- El Gobierno permite que los centros de 0 a 6 años abran en fase 2 pero deja la decisión en manos de la Comunidades Autónomas. La mayoría lo rechaza
- Las educadoras advierten de que la educación infantil necesita de contacto físico para su óptimo desarrollo
- El asunto no es sencillo de resolver, especialmente por los problemas de conciliación que puede suponer una vuelta al trabajo sin cubrir las necesidades de niños y niñas
16-5-2020
El debate sobre la apertura de las escuelas se ha intensificado durante los últimos días en nuestro país. En resumen, la situación a día de hoy es la siguiente: Con el curso escolar dado por finalizado, el Gobierno permite, a los territorios que entren en fase 2, que los centros de 0 a 6 años abran para aquellos niños y niñas cuyos progenitores teletrabajen. Pero deja la decisión en manos de la Comunidades Autónomas. Tras la última conferencia sectorial, la gran mayoría de consejeros autonómicos manifestó su negativa a abrir por razones de seguridad sanitaria. Algunas como País Vasco sí se lo plantean. El asunto no es sencillo de resolver, especialmente por los problemas de conciliación que puede suponer que haya una vuelta al trabajo sin cubrir las necesidades de los niños. Por otro lado, surge en la comunidad educativa otra gran pregunta: ¿es posible el distanciamiento social en las escuelas infantiles?
Desde que el Gobierno planteara esta posible vuelta, muchas han sido las voces que han puesto sobre la mesa los problemas sanitarios que pueden originarse en los centros. Las medidas de distanciamiento social requieren preparación e infraestructuras adecuadas, entre otros asuntos. Pero en etapas como la educación infantil, por las características propias de los niños y niñas de 0 a 6 años, las dificultades son aún mayores. Educadores y educadoras infantiles han ido mostrando su preocupación por este asunto.
"El pretender un distanciamiento social en las escuelas infantiles, no es posible debido a la edad de los alumnos y la necesidad de contacto físico que para su óptimo desarrollo es necesario en esta etapa, por ello debe sustituirse por otro tipo de medidas, las cuales deben conocerse por las escuelas con tiempo para poder valorar la viabilidad de su implantación así como de su coste", señalado un comunicado de la Federación de Centros de Educación Infantil (Fenacein).
“Es una locura que se pida la vuelta y además que pidan la vuelta de los más peques antes que otras edades. Los niños y niñas tan pequeños se llevan todo a la boca, los pobres tienen mocos casi siempre, también toses y fiebres, ¿Cómo vamos a saber cuando tengan estos síntomas si es por el virus covid 19 o por otra cosa?” Son las palabras de Victoria Padrós, una educadora infantil que lanzó hace unos días una petición de firmas online rechazando esta medida. “A estas edades el contacto social es muy importante para su desarrollo, ¿Les vamos a tener que decir que no se den abrazos, ni besos, que no bailen agarrados con los compañeros/as, que si lloran no podamos consolarles, que no toquen a los demás, que no jueguen en el patio, que no toquen los juguetes...?”, añade.
"¿La vuelta "segura" es posible? Claro, pero a qué precio. Habría que hacer un cambio radical en la metodología con todos los perjuicios a nivel cognitivo, emocional y motor que conllevaría. En la mayoría de escuelas se sigue la metodología del Movimiento Libre, vital para el desarrollo global de las criaturas. No estamos dispuestas a correr ese riesgo”, destaca a cuartopoder Sergio de Miguel, uno de los portavoces de la Plataforma “Con Infantil No Se Juega”, creada a comienzos del estado de alarma en Madrid. En este sentido, algunas imágenes de la vuelta a la escuela, progresiva, en Francia, han sido ampliamente difundidas en redes sociales. En una de ellas se ven niños en un patio separados por cuadrados pintados en el suelo.
“No entendemos la educación infantil sin el tan necesario contacto físico y acompañamiento que necesitan a estas edades. La falta de ese contacto puede ser percibido por estas criaturas como algo perjudicial para su desarrollo emocional”, señalan también desde la plataforma.
Desde esta iniciativa han creado además una serie de materiales para difundir sus mensajes en redes sociales. Reivindican la importancia de esta etapa en la educación y la labor de las educadoras. En Madrid, las trabajadoras de escuelas infantiles públicas de titularidad autonómica fueron a un ERTE desde el cierre de sus centros. En Madrid capital, cada distrito ha tomado su decisión y en varios de ellos también se han rescindido contratos. Otras escuelas han seguido teletrabajando, ofreciendo materiales a las familias y manteniendo el contacto con ellas. Esta plataforma ha elaborado un vídeo en el que educadores y educadoras de todo el país plantean sus reivindicaciones.
