Desde hace varios años crece el número de colectivos educativos que critican el programa de bilingüismo de la Comunidad de Madrid. El PCM quiere sumarse a esta creciente oposición a un programa que, lejos de mejorar la enseñanza del inglés en las aulas, ha perseguido en todo momento causar graves perjuicios a la Escuela Pública y al derecho a la educación inclusiva y de calidad en la equidad.
Por supuesto, no se trata de cuestionar la enseñanza del inglés o cualquier otro idioma extranjero en la Escuela. Lo que afirmamos es que este es un programa concebido por el Gobierno madrileño del PP con otras metas no declaradas.
El programa de bilingüismo no ha sido evaluado nunca y el supuesto balance que recientemente ha publicado el gobierno de Cifuentes adolece de la debida seriedad. El PCM denuncia que el PP no ha querido evaluar su programa estrella por dos razones.
En primer lugar, porque no pueden admitir los resultados más que mediocres que arrojaría la evaluación del alumnado en conocimientos de inglés. Pensemos que seis años de inglés en Primaria para obtener un nivel A2, que se consigue en segundo de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas, no debería compensar el estipendio de recursos que se destinan al programa. Estos recursos deberían destinarse prioritariamente a subsanar los serios problemas que tiene ahora mismo el sistema educativo madrileño después de años de recortes.
En segundo lugar, el PP no necesita saber cómo va el programa realmente, porque sus objetivos políticos han sido logrados con creces y lo saben. Veamos cuáles son esos propósitos ocultos:
Primero, el programa de bilingüismo se concibió como un mecanismo de segregación social imponente, que separa al alumnado con ventajas socioeconómicas y culturales del más vulnerable desde edades tempranas. Neoliberalismo político en estado puro.
Para seguir adecuadamente el programa se necesitan recursos externos a la Escuela, como viajes al extranjero o refuerzo de academias privadas o que la familia sepa inglés para ayudar en las tareas o que la familia pueda compensar el aprendizaje que se pierde por dar ciencias en inglés. El programa favorece entonces a las familias con más recursos económicos y culturales, pues no contempla medidas de refuerzo en los centros escolares ni siquiera ante dificultades puntuales del alumnado.
Más grave es la situación del alumnado con necesidades educativas especiales. Simplemente no puede seguir el programa y se le invita, de una u otra manera, a abandonar el centro. Es un atentado en toda línea contra la inclusividad en la Escuela.
Segundo, el bilingüismo ha provocado una grave fractura entre el profesorado, entre los habilitados en inglés y los damnificados por el bilingüismo, alentados así a competir por el insuficiente número de plazas que dispone la Consejería en los centros educativos. El clásico divide y vencerás aplicado a un colectivo temible, si permanece unido en la defensa de la Escuela Pública de tod@s y para tod@s.
http://www.pcmadrid.org/index.php/component/content/article/2288-2017-02-12-18-28-23.html
Tercero, el énfasis en el inglés se ha realizado a costa de impartir en ese idioma las materias de ciencias sociales y ciencias naturales, plástica, tecnología, música y educación física, de manera que la calidad de estas asignaturas se ha visto seriamente comprometida.
Además, la tutoría con el grupo se debe hacer en inglés, de manera que cualquier comunicación espontánea o sincera de cualquier conflicto desaparece por incapacidad lingüística. Así atiende y previene el PP posibles problemas de convivencia en la comunidad escolar.
Estos asuntos y estas materias, que para el PP sirven tan poco a la empleabilidad que defiende la LOMCE, son esenciales para el desarrollo integral de personas creativas, bien formadas, críticas y solidarias.
En ningún país de Europa se imparten otras materias en inglés. Si hay que reforzar el aprendizaje de un idioma extranjero, se hace aumentando las horas o desdoblando en grupos reducidos, nunca perjudicando la calidad formativa de otras áreas.
Es obvio que impartir la historia de España, por ejemplo, en inglés, no sólo es poco coherente con su habitual exhibición de patriotismo, sino que persigue, por encima de todo, impedir al alumnado una aproximación veraz, científica, objetiva –que no neutral- a la historia de su país y limitarle así considerablemente la capacidad crítica que se adquiere a través del aprendizaje de los conocimientos humanísticos y de las ciencias sociales.
El informe elaborado por el Área de Educación de Izquierda Unida, que se puede consultar en el Observatorio por la Educación Pública, indica que el programa del PP no parece haber demostrado ser especialmente efectivo en el desarrollo de las capacidades comunicativas en inglés, la lengua que monopoliza los programas, y, lo que es más grave, se ha convertido posiblemente en un lastre para los objetivos de otras materias: “hay un efecto negativo claro, cuantitativamente sustancial, sobre el aprendizaje de la asignatura enseñada en inglés”. Con IU afirmamos que ni se aprende inglés, ni se aprende science.
