Me llamo José Félix Izarra. Soy
profesor de religión y no escondo el nombre, como hace el "alto cargo de
UGT". La vergüenza es hablar de un tema con el auditorio comprado, desde
el absoluto desconocimiento de la legislación concurrente a los profesores de
religión. Somos empleados públicos con contrato
laboral indefinido y como marca la LOE equiparados en las retribuciones a
los interinos. No somos funcionarios, sino que el modo de contratación va anejo
a la relación laboral. El contrato indefinido incluye todos los meses, ¿hay que
explicarlo? No es el estado, ni la jerarquía los que han propiciado esta
situación, sino la normativa europea que obligó al estado a cumplir con
derechos laborales fundamentales de no concatenación de contratos de duración
determinada. A mí no me ha nombrado profesor ningún obispo. Siempre lo ha hecho
la administración. El responsable eclesial de turno, lo único que hace es
declarar la competencia curricular del profesor, porque el estado no tiene los
medios docentes para hacerlo. (Ver la ley de la Función Pública) Nadie nos ha
regalado nada. Todo se ha ganado desde la lucha sindical frente a la
administración y la arbitrariedad política y jurídica, no desde el gracioso
dedo milagrero. Somos un colectivo secularmente atacado por propios y extraños (Los
obispos no nombran, pero les dejan ser patronos a efectos de despido) y hemos
aprendido a luchar desde abajo, no desde el amparo de la subvención estatal. Me asombra el dato de que cada año los obispos colocan a dedo miles de educadores…que cuestan
cientos de millones de euros… ¿Por qué no se acerca a los actos públicos de
la administración-sería su función sindical- donde cada año se quedan sin
trabajo profesores (no sé si la intención de llamar educador pretende rebajar
el currículo académico, a menudo superior a muchos compañeros ) de religión sin
que los obispos muevan un dedo por defender esos puestos? ¿Dónde están los
datos de esos nuevos y millonarios nombramientos de tantos cientos de millones?
Soy el primero en denunciarlo como sindicalista. Se equivocan los que creen que
para defender a un trabajador se debe atacar a otro. Pero si además se hace
desde el a-criticismo, la demagogia y la falta de escrúpulos- joder por joder a
lo que no me gusta y desconozco- a eso se llama fanatismo ciego. Si quiere
atacar a la jerarquía, que nos dejen en paz a los que desde el principio hemos
estado en la lucha contra los recortes.
Recortes que sí nos aplican exactamente igual que a los demás. Nos quitan lo
mismo que a los funcionarios. El enemigo es la administración ciega. No
inventemos otros y seamos menos dogmáticos.
No tengo vergüenza ninguna en
defender lo público, la solidaridad con los interinos a los que no condeno yo,
sino la errónea política de recortes, y la lucha contra la política rastrera de
la Comunidad de Madrid y de los gobiernos asociados a la política económica
neoliberal, inhumana e inmoral. Además incluyo la defensa de los profesores de
religión, que por culpa de los recortes, estarán también este curso en el paro.
Antes de que empezaran muchos compañeros funcionarios a darse cuenta de los
recortes, a nosotros, yo mismo soy afectado, nos pusieron de conejillos de
indias un par de años antes. No recuerdo ver a ningún sindicato, entonces aún
bien pagados, salir en la defensa del colectivo. Ya entonces algunos dijimos
los de las “barbas del vecino…”
Animo al compañero de UGT a informarse, corregir criterios, no difamar
y ser un “hombre de conciencia honesta, para que la fuerza mayoritaria del
movimiento obrero crezca en conciencia”
José Félix Izarra. Profesor de
religión y sindicalista no liberado.
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¡Animo y a defender la ensseñanza pública! También los profesores de religión...
ResponderEliminarYa sabemos que algún compañero tendrá que sentarse a estudiar el derecho laboral que nos afecta, antes de abrir la boca para dejar mal a todo el colectivo, por su ignorancia.
Por otra parte, las injurias y calumnias de "Europa Laica" ya no cuelan y sabemos de sobra lo de las pagas del verano y las de navidad (que tampoco cobrásteis) o, por ejemplo, que un obispo no puede nombrar ni despedir a ningún profesor de religión de la ensañanza pública, que siempre es el empleador, o sea: la Consejería que corresponda de la comunidad autónoma... Tampoco veo razonable firmar lo que pide "Europa Laica" para "Echar a la Religión de la Escuela", sin más. Es indecente siquiera pensar en mandar al paro a millares de trabajadores en razón de la asignatura que dan. Otra cosa es que ni siquiera en la selección se le debería pedir opinión a los obispos, que el sistema escolar es de sobra competente para proveerse por la vía ordinaria de los profesores que necesita: las oposiciones. ¿Qué pinta un obispo presentando ni abalando un listado de candidatos a la contratación por la enseñanza pública? La culpa es de los poderes públicos que consienten tamaña aberación, como también lo es que la administración pública se obligue a sí misma a despedir a un profesor en atención a que alguna autoridad religiosa así se lo pide a la autoridad pública,aludiendo como argumento que el profesor hacer lo que la ley permite: casarse por el juzgado, divorciarse, no ir a misa los domingos, promover activamente el uso de condones, o recaudar dinero para un aborto...