Europa Laica inicia una campaña para animar a los padres a que no rellenen los impresos de preinscripción que les piden optar por la Religión o su nueva alternativa académica
MAR RUIZ
Coincidiendo con la inminente apertura de preinscripción escolar para el próximo curso, que ya se ha iniciado en algunas comunidades autónomas, Europa Laica difunde una campaña para pedir a los padres que no matriculen a sus hijos en Religión con la puesta en marcha de la nueva ley de Educación.
La campaña incluye un folleto editado en castellano, catalán, euskera y gallego en el que se exponen siete razones por las que, a juicio de Europa Laica, no se debe matricular a los alumnos en la asignatura de Religión.
Entre esos motivos, la organización laicista cita la segregación del alumnado en función de las creencias de sus familias, vulnerando el derecho a la libertad de conciencia, la eliminación de horas lectivas de otras asignaturas, o el hecho de que el proselitismo religioso debe realizarse en los lugares de culto o catequesis pero no en los centros de enseñanza, que deben servir a los alumnos para aprender y no para creer.
Europa Laica también se opone a la financiación con fondo público de un profesorado que es designado por los obispados con criterios de fe y cumplimiento de la doctrina católica, y considera que la educación en igualdad de niños y niñas no es compatible con las prácticas de segregación por sexo que realizan algunos colegios católicos y que igualmente son financiados con dinero público a través de los conciertos educativos.
"Al igual que la Iglesia católica y los obispos hacen campaña activa animando a la matrícula en Religión, nosotros hacemos justamente lo contrario porque creemos que la escuela no es lugar para el adoctrinamiento religioso", explica Francisco Delgado, presidente de Europa Laica.
Delgado también anima a los padres a que, con la entrada en vigor de la ley Wert, no rellenen ningún impreso que les obligue a elegir por escrito ni la materia de Religión ni su alternativa. "La Constitución protege el derecho de las personas a no tener que declarar sus preferencias y opciones religiosas, así que ningún padre o familia tiene que poner ninguna X en ningún papel pronunciándose al respecto. Si una familia quiere que su hijo reciba enseñanzas de Religión lo que tiene que hacer, a nuestro juicio, es acudir al centro y solicitarlo expresamente. Si no lo hace, se entenderá que no quiere matricular a sus hijos en Religión".
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