Se avecina lío con las becas. El Consejo Escolar del Estado, que representa a la comunidad educativa, ha rechazado este martes el informe sobre el borrador de Real Decreto que regula las ayudas estatales a la educación para el próximo curso. Y sin informe no hay decreto, porque el análisis del Consejo Escolar, aunque no es vinculante, sí es obligatorio que se emita.
El rechazo se ha basado en aspectos de forma y de fondo. El que los miembros del Consejo que han rechazado el texto consideran más grave es la forma: el Ministerio de Educación no ha cambiado el modelo de becas que implantó José Ignacio Wert, seguran, pese a que el PSOE lo criticó fuertemente cuando estaba en la oposición y anunció que lo modificaría al llegar al Gobierno. Pero no lo ha hecho.
El rechazo viene principalmente porque el PP, cuando accedió al Gobierno en 2011, cambió el modelo de becas, principalmente las universitarias. Entre las nuevas medidas tomadas, las que más rechazo generaron fue elevar los requisitos académicos para acceder a las becas y mantenerlas, subiendo las notas medias necesarias, e introducir una cantidad variable en la beca en función del dinero y el rendimiento propio y ajeno, de manera que nadie sabía exactamente cuánto dinero iban a recibir. Entre las consecuencias del modelo Wert, en cuatro años la beca media cayó en 332 euros.
Respecto a la forma, han explicado fuentes del Consejo, no les parece serio que se les haya presentado un texto a consideración cuando esta misma tarde se ha reunido el Observatorio de Becas y el Real Decreto podría verse modificado. El Consejo Escolar es el último órgano que opina sobre los borradores legales educativos.
Aunque el informe del Consejo no es vinculante para la decisión que tome el Gobierno respecto a si aprueba o no el borrador de decreto de becas, sí supone un aviso importante de la comunidad educativa (el Consejo lo forman profesores, alumnos, sindicatos y profesionales varios de la educación) a un Gobierno que en principio consideran afín a sus intereses.
El Consejo se reunirá de nuevo el próximo día 18 para evaluar de nuevo el borrador. Las partes esperaban para ver si el Gobierno anunciaba cambios esta tarde en el sistema del reparto de becas, tras la reunión del Observatorio, en el que participan los ministros de Educación, Isabel Celaá, y de Ciencia y Universidad, Pedro Duque.
Pero no ha sido así. Tras la segunda reunión del Observatorio desde que el PSOE está en el Gobierno, el Ejecutivo se ha escudado en "la actual situación política, con los presupuestos prorrogados de 2018 y con el Gobierno en funciones" para justificar que "los ministerios de de Educación y FP, y de Ciencia, Innovación y Universidades hayamos podido emprender hasta ahora, como era nuestro común, la amplia e importante reforma que el actual sistema de becas y ayudas al estudio necesita", según ha manifestado el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana.
También ha manifestado el número dos del ministerio que "es preciso estudiar y diseñar un sistema de becas y ayudas que avance en esa equidad y que favorezca al máximo número de estudiantes".
Unas palabras muy parecidas pronunció la ministra, Isabel Celaá, tras la primera reunión del Observatorio, en diciembre de 2018. La nota de Educación de aquel día explicaba: "El cometido del Observatorio (...) será revisar el modelo de becas, revertir esta situación y crear un 'sistema de becas más integrado, ampliando su cobertura, sus cuantías y su función preventiva del abandono temprano tanto en Bachillerato como en Formación Profesional', tal y como ha destacado la ministra Celaá".
Unas sesiones broncas
La modificación de cierto peso introducida hasta ahora respecto al sistema del PP ha sido la ya aplicada el año pasado subida de 100 euros para los estudiantes más desfavorecidos y rebajar de 5,5 a 5 la nota necesaria para acceder a una beca en el primer curso. También, informa Educación, se atenderá una de las principales reivindicaciones del Consejo, que se adelanten los plazos de petición y entrega de las becas para que los destinatarios no tengan que adelantar el dinero de su bolsillo.
Y no será porque al PSOE le guste el sistema: las comisiones de Educación en el Congreso en la legislatura en la que el exministro José Ignacio Wert implantó el nuevo sistema eran broncas, por decirlo suavemente, con las dos partes llamándose "mentiroso" mutuamente.
"Entendemos que el año pasado, por la coyuntura, con la moción de censura en junio y el curso a punto de empezar tenía un sentido que el PSOE argumentara que no había tenido tiempo para cambiar el decreto", explica Maribel Loranca, secretaria general de FETE-UGT, el rechazo de buena parte de la comunidad educativa al decreto del Gobierno.
"Pero en esta ocasión ha habido un continuismo presentando un decreto muy parecido. Es cierto que el rechazo al proyecto de presupuestos [que acabó derivando en convocatoria de elecciones] supuso una dificultad que afectó a una subida de 150 millones de euros extra que quería poner el Gobierno, pero hay cuestiones que no costarían ni un euro, como garantizar un mecanismo para que las familias reciban las ayudas antes de matricularse, que no tengan que adelantar el dinero o incluso pedir préstamos porque se les paga muy tarde", añade. Según el Gobierno, esta cuestión debería estar resuelta en esta próxima convocatoria.
Otro de los puntos en cuestión del decreto de becas es la ayuda variable que fijó el Gobierno del PP. La cuantía fija ligada a la renta se fija en 1.600; la de residencia es de 1.500 euros; la básica asciende a 200 euros. Y luego está la variable, que depende de una fórmula que no es pública y que depende del dinero restante en la partida de becas y además del rendimiento académico propio y ajeno.
"Entendemos que la ayuda es un derecho subjetivo del alumno", explica Loranca. "Las becas no están para premiar, son un mecanismo para intentar garantizar la igualdad de oportunidades. Y eso es darle más a quién más necesita, no darles a todos lo mismo", cierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario