Los hechos de esta afirmación son de sobra conocidos por parte de toda la Comunidad Educativa madrileña. La aplicación práctica de la ideología neoliberal en el terreno educativo supone la destrucción del sistema público de Educación y va ligada a la voluntad de mercantilizar absolutamente todo. Es por ello reconocible cómo se favorece a la privada-concertada mediante aumentos presupuestarios para los conciertos; cómo se producen cierres de centros públicos, reducción de líneas, cierres de ciclos formativos empujando a las familias a matricularse en centros privados-concertados por falta de oferta de plazas públicas, y cómo se genera un auténtico caos en el proceso de matriculación en el que miles de familias (cuatro mil, según las estimaciones más optimistas) no pueden ejercer el tan cacareado derecho a la libre elección de centro.
La política de recortes va degradando cada vez más la prestación del derecho a la Educación pública, universal, gratuita y de calidad con masificaciones de aulas, pérdida de recursos del profesorado, pérdida de plantilla docente, de orientadoras, de aulas TEA (como la del IES Pérez Galdós), de profesorado especializado en necesidades educativas especiales… todo lo que genera desigualdad en la sociedad y va transformando a la Educación Pública en todo lo contrario a los principios de inclusividad y equidad.
Porque las políticas educativas neoliberales no buscan eso. Buscan que la educación sea un mero eslabón más en el sistema productivo capitalista, por el cual las clases populares tienen ya asignado su papel. Cuestiones como la formación de espíritu crítico no importan. Ya se encargan de ahogar en el inglés esas asignaturas que pueden desarrollarlo en una calculada aplicación del bilingüismo como arma segregadora, por la que nuestro alumnado ni es bilingüe ni aprende ciencias sociales y naturales.
Pero comenzábamos hablando del Principio de Conservación de la Energía. Y en ese proceso de transformación sabemos que no toda la energía se transforma en otra forma de energía y que hay una parte que se transforma en calor. Siguiendo con la metáfora, y sin lugar a dudas, el calor en el desmantelamiento de la Educación Pública es la corrupción.
La corrupción de la trama Púnica, que ha beneficiado al Partido Popular y que presuntamente ha servido para enriquecer a sus consejeros a través de recibir las correspondientes mordidas en las cesiones de suelo público para la construcción de las empresas educativas que son los centros privados-concertados. Así como el presunto desvío de fondos públicos ordenado por la Consejería de Lucía Figar y orquestado por la trama Púnica para emprender una campaña para desprestigiar a Marea Verde Madrid en redes. Esta es otra forma de corrupción.
También lo es entender lo público como patrimonio propio. En este sentido, la disposición de las arcas públicas para promocionar determinados programas estrella que Esperanza Aguirre puso en funcionamiento, como el bilingüismo, con campañas en radio y televisión. En plena crisis, no puedes llegar a mediados de mes, pero te puedes quejar en inglés. Eso sí, la evaluación te la hace el Trinity College, que tampoco lo hace gratis. Así como el pago de 645.000€ a una empresa privada en 2017 para la elaboración y recogida de los resultados de las pruebas LOMCE, que no para la preparación de los exámenes, que no de las correcciones. Corrupción es hacer un manual de cierre de centros públicos, como se ha aprobado en la Asamblea de Madrid. Porque corrupción es enajenar bienes públicos a sus legítimas propietarias: los y las ciudadanas.
Todo ese calor que se desprende de la transformación de un derecho en una mercancía es la otra cara de la precariedad laboral del profesorado, del fracaso escolar, de la no inclusividad, del recorte en becas para los centros públicos, que no en los privados-concertados y en los privados, con desgravaciones fiscales por uniforme escolar para las familias. En resumidas cuentas, Recortes y corrupción son las causas de la situación de la Educación en Madrid. Cualquier día de estos, las clases trabajadoras despertaremos viendo que tenemos que pagar por respirar mientras que algún político neoliberal, naranja o azul, se está llevando su 3% correspondiente. Entonces, y solo entonces, nos daremos cuenta de las oportunidades perdidas que hemos tenido para evitar esa situación.
Hace calor.
Asamblea Marea Verde Madrid
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