Una breve muestra
indica que, en el presente, abundan ingredientes para que parezca como que hacemos,
aunque reiteremos pautas inmóviles.
1.- GÉNERO: Dice el arzobispo
de Toledo –puesto que en tiempos anteriores al XIX era muy apetecible por
su riqueza feudal- que “no cree en la igualdad de género”. “No es –dice- la
solución para vencer al machismo inaceptable”. Por su parte, el Banco de
Santander patrocina en el mismo periódico un contenido en que propaga que “el talento
no entiende de género”, tratando de hacerse eco de una exposición fotográfica
que patrocina. El mensaje, que en el primer caso es más primitivo y tendente a que no se disperse el rebaño, en
el segundo se abre a múltiples interpretaciones. ¿Es una cuestión de marketing,
que cada una de las dos empresas –según Ángel
Munárriz, la Iglesia también es S.A.-
trata de manejar a su favor?
2.- MADRID CENTRAL: Tarde y más regular que
bien, se había logrado concretar un mecanismo que paliara un serio problema de
Madrid. Después de años de inoperancia y tratamiento fraudulento de las
estaciones medidoras del aire, podía ser un buen comienzo. De pronto, el cambio
municipal arrampla
con los datos, con el interés del proyecto y resetea todo. A Larra le
hubiera encantado oír a Díaz Ayuso, arguyendo que hacía aumentar la
delincuencia. Para mayor desconcierto, una jueza ha puesto algo de orden en
el guirigay y, mientras Almeida persiste en su idea feliz de que ese
Madrid Central era un desmán, la UE ha
recordado que
si no le ponen coto a la contaminación ambiental de la ciudad pronto
habrá multa por no cumplir. ¿Es un problema de lectura o de sintaxis….?
3.- EDUCACIÓN INCLUSIVA: Díaz
Ayuso también ha mostrado su afán por el trabajo educativo dejando a muchos
docentes al borde de la incompetencia: “Hay padres preocupados
porque se rumorea que en algunos colegios hay colectivos
que hablan a sus hijos de temas que ellos no quieren”. Y se ha apuntado a
“seguir avanzando en el respeto a la diversidad, en
la tolerancia y contra la discriminación y contra el acoso”. Por su parte, sus
aliados de VOX –con la anuencia de Aguado, del Cs- han comenzado a pedir
–repitiendo la dinámica iniciada en Andalucía- los listados de quienes hubieran
impartido talleres sobre diversidad afectivo-sexual. No han tardado en
CCOO-Madrid en recordar la serie de derechos y normas
legales que entre unos y otros están sobrepasando. ¿A quién o quiénes
aprovechan las supuestas rumorologías?
4.-
CIUDADANÍA: La sesión de la Asamblea
de Madrid para una investidura presidencial de la Comunidad, sin nadie a quien
investir, tuvo ingredientes de gran interés. Por un lado, Vox logró ser el
centro: estuvo
en boca de cuantos oficiaron en el acto, pese a ser el
segundo partido más pequeño. Por otro, Cs mostró, una vez más, cómo sus tácticas
e interés como partido le llevan a un callejón sin salida: va de víctima y,
además de trapisondista en su trato de tapadillo con la ultraderecha, no cesa de
ser el regenerador de un PP corrupto. Y en
tercer lugar, todos los partidos, incluidos los que tienen alguna posibilidad
real de que no se repitan las elecciones, han estado acordes en emitir mensajes
en que pretextaban un altísimo interés por la ciudadanía. En un arrebato de
sincera desmesura, lo resumió Rocío Monasterio (de Vox, claro): “No vamos a
dejar de hacer esfuerzos, de dedicar horas para llegar a un acuerdo, porque creemos
que los madrileños se lo merecen”. ¿Pensaba que
creíamos que se habían cansado?
5.- MERITOCRACIA: El
de Patricia Ortega, primera mujer ascendida
al generalato en el Ejército
español, ha sido acontecimiento propicio para dar una pátina de modernidad a
esta institución. Su cúspide era alcanzable también por quienes habían pasado
ya de ser, como en la sociedad, secundarias en las conversaciones de oficiales.
Desde el 23.03.1988,
en que fue publicado el primer Real Decreto que
aprobaba el acceso de las mujeres a los cuerpos y escalas del Ejército en las
mismas condiciones de acceso y promoción que los hombres, han transcurrido 31
años, lo que añadido a las condiciones que ha tenido que acreditar esta mujer,
hace preguntarse: ¿Es rápido o lento el ritmo
de igualdad y el canon de mujer que aquí se han puesto de
manifiesto?
Y 6.- MIRADAS DESDE LA HISTORIA:
“Feminidad” frente a “feminismo” era, según contó
en su momento Mª José Lejárraga,
el eslogan de comienzos del siglo XX
frente a las pretensiones de las mujeres pioneras de sus derechos. Qué abarcaban
ambos constructos ha sido un debate abierto e inconcluso. Íntimamente
vinculados a la educación, sus simbolismos y leyes, ahí continúa -con argumentos
idénticos a los de antaño- en un presente muy rico en postales indicativas de
que la fecha de caducidad de pautas sociales relevantes no ha cesado. Si lo que Patrimonio
Nacional quiere exhibir en su Museo de las Colecciones Reales
es cronológica y temáticamente corto, estas historias actuales desbordan, por transversales,
a las que intentará contar de Austrias y Borbones; no han concluido y acreditan
un acendrado pedigrí, fácilmente comprobable.
Recién
inaugurado el Ministerio de Educación, en 1900, García Álix ya señalaba cómo “la libertad de enseñanza, en nuestro país, se
ha convertido en un censurable mercantilismo. La moda, el capricho, la
propaganda interesada, han venido apartando de los centros docentes oficiales a
los hijos de nuestras clases elevadas o acomodadas, entregándolos a los
colegios de instituciones de carácter privado que, con la llamada
incorporación, vayan secando el tronco de la enseñanza oficial” (Diario del Congreso de Diputados, 17.12.1900).
Por
otro lado, oír
hablar actualmente a algunos políticos indica lo poco que se ha cambiado. Francos
Rodríguez, testigo de lo que pregonaron los Congresos Católicos desde 1889 –después
de que León XIII adoctrinara sobre libertad de educación, de conciencia y de
expresión (Libertas praestantissimum, 15, 18,
19…, 30, 31)-, los veía más que como “lugares de concordia y de fe”, como “el
bastión donde resonaron gritos de guerra, frases incendiarias y palabras que
conmovieron la conciencias, no para elevarlas a Dios, sino para empujarlas con
un odio inextinguible a la lucha fratricida” (Diario de Sesiones del Congreso de Diputados, 12.07.1901).
Y
vino esta, acompañada de contrarreformas. Como aquel curso para enseñantes de Primaria,
en junio de 1938 (Pamplona), donde, según
contaría Marta Mata, “más de la mitad del tiempo estuvo dedicado a temática
ideológica, un tercio a educación física y el resto a formación pedagógica”. O la
constitución del CSIC en 1939, por Ley de 24
de noviembre. Para erradicar la JAE e indirectamente la ILE, se empeñaron
-“frente a la pobreza y paralización pasadas”- en “imponer al orden de la
cultura las ideas esenciales que ha inspirado nuestro Glorioso Movimiento, en
las que se conjugan las lecciones más puras de la tradición universal y
católica con las exigencias de la modernidad”… Con el
resultado de que, hasta 1943, habían depurado
a más de 60.000 maestros y profesores.
¡Suerte
y buen verano!
Manuel Menor Currás
Madrid, 15.07.2019
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