AIDMAD DENUNCIA UN NUEVO ATAQUE A LA EDUCACIÓN PÚBLICA MADRILEÑA A
TRAVÉS DE SU PROFESORADO INTERINO.
La Comunidad de Madrid ha denunciado el acuerdo sectorial sobre
regulación de listas de interinidades de Primaria, Secundaria y Formación
Profesional y pretende imponer una normativa en que la experiencia sólo
contaría un diez por ciento del baremo frente al 80 por ciento de la nota del
examen. Sólo los aprobados en las pruebas del proceso selectivo que no
obtuvieran plaza formarían parte de esta lista. Ante esto la Asociación de
Interinos Docentes Madrileños (AIDMAD) quiere denunciar que:
Con esta medida la Comunidad
desprecia y desperdicia el trabajo de miles de profesores formados y con
experiencia a los que condena a una precariedad laboral aún mayor de la que ya
padecían. Como en cualquier trabajo, pero más aún que en cualquier trabajo, la
experiencia es algo fundamental para la docencia. Cualquier profesor sabe que a
enseñar se aprende enseñando. Es una labor eminentemente práctica en la que,
sin despreciar la importancia de los conocimientos teóricos, se mejora día a
día enfrentándose a los retos que propone el alumnado y la multiforme y
complicada realidad educativa. La Comunidad pretende prescindir, por motivos
exclusivamente ideológicos, de muchos de
sus mejores activos.
Con esta medida tampoco se
favorece, como argumentará torticera y demagógicamente la administración, a los
profesores con mayores conocimientos. Con el actual acuerdo, que se caracteriza
por un equilibrio entre la nota y la experiencia del profesorado, la mayoría de
los profesores interinos han aprobado ya en alguna ocasión, incluso con nota,
el proceso opositor, por lo que también en el aspecto teórico son docentes con
una excelente formación a los que se obliga a examinarse repetidamente de algo
que ya han aprobado con notas que les habrían supuesto una plaza en otras convocatorias, la cual no han
obtenido, únicamente, porque las sucesivas
administraciones educativas (ninguna con el descaro de esta última, eso sí)
preferían tener a los profesores interinos en una situación de precariedad
laboral y no convocaban las plazas que requeriría nuestra educación pública.
Este último argumento de la
administración, el de favorecer la supuestamente mejor formación de los
aprobados en el examen, es especialmente cínico cuando sabemos que la agenda
apenas ya oculta de la administración, de la que esta regulación forma parte,
pasa por saltarse el sistema de oposiciones para el acceso al sistema educativo
público. De ello hay múltiples ejemplos: convocatoria de oposiciones con número
de plazas ridículas que no cubren en absoluto las necesidades educativas;
contratación de “profesores” extranjeros que no han pasado ningún proceso
opositor y en ocasiones ni siquiera están formados como docentes; instauración
, de cara a la galería, de un sistema de bilingüismo mal diseñado y peor ejecutado que favorece
que, ahí sí, profesores sin nota pasen por delante en la lista de los
compañeros que sí han aprobado el examen; clases de refuerzo externalizadas y
adjudicadas a oscuras “fundaciones” con ningún interés en la educación pública;
y, en fin, una política de supuesta austeridad que se ceba a fondo con los
centros públicos mientras que se favorece un modelo de enseñanza concertada que,
desde luego, no tiene ningún sistema objetivo de acceso para sus empleados.
Pues bien, como decimos, esta regulación es parte de esas medidas. El que la
lista esté solo formada por aprobados en el examen daría lugar a unas listas
cortas que dejarían vía libre a una elección arbitraría, sin tener en cuenta
ningún baremo por parte de la administración. El que la LOMCE deje abierta la
posibilidad de que el director elija a los profesores de su centro da una pista
importante de que lo que se quiere realmente no es favorecer la nota en las
oposiciones, sino cambiar el modo de acceso al modelo de la empresa privada, el
único en que cree esta administración. Incluso, posibilitar, que sean ETT`s las
que seleccionen los candidatos para ocupar puestos como interinos docentes.
En cualquier caso esta medida
sería consecuente con las políticas, que bajo pretexto de la llamada crisis
económica, está tomando este gobierno y que conducen a una sistemática
precarización del mercado laboral. La administración quiere sustituir a un
profesorado formado y con cierta (desde luego muy insuficiente) seguridad
laboral, por un profesorado precario y sin experiencia al que no se le dejaría
ninguna posibilidad de asentarse en su labor pues se le sustituiría
inmediatamente con sucesivos procesos opositores, por supuesto, insuficientes.
Esto favorece además un profesorado forzosamente descomprometido con la
enseñanza pública que no se oponga a la labor de demolición de lo público, a la
que por motivos en absoluto económicos y sí ideológicos está entregada esta
administración.
De momento los representantes de
las distintas fuerzas sindicales con presencia en la mesa sectorial se han
opuesto a esta medida y han defendido, unos con mayor energía que otros, el
mantenimiento del actual acuerdo sectorial. Nos congratulamos de ello y
advertimos que consideramos que, frente a este descarado intento de demolición,
cualquier negociación sería un gravísimo error que rechazaríamos totalmente.
Cuando la administración pretende, como hemos argumentado, destruir o
precarizar (aún más) el empleo de muchos de sus mejores docentes, despreciando,
además, a los usuarios de la educación pública, a los que se priva de estos
profesores, y, en definitiva, seguir con la política neoliberal de destrucción
de lo público, no hay acercamiento posible. Las acciones que deben llevar a
cabo las distintas fuerzas sociales (sindicatos, padres, alumnos y profesores), a las que nos sumaremos, y las
que nosotros realicemos como colectivo, tendrán que ser acciones de combate social,
legal o comunicativo que convezcan a la administración de la imposibilidad de
implantar este tipo de política. Sólo
cuando se haya ganado esa batalla será posible negociar.
Por último, queremos dejar claro que en absoluto queremos
perpetuar nuestra nada envidiable condición de “interinos”. Nuestras
reivindicaciones están enmarcadas en un horizonte mucho más amplio que el
rechazo de esta regulación. Creemos en la necesidad de que se convoquen
oposiciones justas y transparentes con una tasa de reposición del 100 por cien.
Creemos en la necesidad de que vuelva a haber unos cupos de profesores
razonables de acuerdo a las necesidades educativas y un ratio de alumnos por
clase que favorezca la calidad de la enseñanza. Creemos en la necesidad de que
se universalice la enseñanza pública suprimiendo los conciertos educativos y,
en definitiva, creemos que la enseñanza pública y universal es un derecho que
no se puede cercenar con la excusa de una crisis financiera de la que los
ciudadanos no somos responsables, pero que intentan hacernos pagar.
Hay una iniciativa para recoger firmas por este motivo en: http://www.change.org/petitions/consejera-de-educación-de-la-comunidad-de-madrid-que-se-valore-la-experiencia-de-los-interinos-como-hasta-ahora?utm_campaign=friend_inviter_chat&utm_medium=facebook&utm_source=share_petition&utm_term=permissions_dialog_true
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