- Las comunidades gobernadas por los populares plantean dudas al proyecto de ley
- Los expertos rechazan la reforma por “revanchista e ideológica”
La reforma educativa que impulsa el ministro de Educación, José Ignacio Wert, no solo está provocando el frontal rechazo de una parte de la comunidad educativa, sino que también plantea dudas dentro del partido del Gobierno, el PP, y de las comunidades autónomas gobernadas por este. Según distintas fuentes del PP, algunos consejeros de Educación están molestos porque no han sido escuchados en el proceso de redacción del proyecto de Ley para la Mejora de la Calidad Educactiva (Lomce) y porque en él echan en falta algunas de las banderas electorales del PP, como la libertad de elección de centro (es decir, apoyo a la concertada y normas más laxas de escolarización) o la repetición de curso. Además, se plantean dudas técnicas y sobre contenidos concretos, por ejemplo, sobre quién y cómo van a hacer las pruebas de reválida de ESO y bachillerato, sobre quién las va a pagar y si, sumadas a la evaluación externa de primaria, pueden resultar excesivas. O sobre el hecho de qué pasa con los alumnos que aprueben toda la ESO, pero se queden sin el título por suspender al reválida.
A esta hora, el ministro Wert les está presentando oficialmente el texto a todos los consejeros autonómicos y estos están haciendo diferentes propuestas. Es de esperar que tanto el Gobierno como las comunidades del PP intenten a la salida dar una imagen de unidad en torno al proyecto. De momento, antes de entrar al encuentro, la consejera aragonesa, María Dolores Serrat (PP), ha hablado de matizar las consecuencias de las reválidas, mientras el castellano manchego, Marciál Marín ha insistido en el acuerdo. En todo caso, su presidenta y también secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha llamado a la calma asegurando: "Todavía hay un plazo y mucho tiempo para presentar propuestas, hacer matizaciones, perfilar acuerdos. A todo esto siempre ha estado abierto el Ministerio de Educación, no sólo con el PP sino con todas las comunidades autónomas", ha dicho después de negar cualquier malestar entre los responsables autonómicos del PP por la reforma.
Aunque probablemente el ministerio no aclare hoy qué propuestas autonómicas se incluirán en el texto, distintas fuentes populares aseguran que Wert se ha comprometido ya a incluir algunas, por ejemplo, las que tienen que ver con el apoyo a la creación de centros concertados.
Muchos de esos cambios encenderán con toda seguridad los ánimos de quienes ya se habían opuesto a la reforma. Tanto los Gobiernos como los consejos escolares de País Vasco y Andalucía, han considerado retrógrado y segregador el adelanto de los itinerarios que conducen a parte de los alumnos hacia la FP o las reválidas para conseguir el título de la ESO y bachillerato.
Además, junto a los recortes presupuestarios, la reforma educativa fue la razón (con argumentos parecidos) por la que estudiantes y familias salieron hace dos semanas a las calles a protestar y les unieron en una insólita jornada de "huelga de padres". Este fin de semana, además, un grupo de 40 profesores universitarios firmaron en Sevilla un manifiesto en el que han calificado la reforma de "revanchista e ideológica". En ese sentido, Wert lo va a tener complicado, pues una de las críticas dentro del PP es que sus cambios no recogen suficientemente las banderas del partido.
Además, el aumento de los contenidos mínimos de las asignaturas que fija el Estado, recortando así los que fijan las comunidades, han levantado ampollas en País Vasco y Cataluña, sobre todo en este último por el auge de los movimientos independentistas en las puertas de unas elecciones.
Publicado en elpais.com
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