El Partido Comunista de Madrid apoya, con toda la Comunidad Educativa, la HUELGA del 26 de octubre contra las reválidas, la LOMCE y por la reversión de los recortes en Educación, porque la Escuela Pública es una conquista de la clase trabajadora, que debe ser útil a los intereses de la mayoría social y nunca una oportunidad de negocio de los mercados.
Nosotras, con la totalidad de las organizaciones y colectivos convocantes, con las familias, los estudiantes y el profesorado, exigimos una educación inclusiva, coeducativa, democrática y laica, que garantice el derecho a la educación, la participación democrática, la equidad y la formación integral de las personas.
Las reválidas son uno de los elementos más dañinos de la LOMCE, pero también una de las piezas más impopulares de la ideología neoliberal en Educación, porque hay un consenso general de rechazo a partir del que reforzar la oposición social a la ley educativa del PP, que hoy sólo respalda el gobierno en funciones y sus acólitos de Cs. Por eso las han decretado en julio, con alevosía y vacacionalidad, pero a estas alturas no las han desarrollado, no sabemos en qué consistirán, estamos en estado de auténtica indefensión, porque son conscientes de que carecen de legitimidad democrática. Tenemos que movilizarnos, ir a la huelga general educativa, para que el gobierno que salga de la próxima sesión de investidura desista en su intento de imponerlas.
La evaluación del sistema educativo es necesaria, pero debe realizarse para detectar las carencias y poner los medios para superarlas. Por eso, debe hacerse al principio, no al final del curso, y debe ser formativa, para aprender mejor, y no finalista, para culpar a los estudiantes y al profesorado de unas dificultades que, en realidad, se resolverían con más recursos, más profesorado, menos ratios, más innovación pedagógica y mejor atención a la diversidad.
Las reválidas son antipedagógicas. Nadie aprende más por miedo al examen. No se aprende más sustituyendo la evaluación continua por la continua evaluación. La proliferación de exámenes sirve simplemente para expulsar a nuestras hijas del sistema educativo, para robarles la igualdad de oportunidades y evitar que cursen el Bachillerato o lleguen a la Universidad, pues les dificultarán la titulación necesaria para continuar sus estudios. Así, mientras la clase privilegiada se reserva los estudios superiores, a nosotras nos condena a una escuela asistencial que nos forme como mano de obra muy barata y dócil con la precariedad.
Las reválidas convierten al profesorado en meros entrenadores de pruebas externas, extendiendo una sospecha falaz sobre su profesionalidad a la hora de evaluar y eliminando cualquier capacidad de innovación pedagógica. Quienes corrijan las reválidas desconocerán al alumnado, su punto de partida, sus dificultades concretas y su progreso real. Los estudiantes se jugarán su futuro a una sola carta, toda la escolaridad en un sólo examen escrito, largo, descontextualizado, academicista y anticuado.
Las reválidas son una pieza muy significativa del edificio neoliberal: Naturalizan el individualismo más feroz, vestido de talento genético, que invisibiliza el contexto socioeconómico y cultural de las personas. Son, por supuesto, un negocio para las empresas de testing, que harán las pruebas, y para las academias privadas, donde irán a parar los que tengan que repetir el examen. Son la fórmula escogida para hacer competir a los centros escolares en torno a los resultados, premiando a los que mejores notas consigan, castigando sin recursos a quienes más lo necesitan y, por tanto, un sistema para premiar a la concertada, que selecciona a su alumnado, y garantizar así el desvío de recursos públicos a su favor.
Las reválidas son, por tanto, la parte más llamativa, pero sólo una parte, de la construcción educativa neoliberal. Por eso, con esta huelga también aspiramos a derogar la LOMCE y a que no nos ofrezcan más falsos pactos por la educación cocinados en universidades privadas. Aspiramos, con toda la Comunidad Educativa, a lograr un verdadero acuerdo social y democrático por la Educación, que pasa ineludiblemente por revertir los recortes y garantizar la inversión necesaria para lograr la Escuela Pública a la que tenemos derecho.
Tenemos todas las razones. Ahora es tiempo de movilizarse. El 26 de octubre no vamos a clase por la mañana, nos vemos en la manifestación por la tarde. Hagamos que suba la Marea Verde por la Escuela Pública.
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