Los maestros son una amenaza para el Estado neoliberal porque enseñan a pensar. El poder financiero intenta controlar la escuela y la universidad con múltiples estrategias. Y a medida que aumentan las especialidades lo hace el analfabetismo en la comprensión del mundo. El neoliberalismo, la inequidad y la corrupción están ganando la partida, dice Henry Giroux, pero todavía queda alguna esperanza.
Al final de la conferencia se ha referido al profesorado como una amenaza. ¿Una amenaza para quién?
Los maestros son a menudo una amenaza para el Estado, porque tienen el potencial de educar a la gente joven para que sepa hacer preguntas impertinentes. Para las sociedades autoritarias, la alfabetización es un peligro. Y los maestros son un peligro también para las sociedades que creen que la mejor manera de ser un buen patriota es no hacer preguntas. Cuando educas a los estudiantes para hacer preguntas te estás arriesgando, especialmente en aquellas sociedades que hacen todo lo que pueden para transformar la educación en una especie de entrenamiento.
Cuando habla de sociedades autoritarias, ¿en qué tipo de sociedades está pensando?
Los hay de muchos tipos, pero creo que hoy en día lo que vemos son dos cosas. La primera es el colapso de las democracias liberales, por haber pasado a ser sociedades gobernadas por el neoliberalismo. Las políticas de austeridad, autoridad e inequidad masiva, de la riqueza y del poder, de la descapitalización de los bienes públicos, todas estas fuerzas empujan a la sociedad a ser mucho más represiva, más preocupada en el control de la población que en la resolución de problemas. Y, en segundo lugar, estamos viendo el surgimiento de sociedades que básicamente cambian seguridad por libertad. Os daremos seguridad pero no podrá haber libertad. Hablo de la aparición de lo que llamamos democracias en Hungría, Turquía, India, Polonia… En estos países vemos el surgimiento de movimientos sociales de derechas que usan un lenguaje de pureza racial porque básicamente son neonazis disfrazados. Y, cómo no decirlo, en Estados Unidos tenemos un presidente que odia la educación. De hecho, llegó a decir que quería a los ignorantes (uneducated).
¿Esto dijo?
Sí, esto es una cita textual. Y eso se traduce en políticas que vacían de fondos públicos aquellas instituciones que podrían hacer llegar la educación a toda esta gente. A este tipo de cosas me refiero cuando digo que los maestros pueden ser un peligro.
Usted subraya la importancia del lenguaje para entender el mundo, pero ¿no cree que es un abuso del lenguaje hablar de fascismo? Por ejemplo, en el caso de Trump, que está pasando por un impeachment y en caso de que lo supere deberá pasar por unas urnas para ser reelegido, ¿no le parece una exageración?
No creo que sea una exageración, creo que el fascismo llega de muchas maneras. La gente que habla de exageración tiende a pensar que el único fascismo que ha existido fue el de los años 30 y 40 en Europa y de los años 70 en Latinoamérica, y que no se transmuta en otras formas en diferentes sociedades. El fascismo no ha muerto nunca, sino que se esconde entre las sombras. Si crees que el fascismo está muerto en realidad te pasan dos cosas: que te conviertes en su cómplice, y que no puedes aprender de la Historia, has dejado de tener una relación crítica con la Historia. Y eso sí es un peligro.
La gente que vota Trump creció con los sistemas educativos del pasado, mientras que parece que usted nos esté diciendo que en el pasado el mundo era mucho mejor.
Yo no intento absolver el pasado, lo que digo es que estamos enterrando los frutos del pasado, es muy diferente. Trump no es una causa, es un síntoma. Es el síntoma de una sociedad neoliberal en Estados Unidos que tiene un largo recorrido en esclavitud, un largo recorrido en racismo y un largo recorrido en inequidades masivas en la distribución de la riqueza y el poder. En el pasado el neoliberalismo se ocultaba en la sombra, en medio de un lenguaje que reclamaba justicia e igualdad, pero esto ya no le hace falta. El presidente de EEUU ya no reclama la justicia, sino que reivindica la desregulación y la ignorancia. Él es un ignorante.
¿Era tan pesimista hace unos años, cuando Estados Unidos tenía el primer presidente negro de su historia?
Que Obama fuera negro no me hacía sentir optimista, yo era pesimista porque él era un neoliberal. Lo que no supe anticipar es que gente como Obama o Clinton crearon, junto con los extremistas republicanos, las condiciones óptimas para la irrupción de una persona como Trump. Me sorprendió que Trump fuera capaz de usar el lenguaje del populismo teniendo en cuenta lo que representa. Quiero decir, el hombre es un billonario, y en cambio puede hablar de atacar el capitalismo global, y llega al poder y recorta de forma masiva los impuestos a los ricos. Y desregula todas las leyes que ponen límites a lo que pueden hacer las grandes corporaciones. Lo que me impresionó fue hasta qué punto había caído el sistema educativo, y cómo de poderosas eran determinadas formas de educación fuera de las escuelas. En EEUU el aula educativa más popular es Fox News. Rupert Murdoch. ¿Sabe de qué le hablo?
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