Su centro, el Severo Ochoa de Alcobendas, fue uno de los más combativos de la 'marea verde'
La cámara tuvo que parar la grabación en mitad de la entrevista. “¿Cómo? ¿La primera de Madrid? ¿Qué dices?”. Lucía Cobarro necesitaba tomar aire. Con la melena castaña suelta y la cazadora vaquera abierta, sonríe minutos después al recordarlo. “Figúrate, me he enterado de que era la primera de Madrid por la tele, ha sido un shock”. Así ha pasado toda la mañana. Como una estrella de cine. Con los compañeros de instituto aplaudiendo, los amigos más cercanos llorando de alegría y el conserje persiguiéndole con un teléfono que echaba humo.
La joven, de 18 años, ha obtenido la mejor nota en Selectividad de toda la región, según los datos facilitados a las once de la mañana por las seis universidades públicas madrileñas, que revelan que un 91,86% de los 25.651 alumnos que se examinaron ha aprobado mientras que un 8,14% tendrá que intentarlo de nuevo en septiembre. Esto supone un ligero descenso respecto al año pasado, cuyo porcentaje ascendía a 92,73% de éxito en los exámenes.
Lucía se ha quedado a 25 centésimas de la excelencia absoluta: 9,975. Tiene nota de sobra para la carrera que quiere estudiar: Medicina. Y probablemente cerebro y constancia también de sobra para la especialidad que le apasiona: Neurología.
¿Y qué tal está? “Llevo riéndome toda la mañana”, explica junto a la puerta de su instituto, con la verja decorada con lacitos verdes reivindicativos. Porque el Severo Ochoa de Alcobendas ha sido uno de los más guerreros durante la marea verde, la protesta de la comunidad escolar contra los recortes en educación que arrancó en septiembre con el inicio de curso y que en este centro público, con unos 1.200 estudiantes y 92 docentes, sigue presente a punto de acabar el año escolar.
“Me gustaría decir algo”, pide el jefe de estudios antes de la entrevista con la joven del día. Gregorio Sanjuán explica que perdieron “entre 10 y 12 profesores interinos” con la ampliación de horario lectivo y el ajuste de personal. “Nos quedamos sin poder impartir dibujo técnico. Una docente del centro ha dado clase en los recreos a los ocho alumnos matriculados y algunos han sacado un 10 en Selectividad en esta asignatura”. Luego vuelve rápido al asunto que nos ocupa: la número uno de Madrid. “Es una alumna estupenda y estaba dentro de un curso brillante, el mejor de toda mi historia como docente”. Todos los estudiantes de su centro han aprobado.
Lucía Cobarro, que acaba de terminar una entrevista telefónica con una radio, cuenta su secreto, que no parece muy rebuscado. “El día que acabé el último examen salí porque eran las fiestas de Alcobendas y luego, ni un día más”. Era la primera en llegar a la biblioteca cada día para repasar. Empezó la Selectividad “con muchas ganas” y el examen de Lengua no le pareció difícil. En Química sufrió un poco, asegura, a pesar de que tiene un premio nacional en la materia, ha contado su jefe de estudios. Ha obtenido un 10 en tres asignaturas (Lengua, Historia y Física); un 9,75 en otras tres (Francés, Matemáticas II y Química) y su nota más baja (9,50) en Biología.
Su madre es profesora de Matemáticas y su padre, militar. Le encanta ir al gimnasio y a nadar. Toca la viola en la orquesta del pueblo y disfruta, como cualquier chico de su edad, cuando sale y cuando pasa las tardes en el parque.
Su verano se presenta divertido. De momento, se va a Alicante con su prima (la que le convenció para estudiar Medicina) a las hogueras de San Juan. Después formalizará la matrícula en la Autónoma o en la Complutense y espera sacarse el carné de conducir. Su expediente también brillante en Bachillerato (la nota media es un 10) le garantiza una beca. Ella no tendrá que pagar matrícula ni las tasas que deben abonar los estudiantes universitarios, que este año se encarecen de forma significativa según las horquillas fijadas por el Ministerio, pero cuyos precios aún están por fijar por las comunidades autónomas.
“Tengo la suerte de que mis padres son funcionarios, pero entiendo que es un problema y me parece mal que suban los precios tal y como está ahora la situación”, asegura. El resto del verano lo pasará entre las vacaciones en Mallorca con la familia y el campamento al que va todos los años en Santoña. “Estoy deseando ver a mis amigos de allí”, dice la chica con el mejor expediente de Madrid.
Publicado en elpais.com
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Cojjonudo, por muy buena nota que tenga esa chica, si sus dos padres trabajan y les sobra pasta para irse de vacas a playitas todos los años y demás actividades extraescolares, le damos la beca a ella, en lugar de a algún chaval de clase media o baja, que lo necesite más y tenga peores notas, por lo que sea.
ResponderEliminarVergonzoso.
Maldita Aguirre, maldito Wert, y maldito país.
Bueno, en este país hay que dar beca a aquella persona que aprovecha los estudios y demuestra que tiene interés por estudiar, si la renta es alta no debería darse a nadie, pero si premiar a los que sus rentas son bajas y estudian, aquellos que no dan palo al agua, ya basta de costearles todo.
Eliminarpor favor anonimo, anima y disfruta si puedes de la vida, la envidia es una compañera muy mala.
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