Jugar con la ignorancia
no es rentable. Mejor una buena educación para todos.
Del cielo al infierno se
pasa pronto. El pulso con los ciudadanos y la sensación de desatención son un
buen caldo de cultivo para la desafección y el descrédito institucional.
La
OCDE ha vuelto a recordar, entre sus medidas neoliberales, déficits,
carencias y reiteradas recetas –también neoliberales- entre las que la mejora
de la calidad educativa es crucial. Por PISA sabemos mejor de la ambigüedad de
las maneras de esta organización económica. Y también, lo bien que le vienen a
unos u otros gobernantes para tapar lo que no les interesa, que digamos a todo que muy bien y que nos
declaremos constitutivamente ignorantes: ignorantes per se, a ser posible.
Sofismas
Para no aburrirnos, también vuelve a escena un caso parecido al de
“los 5 del Buero”. Ahora, en Leganés, “los
3 del pregón” se enfrentan a ocho años de prisión y a una cuantiosa multa
por manifestarse en las fiestas de su barrio. Tres vecinos son acusados de
lesiones y atentado –sin matices-, cuando se manifestaban en el momento del
pregón de las fiestas del barrio en contra de las preferentes y de la venta de
sus viviendas sociales al fondo buitre Goldman Sasch, y a favor de un salario
digno y una educación pública de calidad.
Rajoy se explaya, entretanto, en la Europa que tenemos,
“una historia de éxito” –dice- pese al Brexit
inglés y a que, en Holanda
este 15 de marzo y muy pronto en Francia y en la propia Alemania, este
triunfalismo está siendo traicionado por la falta de un consistente proyecto
compartido de carácter social. No puede decir, por demás, que las políticas que
esté aplicando en España puedan ejemplificar un tono mejor. Los asuntos recién
conocidos acerca de la privatización
de la Sanidad, la desviación de
recursos hacia
la enseñanza privada concertada en Cataluña, o lo que las investigaciones
sobre corrupción nos está
mostrando día tras día, más los recortes que implicarán los compromisos
pactados con Bruselas para
los presupuestos de 2017 y 2018, no auguran nada positivo para la armonía
social, aunque este presidente se muestre impávido.
¿Conscientes y
optimistas?
La cuestión es que, a medida
que la prolongada crisis de 2008 nos ha vuelto más lúcidos, conscientes y
desesperanzados, el optimismo subjetivo de que hace constantemente gala el
poder y sus acólitos se nos antoja cada vez más entontecedor. Lo del
entontecimiento colectivo lo cultivan con esmero y no es el menor de los
motivos que mueve a entidades particulares –pretextadas como de servicio
social- a controlar la enseñanza y, en especial, la de quienes en la
desequilibrada vida colectiva aspiran a estar entre sus miembros más selectos
y, si se tercia, a dirigirla a su antojo. Entendamos enseñanza en un sentido amplio.
No sólo la que se prodiga en centros escolares –especialmente en las versiones
concertada y privada del sistema educativo-, sino también en posteriores
niveles y grados formales, cuyos másteres, por ejemplo, están creciendo en
matrícula al compás de la aceleración de los costes y tasas de la pública y en
la medida en que Wert dejó estructurado, en el R.D. 43/2015, de 02 de febrero, una
Universidad más elitista. Este cuadro educador de referencia se completa con la
educación informal que día a día transfieren a los ciudadanos la prensa, radio,
TV y las ubicuas redes sociales, es decir, cuanto hace crecer en los ciudadanos
el efecto de que el
medio es el masaje, que decía Mac Luhan en 1988.
El qué y el cómo –el currículum- de este amplio espectro
educacional parte del supuesto de la desigualdad. Estos enseñantes tratan de
mantener una relación con los enseñados de falsa proximidad en el saber:
constantemente prolongan su dependencia en la ignorancia. Como en el
“continuará” de los TBOS –útil para la marca editora- mantienen siempre a
distancia, como ignorantes, a cuantos en su ansiedad de conocimiento no saben
cómo desprenderse de esos intermediarios que se autoproclaman detentadores
exclusivos del saber y la verdad sin que los enseñados se emancipen nunca de
ellos. Por tal motivo, suele ser habitual que los que dicen saber manejen
constantemente algún elemento nuevo –muchas veces tecnológico o mítico, casi siempre
ligado al poder-, a fin de que nos perdamos más en la torpeza y nos sintamos
constantemente inferiores, necesitados de su mediación porque no entendemos
bien, no nos manejamos con soltura o no alcanzamos la supuesta profundidad cognitiva
que requiera un determinado asunto o situación; especialmente si se siente
dolorosa o muy limitadora.
