La presidenta de la Comunidad de Madrid vuelve a escupir en la cara de los docentes.Leemos esto en 20minutos, sacado de la Agencia EFE:
Esperanza Aguirre quiere que los profesores vigilen los recreos de comedor para abaratarlos
- Aguirre ironiza con el "agotador" horario de 27,5 horas.
- La presidenta dice que el control es tarea de los docentes.
Esta mujer no tiene freno: la política inunda sus venas, en el sentido más peyorativo de la palabra. Un nuevo insulto, una nueva provocación, un nuevo desprecio, un nuevo mal gesto de la peor educación a los máximos responsables de la misma. Aguirre, la dueña del cortijo madrileño, vuelve a agitar el ambiente con su archiconocida prepotencia a pocos días del comienzo de curso -aunque algunos lo hemos empezado ya con reuniones previas, planificaciones y programaciones varias, pero esto no llena portadas-.
Hay que recordar que esta polémica se ha creado por culpa de la propia Consejería de Educación. Sin decir ni una palabra eliminaron las becas de comedor, tradicionalmente convocadas al final de cada curso, dejando a decenas de miles de familias con la incertidumbre de si al curso siguiente podrían acceder a este imprescindible servicio para conciliar sus horarios. El 30 de julio -en plenas vacaciones- Europa Press difunde una nota mandada por la Consejería (ya ni dan la cara) en la que se comunica que "Educación permitirá llevar 'tupper' a los colegios", para una semana después soltar que "Educación medita cobrar por llevar el 'tupper' al comedor escolar". Gradualmente, con agostidad y alevosía, "embarullan" un servicio público que funcionaba con normalidad y era básico en la conciliación familiar para un gran número de padres y madres que de verdad lo necesitan, dejando el "marrón" de la gestión a los Consejos Escolares sobre un problema que premeditadamente ha creado la Consejería de Lucía Figar.
Pero Aguirre no se conforma con eso: aprovecha la ocasión para seguir echando basura a los profesores -esos malditos alborotadores del orden que no jalean su Bachillerato como dios manda-, esta vez a los Maestros de Educación Primaria, riéndose de ellos y volviendo a poner a la sociedad en su contra. La astuta Esperanza mide los tiempos a la perfección: una semana antes de que la Marea Verde comience el curso y se reorganice para denunciar sus mentiras y exigir una Escuela Pública de calidad, se adelanta a la jugada y desprestigia a los profesores en otra acción política que, inevitablemente, arrastrará a otro montón de despistados que solo atiendan a la versión oficial para formarse su opinión. Tres pájaros de un tiro: nadie habla de la eliminación de las becas, todos critican la vagancia de los maestros y de paso se instala la confusión y el malestar de las familias en el inicio de curso de los centros públicos. Brillante maniobra, presidenta.
Desgranamos la noticia para desmontar paso a paso todas estas medias verdades y mentiras:
- Aguirre ha explicado que ha sido una "sorpresa" para su gobierno conocer que gran parte del coste del servicio se deriva de que los centros incluyen en la licitación del servicio la vigilancia de los niños, que no realizan los profesores.
¿Una sorpresa? La licitación del servicio se recoge en un contrato anual cuyo único modelo oficial es redactado y enviado por la propia Consejería de Educación a cada centro, y debe ir firmado personalmente por el Director General del Área Territorial correspondiente. Esto ya sería suficiente para desmentir la sorpresa, pero por otro lado también los horarios de los funcionarios docentes son supervisados por el Inspector Educativo de turno en un estudio individual y pormenorizado, tanto que sus tareas están medidas al minuto. Por tanto, si la Consejería redacta los contratos y da anualmente el visto bueno a los horarios de los profesores, ¿cómo puede tratarse de una sorpresa?
- Aguirre ha considerado que esta labor de control la deben llevar a cabo los docentes, ya que están dentro de su horario laboral de 27,5 horas, por lo que ha señalado que "vamos a resolver este asunto por el procedimiento de que a quien corresponde vigile".
¡De nuevo miente con el horario laboral de los docentes! ¡Igual que hace un año, cuando mintió al anunciar que los profesores de Secundaria solo trabajaban 18 horas semanales, y rectificando una semana después con todo el daño hecho! Solo el horario lectivo (clases directas) prácticamente ya abarca esa cantidad (27,5 horas), siendo el horario laboral total muchísimo más elevado (preparación de clases, corrección de exámenes, reuniones, cursos de formación, entrevistas con padres y un par de cientos de tareas más). Otra vez nos tacha de vagos delante de todos los ciudadanos con una mentira de gran impacto social.
- La consejera de Educación, Lucía Figar, ha explicado que desconocía hasta hace "unos meses" que el precio del comedor incluía la vigilancia de los niños, y ha añadido que su departamento tiene que revisar los contratos entre los centros y las empresas que gestionan los comedores para hallar una solución.
Si desconocía esto, la señora Figar debe dimitir automáticamente por inepta e incapaz. Admitir ignorancia en una cuestión tan importante como esta (¿qué se va a esperar de una economista metida a Consejera de Educación?) sería causa de dimisión o despido fulminante en un país avanzado con una clase política honrada. Ahora se quiere erigir como salvadora en busca de una solución, pero lo cierto es que no había ningún problema hasta que el departamento que dirige lo creó de la nada.
- Sobre la posibilidad de que fuesen los docentes los que asumiesen esta responsabilidad en una charla informal con responsables de Educación y del centro al finalizar la visita a las obras de ampliación del colegio Josep Tarradellas, en Las Tablas (Madrid), Aguirre ha ironizado con el "agotador" horario de 27,5 horas de los profesores.
La falta de respeto impropia de personas cultas y educadas ya ha sido comentada. Por otra parte, la idea de que los docentes se conviertan en monitores o vigilantes nos lleva a pensar que la condesa de Murillo podría dar ejemplo cogiendo el cubo y la fregona para limpiar diariamente los suelos de la Asamblea de Madrid, ya que por su horario y su estratosférica nómina debería resultar lo más productiva posible para todos los madrileños. Siendo tareas y profesiones dignas todas ellas, creemos que cada cual debe hacer lo que le corresponde y nunca fomentar este intrusismo laboral que dejará a muchas personas sin trabajo.
En resumidas cuentas, Aguirre vuelve a hacer gala de su poder de manipulación social. No duda en humillar, despreciar y echar a los caballos a miles de maestros madrileños con tal de conseguir sus objetivos políticos: así es la ética y la moral de una presidenta regional. Si acaban imponiendo esas tareas, será a costa de recortar calidad educativa: más tiempo para vigilar es menos tiempo para preparar clases, hacer desdobles, diseñar actividades, mantener reuniones de coordinación y de tutoría con las familias, redactar proyectos de mejora y un largo etcétera. Es necesario difundir la verdad y desmontar las mentiras que se inventan para desprestigiarnos porque en ello va la supervivencia y la dignidad de nuestra profesión tal y como la conocemos ahora. Al parecer, el otoño caliente se ha adelantado este año.
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