EN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
Felipe Aguado Hernández
Concejal Zapata, Vocales vecinales, Vecinas y vecinos.
Antes que nada tenemos que agradecer a la Comisión de Fiestas, un equipo popular y participativo, su enorme trabajo para conseguir unas fiestas dignas para nuestro Barrio. También agradecerle que nos hayan encargado estas palabras de comienzo de las fiestas.
Lo primero que tenemos que aclarar es que el cambio en el Ayuntamiento también tiene que llegar a actos como éste, que no va a ser un tributo a famosos ni un discurso de chistes y gracietas. Lo enfocamos más como una llamada a pasarlo bien, pero no a una diversión inconsciente. Queremos recordar que nuestros problemas siguen y hay que luchar por solucionarlos y que hay mucha gente que lo está pasando muy mal, como los parados y los migrantes forzados, los refugiados, que viven en el límite del sufrimiento y del horror. Pasémoslo bien, porque lo merecemos, pero sin olvidar lo que ocurre a nuestro alrededor.
Creo que me encargan parte de esta especie de no-pregón por mi trayectoria de lucha por el barrio, ya desde “La Vaguada es Nuestra”, y especialmente por mi trabajo en la educación y en las luchas por mejorarla. Por eso voy a centrarme en la defensa de la educación pública, que es lo que siempre he hecho, junto con tanta gente de los centros, las plataformas, las mareas y otras iniciativas.
Hoy prácticamente nadie niega la existencia de unos brutales recortes en la enseñanza y un gran retroceso del peso de la enseñanza pública en el conjunto de la educación, a favor de la enseñanza privada y concertada, paralelos a lo sucedido en la sanidad y otros sectores públicos. Se han incrementado los horarios lectivos de los profesores, obligándoles a recortar su dedicación en otros campos de la educación, que son los que dan el plus de calidad, como tutorías o actividades culturales y complementarias; se ha incrementado la ratio alumnos/profesor, reduciendo aulas y masificando centros, como los CEIP Gabriela Mistral, L. Calvo Sotelo, J. Tarradellas y A. Fontán, o en el IES Mirasierra, mientras se cierran centros y se infrautilizan otros o tienen la amenaza permanente de su cierre como los CEIP Vasco Núñez de Balboa o José Bergamín; se obliga a muchos profesores a compartir dos centros; se han reducido drásticamente las becas de libros y de comedor; faltan plazas en la educación pública mientras se cede suelo público para la construcción de centros privados, como está ocurriendo en Las Tablas, Arroyofresno y Montecarmelo, que no tienen ningún instituto público y un CEIP a medio construir, el Blas de Lezo; se ha reducido la atención a la diversidad, a los alumnos con necesidades educativas especiales y a los emigrantes que no entienden nuestra lengua; se pierden unidades de formación profesional como ha ocurrido en el IES B. Pérez Galdós; se han subido las tasas y disminuido las becas entre otras actuaciones aberrantes en la universidad; se incrementa la privatización de la educación de 0-6 años, convirtiendo los centros de educación infantil en asistenciales. Etc., etc., etc.
Por otra parte, los centros están desconcertados ante la aplicación de la LOMCE, esa nefasta ley que debe ser derogada, con desajustes de programación e incluso jurídicos, como por ejemplo los alumnos de Bachillerato con asignaturas pendientes que pueden verlas incrementadas o los de Segundo de Bachillerato que aún no saben cómo serán las pruebas de acceso a la universidad; o las sorpresivos criterios de evaluación y promoción en la ESO y las arcaicas reválidas o la marginación de la Filosofía; se generaliza el nombramiento prácticamente a dedo de los directores de los centros y se recorta el papel en su gestión de los profesores y profesoras, de los estudiantes y de los padres y madres. Y lo que es aún peor, se potencia una enseñanza memorística, competitiva y puramente preparatoria para el mercado de trabajo, en vez de una educación integral, crítica, participativa, democrática, responsable y solidaria.
El argumento más usado por los defensores de tales recortes y retrocesos es el recurso a la “crisis” económica. Pero nosotros no estamos de acuerdo. Por tres razones, al menos: primero, porque los recortes empezaron, ya en Madrid, mucho antes de la crisis; segundo, porque junto con los recortes a la pública se ha incrementado las concesiones para nuevos centros a la concertada; y el tercero y principal, porque la propia crisis, que se utiliza como coartada, realmente ha sido orquestada por los grandes poderes económicos mundiales, y tiene precisamente como uno de sus objetivos la privatización de los sectores públicos, por razones de provecho económico, ideológico y de poder político. Quieren sustraer a la ciudadanía y sus organizaciones e instituciones el control del amplio sector social que suponen los servicios públicos, ganado y desarrollado históricamente por el pueblo trabajador, por vosotros, vuestros padres y abuelos, en incontables luchas y sufrimientos durante décadas.
La enseñanza debe ser toda ella, además de universal y gratuita, pública y laica, pues es la sociedad en su conjunto la responsable de la educación de sus jóvenes y no puede delegar sus funciones en organismos movidos por razones económicas o ideológicas. Éstos polarizan todo el proceso educativo en torno a planteamientos y valores particulares, que no son compartidos por toda la sociedad y que deben quedar relegados al ámbito privado o al de la sociedad civil. La sociedad democrática no puede educar en ninguna ideología particular. Sus fundamentos intelectuales no pueden ser otros que los de la ciencia; los fundamentos políticos no pueden ser otros que los cimentados en la Constitución; y sus fundamentos morales no pueden ser otros que los universalmente aceptados: los derechos humanos. Es la sociedad la que debe establecer democráticamente y gestionar qué, cómo, cuándo y dónde enseñar y quién debe enseñar, que es una función pública. Lo cual no afecta al trabajo y la dignidad de los profesores de la enseñanza concertada, pues nos referimos al plano de las instituciones.
No quiero terminar sin constatar que, pese a los aspectos negativos de la situación de la educación, tenemos unos magníficos profesionales que sacan los centros adelante a pesar de los recortes y las dificultades, y que luchan con todas sus fuerzas para parar las agresiones y revertir el proceso de recortes. También tenemos unos padres y madres que han trabajado lo indecible por estos mismos objetivos. Y que fuera de la educación reglada, tenemos en nuestro barrio loables iniciativas de educación y formación como la Escuela de Personas Adultas de Betanzos, el Centro Cultural La Piluka, la Escuela Política, los grupos de Scouts y otros muchos que ayudan a construir unas personas y una sociedad mejores.
Este acto es para invitar a participar en las fiestas del Barrio. Tenemos derecho a divertirnos y pasarlo bien después de un trabajo firme y honrado, con el que nos hemos ganado nuestro pan, sin meter la mano en ningún sitio ni recibir sobres de nadie. Unas fiestas dignas y cooperativas, porque la fiesta también es un acto de participación en común y de construcción del pueblo soberano. A eso os invitamos.
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