- Mientras la capital limita a 10 personas las reuniones familiares, las aulas se llenarán en septiembre con más del doble de niños
- Ante el caos en el que puede convertirse la vuelta al colegio, los profesores ya estudian movilizaciones
- Denuncian la falta de instrucciones precisas e inversión en docentes y material
Ni el Ministerio de Educación ni las Comunidades Autónomas han logrado dar con una fórmula que dé seguridad a los docentes y a los directores de centros. Denuncian que faltan instrucciones precisas e inversión en docentes y material. Aún así, hay muchas diferencias entre las administraciones. Mientras Comunidad Valenciana ha anunciado que invertir 207 millones de euros euros en incorporar profesores y adaptar las aulas, en la Comunidad de Madrid contratarán 600 docentes. Aún así, hay carencias en la mayoría de las autonomías, desde las movilizaciones de los profesores gallegos hasta las quejas de los sindicatos por la vuelta a clase en Aragón.
En Madrid, la comunidad educativa está agitada. Marea Verde planea una "manifestación virtual" a finales de agosto, estudia calendario de movilizaciones y ronda el fantasma de una posible huelga . Las principales quejas se centran en las elevadas ratios de alumnos que no evitan aglomeraciones, la falta de recursos y la transferencia de responsabilidades desde las instituciones a las direcciones de colegios e institutos. De hecho, ya hay abierta una petición en la plataforma Change.org en la que se pide que tanto al Ministerio de Educación como a las Comunidades Autónomas que garanticen una vuelta al cole segura. Ya ha recabado más de 120.000 firmas.
Los profesores también consideran que las administraciones han tenido tiempo suficiente para que no se repita el desastre educativo que ocasionó la pandemia de marzo a junio y temen que, si no cambia nada, los colegios se conviertan en focos de contagios. Al final, las consecuencias recaerán en el alumnado y en sus familias: "Muchas se preguntan qué hacen con sus hijas, especialmente si son de riesgo o conviven con gente de riesgo.¿Dejan de trabajar o las llevan al colegio con el riesgo que conlleva? Las familias también tienen miedo", asegura Alba, profesora de Educación Especial y miembro de Marea Verde Madrid. Ponemos el zoom en la Comunidad de Madrid para relatar algunas de las deficiencias que hacen sospechar a los profesores que la vuelta al cole puede no ser del todo segura.
Ratios
Mientras en Madrid prohíben las reuniones de más de 10 personas, en septiembre se meterán en las aulas más de una veintena de alumnos por clase. El decreto de nueva normalidad aprobado por el Gobierno central despachaba las medidas en los centros educativos con la obligación de "evitar aglomeraciones y garantizar que se mantenga una distancia de seguridad de, al menos, 1,5 metros". Cuando las aulas más pequeñas o los pasillos no lo permitan, "se observarán las medidas de higiene adecuadas para prevenir los riesgos de contagio". Además, los alumnos mayores de seis años deberán llevar mascarilla.
"Debería haber un máximo de 15 alumnos por aula. Hay que poner voluntad y recursos, habilitar nuevos espacios, y liberar algunos que no se usen o se usen para otras ocupaciones.Necesitamos espacios para desdobles y crear centros públicos nuevos", resume Alba, sobre la falta de recursos que existe para cumplir las instrucciones de las administraciones. En resumen: es necesaria una inversión potente en la Educación pública que, de momento, nadie tiene clara.
Más profesores
Para que las aulas fueran seguras, la profesora estima que habría que "aumentar la plantilla docente", pero también el personal de limpieza, el de comedor o el de las rutas escolares. Andalucía ha anunciado la contratación de 6.000 profesores, Asturias 400 y Madrid 600, por citar algunos ejemplos. Aún así, CCOO ya ha valorado el anuncio que ha hecho el vicepresidente madrileño Ignacio Aguado como "ridículo": "Sólo para cumplir el Acuerdo Sectorial, previo a la pandemia de covid, se deberían añadir al sistema como mínimo 1400 docentes más".
"Los profesores no somos el comodín: no podemos imponer autoridad en el aula, en el pasillo, en el recreo y en el baño a cada alumno", explica María, profesora de Secundaria, sobre la excesiva responsabilidad que se pone en los docentes. Además, cree que figuras como la del profesor compartido, que suele hacer su jornada en varios centros distintos, deberían de replantearse. En el caso de contagiarse, puede llevar el virus de un lado a otro.
Inversión y planificación
Para hacer posibles las medidas de seguridad, es necesaria una inversión en los centros que tampoco está asegurada. "Quieren abrir los centros con litros de gel y mascarillas. Eso no es garantía. Por ejemplo, los profesores vamos a necesitar más de una mascarilla al día. No se está planificando nada y se está dejando en manos de los centros", explica María, profesora de Secundaria y miembro de Marea Verde.
Alba confirma la falta de una planificación precisa: "Prácticamente no hay instrucciones. Los equipos directivos están trabajando porque la autonomía de los centros educativos es enorme. En este caso, para mal, les dejan todo el marrón".
Los "grupos burbuja"
En las instrucciones de la Comunidad de Madrid, se pide la conformación de "grupos estables de convivencia", en Infantil, Primaria y Educación especial. Estarían formados por "alumnos que pueden socializar dentro del aula sin mantener la distancia interpersonal", al entender que pueden funcionar a un grupo familiar. Estos niños, sin embargo, "evitarán el contacto con alumnos de otras clases, incluido en los horarios de patio o de comedor".
Aunque la Comunidad Autónoma ve en este modelo un cortafuegos en contagios y una manera de rastrear los contactos, el profesor y sindicalista Rafael Páez lo encuentra "incoherente e inconcruente": "No va a evitar contagios. Si uno entra infectado, contagiará a otros 24". Además, recuerda que los profesores pueden limitar los contactos dentro del colegio, pero no en la salida donde a veces hay un "efecto cuello de botella". Además, esos 25 chicos se distribuyen después en 25 familias.
El responsable covid
El pasado 24 de julio, la Asociación Directores de Instituto de Madrid (Adimad) sacó un largo comunicado donde pedía más medios e inversión para que la vuelta al colegio pueda ser segura. Entre los puntos, llamaban la atención sobre la figura del "responsable de covid". En las instrucciones se obliga a los centros a tener un plan de inicio de curso y un plan de contingencia. Para coordinar las actuaciones, obligan a contar con un "miembro del equipo directivo", salvo que exista personal sanitario adscrito al centro.
"No podemos convertirnos, por decreto, en 'gestores de pandemias'", aseguraban los directores en el documento en el que recuerdan que ellos no poseen formación sanitaria para hacer esta labor: "No disponemos de la cualificación, los conocimientos ni la experiencia suficientes para asumir esa responsabilidad, que además no nos corresponde".
Rafael Páez va más allá: "¿Quién va a tener responsabilidad si se produce un contagio?¿hasta donde llega esa responsabilidad?¿si hay una denuncia quién es el responsable?", se pregunta. Sindicatos como la Federación de Enseñanza de CCOO apuestan por la constitución urgente de los comités de Salud y Seguridad en el Trabajo y por la figura del delegado de prevención, que tampoco existe en todos los centros.
¿Enseñanza digital?
Además, los directores de los centros han demandado a la Consejería que envíen a cada centro "un listado de materiales informáticos que van a recibir" para "abordar la brecha digital de profesores y alumnado". Aún así, los profesores consultados apuestan por la enseñanza presencial siempre que la situación sanitaria lo permita.
Durante la pandemia, los docentes han puesto sus propios ordenadores, su casa y su conexión a internet para dar clase, incluso, haciendo horas extras. Mientras el Ministerio de Trabajo ultima la legislación sobre el teletrabajo, piden que se haga una evaluación de los riesgos laborales asociados a esta forma de trabajar, desde los ergonómicos hasta los visuales.
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