En estos momentos en
los que la crisis golpea a una parte de las familias, los integrantes de la
Plataforma por la Escuela Pública estamos preocupados por las consecuencias de
la modificación de la jornada escolar.
Nuestro respeto a la reivindicación laboral de la jornada continuada va
unido a la defensa de la función social de los centros educativos, que engloba
la jornada lectiva -incluida la tutoría
con las familias- y los servicios complementarios (comedor, actividades
extraescolares) Por lo que exigimos que
la Consejería de Educación garantice que en todos los centros se atienden esos
aspectos, asegurando becas para las familias que lo necesiten (comedor y
libros) y, además, reanudar los conciertos con los Ayuntamientos para que
dispongan de esa partida para la ampliación de jornada de los Centros.
Entendemos que la
política de la Sra. Figar de fomentar el deterioro de la escuela pública para
favorecer la privatización es lo que motivó la imposición de la norma de
finales del curso pasado -no negociada con los sindicatos- que no aseguró esos
servicios (de hecho se ha constatado una caída media que supera el 35% del
número de alumnos que acuden al comedor escolar, caída que se había iniciado dos cursos antes con la desaparición
de becas del comedor - , cifra que se aproxima a la de poblaciones como Parla
en cuyos centros, tras 3 años de jornada continuada, los comensales han descendido un 50%). Se corre el riesgo de que haya alumnos mal
alimentados y que, en algún centro, la empresa no vea rentable el comedor. También
se observa un descenso de participación en las actividades extraescolares, lo
que pudiera provocar su encarecimiento, lo que las hará inaccesibles para más
familias, cuando la reivindicación histórica de la jornada continuada
conllevaba actividades gratuitas para todos a cargo de la Comunidad y el Ayuntamiento.
Es tal el interés de la Consejera porque
todos los centros pasen a ser de jornada continuada que fijó en la norma que, en aquellos centros
donde aún no la haya, la comunidad escolar puede votar cada año, mientras que
los que ya la tienen han de hacerlo cada dos años, aspecto claramente
discriminatorio.
Nos preocupa que en
algunos barrios las familias no tengan la opción de elegir jornada. La falta de
esta opción puede favorecer el trasvase de alumnos a los centros concertados.
También habría que
reflexionar si, desde el punto de vista de la atención de los alumnos, es conveniente un solo descanso entre periodos,
uno de tres horas, especialmente entre los alumnos más pequeños.
Esta Plataforma lamenta las tensiones que se
produjeron el curso pasado en muchos centros en el debate sobre la forma de
jornada, favorecidas por la regulación precipitada. Y, dado que la Consejería
de Educación también buscará este curso el
enfrentamiento entre defensores de la jornada partida y defensores de la
jornada continuada, la Plataforma
por la Escuela Pública propone sumar voluntades para que los debates en los
centros sean tranquilos. Para lograrlo
es imprescindible que defensores de ambos modelos puedan expresar sus
argumentos con libertad en varias
reuniones antes de llegar a la votación
cuyo resultado ha de ser acatado por
todos. Nadie deberá cuestionarlo al ser fruto de una decisión democrática. La unidad de las comunidades educativas,
respetando que hay intereses distintos, es esencial para que sigamos mejorando
el modelo de escuela pública.
Para sumar al mayor
número de voluntades la Plataforma se propone llevar estos planteamientos a las organizaciones
sociales de nuestra localidad.
Leganés, diciembre de 2013
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