Agustín Moreno nos envía su último artículo publicado en Cuarto Poder:
Ha sido mucho el daño social que ha hecho el PP en la última legislatura, muchas las luchas laborales y ciudadanas contra los recortes de derechos y libertades, muchas las expectativas depositadas en las urnas. Por eso estamos obligados a hacer las cosas bien, a no defraudar a la gente, a ser eficaces.
Leo que PSOE y Podemos van a llevar al Congreso de los diputados una serie de debates sobre la derogación de leyes sin esperar a la investidura del gobierno. Me suena bien, ya que estamos hablando de leyes tan odiosas e inútiles como la reforma laboral o la LOMCE. Pero veamos alguna experiencia y analicemos con más detenimiento la jugada.
Este verano se aprobó una Proposición No de Ley (PNL) en la recién constituida Asamblea de Madrid que pedía retrasar la aplicación de la LOMCE en esta comunidad. Para ello fue necesario que se sumaran los votos a favor de Podemos y del PSOE, y que se abstuviera Ciudadanos; el PP voto en contra. Este debate y votación llenó de alegría a la Marea Verde y a la comunidad educativa madrileña, aunque la mayoría de ella desconocía que era una PNL.
En la medida en que las PNL no tienen fuerza de obligar y que el gobierno regional es del Partido Popular, gracias a Ciudadanos, no ha cambiado nada en Madrid en materia educativa. La LOMCE se sigue aplicando en educación primaria y ha entrado en vigor en 1º y 3º de la ESO y 1º de bachillerato. Los presupuestos de educación para 2016 dan continuidad a los recortes y al deterioro de la educación pública y siguen primando a la educación concertada y privada. Habría que recordar que en la comunidad de Madrid, Izquierda Unida con 130.000 votos no obtuvo ningún diputado, que se perdieron por la ley electoral y por la falta de unidad de la izquierda, y que solo faltó un diputado para poder desalojar del poder al peor PP (Aguirre, González…y los casos de corrupción).
Esta estrategia de registrar iniciativas parlamentarias (PNL) para celebrar debates e instar a un gobierno –en funciones− a derogar algunas leyes puede tener algunas pequeñas virtudes. Demuestra que el PP está en minoría, fija la posición del legislativo, obliga a retratarse a todo el mundo, da la apariencia de que el Congreso de los diputados no está paralizado. Pero es un gesto político sin valor legal ni jurídico, porque las PNL no son vinculantes y el gobierno no tiene la obligación de respetarlas. La situación de emergencia del país y de su ciudadanía exige hechos, no gestos y palabras.
Aprendamos de los errores y vayamos en serio de una vez. ¿No hubiera sido mejor haber alcanzado un acuerdo de unidad entre las fuerzas a la izquierda del PSOE para optimizar todas las emociones y todos los votos, a pesar de la ley electoral? ¿No sería mejor sentarse a negociar hasta la extenuación un acuerdo de progreso para dar solución a los problemas de la ciudadanía? Y sé que es difícil porque a unos no les dejan ni intentarlo y otros ponen condiciones que no lo facilitan.
La mejor manera de demostrar que el PP no tiene mayoría es evitando que gobierne. Y este no es un riesgo descartado. La estrategia del sector de Susana Díaz es echar primero a Pedro Sánchez, luego abstenerse para dejar gobernar a Rajoy uno o dos años y recomponer el partido para ser la candidata a la presidencia del gobierno. Por ello existe la obligación de intentar un acuerdo sobre un gobierno o un programa progresista que evite que vuelva a gobernar el PP. De lo contrario, seguirá el teatro parlamentario sin consecuencias prácticas, la lucha por el poder en el PSOE, el debate para acarrear a otras orillas a militantes de IU cansados de perder, o la carrera de todos para cargarse de razón de cara a elecciones anticipadas. Pero el cambio no era esto. No era esto.
Las preguntas a hacernos son: ¿Por qué lo que ha sido válido para desalojar al PP de Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón, Baleares y ayuntamientos como el de Madrid y otros muchos, no lo es para echar al PP del gobierno de España? ¿Por qué no se puede intentar un acuerdo a la portuguesa, con un gobierno o un programa de progreso con una serie de prioridades? ¿Podrían servir de base de este programa un plan de rescate ciudadano (contra la pobreza en general y la energética en particular, los desahucios, etc.), un paquete de derogaciones de leyes perniciosas (reforma laboral y de pensiones, LOMCE, ley mordaza, artículo 135 de la CE…), la apertura de un proceso de reforma de la Constitución y finalmente el compromiso de decidir en Cataluña (referéndum) sobre el nuevo modelo territorial que se ofrezca?
Los ciudadanos esperan soluciones y no un empantanamiento de la situación política durante meses. Y si no las hay, pasarán factura. Descartado a corto plazo un gobierno de gran coalición, si no se explora un acuerdo de progreso solo quedan dos escenarios posibles: un nuevo gobierno de Rajoy después de muchas presiones al PSOE o nuevas elecciones donde, ojo, es posible que al PP le vaya mejor que el 20-D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario