ESTRELLA DIGITAL.ES: Figar se deshace del colegio “gueto” de Colmenar Viejo
Los padres de los alumnos del colegio público Isabel la Católica en Colmenar Viejo y la dirección, temen que la Consejería de Educación cierre el centro. Creen que la estrategia de Lucía Figar consiste en “marginar” la escuela y dejarla morir lentamente, sin levantar sospechas.
Se trata de un colegio pequeño, situado en el casco antiguo del municipio y que se caracteriza por tener un alto número de alumnos en desventaja social y cultural. Según explica su directora, Inmaculada Villasante, la Comunidad de Madrid derivaba a los alumnos que se encontraban fuera de plazo de matriculación a este centro. La mayoría eran hijos de inmigrantes que llegaron durante los años de auge económico español. “Casi un 90% de los alumnos es inmigrante”, explica.
La respuesta por parte de la Consejería es inquebrantable: cierre de clases, paralización de proyectos y blindaje en las matriculaciones. “El año pasado hubo una prohibición directa por parte de la Consejería de que se recogieran las solicitudes de matrículas en el ciclo de infantil”, explica el Coordinador de Izquierda Unida en Colmenar Viejo y miembro de la Plataforma por la Educación Pública, Mariano Martín.Sin embargo, la falta de ayudas por parte del gobierno regional ha obligado al propio centro y a los padres de los alumnos a lograr con su trabajo y esfuerzo el reconocimiento social de todos los vecinos de Colmenar Viejo por su función integradora y por su empeño en ofrecer una educación pública y de calidad. “Han intentado convertir al colegio en una especie de ‘gueto’ y eso de cara a los padres que buscan escuelas no da buena imagen porque dicen que baja el nivel. Pero eso no es cierto porque estamos en la media de la Comunidad de Madrid y en 2009 quedamos cuartos en Colmenar Viejo”, explica Yolanda García, presidenta del AMPA del colegio.
A pesar de las solicitudes, el departamento de Figar deriva a los nuevos alumnos a otros centros. “El curso pasado hubo cinco solicitudes para Infantil, pero la Consejería no permitió vacantes en tres y cuatro años por lo que estas solicitudes fueron derivadas hacia otros centros con el descontento de las familias ya que se han separado hermanos”, denuncia Villasante.
Aunque reconocen que la demanda de solicitud de matrículas no es alta, la dirección no entiende por qué en lugar de recolocar a los alumnos en los distintos centros públicos del municipio, se derivan a otros colegios que no cuentan con la infraestructura necesaria. “Lo que se hace es ampliar líneas y ubicar aulas en otros centros suprimiendo espacios utilizados para otras actividades educativas, masificando e interfiriendo en su dinámica, contando además con el descontento de los Claustros, a los que se les impone la medida”, comenta la directora.
Un centro concertado cerca a la espera de alumnos. Tampoco han aceptado los proyectos presentados por el colegio para impulsar la calidad de la enseñanza y mejorar las condiciones de los alumnos. Los padres y la dirección, elaboraron un programa de bilingüismo que fue rechazado a pesar de que cumplía todos los requisitos necesarios para ser aceptado. Lo han intentado más veces pero han sido refutados. “Teníamos todo organizado y se lo dieron a otro colegio que no cumplía los requisitos ¿Explicación? Ninguna”, lamenta la presidenta del AMPA.
La frustración aumenta cuando a pocos kilómetros del colegio, subsiste un centro concertado que cuenta con un volumen de alumnado bajo. “En estos momentos contamos únicamente con un aula de infantil mixta, es decir de niños de cuatro y cinco años que en total son 20 alumnos. El colegio concertado tiene 24 alumnos de tres años repartidos en dos clases. No deja de ser un agravio comparativo para todos los centros que pertenecen a la red pública”, critica Villasante.
Y no es su única promesa. Hace años el Ayuntamiento aseguró que se pondría en marcha la construcción de un colegio público en la zona de la Estación de Colmenar Viejo, sin embargo, todavía no se ha puesto la primera piedra. De hecho, lo que sí se construyó fue un centro concertado, propiedad del presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández. Se edificó sobre un terreno público y el convenio estableció una cesión para la empresa Arturo Cantoblanco de 50 años por un canon anual de 7.500 euros al año. “La construcción se está retrasando por motivos achacados a la crisis económica y por otro lado está el colegio Peñalvento, quizás todavía no ha hecho la caja suficiente y no tiene los alumnos que debería tener. Ha tenido 66 matriculaciones en tres años”, explica Martín.Aunque el alcalde del municipio, Miguel Ángel Santamaría, ha prometido que la escuela Isabel la Católica no se va a cerrar, para Izquierda Unida de Colmenar Viejo los hechos no concuerdan con sus declaraciones. “Es un cierre paulatino y es evidente que las actuaciones de la Consejería apuntan a que a corto o medio plazo, depende de la prisa que se den, se va a cerrar”, afirma Martín.
Aun así, ni la dirección ni los padres se van a rendir y seguirán luchando para evitar el cierre del colegio. Por el momento, el AMPA va a iniciar una campaña de recogida de firmas.
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