- Algunas cooperativas de educadoras denuncian que las Juntas de Distrito, que toman las decisiones de manera desigual, les advierten de que el interventor no aceptará sus facturas y eso les aboca a aceptar la suspensión del servicio
13/04/2020
Las educadoras infantiles de las escuelas de Madrid llevan un mes en vilo. El Gobierno municipal, dirigido por PP y Ciudadanos, no ha dado directrices claras sobre si suspender temporalmente los contratos por la epidemia o permitir a las maestras continuar con el teletrabajo, como en el resto de niveles educativos de la red pública. Cada distrito está tomando decisiones por su cuenta pese a que hay un decreto de Coordinación Territorial que recomienda mantener la actividad en remoto y actuar del mismo modo en todos los territorios de la ciudad.
El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, prometió hace tres semanas que el Gobierno iba a "arbitrar todos los medios para que los empleados de las empresas concesionarias no vean mermados sus derechos laborales ni retributivos". Hoy, sin embargo, una de cada cinco escuelas infantiles de la ciudad no está recibiendo dinero público para continuar con la actividad lectiva desde casa, según datos aportados por el Consistorio. Son 15 de un total de 68 gestionadas por empresas. Solo hay dos centros con trabajadoras funcionarias, que están trabajando desde casa como el resto de empleados públicos.
Muchas educadoras han seguido trabajando a la espera de que el Ayuntamiento de Madrid les aclarara si cortaba la contratación de manera temporal, y algunas han enviado por su cuenta sus proyectos educativos al Consistorio para convencerles de que en la etapa 0-3 también es importante mantener el vínculo de los niños y niñas con la escuela y las educadoras en esta extraña coyuntura.
Al final, el Ayuntamiento ha terminado pidiendo a todas memorias justificativas para validar si pueden continuar la actividad desde casa, según explicó el alcalde en una entrevista en La Sexta el pasado domingo. "La mayoría nos lo ha presentado pero hay, las menos, que no han podido o que han entendido que no podían hacerlo y tenían que suspender los contratos", justificaba el regidor.
La escuela El Globo Rojo o La Revoltosa, por ejemplo, siguieron las directrices. Enviaron su programación a sus Juntas de Distrito (Chamberí y Vallecas, respectivamente) y no obtuvieron respuesta, según sendas directoras. El silencio administrativo, en este caso, se contempla como una negativa. No han tenido otra salida que aceptar la suspensión de contratos.
Sin comunicaciones por escrito
"No nos dieron por escrito esa negativa, sino que nos llamaron para decirnos que hiciéramos lo que quisiéramos pero que la intervención no iba a pagar la factura", explica Isabel, la educadora al frente de La Revoltosa, en conversación con eldiario.es. Considera que el Ayuntamiento, de algún modo, está "coaccionando" a las escuelas ante la amenaza de que, si no aceptan la suspensión del contrato, pueden quedarse sin nada. "De ese modo parece que es una decisión nuestra. Pero es que sí que tenemos medios para continuar trabajando. Las familias agradecen estrategias y consejos. Tener a un niño de entre cero y tres años encerrado en casa es muy complicado. El problema es que no nos quieren pagar el servicio modificado".
El mismo relato se repite en otras escuelas: comunicaciones no escritas con la recomendación de no insistir en el teletrabajo porque podrían darse por no válidas las facturas en este periodo sin actividad presencial. El área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, dirigida por Pepe Aniorte, justifica que todas las suspensiones de contratos se realizaron de manera voluntaria por parte de las empresas gestoras y que solo dos se cancelaron porque sus proyectos "no se ajustaban a lo requerido en los pliegos". "No todos los pliegos son iguales ni los proyectos ni el criterio de los técnicos", matizan las mismas fuentes, que confirman que no hay criterios homogéneos para tomar las decisiones.
"Estoy indignada. Hemos presentado la suspensión como una segunda opción porque se ha desestimado nuestro plan de trabajo. ¿No era lo suficientemente bueno? No hemos tenido respuesta y hemos hecho o que nos pidieron", dice por su parte Pilar de El Globo Rojo, una escuela cuyas maestras han seguido trabajando desde casa hasta principios de abril con la esperanza de que avalaran su programa. "Aún me pregunto por qué unas sí y otras no. No sé si es descoordinación, que es difícil valorar el teletrabajo en estos sectores...", reflexiona. Grandes grupos como Clece, que gestionan cuatro escuelas en la ciudad, han continuado con la actividad lectiva tras presentar su proyecto, confirman fuentes de la compañía.
La asociación que agrupa a las escuelas infantiles de Madrid (Ameigi) acusa al alcalde de hacer "falsas declaraciones" sobre la situación. "En esto el Ayuntamiento es como un reino de taifas. Se ha producido una actuación desigual de los interventores de las juntas municipales, que tienen la última decisión", se queja Blanca Azanza, presidenta de la entidad que agrupa a centenar de escuelas infantiles de gestión indirecta de la Comunidad de Madrid.
Ameigi también denuncia que hay casos de escuelas a las que no se ha notificado aún nada, pese a que todas forman parte de la misma red única y pública del Ayuntamiento de Madrid. La consecuencia más directa de esta falta de comunicaciones en firme es que algunos centros tendrán que asumir los salarios de parte del mes de marzo sin colchón público porque han seguido trabajando a la espera de una orden definitiva.
El caos se replica en muchos otros centros, que hasta el día de hoy no han sabido qué iba a ser de su futuro. Las Nubes, por ejemplo, en el distrito de Retiro, ha recibido este lunes la confirmación de que su actividad podría continuar desde casa. Sus alumnos y alumnas sí tendrán durante los días de confinamiento actividades y vídeos de sus educadoras frente a otros muchos que no. "Como beneficiadas de esto pensamos que no puede ser que a unas escuelas se les permita trabajar y a otras no dependiendo de la Junta de Distritos", considera su directora, Mónica, que defiende que hay cooperativistas que han presentado "con detalle" su proyecto educativo y lo "han echado atrás".
"No nos dieron por escrito esa negativa, sino que nos llamaron para decirnos que hiciéramos lo que quisiéramos pero que la intervención no iba a pagar la factura", explica Isabel, la educadora al frente de La Revoltosa, en conversación con eldiario.es. Considera que el Ayuntamiento, de algún modo, está "coaccionando" a las escuelas ante la amenaza de que, si no aceptan la suspensión del contrato, pueden quedarse sin nada. "De ese modo parece que es una decisión nuestra. Pero es que sí que tenemos medios para continuar trabajando. Las familias agradecen estrategias y consejos. Tener a un niño de entre cero y tres años encerrado en casa es muy complicado. El problema es que no nos quieren pagar el servicio modificado".
El mismo relato se repite en otras escuelas: comunicaciones no escritas con la recomendación de no insistir en el teletrabajo porque podrían darse por no válidas las facturas en este periodo sin actividad presencial. El área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, dirigida por Pepe Aniorte, justifica que todas las suspensiones de contratos se realizaron de manera voluntaria por parte de las empresas gestoras y que solo dos se cancelaron porque sus proyectos "no se ajustaban a lo requerido en los pliegos". "No todos los pliegos son iguales ni los proyectos ni el criterio de los técnicos", matizan las mismas fuentes, que confirman que no hay criterios homogéneos para tomar las decisiones.
"Estoy indignada. Hemos presentado la suspensión como una segunda opción porque se ha desestimado nuestro plan de trabajo. ¿No era lo suficientemente bueno? No hemos tenido respuesta y hemos hecho o que nos pidieron", dice por su parte Pilar de El Globo Rojo, una escuela cuyas maestras han seguido trabajando desde casa hasta principios de abril con la esperanza de que avalaran su programa. "Aún me pregunto por qué unas sí y otras no. No sé si es descoordinación, que es difícil valorar el teletrabajo en estos sectores...", reflexiona. Grandes grupos como Clece, que gestionan cuatro escuelas en la ciudad, han continuado con la actividad lectiva tras presentar su proyecto, confirman fuentes de la compañía.
La asociación que agrupa a las escuelas infantiles de Madrid (Ameigi) acusa al alcalde de hacer "falsas declaraciones" sobre la situación. "En esto el Ayuntamiento es como un reino de taifas. Se ha producido una actuación desigual de los interventores de las juntas municipales, que tienen la última decisión", se queja Blanca Azanza, presidenta de la entidad que agrupa a centenar de escuelas infantiles de gestión indirecta de la Comunidad de Madrid.
Ameigi también denuncia que hay casos de escuelas a las que no se ha notificado aún nada, pese a que todas forman parte de la misma red única y pública del Ayuntamiento de Madrid. La consecuencia más directa de esta falta de comunicaciones en firme es que algunos centros tendrán que asumir los salarios de parte del mes de marzo sin colchón público porque han seguido trabajando a la espera de una orden definitiva.
El caos se replica en muchos otros centros, que hasta el día de hoy no han sabido qué iba a ser de su futuro. Las Nubes, por ejemplo, en el distrito de Retiro, ha recibido este lunes la confirmación de que su actividad podría continuar desde casa. Sus alumnos y alumnas sí tendrán durante los días de confinamiento actividades y vídeos de sus educadoras frente a otros muchos que no. "Como beneficiadas de esto pensamos que no puede ser que a unas escuelas se les permita trabajar y a otras no dependiendo de la Junta de Distritos", considera su directora, Mónica, que defiende que hay cooperativistas que han presentado "con detalle" su proyecto educativo y lo "han echado atrás".
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