendo las expectativas de estas multinacionales y el que habrá de ser uno de los negocios más rentables y peligrosos del planeta; la alianza del gigante educativo Pearson con el gigante del control de la información Google tiene el éxito garantizado.[7] Aunque las voces de alarma no han llegado a nuestro país, allí donde el proceso está más avanzado sí lo han hecho.
El interés de estas empresas en la educación viene de antiguo, así como su papel capital en la constitución del entramado de organizaciones que articulan la red mundial del negocio educativo. El modelo utilizado es el del parternariado privado-público, ese invento para que las empresas vayan usurpando el poder poco a poco, mientras minan el estado desde dentro. Su camuflaje filantrópico convenientemente financiado ha ido calando en una sociedad que no dispone de las fuentes de información independientes ni accesibles para comprender lo que sucede. Algunos grupos de investigación, trabajando en las instituciones públicas que van quedando o financiados por los usuarios, están poniendo el acento precisamente en esta compleja red de intereses cuyos vínculos no aparecen con claridad; así la americana Little Sis[8], que se dedica a investigar el complejo mundo de estas relaciones, ha añadido una sección documentada que directamente se denomina “ojo a los vínculos” la cuestión de la peligrosa red de contacto, influencias e intercambios de dinero entre estos negociantes.
Tomemos el ejemplo de los firmantes de la “carta abierta a la ministra” de la ONG Save the Children[9]. En realidad esta carta sigue la corriente de otras empresas como Microsoft Google-Pearson o instituciones como el Banco Mundial[10] que están agitando el panorama educativo todo lo que pueden para alentar sus negocios. Y lo hacen desde el catastrofismo y la amenaza de siempre, la doctrina del shock, ofreciendo la salvación a través de su propuesta mercantil, así nos va. Entre los firmantes de la carta versión española aparecen todas las triquiñuelas propias de este negocio: para que abulte más aparece de un lado firmando la propuesta la fundación Trilema, institución católica propietaria de varios colegios, y separados de la misma como firmantes el supuestamente independiente filósofo, aficionado a la cuestión educativa, J. A. Marina, que en realidad es uno de los patronos de esta fundación, y su socia Carmen Pellicer, que es a su vez la directora de la misma. Se encuentra también como firmante la fundación Jaume Bofill, una de las promotoras del proyecto privatizador “Escola Nova 21”. Otro de sus ponentes es Ismael Sanz, un hombre que viene del negocio de las pruebas PISA y del grupo de la exconsejera Figar (de los “ultracatólicos” cielinos) en la Consejería de Educación de Madrid, ellos fueron los que promovieron el fiasco de otro de los grandes grupos firmantes “empieza por educar”, la filial española de la controvertida Teach for America; un grupo ultraliberal y conservador que financiado por el Banco de Santander y amadrinado por Ana Patricia Botín lleva tiempo intentando implantar su ideología y el modelo americano entre los colectivos más vulnerables, según el nuevo lenguaje neocon (pobres, que diríamos en castellano). Y así suma y sigue hasta configurar la compleja trama de relaciones, nos encontramos con que también de la firmante plataforma para la infancia forman parte Save the Children, y por supuesto EDUCO y otras muchas más, tantas que consiguen que la red se vuelva incomprensible. ¿Reciben sus fondos de los miembros que a su vez reciben fondos de otros terceros? ¿Se trata de un circuito? La palma se la lleva la fundación COTEC[11], presidida por los dos Reyes (el emérito y el nuevo) y de la que forman parte todos los bancos y empresas del país empezando por Telefónica y la Caixa, siguiendo por el BBVA, el Santander y terminando por Repsol, Abertis , Facebook etc, etc. Claro, uno no puede dejar de preguntarse ¿de dónde esta preocupación empresarial por la educación y por el final de curso? Y sobre todo ¿de dónde viene este interés por los más pobres –perdón, “vulnerables”– que en una gran medida ellos han contribuido a crear? Viene a ser: primero te desahucio o despido a tu padre, y después quiero que los voluntarios de mi fundación te den clase para hacerte resilente. No es de extrañar pues que las aulas el próximo mes de Julio se abran para todas estas ONG y sus voluntarios dispuestos a dar lo mejor de su ideología a las desamparadas criaturas. Tras dos o tres meses de encierro, el pretexto es avanzar en unos temarios que ya venían juzgándose como poco importantes. ¿No decían las autoridades educativas y los “expertos” hace poco que lo importante era educar en valores? ¿Por qué ahora tanto interés por los contenidos y la promoción?