Sonrían, por favor
No olviden el panorama casposo del comienzo de esta columna,
y verán la cantidad de sapiencia
ocultista que encierra –inalcanzable para la gran mayoría de ciudadanos- que asuntos
como el del autobús de “HAZTE OÍR” y sus sesgadas perogrulladas sobre los
humanos, haya tenido facilidades para moverse cuando la conversación social en
torno al día 8 de marzo, el Día
Internacional de la Mujer, reclamaba igualdad y no diferencia de género o
sexual. El autobús en cuestión no ha tenido obstáculo en desviar hacia sí la
atención, y han sido muchos
los anuentes entre responsables educativos y entre los colegios católicos: los
silencios, matices y tardanzas también
son maneras de hablar. Y nada bueno dice que haya sido apoyada con subvenciones
a esta organización después de haberla considerado “de utilidad pública”
por Orden INT 904/del 07.05.2013 (BOE
24.05.2013). No olviden tampoco al anfibológico Méndez
de Vigo, proclamando sonriente que
“el Gobierno apuesta por libertad, inclusión y respeto a las diferencias”. Y para remate, no echen en saco roto la
denuncia que estos individuos han
puesto contra quienes les han llamado la atención.
Abundan lecciones de este cariz. Como la de la ministra Dolores
Montserrat proclamando
desde la ONU lo que otras veces ha calificado como de “responsabilidad”
moral de todos, pero no de un proyecto político. Y otra que sólo los más sabios
del lugar comprenden, es que bajo la atenta
mirada acomodaticia de la presidenta de la Asociación de la Prensa
Madrileña (APM), los de Podemos son quienes
coartan la libertad de expresión de nuestros periodistas. Ha levantado así
la veda a cuantos tenían encomendado frenar a estos jóvenes políticos. Y ha desviado la atención de asuntos de bastante
más enjundia como la renovada investigación de la Caja B de los del PP que, en Madrid,
tiene sustancial consistencia.
De paso, ha puesto en evidencia los enormes déficits que estas
estrategias para el atontamiento colectivo dejan en el aire, cuando el oficio
de periodista está dando tantos vuelcos y no digamos la prensa. En España, ya
ni nos acordamos de cuando no haya sido miedosa, controlada y de escasa
apertura de criterio, incluso cuando ha pretendido ejercer de “intelectual
colectivo” independiente. En estos años últimos ya ni es infrecuente que periódicos
principales titulen o editorialicen
igual. Mientras, las domesticadas televisiones, incluidas autonómicas y TVE, son ejemplo continuo de disparates,
malversación, de
purgas de sus mejores profesionales, y, cómo no, de modelo a seguir: los
más sumisos
son los bien pagados. Con tanta mugre, ¡menuda ventana para que la ciudanía
mire el mundo!
Del cielo al infierno
El colmo de esta agresiva dinámica del entontecimiento, de todos
modos, es que Esperanza Aguirre se sienta ahora como
la “principal víctima” de los múltiples fenómenos de corrupción que, hasta
donde alcanzamos, solo hemos visto a su alrededor. Es un milagro zarzuelero: siendo
ella una cazatalentos
a sueldo, resulta inexplicable su desacierto in eligendo y, sobre todo, in
vigilando. Como si lo del “tamayazo” la persiguiera, Granados que en otro
tiempo fue su mano derecha y se dedicó a ser el cerebro de la Púnica, reclama
ahora a su juez para que llame a declarar a esta “engañada” mujer y que indique
lo poco que podía representar él en relación con otros imputados en esta red y
quién tenía realmente
“la superioridad jerárquica”.
