Un ejemplo de esta universalidad es la Universitat Rovira i Virgili. Las aulas de su Facultat de Medicina acogen, aparte de a estudiantes catalanes, un buen número de estudiantes valencianos, andaluces, baleares, vascos, o incluso canarios. Esto no será posible con la nueva ley. Cuando la LOMCE esté implantada, la mayoría de las comunidades autónomas establecerán sus propias pruebas de Selectividad (Cataluña y Valencia ya lo han anunciado). Si un estudiante quiere optar entonces a la matrícula en diferentes universidades, deberá realizar varias de estas selectividades autonómicas. Pero esto será imposible, ya que estas selectividades coincidirán en el tiempo, y requerirán el estudio de diferentes temarios o lenguas autonómicas.
En definitiva, la LOMCE acabará con los estudiantes valencianos en Cataluña, castellanos en Madrid, o cántabros en el País Vasco. Esto no ayuda a mantener España cohesionada.— Manuel Martínez Corral.
Publicado en EL PAÍS
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