Irene Rigau pide a los maestros que disimulen su indignación por los recortes ante los alumnos
“Serenidad y optimismo”. Es lo que pidió ayer la consejera de Enseñanza, Irene Rigau a los directores de escuelas. Rigau quiere, de cara al próximo curso, una “escuela neutra” en que los profesores no exterioricen ante los alumnos su descontento o indignación por los recortes, ni tampoco sus posicionamientos políticos. “Los maestros pueden protestar como ciudadanos, en los espacios adecuados, pero no ante los alumnos”, terció Rigau ante un centenar de docentes durante el acto de entrega de los títulos a la primera promoción de directores profesionales de escuela.
Colegios con menos aulas, pero más llenas. Y con menos profesores, pero haciendo más horas y peor pagados. Esta es la fotografía que se espera a partir del 12 se septiembre, fecha en que empezará el curso, y que la consejera Rigau quiere difuminar con la petición de ayuda a los profesores. Rigau desea que las escuelas queden blindadas del malestar social derivado de los recortes y así generar un clima de serenidad y optimismo. “Alegría no, tampoco exageremos”, apostilló en un gesto de franqueza ante un centenar de docentes, que sufrirán en primera persona el efecto de estos ajustes.
Algunos de los profesores presentes veían difícil aislar las aulas de los problemas del exterior. “La escuela debe trabajar con estas dificultades reales y nosotros no podemos obviar ni nuestros problemas ni los de nuestros compañeros ni los de las familias de los alumnos”. Otros, en cambio, como Oriol Castellví, que dirige la escuela La Floresta de Sant Cugat del Vallès, cree que la propuesta de Rigau es alcanzable, aunque reconoce que “es inevitable que los estudiantes capten cómo te sientes”.
Para poder encajar los ajustes, la consejera pidió a los directores “compromiso y lealtad” y les recordó que son “líderes pedagógicos que representan a la Administración”, de modo que sus aspiraciones profesionales no tienen por qué acabarse en las cuatro paredes de la escuela, sino que pueden optar a “una carrera más larga” en la Administración.
Esta es una de las salidas que pueden conseguir los directores gracias al diploma que les acredita como profesionales de la dirección de centros escolares. Ayer se entregaron los títulos a la primera hornada de 80 docentes (59 ya son directores), después de superar un proceso de selección. Las pruebas consistían en un examen teórico sobre la legislación educativa y en un ejercicio práctico en que debían demostrar su capacidad de liderazgo y de resolver situaciones complicadas. “Me ha ayudado a ponerme al día”, reconocía la profesora de primaria María Ángeles Cadena, primera de la promoción.
Enseñanza espera repetir estas pruebas cada dos años para crear una bolsa de directores a la que acudir cuando se produzca una vacante, tanto en un centro como en la Administración.
Publicado en elpais.com/ccaa
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