Así, tanto desde el PCM como desde IU, alertamos de que el inglés que se aprende es apenas el necesario para un modelo de desarrollo basado en el turismo y la emigración, donde el inglés sea una herramienta para empleos precarios en el sector servicios o para la búsqueda de empleo fuera del país.
Cuarto, el programa de bilingüismo de la Comunidad de Madrid no se ha evaluado nunca, pero el alumnado que lo cursa debe someterse a periódicas pruebas externas. En cuarto de Primaria, con apenas nueve o diez años, el alumnado es examinado por el Trinity College of London, una institución privada y extranjera. Es un examen innecesario, que no tiene ningún valor curricular ni pedagógico y que caduca en dos cursos. Hubo un tiempo que se hizo en Madrid incluso uno de estos exámenes en segundo de Primaria, hablamos de niños y niñas de siete u ocho años. Pensamos que la presión de los colectivos educativos consiguió suprimirlos y acabar con este despropósito.
Más peligrosos son los exámenes de sexto de Primaria, el PET y el KET de Cambridge, porque los resultados que se obtienen en ellos derivan a los estudiantes a la sección o al programa, debidamente jerarquizados, de los institutos bilingües y su no superación, les dirige a centros no bilingües, convertidos a la sazón en guetos sociales, clasificándolos así para perdedores o ganadores del sistema a la edad de doce años. Las familias, conocedoras del absurdo de dirimir las capacidades de sus hijos e hijas exclusivamente a partir del inglés, tienen que comulgar con rueda de molino pues, negarse, conduce a sus hijos e hijas a callejones sin salida, a centros gueto sin recursos donde se amontona al alumnado con más dificultades.
Por otro lado, en estos momentos, cuando el gobierno de Cifuentes intenta justificar su ataque a la Escuela Pública a través de los recortes y la supresión de becas, con la excusa del ahorro y la eficiencia, las cantidades de dinero público que se entregan a estas empresas suponen un auténtico derroche y no debemos ser cómplices del negocio de algunos.
Nuestros profesores ya están haciendo una evaluación competente y continua de los conocimientos del alumnado. Conocen su punto de partida y sus progresos. Esta evaluación formativa es más útil y real que la resultante de una entrevista que un desconocido realiza en menos de siete minutos, como es el caso del Trinity. Estas pruebas externas cuestionan la valía de nuestro profesorado, que ya ha sido habilitado por la Comunidad para enseñar inglés. Además, ellos y ellas enseñan motivando para progresar y aprender no es sólo cuestión de exámenes.
Quinto, como el daño no es suficiente, gracias a la resistencia de los mejores profesionales de la enseñanza y de la extensión entre las familias de campañas de reflexión sobre el programa, Cifuentes anuncia ahora que van a extender el programa de bilingüismo a la etapa de Infantil.
El PCM afirma que se trata de una aberración pedagógica profunda pretender anteponer el aprendizaje del inglés al dominio de la propia lengua en años clave del desarrollo de los niños y las niñas. Reivindicamos el derecho de nuestros hijas e hijos a no ser clasificados en triunfadores o fracasados desde los cinco años y su derecho natural a aprender a hablar al ritmo de su edad en el idioma materno, el de los afectos y las emociones, para construirse como personas emocionalmente maduras, socialmente competentes e intelectualmente curiosas.
Saludamos desde el PCM las magníficas reflexiones críticas sobre el programa de bilingüismo del PP que están desarrollando en Madrid organizaciones y colectivos como distintas Plataformas por la Escuela Pública, la Asamblea de Marea Verde, la FREM de CCOO, CGT, los MRP, RedIRIS, YoEstudiéenlaPública o el grupo BabelRed21, entre otros muchos.
Como ellos, el PCM entiende que es importante que la comunidad educativa conozca los graves perjuicios que ocasiona esta política lingüística en la Escuela, para que crezca la oposición al programa y la objeción a las pruebas externas asociadas por innecesarias, antipedagógicas, estresantes y segregadoras.
Tercero, el énfasis en el inglés se ha realizado a costa de impartir en ese idioma las materias de ciencias sociales y ciencias naturales, plástica, tecnología, música y educación física, de manera que la calidad de estas asignaturas se ha visto seriamente comprometida.
Además, la tutoría con el grupo se debe hacer en inglés, de manera que cualquier comunicación espontánea o sincera de cualquier conflicto desaparece por incapacidad lingüística. Así atiende y previene el PP posibles problemas de convivencia en la comunidad escolar.
Estos asuntos y estas materias, que para el PP sirven tan poco a la empleabilidad que defiende la LOMCE, son esenciales para el desarrollo integral de personas creativas, bien formadas, críticas y solidarias.
En ningún país de Europa se imparten otras materias en inglés. Si hay que reforzar el aprendizaje de un idioma extranjero, se hace aumentando las horas o desdoblando en grupos reducidos, nunca perjudicando la calidad formativa de otras áreas.