La pregunta previa que es necesario plantear es: ¿Por qué una ONG y en concreto Save the Children lidera esta propuesta? En torno a las ONGD se edifica una construcción ideológica extremadamente frágil y contradictoria. Por una parte han sido capaces en ocasiones de fijar y modificar las agendas de grandes conferencias internacionales como la Cumbre de Seattle o de la OMC. Alrededor de estas organizaciones se ha creado un entramado de justificaciones morales en una sociedad que cuestiona cada vez más la militancia política. Los medios han creado un nuevo héroe moderno que sirve de justificación moral para casi todos los desastres: el cooperante solidario prototipo de virtudes morales y auténtico “Robin Hood” de la sociedad neoliberal. Las ONGD son presentadas como portadoras de nuevos valores solidarios: mientras, vemos cómo mantienen vivas actuaciones meramente caritativas y asistenciales, cuando no directamente responden a los intereses de gobiernos o grupos de poder. Se nos muestra a las ONGD como agentes autónomos de los estados al margen de la política oficial. Nada más lejos de la realidad. Numerosos dirigentes políticos, entre ellos la realeza europea, han hecho de la solidaridad un medio de justificación de su propio estatus; desde la reina emérita, a la que tanto vemos en África como en Iberoamérica visitando a cargo del erario público proyectos de solidaridad, como la fallecida “princesa del pueblo” Lady Di, por dar solo algunos ejemplos. Esta propaganda de fuerte impacto emocional oculta la desaparición de los servicios sociales que debería prestar el estado que, por otra parte cede este campo a las organizaciones “humanitarias”. Así, la promotora de la carta tiene como importante colaborador a MOAS, ligada a Avaaz.org (donó 500.000 € a las operaciones de búsqueda y rescate de MOAS). Avaaz.org actúa como la sucursal europea de Moveon.org, una organización estadounidense propiedad de George Soros. Esta ONG también está financiada por la Open Society Foundation y está siendo investigada por la Fiscalía italiana, que la relaciona con las mafias de tráfico de inmigrantes[12]. Parece que no tiene mucho sentido que una organización investigada por la fiscalía italiana por tráfico de personas, y que ha protagonizado ya numerosos escándalos, fáciles de seguir por la prensa, se convierta en la líder de las propuestas educativas españolas[13]. Pero la desinformación y la propaganda triunfan, confiamos en cualquiera que ofrezca una buena marca, a ser posible en inglés.
Por otra parte el controvertido informe PISA asegura una y otra vez que las diferencias en el rendimiento escolar proceden de las condiciones socioeconómicas de las familias y no de la escuela. Pero los grandes complejos económicos internacionales, que ignoran esta parte del informe, siguen agravando y ahondando las diferencias sociales. La pobreza generalizada es el caldo de cultivo donde medran los grandes filántropos internacionales. Se abusa del poder, se evaden impuestos de todas las formas posibles y se amasan fortunas obscenas. ¿Hemos de creer que los grandes filántropos que son los que llenan el planeta de transgénicos y pesticidas como Bill Gates y la Monsanto-Bayer son precisamente los más interesados en salvar al mundo? ¿Que todas estas empresas tecnológicas a través de sus think tanks y fundaciones, quieran sustituir la música y el arte por un cachivache electrónico no debería llenarnos de sospechas? ¿Proporcionar un teléfono móvil o una tablet para hacer los mismos deberes mecánicos y absurdos en Nueva Orleans que en Albacete no es uniformizar y formatear el pensamiento? Se pretende sembrar en las familias más pobres la vaga ilusión de que sus hijos podrán salir de la miseria gracias al progreso que supondrá el e-learning. De este modo no tendrán que enfrentar los peligros de las pandemias en trabajos precarios y podrán quedarse en casa a salvo, entretenidos con las redes sociales.
No se pueden hacer generalizaciones en la educación, no es lo mismo la enseñanza preescolar que la universitaria, cada una exige una respuesta diferenciada a esta crisis, pero todas han de hacerse en interés del bien común y con perspectiva social, han de estar promovidas por las instituciones públicas, elaboradas y consensuadas por el profesorado, los sindicatos, las familias y los auténticos especialistas, como los firmantes de esta otra carta que ha pasado casi desapercibida[14]. En este sensato “Manifiesto por otra educación en tiempos de crisis” Se ofrecen veinticinco propuestas racionales y bien ajustadas que van a tener pocas opciones de éxito, de un lado porque no están avaladas por un macropoder del negocio de la educación, y de otro porque proponen regresar desde el modelo de la des-información de vuelta al modelo del conocimiento con una perspectiva eco-social.
La educación no puede caer, ni siquiera en estos tiempos duros y dolorosos, en manos de unos cuantos negociantes deseosos quizás de que seamos todos más tontos, para que estos billonarios versión moderna de las antiguas “damas del ropero” puedan pasar por benefactores de la humanidad, algo muy diferente de lo que en realidad son.
Notas
[1] En nuestro país la CRUE (Conferencia de rectores de las Universidades Españolas) cedió gran parte de sus bases de datos a los grandes bancos españoles (en especial al Santander) La creación por parte del Banco de Santander de una app específica con los datos “voluntariamente” cedidos por los propios alumno y la Universidad coloca a esta entidad en una posición única para ofrecer servicios financieros (créditos estudiantiles) a futuros estudiantes. Una copia del desastre que se vive en EEUU donde más de 4000000 de estudiantes no podrán afrontar los costos de sus préstamos (el salario de los empleos se ha deteriorado tanto que aún con trabajo es muy difícil devolver esas cantidades). El ejemplo explicado incluso por el expresidente Obama para conseguir dinero para sus hijas es muy revelador, considerando que es una familia sin excesivas dificultades económicas.
[2] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0039625705000093.
[3] Spitzer. M. Demencia digital (El peligro de las nuevas tecnologías).Ediciones B. 2013. Barcelona.
[5] El Evento 201 fue una simulación donde intervenían desde el Banco mundial, la Universidad John Hopkins. la OMS, el FMI, todo financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, donde se presumía una Pandemia mundial iniciada por “curiosamente” un coronavirus en Latinoamerica y que tenía una alcance planetario, el objetivo era establecer líneas de actuación en ese espacio.
[6] Google Classrom
[7] https://www.dailykos.com/stories/2019/3/25/1844909/-Pearson-and-Google-Partner-to-Steal-the-Minds-of-Children
[8] https://littlesis.org/
[9] https://www.savethechildren.es/actualidad/carta-la-ministra-de-educacion
[11] https://cotec.es/cotec-publica-un-documento-con-propuestas-para-cinco-posibles-escenarios-educativos-ante-la-crisis-sanitaria-del-covid-19/
[12] https://www.opensocietyfoundations.org/newsroom/george-soros-pledges-initial-4-million-quake-relief-haiti Médicos sin fronteras (MSF) tripula varios de estos barcos, como el AQUARIUS o el Dignidad 1, que pertenecen también a la Open Society Foundation.
[13] https://www.elperiodico.com/es/internacional/20171023/la-justicia-itaiana-registra-un-barco-de-rescate-de-save-de-children-6374373
[14] Puede accederse a su contenido en https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/14/manifiesto-por-otra-educacion-en-tiempos-de-crisis-25-propuestas/
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