miércoles, 2 de enero de 2013

Al pan, pan, y al vino, vino

Nadie duda que nuestra educación es perfectible pero ocultar parte de la realidad, camuflar argumentos que contradicen el discurso oficial y exagerar los aspectos negativos, que sin duda existen, dice bien poco de la capacidad de persuasión de las autoridades educativas ministeriales.


Un primer argumento muy empleado por el Ministro Wert para modificar la actual ley de educación es la tasa de paro juvenil. Se repite hasta la saciedad que la misma alcanza el 50% pero si ese dato se ofrece “en bruto” parecería que la mitad de los jóvenes entre 18 y 30 años están desempleados, lo que no es cierto. El dato real, “afinado”, dice que están desocupadas la mitad de las personas entre 16 y 24 años que quieren trabajar; es decir, no están incluidos quienes han decidido seguir sus estudios como actividad principal, de modo que la cifra auténtica de paro sobre el total de los jóvenes de esas edades sería del 23%, dato elevado y no desdeñable pero la mitad del que se insinúa desde el ministerio.

Otro argumento, con seguridad el más repetido, es lo que podíamos denominar “el efecto PISA”, la prueba internacional elaborada por la OCDE cuyo objetivo es evaluar las competencias de los alumnos cuando llegan al final de la etapa obligatoria. Sobre la misma se vienen haciendo últimamente interesantes observaciones críticas y algún recordatorio sobre la orientación de la institución que las promueve; este es el caso de quien fuera director de la UNESCO,
Federico Mayor Zaragoza, quien afirmaba hace unos días: “Lo que tenemos que hacer es valorar el progreso muy importante en educación experimentado en nuestro país en los últimos años. Y, sobre todo, no hacer caso a los informes PISA ni a todos esos estudios hechos por instituciones económicas“.

Se podrán matizar estas afirmaciones pero también las que mantienen que PISA dibuja un escenario de fracaso educativo para España porque, como mínimo, exageran o son claramente tendenciosas. Las especificaciones técnicas en la elaboración del informe PISA hacen que su interpretación no sea la decimal (calificación de uno a diez) a que estamos acostumbrados; de ser así, se apreciaría que la media de la OCDE en competencia lectora (493 puntos) no es el 5, sino un 6,28 sobre 10 y que los 12 puntos menos de España (481) representan en el citado sistema decimal apenas 16 centésimas, lo que arrojaría para nuestro país una media de 6,12, sin duda inferior a la media pero no para rasgarse las vestiduras y afirmar que tenemos un sistema educativo fracasado.

Volviendo a la primera afirmación de Mayor Zaragoza, olvidamos también con frecuencia de dónde venimos. El esfuerzo “de todos” ha hecho que nuestro país haya pasado de unas tasas de analfabetismo funcional del 25% en 1978, al 40% de titulados universitarios en la actualidad. Esta realidad ha sido reconocida por la misma institución que elabora el informe PISA, la OCDE, al afirmar que Corea y España son los dos países cuyos sistemas educativos han mejorado más en las últimas décadas.

De igual modo, la misma OCDE mantiene en sus informes internacionales que nuestra educación no sólo ha mejorado más que la media sino que lo ha hecho con mayor equidad y nos sitúa inmediatamente detrás de Finlandia en este indicador.

Para terminar, dos constataciones más: es difícil defender la necesidad de un cambio legislativo para terminar con el abandono escolar temprano cuando con las mismas leyes en vigor hay comunidades autónomas que tienen un nivel de abandono superior al 35% como Baleares y otras que apenas pasan del 12% como el País Vasco. Por otra parte, la falta de bondad de nuestro sistema educativo se contradice con el nivel de éxito de nuestros licenciados universitarios más allá de nuestras fronteras, incluso antes de la crisis.

Si damos argumentos, contemos todo y llamemos al pan, pan, y al vino, vino.

Artículo de Mario Bedera (*) publicado en cuartopoder.es 


(*) Bedera es portavoz de Educación del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso. Fue secretario de Estado de Educación del 27 de octubre de 2010 al 23 de diciembre de 2011.

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