También los sindicatos han alzado su voz estos días. En Madrid se realizó un comunicado conjunto entre CCOO, UGT, CGT y STEM para trasladarlo a la Consejería de Educación. “Hemos valorado que la Educación Infantil, como el resto de etapas, está al servicio de las necesidades educativas infantiles y no de la conciliación laboral y familiar que parece haber determinado la decisión de su reincorporación a las aulas”, señalan.
“La necesaria conciliación ha de tener su ámbito y no es la Escuela desde donde se ha de dar la respuesta, mucho menos ninguneando su función y a costa de la seguridad”, afirman. Por ello han solicitado una mesa técnica con representantes de Educación, Sanidad y mundo sociolaboral “que haga converger realidades y ofrezca soluciones interrelacionadas posibles y seguras, física y psíquicamente, en estos contextos”.
¿Soluciones inmediatas?
Entre las peticiones concretas se pide que se definan protocolos de actuación para familias y profesionales que deberán ser conocidos antes de volver a las aulas para poderlos implementar. Por supuesto, que se hagan propuestas de conciliación laboral y familiar. “Como alternativas que ofrecemos están las relacionadas con reducciones de jornada o alternancia de turnos de progenitores, teletrabajo o bajas retribuidas de uno de los miembros de la familia, o del padre o madre cuando la familia sea monoparental, como ocurre con el periodo de parto y postparto. Seguro que hay más opciones”, afirman.
Con la vuelta en septiembre se encuentra la esperanza de que se pueda preparar en mejores condiciones. Los sindicatos recuerdan en este sentido que se tiene que producir la inmediata reversión de los contratos suspendidos en todas las Escuelas infantiles y Casas de Niños de la Red Pública. Finalmente, critican que “esta crisis ha puesto en cuestión el actual modelo de gestión de la red de Escuelas Infantiles y Casas de Niños que, mayoritariamente en manos privadas, presenta la posibilidad masiva de suspensiones de contratos, ERTE o despidos”. “Esto ha puesto en riesgo la estabilidad de las plantillas y su continuidad, lo que redunda negativamente en el bienestar infantil. Esta problemática requiere un proceso de reflexión que nos comprometemos a afrontar colectivamente”, concluyen.
Desde la Asociación Española de Pediatría también lanzaron esta semana sus advertencias. “Por la necesidad de contacto físico estrecho entre el profesor-cuidador y los niños, este grupo de edad (0 a 3 años) es el de mayor nivel de riesgo de cara a un posible contagio o transmisión del coronavirus. La recomendación general es, que no se incorporen a las escuelas infantiles, en la medida de lo posible, hasta el control total de la epidemia”, destacan.
Esta organización realiza, además, algunas peticiones concretas como “recomendar la ampliación del permiso de maternidad o de paternidad hasta los 12 meses, como ya ocurre en 3 otros países de nuestro entorno en condiciones habituales de salud pública”. Otra de las opciones planteadas es “facilitar ayuda a las familias (cuidador) que así lo soliciten, para que puedan atender a los niños pequeños en los hogares, mientras dure el trabajo de padres”. “Esta solución puede pasar por un cuidador en un domicilio de 5 niños que limitaría el contagio y adecuaría los recursos”.
Aunque la recomendación de los pediatras es que no se abra, también plantean un escenario de hipotética vuelta. “Si esto no fuese posible las guarderías-escuelas infantiles deberían limitar los grupos a un cuidador por cada 5 niños y clase y que las actividades colectivas como patio, comedor o siesta sean independientes en cada grupo de 5 niños. Los profesores de escuelas infantiles deben disponer del adecuado equipo de protección en el contacto directo con cada niño, en las actividades de juego, estimulación, alimentación, cambio de pañales, etc. La vigilancia de casos debe ser muy activa implicando a las familias para aislar en domicilio a los niños que presenten síntomas y cumplir la cuarentena”, destacan.
Otras voces reclaman soluciones más imaginativas. Un ejemplo es Blanca Valdivia, del Col-lectiu Punt 6. En palabras para un reportaje reciente en este medio, se preguntaba qué espacios urbanos tenemos en las ciudades para la corresponsabilidad. En este sentido se apunta que se podrían usar espacios abiertos públicos para realizar actividades educativas que apoyen a las familias en su conciliación.
El conflicto y los problemas familiares están servidos conforme algunas personas vayan a incorporarse a sus puestos de trabajo de forma presencial. Si el teletrabajo con niños y niñas ya ha supuesto un esfuerzo extra durante dos meses, muchas familias que cuenten con trabajadores en sectores que vayan abriendo durante las próximas semanas y carezcan de otros recursos no podrán dejar a sus hijos con nadie. Esto, en lo inmediato. En septiembre, y atendiendo a que las recomendaciones sanitarias parece que serán las mismas, el debate y las dificultades seguirán. Eso sí, hasta ese mes hay más tiempo para buscar soluciones.
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