En este desolado teatrillo de esperpentos, ignorantes como somos
–y seducidos por la ignorancia
como excusa de los pillados in
fraganti de alta alcurnia- falta la escena en que se nos explique bien qué
pintaban los de la Púnica lavando la imagen de Lucía Fígar en las redes
sociales a cambio de 72.000
euros de dinero público. El juez Velasco sabe más de esta señora que sus
mentores cielinos, quienes parece la impulsaban a privatizar tanto y tan
bien, que ya en diciembre pidió a la Consejería que había regentado los
expedientes de 17 “colegios púnicos”. En esta corte milagrera, la calidad
educativa pregonada por Esperanza Aguirre desde que tomara posesión del
Ministerio de Educación en 1996 -y ejecutada con pasión desde el ya mentado
“tamayazo” en 2003- también la comprenderemos mejor, seguramente sin entenderla,
cuando explique la contribución a la misma de los benéficos púnicos para
ningunear y atacar mejor las reivindicaciones que, a favor de la enseñanza
pública y de la profesionalidad del profesorado
le hacía la Mareaverde.
El Maestro Ignorante
Muchos otros misterios no entenderemos nunca, porque –a juicio de
muchos que mandan- somos tan ignorantes
que nos dejamos entontecer buenamente con cualquier explicación. No cuentan con
que algún día podamos entender alguna cosa y, de ahí, empecemos a hilar todo lo
demás que nos sucede, porque, como decía Rancière en El Maestro ignorante, “todo está en todo”
y, además, estamos dotados con capacidad para enterarnos y “emanciparnos” de
cuantos nos quieren amaestrar, adoctrinar y manipular como si fuéramos súbditos
inferiores suyos. De desterrar la falsa creencia en la inferioridad de nuestras
inteligencias, y de estar atentos para emanciparnos de tan falso proteccionismo
atontador, será una pena que cientos de opinadores y tertulianos –amén de otros
especialistas-, dedicados a comer el coco a los ciudadanos con distraídas
monsergas e interpretaciones, se queden en ese momento crucial sin trabajo. Será
una lástima que leyes como la del Honor, la de Libertad de Expresión y
la propia “Ley mordaza” -que tanto obligan a escribir o decir “presunto” delante
de nombres mafiosos, machistas o prepotentes- se queden entonces sin sentido en
lo que tienen de pretexto desinformador. En compensación, posible será que
periódicos y medios empiecen a tener ganas de comunicar algo de verdad, y que
los kioskos vuelvan a revitalizarse porque los lectores nos hayamos
acostumbrado a leer algo más que rápidos e incompletos titulares, generalmente
amarillos, y pasado a muy segundo plano los de taimado tema deportivo y tanto body encantado de haberse conocido.
De momento, no será mañana: no teman. Cuando los votantes más
conspicuos decidan abandonar las seguridades inmovilistas del centro bien
centrado, el PSOE deje de cantar lo de cuatro
esquinitas tiene mi cama y nadie acuse a nadie de “populista”, todos comeremos
perdices… Solo entonces será cuando el PP,
al fin, deje de ascender en las encuestas y –si los otros no le consienten
equívocos- llamará “pacto educativo” a un compromiso serio en lo que importa,
sin los malabarismos de su actual diálogo monologante acerca de la LOMCE y de
que siga disminuyendo
el papel crucial de la enseñanza pública.
Para cuando lleguen esas kalendas
graecas, Méndez de Vigo y sus mandados habrán debido reconocer, sin
sofismas, que la huelga del pasado día nueve no
sólo no fue inoportuna sino necesaria y hasta providencial, pues se habrá
“convertido” en portavoz de que la ciudadanía, si se la trata como ignorante,
acaba por hartarse y ser imprevisible. No es improbable que haya empezado a
sospechar que Nigel Farage –el del brexit-
y Trump
no han surgido por generación espontánea, como tampoco Geet Wilders, el
eurodiputado polaco Korwin-Mikke, Marine Le Pen o los ultras alemanes. Si todos
los conversos son imprevisibles, cualquier día reorienta su Ministerio educador –y también el
cultural e incluso deportivo- y reinterpreta a la OCDE en la convicción de que
jugar con la ignorancia no facilita la creencia en la bondad de las
instituciones democráticas que tanto nos ha costado tener. Sí, sí, es
complicado, pero sólo entonces nos será dado comprobar que hemos abandonado la santísima ansiedad de volver a
dónde solíamos
los europeos en los años 30. Al tiempo….
Manuel Menor Currás
Madrid, 16.03.2017
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