Es obvio que impartir la historia de España, por ejemplo, en inglés, no sólo es poco coherente con su habitual exhibición de patriotismo, sino que persigue, por encima de todo, impedir al alumnado una aproximación veraz, científica, objetiva –que no neutral- a la historia de su país y limitarle así considerablemente la capacidad crítica que se adquiere a través del aprendizaje de los conocimientos humanísticos y de las ciencias sociales.
El informe elaborado por el Área de Educación de Izquierda Unida, que se puede consultar en el Observatorio por la Educación Pública, indica que el programa del PP no parece haber demostrado ser especialmente efectivo en el desarrollo de las capacidades comunicativas en inglés, la lengua que monopoliza los programas, y, lo que es más grave, se ha convertido posiblemente en un lastre para los objetivos de otras materias: “hay un efecto negativo claro, cuantitativamente sustancial, sobre el aprendizaje de la asignatura enseñada en inglés”. Con IU afirmamos que ni se aprende inglés, ni se aprende science.
Así, tanto desde el PCM como desde IU, alertamos de que el inglés que se aprende es apenas el necesario para un modelo de desarrollo basado en el turismo y la emigración, donde el inglés sea una herramienta para empleos precarios en el sector servicios o para la búsqueda de empleo fuera del país.
Cuarto, el programa de bilingüismo de la Comunidad de Madrid no se ha evaluado nunca, pero el alumnado que lo cursa debe someterse a periódicas pruebas externas. En cuarto de Primaria, con apenas nueve o diez años, el alumnado es examinado por el Trinity College of London, una institución privada y extranjera. Es un examen innecesario, que no tiene ningún valor curricular ni pedagógico y que caduca en dos cursos. Hubo un tiempo que se hizo en Madrid incluso uno de estos exámenes en segundo de Primaria, hablamos de niños y niñas de siete u ocho años. Pensamos que la presión de los colectivos educativos consiguió suprimirlos y acabar con este despropósito.
Más peligrosos son los exámenes de sexto de Primaria, el PET y el KET de Cambridge, porque los resultados que se obtienen en ellos derivan a los estudiantes a la sección o al programa, debidamente jerarquizados, de los institutos bilingües y su no superación, les dirige a centros no bilingües, convertidos a la sazón en guetos sociales, clasificándolos así para perdedores o ganadores del sistema a la edad de doce años. Las familias, conocedoras del absurdo de dirimir las capacidades de sus hijos e hijas exclusivamente a partir del inglés, tienen que comulgar con rueda de molino pues, negarse, conduce a sus hijos e hijas a callejones sin salida, a centros gueto sin recursos donde se amontona al alumnado con más dificultades.
Por otro lado, en estos momentos, cuando el gobierno de Cifuentes intenta justificar su ataque a la Escuela Pública a través de los recortes y la supresión de becas, con la excusa del ahorro y la eficiencia, las cantidades de dinero público que se entregan a estas empresas suponen un auténtico derroche y no debemos ser cómplices del negocio de algunos.
Nuestros profesores ya están haciendo una evaluación competente y continua de los conocimientos del alumnado. Conocen su punto de partida y sus progresos. Esta evaluación formativa es más útil y real que la resultante de una entrevista que un desconocido realiza en menos de siete minutos, como es el caso del Trinity. Estas pruebas externas cuestionan la valía de nuestro profesorado, que ya ha sido habilitado por la Comunidad para enseñar inglés. Además, ellos y ellas enseñan motivando para progresar y aprender no es sólo cuestión de exámenes.
Quinto, como el daño no es suficiente, gracias a la resistencia de los mejores profesionales de la enseñanza y de la extensión entre las familias de campañas de reflexión sobre el programa, Cifuentes anuncia ahora que van a extender el programa de bilingüismo a la etapa de Infantil.
El PCM afirma que se trata de una aberración pedagógica profunda pretender anteponer el aprendizaje del inglés al dominio de la propia lengua en años clave del desarrollo de los niños y las niñas. Reivindicamos el derecho de nuestros hijas e hijos a no ser clasificados en triunfadores o fracasados desde los cinco años y su derecho natural a aprender a hablar al ritmo de su edad en el idioma materno, el de los afectos y las emociones, para construirse como personas emocionalmente maduras, socialmente competentes e intelectualmente curiosas.
Saludamos desde el PCM las magníficas reflexiones críticas sobre el programa de bilingüismo del PP que están desarrollando en Madrid organizaciones y colectivos como distintas Plataformas por la Escuela Pública, la Asamblea de Marea Verde, la FREM de CCOO, CGT, los MRP, RedIRIS, YoEstudiéenlaPública o el grupo BabelRed21, entre otros muchos.
Como ellos, el PCM entiende que es importante que la comunidad educativa conozca los graves perjuicios que ocasiona esta política lingüística en la Escuela, para que crezca la oposición al programa y la objeción a las pruebas externas asociadas por innecesarias, antipedagógicas, estresantes y segregadoras.
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