Wert presenta las claves de su edulcorada Educación para la Ciudadanía

LEVANTE-EMV.COM: Wert explica hoy la nueva Educación para la Ciudadanía



El ministro José Ignacio Wert y los consejeros de Educación estudiarán hoy en la Conferencia Sectorial los nuevos contenidos de la asignatura Educación para la Ciudadanía (EpC) y los nuevos requisitos para acceder a las becas o ayudas para el estudio.

Wert presidirá esta tarde la reunión de la Conferencia Sectorial de Educación, en la que se debatirán los borradores de los decretos que el Gobierno está preparando para regular los dos asuntos.

El Ministerio ha optado por la próxima modificación de los reales decretos de enseñanzas mínimas de primaria y secundaria obligatoria para cambiar los contenidos de EpC, aunque el nombre de la asignatura no cambiará el próximo curso.

El nombre de la materia se sustituirá por el de Educación Cívica y Constitucional cuando se reforme la Ley Orgánica de Educación.

Fuentes del departamento que dirige Wert han incidido en que los cambios tienden a eliminar aquellos asuntos que desde algunos sectores se han criticado en los últimos años como orientados al "adoctrinamiento" de los alumnos.


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EUROPAPRESS.ES: SE ELIMINAN LOS 'AFECTOS Y EMOCIONES'


El ministro va explicar a los consejeros el borrador del Real Decreto por el que se modifican los contenidos de EpC en Primaria y Secundaria, que elimina, entre otros aspectos, las referencias a las afectos, las relaciones entre hombres y mujeres o la valoración crítica de la división sexual del trabajo, los prejuicios sociales racistas, xenóbofos, antisemitas, sexistas y homófobos, que se encontraban en los contenidos de EpC de 1º a 3º de la ESO.

   Así, estos son sustituidos por otros relacionados con la familia en el marco de la Constitución Española, los valores fundamentales de la Carta Magna y sus símbolos, los derechos civiles, políticos económicos y sociales. También se introducen nuevos temas, como la conciliación entre la vida familiar y laboral, el reparto de tareas domésticas, el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente, el consumo eficiente, la contaminación acústica o aspectos relacionados con la salud.

   El Ministerio de Educación quita del temario las referencias a la pobreza en el mundo, la 'feminización' de la misma, la falta de acceso a la educación como fuente de pobreza e incluye en ese apartado los 'conflictos del mundo actual': el terrorismo, los estados fallidos, el fanatismo religioso y el nacionalismo excluyente.

   El decreto añade otra novedad en el temario de la asignatura en la ESO, como es la 'dimensión económica de la sociedad humana', que se centra en la libertad política y económica, el papel de la iniciativa privada en la generación de riqueza o el fomento del espíritu emprendedor. También introduce el tema de los impuestos y la "contribución de los ciudadanos al Estado del Bienestar" y nociones básicas sobre el sistema de Seguridad Social y las pensiones.



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Leemos en La Razón un artículo que pide a Wert la derogración de Educación para la Ciudadanía ("engendro tóxico" según el autor) y posibles derivados:

Educación tóxica para la ciudadanía; por Martín Prieto

Un varón sale de la ducha y tropieza con su hijo. «Papá, qué cosa tan larga tienes entre las piernas». «Pues ya verás el susto que te va a dar cuando veas lo que le cuelga a tu mamá». El cuento resume los despropósitos de la ley socialista de educación ciudadana y esas cosas de progenitor A y progenitor B, y acaso progenitor C hasta acabar el alfabeto. En medio de una tormenta mental éste fue uno de los más queridos empeños de Rodríguez Zapatero mientras se distraía de los problemas de la crisis financiera. Parece que añoráramos el Frente de Juventudes, donde tanto se divertían los chicos mientras los ilustraban en la escualidez del Movimiento. La destrucción del sistema educativo español comenzó con Maravall y Rubalcaba, y cuando Esperanza Aguirre intentó remendar los rotos, su proyecto de ley fue fulminado sin que pudiera discutirse ni uno de sus artículos. De José Ignacio Wert esperábamos la derogación de este engendro tóxico que sólo servirá para necesitar profesores expertos en estas abstrusas materias. Las piezas viejas acabarán tirando de las nuevas y sólo quedará la expectativa del desguace. Cambiarle tejidos y miembros al monstruo del Dr. Frankestein no va a mejorar el sueño insomne de Mary Shelley. Podemos enseñar a los críos la organización del país o endosarles la «teoría del Estado» de Manuel Fraga, que es un tocho tan interesante como indigerible. De los libros editados sobre esta Ciudadanía para Alcornocales sólo se salva el del filósofo José Antonio Marina y el resto caen en la paleología marxista o el desorden de la sicalipsis. ¿Les vamos a enseñar la globalización que no entiende Felipe González? ¿O las causas del nacimiento de ETA? ¿O el funcionamiento de las hormonas? Mejor abolir este texto que seguir suponiendo que los niños son tontos.