Rachid, vive en un Campo de Refugiados desde que su
casa fue destruida en un bombardeo por una cruel represalia que nunca pudo
entender. En el Campo escuchaba a otros niños decir: Hay que escribir la carta
e los Reyes Magos. El escribió la suya, pero en aquél lugar no había un sitio
adecuado para poderla enviar. Entonces recordó que unas cariñosas Cooperantes
de UNICEF, le habían regalado dos globos de esos que si los sueltas suben a lo
alto. Ató en ellos su carta y vio que subían
hacia el Cielo. Un Hada de UNICEF, con su varita Mágica cogió la carta (y junto
a la de millones de niños) la entregó en persona a los Reyes Magos, los cuales
ante millones de peticiones, pusieron en el Cielo ¡Una gran Pancarta con un
conocido Refrán: MANOS QUE NO DAIS…¿QUE ESPERAIS?.
El efecto de la Pancarta fue mágico.
Dentro de poco, millones y millones de Tarjetas de UNICEF, irán de un lado
al otro del Mundo deseando a familiares y amigos una próxima y Feliz Navidad.
En los ojos de Rachid, y millones de niños más, ¡¡Volverá a brillar la
Alegría!!.
Gracias UNICEF por hacer que así sea,¡¡¡Ya que tu no haces distinción ni de
Razas, ni Creencias. Te lo agradecen de Corazón..!!!
Los abuelitos
del Mundo entero.
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