La primera intervención de José Ignacio Wert en el Senado tras llevar laLomce a las Cortes podría verse como una de esas películas del oeste en las que el pistolero, después de llevar un rato esquivando las balas que llegan por todos lados, se va a la cantina a tomarse un trago sin que nadie lo acompañe. De eso, al menos, iba la línea argumental de los distintos grupos de la oposición, que, todos a una, le han echado en cara a Wert haber hecho una reforma "que tiene un rechazo total de la sociedad española".
Rafel Bruguera, senador por la Entesa Catalana de Progreso, ha resumido el sentir general de los socialistas y de los nacionalistas catalanes y vascos cuando le ha reprochado a Wert, con cierto lirismo, "la tristísima soledad de la mayoría". "Ustedes han conseguido la soledad parlamentaria y la soledad social en la calle. Esperemos que esta soledad les ayude a curar su orgullo", ha sentenciado el senador del PSC.
"Ha hecho una demostración clara de su inmensa soledad, sólo su grupo le da apoyo", ha proseguido Ramón Alturo Lloan (CiU)."Se ha visto que están solos", ha afirmado también Rut Martínez, del PNV. Y María Isabel Flores, del PSOE, ha expresado, más o menos con las mismas palabras: "Se lo dicen en la calle y no les escuchan. Ha logrado el record de quedarse solo".
También el socialista Vicente Álvarez Areces: "Usted está solo, esta ley no tiene futuro".
El ministro de Educación se ha enfrentado hoy a siete preguntas parlamentarias en el Senado relacionadas con el proyecto de la Ley Orgánica para la Mejora Educativa (Lomce). Algunas, sin embargo, iban más allá y han abordado la subida de las tasas universitarias, algo que no está recogido en esta reforma, o los recortes.
En esta cuestión, Wert lo ha tenido fácil para encogerse de hombros y señalar a las comunidades autónomas: "No existe por parte del Gobierno ninguna decisión que implique una disminución de los recursos destinados a educación. (...) Si se produce una disminución de la inversión, esa disminución la han operado las comunidades autónomas en el ejercicio de su competencias".
Más duro ha sido cuando, tras afirmar que "no existe por parte del Gobierno ninguna decisión que implique una disminución de los recursos a educación", Álvarez Areces le ha acusado de "estar mintiendo" y le ha recordado la actualización del programa de estabilidad para el Reino de España 2012/2015 emitido por el Gobierno, que "dice en su página 49 que se reducirá el gasto educativo hasta el 3,9%del PIB en el año 2015".
"Esto significa que, desde que entraron a gobernar hasta el año 2015, se va a reducir el gasto educativo 10.000 millones de euros. Está aquí y, por tanto, está mintiendo en su respuesta", ha espetado el senador al ministro, para recordarle, además, que los recortes aplicados en abril de 2012 alcanzaron la cifra de 3.907,5 millones de euros según los datos remitidos por el Ejecutivo a Bruselas.
El titular de Educación ha esquivado más o menos con fortuna las múltiples balas que le acusaban de haber hecho una ley "injusta", "regresiva" e "ideológica" y que le reprochaban, sobre todo, haber "diseñado un modelo con la Conferencia Episcopal", por haber puesto en el proyecto de la Lomce que la asignatura de la Religión volverá a contar para la nota media, como las Matemáticas o la Lengua.
Y todavía, cuando le ha preguntado Rut Martínez si estaba satisfecho con el nivel de consenso con el que nace la ley, ha respondido que no. "No está satisfecho el Gobierno de ese nivel de consenso, aspira a alcanzar un nivel de consenso mayor, porque una ley educativa requiere cuanto más consenso mejor". Incluso se ha permitido alabar algunas virtudes del sistema educativo vasco, que "pueden servirle de ejemplo a otras comunidades autónomas" en elementos como "la reducción del abandono escolar" o "el flujo de los estudiantes a la FP".
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