La huelga del 26 de Octubre que convocó y en la que
participó activamente el Frente de Estudiantes fue una nueva muestra de la
resistencia de la mayoría de la Comunidad Educativa a la LOMCE y a sus
revalidas. Fue una nueva muestra de que somos muchos y muchas los que nos
negamos a que una minoría se apodere de la educación con el único interés de
aumentar su beneficio privado. Ayer los estudiantes, los profesores y
profesoras, los padres y las madres, salimos a las calles para gritar en primer
lugar que nosotros somos la educación y que no vamos a dejar que la privaticen.
Salimos para decir que no a sus medidas privatizadoras y que sí a una educación
al servicio de la mayoría.
La jornada de ayer puede ser considerada sin lugar a dudas
un éxito, pues tuvo un enorme seguimiento que permitió que se vaciaran las
aulas para que se llenarán las calles. No obstante, desde el Frente de
Estudiantes siempre fuimos claros con que, a pesar de que existen condiciones
más que objetivas para secundar la huelga (LOMCE, 3+2, prácticas sin remunerar,
revalidas, etc), esta no era en su forma el tipo de movilización más óptimo
para el momento que vivimos. Desde el principio el FdE señaló que la decisión
de la cúpula del SE de convocar una huelga de manera unilateral, sin sentarse a
escuchar los distintos ritmos y desarrollos de la lucha particular de cada uno
de los sectores implicados en la educación (profesores, trabajadores, padres y
madres), enjaulaba la movilización educativa. La enjaulaba porque más que nunca
era necesario preparar colectivamente una huelga general educativa que
paralizase la enseñanza ante las vulgares y privatizadoras medidas en marcha.
Por eso desde el FdE, junto a otras estructuras estudiantiles
que comparten nuestra visión, hemos trabajado para que, a pesar de las
dificultades que planteaba la convocatoria, esta se desarrollase donde
realmente debe estar: en los espacios unitarios y a pie de aula, de centro y de
facultad, en el trabajo diario con los estudiantes y el trabajo unitario con el
resto de estructuras de la comunidad educativa. El FdE es un sindicato que se
articula desde el principio fundamental del trabajo de base y nuestra
militancia volvió a demostrar esa convicción durante todo el día de ayer. Desde
nuestras cuentas hicimos público ese trabajo en todo el estado que permitió
llevar la convocatoria de huelga a donde realmente respira y siente la
educación pública.
Ayer también, y a consecuencia de la presión popular ejercida
a través de la movilización, Mariano Rajoy se comprometía con respecto a las
revalidas a "abordar la suspensión de los efectos académicos hasta que se
llegue a un pacto por la educación"; tratando de presentarse flexible y
democrático ante lo exigido en las calles por la mayoría de la Comunidad
Educativa. Sin embargo el Partido Popular no puede engañar al estudiantado. Lo
que anunció ya está incluido en la ley aprobada: su aplicación en el curso
2017-2018. Esto nos demuestra dos cosas: en primer lugar, que la movilización
sirve, que la movilización genera presión aunque por ahora solo haya obtenido
por parte del gobierno en funciones un falso compromiso; y en segundo lugar que
es vital por tanto intensificar esa movilización para conseguir mucho más que falsos
compromisos, para conseguir no solo tirar las revalidas, sino la derogación de
la LOMCE y la sustitución por una ley que parta esencialmente de la
participación activa de los afectados, es decir, de la Comunidad Educativa.
Desde el FdE la lucha por una educación pública al servicio
del pueblo trabajador no ha hecho más que empezar. Por eso titulamos esta nota
con la consigna de que seguiremos plantando cara. En lo que resta de curso
seguiremos plantando cara y tendiendo nuestra mano al resto de la comunidad
educativa para avanzar conjuntamente hacia lo que es necesario y urgente: una
convocatoria general educativa en todo el estado a inicios del 2017.
La lucha por la educación que soñamos no ha hecho más que
empezar y por eso, a la vez que felicitamos a todos los que ayer defendieron
otro modelo educativo, llamamos a los estudiantes a sumarse a la organización,
a dar un paso al Frente, a no resignarse y solo resistir y empezar a articular
la ofensiva por la educación que soñamos y que necesitamos.
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